Clyven, únete a nosotros.
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Clyven, únete a nosotros.
Clyven ¦ regresó a casa desde lo Bajos Fondos. Al final no había aclarado nada con aquella mujer que se empeñaba en llamarlo Sir. Lo exasperaba, pero no le dejaría saberlo. Sólo esperaba que no se torciese la cosa, porque realmente el dinero le vendría muy bien. Ahora que Clío empezaba a crecer, necesitaría más cosas. Aprovechando la oscuridad de los callejones, se detuvo un instante a mirar la luna. -Tan hermosa y tan cruel...
Limnatide ¦ La noche era su única compañera. Había dejado a Rhyan en casa y se había marchado a dar una vuelta. Necesitaba aclararse las ideas. Era una buena opción. Podría dirigir sus pasos hacia el bosque. Él se había quedado con los niños para cuidarlos. No volvería tarde. Tardaría lo que necesitase. Por el camino, el olor de Clyven se infiltró en sus fosas nasales. Podría desahogarse con él y contarle lo que llevaba entre manos. Caminó con paso rápido hasta dar con su primo .- Hola .- Sequedad pero era por su estado.
Clyven ¦ no se molestó en mirar a Limnatide. ¿Para qué, si ya sabia qué cara tenía? Se la conocía de memoria. Toda ella. - Hola, Átide. ¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Ha pasado algo con los niños?
Limnatide ¦ La cabeza fue meneada hacia los lados para negar ante la segunda cuestión .- Simplemente necesitaba pasear para organizar mis ideas .- Alzó la mirada para mirar a Clyven .- Tengo que contarte algo pero no sé si éste es el sitio más idóneo. ¿Vamos a un lugar más privado? .- Podrían escucharle cualquier otra persona que no fuera de la Hermandad Escorpión. Lo mejor que podía hacer era apartarse y buscar algún escondrijo dónde poder hablar.
Clyven ¦ ¿Más privado? ¿Desde cuándo te andas con tanto secretismo? Vayamos al bosque, ahí no nos molestará nadie. ¿Te parece bien? -bajó los ojos de la Dama de Plata a su prima. La notaba muy rara. Y no le gustaba no saber qué le pasaba a su gente. Después de todo, era el macho alfa de aquella manada.
Limnatide ¦ Es importante .- Y sin más, ante la idea del bosque, llevó sus pasos hacia aque lugar que había elegido Clyven. Sabía que, en el fondo, ambos se encontrarían con más armonía en un sitio dónde era muy normal encontrarlos. Eran lobos. Vivían en libertad y manada. Después de pasar por el arco de la puerta principal, llegaron al sitio indicado, perdiéndose entre la espesura y adentrándose hasta el lago .- Verás.. .- Era difícil decirle aquello. Muy difícil. Y si no se lo decía por sí misma, acabaría sacándoselo de otras formas .- ..Soy la Líder de la Hermandad Escorpión .- Seguro que le sonaba a chino. No habían hablado desde hace días .- Y Esthia es el General de la Hermandad Martillo .- Pestañeó .- Estamos enfrentados y temo de que, si las circunstancias lo quisieran, tener que enfrentarme a él.
Clyven ¦ siguió a su prima en el más absoluto de los silencios. Nunca había sido hombre de muchas palabras. al llegar al bosque, se dejó caer el asuelo, contra el tronco de un árbol, como aquel que está en su casa. Y en cierto modo, así era. Al escucharla hablar, arqueó la ceja. -¿Qué coño es eso de las Hermandades? ¿Y de cuándo para acá tú eres líder de algo? -Se tensó, la estaba fulminando con la mirada. De repente, la idea de traición pasó por su mente. ¿Acaso Limnatide le había estado ocultado algo tan importante todo este tiempo? Y él, como idiota, le había creído. Trató de calmarse. Tal vez todo tuviese una explicación. Por experiencia propia sabía que las cosas no siempre son lo que parecen. Además, Esthia también estaba en el ajo y no hacía tanto tiempo que el soldado había vuelto. -Soy todo oídos.
Limnatide ¦ Esa mirada era como un chorro de agua contra su cuerpo. En el estado que estaba no era muy bueno hablarla con aquella agriez que caracterizaba el tono de Clyven .- Hay tres hermandades; Escorpión, Martillo y Llave .- Lo había escuchado de alguno de los miembros de la suya .- Y soy Líder porque me ofrecieron el cargo. Sabes que, desde siempre, he tenido madera de líder .- Ladeó la cabeza hacia las aguas calmadas del lago .- Sé que lo que te voy a pedir es algo que no debería pero, si otro familiar mio se va al campo enemigo, me vendré abajo .- Retomó la mirada hacia su primo .- Únete a mi Hermandad.
Clyven ¦ Madera... Serrín, más bien. -masculló. Al instante, la miró como si le hubiese pedido que se sacase las tripas. -Que yo me una a ¿qué? Átide, no tengo ni pvta idea de lo que va esto de las Hermandades, pero yo ya he vivido una guerra de clanes, ¿recuerdas? Y sabes lo que gané -se refería a su pequeño problemita con el ciclo lunar -¿Me estás pidiendo que ponga a Pallas y las niñas en peligro?
Limnatide ¦ ¡¡Cyv!! .- Estaba demasiado sensible para ciertos comentarios. Saber que Esthia estaba en otra Hermandad y era el General, le trastornaba. Sabía que no era una buena idea. Se tenía que haber mordido la lengua pero no quería que, otra Hermandad, se llevará a un listón tan alto como lo era Clyven .- Olvídalo. Ya te he dicho que era una locura .- Se apartó de él, acercándose hasta la orilla, contemplando su Diosa de Plata .- Solo te pido un favor; Si por algún casual muero y Rhyan también, encárgate de Dasha y Ethan .- Al menos, si perecían juntos, quería que sus hijos tuvieran un buen hogar. Podría pasar lo mismo que le pasó a ella pero eso sería como último recurso. Lo de morir, claro.
Clyven ¦ se levantó y se colocó tras Limnatide, tomandola de los hombros para obligarla a girarse y mirarle. Su ceño fruncido indicaba que no le gustaba lo que acababa de oír. -Átide, sea lo que sea lo que pase con esos escorpiones, ya me lo estás contando con detalle. Porque no pienso quedarme fuera si la condición es hacerme cargo de mis sobrinos. -Si había que ser un escorpión, un martillo, un llave o una margarita del campo por la familia, se era. Punto. No le gustaba la idea de meterse en una lucha de clanes. No por la lucha en sí, sino por arrastrar a su familia. Pero si Limnatide estaba dentro, indirectamente ellos también. Seguramente a las otras hermandades no les importase hacer daño a la gente cercana a Limnatide, que era la líder escorpión. Y eso incluia a su familia, así que quería saber más. Y más si Esthia era el General enemigo. Le conocía en el campo de batalla.
Limnatide ¦ El giro fue completo, quedando ella encarada a él. Ante la cuestión de querer saber más, no dudo en contarle toda la verdad que había llegado a sus oídos. Tardo un buen rato, con sus pausas y todo bien detallado. Como le había indicado. Sabía que, Clyven, no le gustaba ser niñera. Por un rato, era suficiente. Eso sí, en el ajo metió a Rhyan, porque había aceptado ser un Escorpión. Cogió aire al fincuando terminó la explicación .- Eso es todo, Cyv.
Clyven ¦ se tomó unos segundos, asimilando y encajando todas las piezas de aquel puzle. Finalmente, mesándose el mentón, preguntó. -Entonces tú sabías que iban a buscarme a mí para ir a por ese tal Juan Diego, ¿no es así? Podrías haber venido tú directamente.
Limnatide ¦ Eso era nuevo. ¿Así que, a quién habían contratado para acabar con Juan Diego era Clyven? Toma ya. Negó .- Si lo supiera de verdad, hubiera ido a decirtelo. Solo sabía que habían contratado a alguien. No que fueras tú .- Era muy lógico. Estaba al tanto de lo que sucedía a su alrededor pero no todos los detalles. Que fuese la líder no significaba que tuviera que saber todo. En fin. Desconocía de ese dato pero ahora estaba al corriente .- Ten cuidado, Cyv. Nunca sabes como será tu oponente .- Como si le tuviera que dar consejos. Él sabía muy bien como debía enfrentarse y que debía hacer. Aún así, se preocupaba por él. Era su primo, ¿no?
Clyven ¦ En realidad aún no está cerrado el trato. Sólo recibí una oferta. Iba a aceptarla esta tarde, pero se complicó la cosa y no he podido concretar los detalles, aunque supongo que el hablar contigo facilita el asunto. La próxima vez, obvia los intermediarios y ven directamente. Nos ahorraremos muchas gilipolleces. Y ahora contéstame una cosa, ¿puede tu hermandad garantizar la seguridad de Pallas y las niñas? -si era así, estaba dentro.
Limnatide ¦ No te lo puedo garantizar con total seguridad pero estoy yo dentro. Y Rhyan también. ¿Crees que no tengo miedo de que le pase algo a Ethan y a Dasha? .- Podría ser un factor negativo aquella inseguridad pero no podía mentirle y luego fuera de otro tipo. Sería una nueva traición. Si él quisiera entrar, las puertas estaban abiertas.
Clyven ¦ El nombre de escorpión no me da muy buena espina... -No, no se la daba. Y tenía motivos. No en vano el escorpión que pendía del cuello de su mujer, que nada tenía que ver con las hermandades, tenía un fuerte simbolismo para él. Pero eso no venía al caso. Tenía que tomar una decisión. Y no podía hacerlo a la ligera. Resopló. -Puede que me arrepienta de esto, Átide. Pero si tú eres la líder, supongo que puede tener un pase. Estoy contigo. Pero, te lo advierto, si Pallas o las niñas corren peligro, me dará igual la hermandad, el escorpión, el martillo y los fuegos del Abllos. Arrasaré con todo lo que se interponga en mi camino. -le ofrecia lealtad, a ella, no a la hermandad. Pero de momento, mientras las cosas fuesen bien, era lo mismo.
Limnatide ¦ ¿Por qué? .- Era uno de los secretos tan bien guardados de Clyven que no había podido sacar a la luz. Como desconocía ese dato, no sabría como se tomaría que, en el cuello junto a al colgante de su tía, estaba el colgante en forma de escorpión. Aún así, cuando accedió, suspiró aliviada .- No dejaré que les suceda nada. Al igual que lo haría contigo, con Rhyan y con mis hijos. Antes tendrán que pasar por mi cadaver .- Lo dijó con firmeza. Sus promesas al igual que sus amenazas, no iban en vano. Era muy fiel a ellas. Tanto como a su familia.
Clyven ¦ le acarició la mejilla, sin dejar de mirarla a los ojos, con la misma mano que antes se mesase la barba de varios rías. -Vamos, vamos. Todo va a salir bien. Si tú, que eres la hembra beta, te has hecho con el control del ha hermandad, no puede ser tan terrible. -O sí. No le gustaban los ascensos rápidos, solían llevar regalitos ocultos. Mantendría los sentidos alerta, por si acaso.
Limnatide ¦ Su cabeza maniobró hacia la misma dirección que la caricia que le ofreció Clyven. Entrecerró sus párpados .- Hembra beta en tu manada. Recuerda que en la mía, sigo siendo la Alfa. Y, en la Hermandad, la líder .- Remarcó orgullosa. Al menos, ahora se sentía más calmada. Teniendo a su primo en su bando era un punto a favor. Lo malo sería cuando, Esthia, se enterase de eso. Prefirió no pensar en ese detalle .- ¿Quieres ir a ver a tus sobrinos? .- Estaría Rhyan en casa. Se había quedado a cuidarlos.
Clyven ¦ Si esperas que yo cumpla tus ordenes como si fuese una mascota, vete olvidando. Puede que para ellos seas una líder, pero para mí sigues siendo aquella mocosa llorona con coletas, así que no esperes que cumpla al momento el menor de tus deseos, porque te mando a la mierda. -sonrió, atrapándole la nariz entre los dedos, como le hacía a Clío. Bueno, un poco más fuerte.
Limnatide ¦ ¿Mocosa llorona con coletas? Uh, ahora te vas a enterar lo que vale esta mocosa llorona con coletas .- Después de poder librarse de aquel agarrón, colocó ambas manos sobre su pecho, haciendo empuje para darle un empellón. Meneó la cabeza hacia los lados, crujiéndose el cuello y mirándole desafiante .- Necesito quitarme tensiones. ¿Te apetece una pelea, gruñón?
Clyven ¦ se echó a reír mientras retrocedía unos pasos para decer ante el empuje de Limnatide. Apenas formuló la pregunta, el mercenario se quitó las botas. Se tiró de la camisa hacia arriba, hasta sacársela por la cabeza, y se dispuso a quitarse el pantalón. ¿Una pelea? ¿Cuándo había dicho él que no a eso? Sin embargo, se detuvo con las manos aún en el cierre del pantalón. -Espera. ¿Tú estás segura de que puedes? Acabas de parir, no me seas animal.
Limnatide ¦ La noche era su única compañera. Había dejado a Rhyan en casa y se había marchado a dar una vuelta. Necesitaba aclararse las ideas. Era una buena opción. Podría dirigir sus pasos hacia el bosque. Él se había quedado con los niños para cuidarlos. No volvería tarde. Tardaría lo que necesitase. Por el camino, el olor de Clyven se infiltró en sus fosas nasales. Podría desahogarse con él y contarle lo que llevaba entre manos. Caminó con paso rápido hasta dar con su primo .- Hola .- Sequedad pero era por su estado.
Clyven ¦ no se molestó en mirar a Limnatide. ¿Para qué, si ya sabia qué cara tenía? Se la conocía de memoria. Toda ella. - Hola, Átide. ¿Qué haces aquí a estas horas? ¿Ha pasado algo con los niños?
Limnatide ¦ La cabeza fue meneada hacia los lados para negar ante la segunda cuestión .- Simplemente necesitaba pasear para organizar mis ideas .- Alzó la mirada para mirar a Clyven .- Tengo que contarte algo pero no sé si éste es el sitio más idóneo. ¿Vamos a un lugar más privado? .- Podrían escucharle cualquier otra persona que no fuera de la Hermandad Escorpión. Lo mejor que podía hacer era apartarse y buscar algún escondrijo dónde poder hablar.
Clyven ¦ ¿Más privado? ¿Desde cuándo te andas con tanto secretismo? Vayamos al bosque, ahí no nos molestará nadie. ¿Te parece bien? -bajó los ojos de la Dama de Plata a su prima. La notaba muy rara. Y no le gustaba no saber qué le pasaba a su gente. Después de todo, era el macho alfa de aquella manada.
Limnatide ¦ Es importante .- Y sin más, ante la idea del bosque, llevó sus pasos hacia aque lugar que había elegido Clyven. Sabía que, en el fondo, ambos se encontrarían con más armonía en un sitio dónde era muy normal encontrarlos. Eran lobos. Vivían en libertad y manada. Después de pasar por el arco de la puerta principal, llegaron al sitio indicado, perdiéndose entre la espesura y adentrándose hasta el lago .- Verás.. .- Era difícil decirle aquello. Muy difícil. Y si no se lo decía por sí misma, acabaría sacándoselo de otras formas .- ..Soy la Líder de la Hermandad Escorpión .- Seguro que le sonaba a chino. No habían hablado desde hace días .- Y Esthia es el General de la Hermandad Martillo .- Pestañeó .- Estamos enfrentados y temo de que, si las circunstancias lo quisieran, tener que enfrentarme a él.
Clyven ¦ siguió a su prima en el más absoluto de los silencios. Nunca había sido hombre de muchas palabras. al llegar al bosque, se dejó caer el asuelo, contra el tronco de un árbol, como aquel que está en su casa. Y en cierto modo, así era. Al escucharla hablar, arqueó la ceja. -¿Qué coño es eso de las Hermandades? ¿Y de cuándo para acá tú eres líder de algo? -Se tensó, la estaba fulminando con la mirada. De repente, la idea de traición pasó por su mente. ¿Acaso Limnatide le había estado ocultado algo tan importante todo este tiempo? Y él, como idiota, le había creído. Trató de calmarse. Tal vez todo tuviese una explicación. Por experiencia propia sabía que las cosas no siempre son lo que parecen. Además, Esthia también estaba en el ajo y no hacía tanto tiempo que el soldado había vuelto. -Soy todo oídos.
Limnatide ¦ Esa mirada era como un chorro de agua contra su cuerpo. En el estado que estaba no era muy bueno hablarla con aquella agriez que caracterizaba el tono de Clyven .- Hay tres hermandades; Escorpión, Martillo y Llave .- Lo había escuchado de alguno de los miembros de la suya .- Y soy Líder porque me ofrecieron el cargo. Sabes que, desde siempre, he tenido madera de líder .- Ladeó la cabeza hacia las aguas calmadas del lago .- Sé que lo que te voy a pedir es algo que no debería pero, si otro familiar mio se va al campo enemigo, me vendré abajo .- Retomó la mirada hacia su primo .- Únete a mi Hermandad.
Clyven ¦ Madera... Serrín, más bien. -masculló. Al instante, la miró como si le hubiese pedido que se sacase las tripas. -Que yo me una a ¿qué? Átide, no tengo ni pvta idea de lo que va esto de las Hermandades, pero yo ya he vivido una guerra de clanes, ¿recuerdas? Y sabes lo que gané -se refería a su pequeño problemita con el ciclo lunar -¿Me estás pidiendo que ponga a Pallas y las niñas en peligro?
Limnatide ¦ ¡¡Cyv!! .- Estaba demasiado sensible para ciertos comentarios. Saber que Esthia estaba en otra Hermandad y era el General, le trastornaba. Sabía que no era una buena idea. Se tenía que haber mordido la lengua pero no quería que, otra Hermandad, se llevará a un listón tan alto como lo era Clyven .- Olvídalo. Ya te he dicho que era una locura .- Se apartó de él, acercándose hasta la orilla, contemplando su Diosa de Plata .- Solo te pido un favor; Si por algún casual muero y Rhyan también, encárgate de Dasha y Ethan .- Al menos, si perecían juntos, quería que sus hijos tuvieran un buen hogar. Podría pasar lo mismo que le pasó a ella pero eso sería como último recurso. Lo de morir, claro.
Clyven ¦ se levantó y se colocó tras Limnatide, tomandola de los hombros para obligarla a girarse y mirarle. Su ceño fruncido indicaba que no le gustaba lo que acababa de oír. -Átide, sea lo que sea lo que pase con esos escorpiones, ya me lo estás contando con detalle. Porque no pienso quedarme fuera si la condición es hacerme cargo de mis sobrinos. -Si había que ser un escorpión, un martillo, un llave o una margarita del campo por la familia, se era. Punto. No le gustaba la idea de meterse en una lucha de clanes. No por la lucha en sí, sino por arrastrar a su familia. Pero si Limnatide estaba dentro, indirectamente ellos también. Seguramente a las otras hermandades no les importase hacer daño a la gente cercana a Limnatide, que era la líder escorpión. Y eso incluia a su familia, así que quería saber más. Y más si Esthia era el General enemigo. Le conocía en el campo de batalla.
Limnatide ¦ El giro fue completo, quedando ella encarada a él. Ante la cuestión de querer saber más, no dudo en contarle toda la verdad que había llegado a sus oídos. Tardo un buen rato, con sus pausas y todo bien detallado. Como le había indicado. Sabía que, Clyven, no le gustaba ser niñera. Por un rato, era suficiente. Eso sí, en el ajo metió a Rhyan, porque había aceptado ser un Escorpión. Cogió aire al fincuando terminó la explicación .- Eso es todo, Cyv.
Clyven ¦ se tomó unos segundos, asimilando y encajando todas las piezas de aquel puzle. Finalmente, mesándose el mentón, preguntó. -Entonces tú sabías que iban a buscarme a mí para ir a por ese tal Juan Diego, ¿no es así? Podrías haber venido tú directamente.
Limnatide ¦ Eso era nuevo. ¿Así que, a quién habían contratado para acabar con Juan Diego era Clyven? Toma ya. Negó .- Si lo supiera de verdad, hubiera ido a decirtelo. Solo sabía que habían contratado a alguien. No que fueras tú .- Era muy lógico. Estaba al tanto de lo que sucedía a su alrededor pero no todos los detalles. Que fuese la líder no significaba que tuviera que saber todo. En fin. Desconocía de ese dato pero ahora estaba al corriente .- Ten cuidado, Cyv. Nunca sabes como será tu oponente .- Como si le tuviera que dar consejos. Él sabía muy bien como debía enfrentarse y que debía hacer. Aún así, se preocupaba por él. Era su primo, ¿no?
Clyven ¦ En realidad aún no está cerrado el trato. Sólo recibí una oferta. Iba a aceptarla esta tarde, pero se complicó la cosa y no he podido concretar los detalles, aunque supongo que el hablar contigo facilita el asunto. La próxima vez, obvia los intermediarios y ven directamente. Nos ahorraremos muchas gilipolleces. Y ahora contéstame una cosa, ¿puede tu hermandad garantizar la seguridad de Pallas y las niñas? -si era así, estaba dentro.
Limnatide ¦ No te lo puedo garantizar con total seguridad pero estoy yo dentro. Y Rhyan también. ¿Crees que no tengo miedo de que le pase algo a Ethan y a Dasha? .- Podría ser un factor negativo aquella inseguridad pero no podía mentirle y luego fuera de otro tipo. Sería una nueva traición. Si él quisiera entrar, las puertas estaban abiertas.
Clyven ¦ El nombre de escorpión no me da muy buena espina... -No, no se la daba. Y tenía motivos. No en vano el escorpión que pendía del cuello de su mujer, que nada tenía que ver con las hermandades, tenía un fuerte simbolismo para él. Pero eso no venía al caso. Tenía que tomar una decisión. Y no podía hacerlo a la ligera. Resopló. -Puede que me arrepienta de esto, Átide. Pero si tú eres la líder, supongo que puede tener un pase. Estoy contigo. Pero, te lo advierto, si Pallas o las niñas corren peligro, me dará igual la hermandad, el escorpión, el martillo y los fuegos del Abllos. Arrasaré con todo lo que se interponga en mi camino. -le ofrecia lealtad, a ella, no a la hermandad. Pero de momento, mientras las cosas fuesen bien, era lo mismo.
Limnatide ¦ ¿Por qué? .- Era uno de los secretos tan bien guardados de Clyven que no había podido sacar a la luz. Como desconocía ese dato, no sabría como se tomaría que, en el cuello junto a al colgante de su tía, estaba el colgante en forma de escorpión. Aún así, cuando accedió, suspiró aliviada .- No dejaré que les suceda nada. Al igual que lo haría contigo, con Rhyan y con mis hijos. Antes tendrán que pasar por mi cadaver .- Lo dijó con firmeza. Sus promesas al igual que sus amenazas, no iban en vano. Era muy fiel a ellas. Tanto como a su familia.
Clyven ¦ le acarició la mejilla, sin dejar de mirarla a los ojos, con la misma mano que antes se mesase la barba de varios rías. -Vamos, vamos. Todo va a salir bien. Si tú, que eres la hembra beta, te has hecho con el control del ha hermandad, no puede ser tan terrible. -O sí. No le gustaban los ascensos rápidos, solían llevar regalitos ocultos. Mantendría los sentidos alerta, por si acaso.
Limnatide ¦ Su cabeza maniobró hacia la misma dirección que la caricia que le ofreció Clyven. Entrecerró sus párpados .- Hembra beta en tu manada. Recuerda que en la mía, sigo siendo la Alfa. Y, en la Hermandad, la líder .- Remarcó orgullosa. Al menos, ahora se sentía más calmada. Teniendo a su primo en su bando era un punto a favor. Lo malo sería cuando, Esthia, se enterase de eso. Prefirió no pensar en ese detalle .- ¿Quieres ir a ver a tus sobrinos? .- Estaría Rhyan en casa. Se había quedado a cuidarlos.
Clyven ¦ Si esperas que yo cumpla tus ordenes como si fuese una mascota, vete olvidando. Puede que para ellos seas una líder, pero para mí sigues siendo aquella mocosa llorona con coletas, así que no esperes que cumpla al momento el menor de tus deseos, porque te mando a la mierda. -sonrió, atrapándole la nariz entre los dedos, como le hacía a Clío. Bueno, un poco más fuerte.
Limnatide ¦ ¿Mocosa llorona con coletas? Uh, ahora te vas a enterar lo que vale esta mocosa llorona con coletas .- Después de poder librarse de aquel agarrón, colocó ambas manos sobre su pecho, haciendo empuje para darle un empellón. Meneó la cabeza hacia los lados, crujiéndose el cuello y mirándole desafiante .- Necesito quitarme tensiones. ¿Te apetece una pelea, gruñón?
Clyven ¦ se echó a reír mientras retrocedía unos pasos para decer ante el empuje de Limnatide. Apenas formuló la pregunta, el mercenario se quitó las botas. Se tiró de la camisa hacia arriba, hasta sacársela por la cabeza, y se dispuso a quitarse el pantalón. ¿Una pelea? ¿Cuándo había dicho él que no a eso? Sin embargo, se detuvo con las manos aún en el cierre del pantalón. -Espera. ¿Tú estás segura de que puedes? Acabas de parir, no me seas animal.
Rhyan_Guile- Pelona Colorá
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