Dos Monedas
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Dos Monedas
El sol de la mañana me ciega, las pequeñas olas que lamen mis pies logran despertarme del todo,
entonces te veo allí, tendido junto a mi descansando en un dulce sueño.
Ya no siento ningún dolor, solo el deseo de consolarte, de seguirte en tu viaje,
y me pongo manos a la obra, con cuidado quito las astas de tu espalda.
Lentamente te desnudo acariciando tu cuerpo con suavidad,
como si fueses a despertar de un momento a otro, sonriendo al sentir mis manos sobre tu piel,
me quito el pañuelo que llevo atado al cuello y lo remojo en las aguas del lago para lavarte con cuidado.
Despacio, sin prisas… Caronte te llama, lo sé pues puedo oírle;
”no puede ir asi”... le increpo con voz tenue, y luego me dirijo a ti
“Debes estar presentable, y con tus mejores atavíos,
o al menos con los mejores que tienes aquí ahora mismo"…
pienso que me escuchas y casi puedo imaginar tus respuestas... te sonrío.
He apilado un poco de leña, te he vestido con tus ropas de guerra,
los sables en su sitio y las manos sobre el vientre;
te miro descansar sobre el pequeño altar me acerco levemente y te beso…
“Te quiero amor mío” susurro junto a tus labios y acaricio tus cabellos,
entonces de mi faltriquera saco dos monedas y las pongo sobre tus ojos;
“sé que no es mucho, pero bastará para el viaje”.
Es entonces cuando enciendo la pira y te observo consumirte lentamente,
allí arrodillada frente a ti, el dolor me atenaza la garganta mas no lloro,
no lloro por qué sé que pronto, cuando llegue mi hora me encontraré contigo del otro lado,
con dos monedas en el bolsillo, para el viaje.
Deanmaine
entonces te veo allí, tendido junto a mi descansando en un dulce sueño.
Ya no siento ningún dolor, solo el deseo de consolarte, de seguirte en tu viaje,
y me pongo manos a la obra, con cuidado quito las astas de tu espalda.
Lentamente te desnudo acariciando tu cuerpo con suavidad,
como si fueses a despertar de un momento a otro, sonriendo al sentir mis manos sobre tu piel,
me quito el pañuelo que llevo atado al cuello y lo remojo en las aguas del lago para lavarte con cuidado.
Despacio, sin prisas… Caronte te llama, lo sé pues puedo oírle;
”no puede ir asi”... le increpo con voz tenue, y luego me dirijo a ti
“Debes estar presentable, y con tus mejores atavíos,
o al menos con los mejores que tienes aquí ahora mismo"…
pienso que me escuchas y casi puedo imaginar tus respuestas... te sonrío.
He apilado un poco de leña, te he vestido con tus ropas de guerra,
los sables en su sitio y las manos sobre el vientre;
te miro descansar sobre el pequeño altar me acerco levemente y te beso…
“Te quiero amor mío” susurro junto a tus labios y acaricio tus cabellos,
entonces de mi faltriquera saco dos monedas y las pongo sobre tus ojos;
“sé que no es mucho, pero bastará para el viaje”.
Es entonces cuando enciendo la pira y te observo consumirte lentamente,
allí arrodillada frente a ti, el dolor me atenaza la garganta mas no lloro,
no lloro por qué sé que pronto, cuando llegue mi hora me encontraré contigo del otro lado,
con dos monedas en el bolsillo, para el viaje.
Deanmaine
Última edición por Deanmaine el Dom Feb 27, 2011 11:20 am, editado 2 veces
Deanmaine- Dama-Dragón
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Re: Dos Monedas
Erion escribió:Dios ... me ha gustado bastante la historia ^^
Gracias Erion, en realidad es la contestación de la historia de Masoj, la barca...
Deanmaine- Dama-Dragón
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