La barca
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La barca
"Duérmete, amor, que todo duerme.
Cae en brazos de la oscuridad silente.
Velará tu alma la noche vigilante.
Duérmete, amor, que todo duerme."
(Gamashinoch. Los Caballeros de Neraka. Vol.1 de la Guerra de los Espíritus. Dragonlance)
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"Suenan las aguas del río. El remar se percibe lento y monótono. La barca se acerca."
Amada mía.
Duermes, mientras los rayos de sol sacan destellos azabaches de tu cabello, aumentando ya de por sí la natural belleza de tu rostro, y el agua del lago besa suavemente tus desnudos pies, reverenciando tu blanca piel como si la de una diosa se tratara.
Los labios entrecerrados, en los que tantas veces perdí la razón, marchitan de envidia las grandes flores circundantes. Innumerables veces bailaron para mí al son de la lira, haciendo que la negrura de mi corazón desapareciera al instante para ser reemplazada por la luz de tu imagen.
Respiras pausadamente. Con armonía.
Estás viva. A salvo.
Y no puedo menos que sonreír.
"El remo se detiene. A puerto ha llegado la barca"
Estoy junto a ti, clavando mi mirada en tus cerrados párpados, sonriendo feliz mientras mi mano aferra la tuya con suavidad.
El día se presenta cálido como tu interior. Las aguas de nuestro lago, cristalinas como tu mirada. La verde hierba que nos rodea, roja se va tiñendo por la sangre derramada.
Los dos orcos pagaron caro su osadía al intentar pillarnos desprevenidos.
Incautos.
Nada tienen que hacer dos orcos frente a un elfo oscuro.
Lamento mucho haberte golpeado. Tu inconsciencia hizo que fijaran su atención exclusivamente sobre mí, a lo que respondí demostrando mi valía despachándolos de inmediato.
Me giré orgulloso hacia ti, esperando que despertaras para volver a ver tus ojos fijos en mí.
No vi al tercero, oculto entre la matorrales.
"El barquero pronuncia mi nombre. Su voz es irresistible."
Ya no siento las dos astas de madera que sobresalen de mi espalda. Más me duele mi nombre al ser llamado, pues debo partir de inmediato a pesar de que tu mera presencia intenta clavarme al suelo para seguir observándote.
A pesar de todo, soy feliz. Confieso que, siendo lo que soy, ni yo mismo creía ser capaz de cumplir una promesa salida de mi boca.
Prometí anteponer mi vida a la tuya y creo que lo he conseguido. En parte, gracias a ti. A tu lado he aprendido valores y sentimientos que desconocía hasta el día que escuché tu melodía por primera vez.
"Tres son los llamados a viajar. La barca vuelve al río empujada lentamente por el barquero."
No viajo solo. Los dos orcos me acompañan en el trayecto, sentados frente a mí.
Nada de rencor u odio en nuestras miradas. Aquí no hay cabida para tales sentimientos. Departimos y hablamos de cosas mundanas de forma relajada y tranquila. A fin de cuentas, solo somos peones en una partida jugada sobre el tablero de los dioses.
Nadie, salvo ellos, tiene la culpa de lo sucedido.
La escena se difumina ante mí, viendo mi mano entre la tuya cada vez más lejos. Vas quedando atrás, mas te llevo conmigo.
Aun me da tiempo a lanzar una última promesa.
Tarde o temprano, todos subiremos a la barca a realizar nuestro viaje. Cuando llegue tu turno, sube sin miedo.
Pues desde este mismo instante permaneceré de pie en el puerto del otro lado, observando cada barca que llegue, esperando ver tu bello rostro entre los viajeros, para volver a abrazarme a tu cuerpo y no separarme jamás.
Eternamente tuyo.
"La barca ha desaparecido entre las aguas del lago. Nada queda de su paso"
Masoj Hun'ett
Cae en brazos de la oscuridad silente.
Velará tu alma la noche vigilante.
Duérmete, amor, que todo duerme."
(Gamashinoch. Los Caballeros de Neraka. Vol.1 de la Guerra de los Espíritus. Dragonlance)
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"Suenan las aguas del río. El remar se percibe lento y monótono. La barca se acerca."
Amada mía.
Duermes, mientras los rayos de sol sacan destellos azabaches de tu cabello, aumentando ya de por sí la natural belleza de tu rostro, y el agua del lago besa suavemente tus desnudos pies, reverenciando tu blanca piel como si la de una diosa se tratara.
Los labios entrecerrados, en los que tantas veces perdí la razón, marchitan de envidia las grandes flores circundantes. Innumerables veces bailaron para mí al son de la lira, haciendo que la negrura de mi corazón desapareciera al instante para ser reemplazada por la luz de tu imagen.
Respiras pausadamente. Con armonía.
Estás viva. A salvo.
Y no puedo menos que sonreír.
"El remo se detiene. A puerto ha llegado la barca"
Estoy junto a ti, clavando mi mirada en tus cerrados párpados, sonriendo feliz mientras mi mano aferra la tuya con suavidad.
El día se presenta cálido como tu interior. Las aguas de nuestro lago, cristalinas como tu mirada. La verde hierba que nos rodea, roja se va tiñendo por la sangre derramada.
Los dos orcos pagaron caro su osadía al intentar pillarnos desprevenidos.
Incautos.
Nada tienen que hacer dos orcos frente a un elfo oscuro.
Lamento mucho haberte golpeado. Tu inconsciencia hizo que fijaran su atención exclusivamente sobre mí, a lo que respondí demostrando mi valía despachándolos de inmediato.
Me giré orgulloso hacia ti, esperando que despertaras para volver a ver tus ojos fijos en mí.
No vi al tercero, oculto entre la matorrales.
"El barquero pronuncia mi nombre. Su voz es irresistible."
Ya no siento las dos astas de madera que sobresalen de mi espalda. Más me duele mi nombre al ser llamado, pues debo partir de inmediato a pesar de que tu mera presencia intenta clavarme al suelo para seguir observándote.
A pesar de todo, soy feliz. Confieso que, siendo lo que soy, ni yo mismo creía ser capaz de cumplir una promesa salida de mi boca.
Prometí anteponer mi vida a la tuya y creo que lo he conseguido. En parte, gracias a ti. A tu lado he aprendido valores y sentimientos que desconocía hasta el día que escuché tu melodía por primera vez.
"Tres son los llamados a viajar. La barca vuelve al río empujada lentamente por el barquero."
No viajo solo. Los dos orcos me acompañan en el trayecto, sentados frente a mí.
Nada de rencor u odio en nuestras miradas. Aquí no hay cabida para tales sentimientos. Departimos y hablamos de cosas mundanas de forma relajada y tranquila. A fin de cuentas, solo somos peones en una partida jugada sobre el tablero de los dioses.
Nadie, salvo ellos, tiene la culpa de lo sucedido.
La escena se difumina ante mí, viendo mi mano entre la tuya cada vez más lejos. Vas quedando atrás, mas te llevo conmigo.
Aun me da tiempo a lanzar una última promesa.
Tarde o temprano, todos subiremos a la barca a realizar nuestro viaje. Cuando llegue tu turno, sube sin miedo.
Pues desde este mismo instante permaneceré de pie en el puerto del otro lado, observando cada barca que llegue, esperando ver tu bello rostro entre los viajeros, para volver a abrazarme a tu cuerpo y no separarme jamás.
Eternamente tuyo.
"La barca ha desaparecido entre las aguas del lago. Nada queda de su paso"
Masoj Hun'ett
Masoj- Duque
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Localización : Qala-e-naw
Fecha de inscripción : 21/10/2009
Re: La barca
U.U [ñoño! promesas melodramáticas]
stauros- Rey
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Fecha de inscripción : 22/09/2008
Re: La barca
Por que demonios te empeñas en hacerme llorar drow!!! es....simplemente precioso, no tengo palabras.
Deanmaine- Dama-Dragón
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Localización : Camelot
Fecha de inscripción : 20/11/2009
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