La luz de bienvenida

Desde que salió de Stonehead había visto algunas murallas guardando pequeñas ciudades,todas ellas diminutas en comparación a la que ahora se erigía frente a ella;esa debía ser la ciudad de Camelot que alguna que otra vez Ned había mencionado.
Animada aceleró el paso,tras diez días de viaje el largo camino que aún le quedaba ya no le parecía nada,hasta podía oler el mar.Sopesó la bolsa en su bolsillo derecho y movió la nariz,cavilando “Bueno,sólo necesito las monedas para comer y conseguir información,para cuando se me hayan acabado ya estaré lejos de aquí” soltó la bolsa confiada y golpeó con la punta de la desgastada bota una piedra del camino.

Al cabo de unas horas,mientras se ponía el Sol,llegó frente a la que parecía ser la puerta principal de la muralla custodiada por dos guardias ”No es un gran número de hombres para la puerta principal” pensó.Ralentizó el paso con disimulo para observar detenidamente a los dos guardias y a la muralla:las almenas estaban vacías,no había guardias ni arqueros apostados,sonrío de medio lado,eso significaba que la ciudad estaba en calma y no debería suponer un problema entrar en ella. Empezó a arrastrar ligeramente los pies mientras caminaba,levantando algo de polvo en el camino que le ensució aún más las botas y los pantalones, se encorvó un poco mientras bajaba la cabeza mirando hacia el suelo.A los guardias no solían gustarle las personas que les miraban directamente a los ojos y ella no pensaba hacerlo;su ropa raída y su aspecto andrajoso y cansado le habían abierto muchas puertas, esperaba que ésta fuera una de ellas.
Se unió a la caravana de gente que se disponía a pasar por la puerta principal colocándose muy cerca de dos mujeres, parecían ser la hija y la mujer de un vendedor que arrastraba a malas penas un carro rebosante de lana. Pasó por encima del foso con confianza y sin mirar alrededor, como si fuera algo que hubiera hecho cientos de veces. Algo le llamó la atención, los dos guardias llevaban una pequeña hebilla con un escorpión grabado en ella,ese dibujo le sonaba,quizá lo hubiera visto en alguno de los papeles del viejo...Volvió a bajar la mirada y se mantuvo cerca de las mujeres hasta pasados unos 20 metros, ahí ya había suficiente bullicio como para que los guardias no la vieran y volvieran a prestar toda su atención a la puerta.

Se irguió mientras miraba alrededor y dejaba de arrastrar los pies.Desvió la mirada hacia la derecha,hacia donde había ido el carretero con su familia, los siguió hasta lo que sin duda era el mercado.Miró con atención a la gente del pueblo, la mayoría había llegado para el mercado y se irían al día siguiente tras dormir hacinados en las cuadras o, algunos pocos con suerte, en una posada.Resopló,eso le recordó que ya era hora de buscar una para ella,mientras decidía si lo hacía o dormía en la calle vio una luz a lo lejos, parecía salir de la nada;al cabo de unos segundos se dio cuenta “Qué tonta, un faro” era el primero que veía pero Ned le había dicho que algunas ciudades cercanas al mar los utilizaban para guiar a los barcos y evitar que por la noche se acercaran demasiado a la costa.Sin darse cuenta se olvidó de la posada y se dirigió hacia el faro, quería comprobar si verdaderamente eran como el viejo le había contado.

Mañana comenzaría a buscar lo que según Ned allí podría encontrar…