El mural de los acertijos, adivinanzas, frases curiosas y lo que venga...

* La mujer, después de su primera clase en la hermandad, sigue en busca de la Biblioteca. Sabía que había una, es lógico, pero no se había molestado en buscarla hasta el momento.

Sabía que la frecuentaba el alto elfo Aegnor, algo que le interesaba en realidad.... Había conocido a algunos componentes de la Hermandad, pero había dos en concreto que le llamaban la atención... No por su simpatía, si no por sus maneras de hablar. Demasiado prepotentes, asqueantes y pedantes. Eiden y Aegnor... No puede evitar sonreir con sorna.

Llega a la Biblioteca por fin. Recorre algunas estanterías, pero no se entretiene. Se queda ante una pared donde descansaba un cuadro que hacía la forma de la pared...encorvado igual que el muro... Es horrible!!!!! Un hombre gordinflon, vestido con túnica rojo pasión y un libro: " Acertijos, adivinanzas, frases curiosas y lo que se les ocurra..."

Alza el gesto curiosa... Qué sería eso? Buscaría el libro en aquella Biblioteca pero parece eterna. Se encoge de hombros y va directa a un escritorio donde había papel y pluma....*

-Bueno, ya que ese libro aún no está en mis manos... pongamos a prueba a esos dos inteligentes y a la hermandad entera... jejejejeje A ver qué de listos son...

*Al rato, clava en el cuadro un pergamino... Se le ha ocurrido la idea de escribir y colgar en aquel cuadro, acertijos, adivinanzas... todo lo que se les ocurra...A ver quién lo sigue... y quién adivina los misterios... Ella comienza el juego... Se apuntará alguien?*

-Empecemos con algo fácil....-

El pergamino reza:

Aegnor miró el cuadro. Quien había podido clavar en el lienzo un pergamino? Cierto es que el cuadro parece pintado por Urgy, pero en cualquier caso ... un poco de respeto por el arte! O por un intento del mismo!

Leyó el pergamino con un vistazo rápido, si algo hacía era leer bien. Un rápido pensamiento cruzó por su cabeza ... la taza estaba llena de té, pero... se llama té tanto a la infusión como a la hierba que se usa para hacerla.Tal vez la taza estaba llena de hierba, y por lo tanto no podía mojarse el pendiente?

Anotó esto en el pergamino, con una letra pequeña y minuciosa, y se alejó al momento pensando en cuantos tipos de té conocía. Té negro, té verde, té moruno ...

* La mujer, seguía recorriendo la torre hasta que observa al elfo salir de la Biblioteca.... Le escucha susurrar algo que no entiende, pero viendo como es, seguro ha visto su acertijo...

Cuando este desaparece, corre al cuadro horrendo... Lee con atención el pergamino. Sonrie de lado. Sabía que él no iba adejar aquello sin respuesta.... "Elfos....que mala me ponen..." Ella daba por hecho que era el elfo, se caía de cajón, pero él sabía que era ella quién había decorado aquel cuadro?

Coge la pluma y escribe:

- Se atreve a contestar y no ha seguir la cadena? Elfos...-

Sin más, se da la vuelta y se marcha de la estancia, dejando un tenue olor a Olea Fragans*

*Silmaris caminaba hacia la biblioteca,hacía poco que había ingresado en la Hermandad pero le habían dicho que podía caminar libremente por todas las estancias y lo primero que le llamó la atención fue la enorme sala llena de todo tipo de libros que albergaba el edificio;sin duda la iba a disfrutar.
Entró en la sala,por dentro parecía aún más grande de lo que se podía adivinar desde fuera,sonrió y se dispuso a buscar algún libro relacionado con la historia de la Hermandad de La Llave y las relaciones de ésta con las otras Hermandades.Ella tenía ya suficiente información,tanta como para querer pertenecer a ella y comprometerse a hacerlo,pero no estaría de más repasar los Anales de la que ahora era su familia. Tras echarles un vistazo buscaría tomos sobre plantas, había encontrado cerca de la ciudad una extraña hierba que aún no conocía y siendo propia de la zona confiaba en poder encontrar información sobre ella.
Buscando entre las estanterías encontró algo que le llamó la atención: alguien había clavado un pergamino sobre un cuadro, desde luego sería alguien con muy poca cabeza...
Vamos a ver se acercó aún más,el pergamino parecía tener algo escrito y así era;por lo visto algunos miembros de la hermandad -mis hermanos ahora- pensó, se entretenían estropeando cuadros y planteando adivinanzas y,por lo que había podido ver,de momento no eran muy complicadas...
No conocía a nadie allí aún pero parecía haber dos letras diferentes escritas en él. Por lo visto el segundo era un elfo y no sabía seguir algo tan simple como una cadena de adivinanzas... Mmm... cogió una pluma de una mesa cercana y la mojó en el tintero, con cuidado se dispuso a escribir una adivinanza pero de repente se dio cuenta de que no era su turno,el tal elfo debía hacerlo así que escribió:


"El que la adivina la sigue"

Antes de firmar recordó que los otros dos no lo habían hecho, así que ella tampoco lo hizo.Sonrió levemente, a Ned le gustaban mucho las adivinanzas, quizá no había sido tan mala idea esa especie de juego y como pensaba visitar la biblioteca cada día le sería fácil seguirlo.
Dejó la pluma con cuidado y se dispuso a buscar los Anales.

Aegnor salió de sus habitaciones rumiando extraños pensamientos acerca de la muerte del mago Carr Adin, siglos atrás. Fue, en su tiempo, un mago famoso por dominar un misterioso sexto elemento, aunque su saber se perdió con su muerte: Lo encontraron ahorcado dentro de su armario, lo que en un hechicero es algo realmente infrecuente. Fue sacado de sus cavilaciones por las nueve campanadas del reloj de la torre cercana, y se encontró de nuevo frente al cuadro con el pergamino, ahora, incluso, con una anotación un tanto burlesca. Se sintió un tanto herido en su amor propio, aunque nadie sabía que fue él quien había acertado el acertijo anterior, así que se dispuso a remendar ese pequeño roto que el 'el que la adivina la sigue' le había dejado en el orgullo. Tras pensar un momento sonrió con algo que él consideró cara traviesa (aunque realmente era más parecido a ver un chopo con estreñimiento. Huelga decir que no estaba acostumbrado a sonreír mucho), y con su letra pequeña y minuciosa escribió un poco más abajo lo siguiente:

"Estimados Hermanos, tan sabios todos. Bien sabido es que a los hechiceros la lógica se nos presupone. Así pues, sabrían decir qué símbolo es el adecuado para que la siguiente serie no sea discordante?

I,X,X,X,I,X,I,I,I,I,I,I,I,I,I,?"

Tras esto miró su pequeño escrito con aire divertido, y se volvió a sumergir en la muerte de Carr Adin, pensando en el significado de las extrañas ataduras con que le hallaron.

Alys pasó cargando inmensos volúmenes , unos sobre otros. Tenía que hacer equilibrios para que no se le cayeran y luego estaba el problema del peso. Un paso , otro... El camino de vuelta se le estaba haciendo eterno cuando distinguió una nota en el cuadro que adornaba la biblioteca. Se agachó lentamente y colocó los libros en el suelo. Luego se subió sobre ellos y se puso de puntillas para poder leer lo que ponía la nota. Se rascó la cabeza. ¿Acertijos? ¿A quién se le había ocurrido eso? Ya podrían haber puesto formulaciones químicas- Pensó. Sacó su pluma del interior del Kimono y anotó otro I en el pergamino. Miró a los lados , comprobando que no había nadie. Entonces se estiró un poco más y dibujó en los labios del viejo gordo un bigote al estilo de Dalí.
Bajó rápidamente , recogió los libros y echó a andar, riéndose a carcajadas.

Aegnor pasó al lado del cuadro con cierta prisa, volviendo a sus habitaciones a resolver urgentes asuntos. Sin embargo, tuvo la entereza de ánimo suficiente como para leer la nota y sacudir la cabeza al leer la respuesta ... pero hay que admitir que se rió bastante al ver el nuevo bigote!

A saber como habia podido colarse en la Biblioteca de la Llave....Para que? Psé curiosear que ambiente habia en esa hermandad que aún no sabia si eran enemigos o no. El caso es que ahí estaba, plantada ante toda esa caterba de estanterias y libros y....que vértigo!!!!

Para centrarse observa un cuadro que....madre de Dios....el gusto atrofiado, eso es lo primero que piensa de esos "otros" hermanos. Se acerca más hasta poder leer el pergamino a la vez que piensa que como la pillen allí verás la risa....mira a lado y lado y de nuevo el pergamino. Acertijos....se fija en el último, el que no estaba resuelto y frunce el ceño viendo esa ristra de I y X....Lo habria dejado pero al parecer eso lo habia escrito un elfo y eso no podia pasarlo por alto, de que un comeflores iba a poder con su ingenio?? Así se centra y se concentra hasta que....lo ve!! Con claridad meridiana!!!

Toma la pluma que hay en una mesa cercana, casi con prisas no fuese a olvidarsele la respuesta que cree correcta.

y sencillamente bajo el acertijo escribe "V"

No firma, solo pone eso....en cuanto a lo de poner ella un acertijo....Se tensa, ha escuchado pasos acercarse. "Lo siento Llave, quizá otro dia!" Piensa para si antes de salir de allí y regodeandose cuando vean la respuesta sin saber quien ha sido.

Morwyn ve la nota, la recoge y la lee....TRas unos minutos pensando, coge de su mochila una pluma de cuervo y tinta del tintero de la mesa mas cercana y escribe:" Porque no tienen ombligo".
Chasquea la lengua, pues la nota huele a drow...pero no ve ninguna cerca...y si esta, prefiere no llamar la atencion...asi que deja la nota clavada en el tablon y pone junto a ella otro, en que pone:
"Se cuenta que en la lápida de Diofanto, el gran matemático de la Antigüedad que estudió las ecuaciones que llevan su nombre, había la siguiente inscripción:

“Larga fue la vida de Diofanto, cuya sexta parte constituyó su hermosa infancia; su mentón cubrióse de vello después de otro doceavo de su vida; la séptima parte de su vida transcurrió en un matrimonio estéril; pasó un quinquenio más y le nació un hijo, cuya vida sólo duró la mitad de la de su padre, que sólo sobrevivió cuatro años a la de su amado hijo.”

¿Cuántos años vivió Diofanto?

Aegnor vio la nota en el suelo, tirada. Qué poco respeto se tiene por la limpieza!, se dijo, pero al ver su contenido lo leyó con tranquilidad. Pensó para sus adentros 'Según pone aquí, la edad de Diofantes es la suma de un sexto de su edad, de un doceavo de su edad, de un séptimo de la misma, de los cinco años del quinquenio y de la edad del hijo, que es la mitad del total de la suya propia, más cuatro años más ... esto hace que el señor Diofantes muriese a la provecta edad de ... 84 años, viejo para ser un humano, pero realmente un niño para los mios'.

Miró el papel con la respuesta, y tras releerla para asegurarse de que era correcta, se dio cuenta de que tenía que escribir algún otro enigma para que la cadena continuase, así que escribió, recordando sus tiempos jóvenes...'Años ha, cuando era embajador de mi pueblo en las tierras de los Silvanos, recuerdo que un día entraron en mi embajada cuatro elfos drow para solicitar ciertos trámites. Sin embargo, no salieron más. Qué es lo que sucedió?'. Sonrió ante la pequeña trampa, dejó el papel en el cuadro (riendose del bigote !!!) y se alejó con paso vivo.