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Diciembre.

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Mensaje  Pallas_Atenea Lun Dic 09, 2013 2:12 pm

Aquí empieza la segunda temporada de Twin Falls. Aunque teníamos pensado hacerlo antes de navidades, al final tendremos que dejarlo un poquito más, pero ya podemos empezar a hacer cositas y mover personajes, así, si hay alguien nuevo, puede empezar a hacerse un hueco en Twin Falls. Y sin más, os dejo el primer acto, sin corregir ni nada, que una no tiene tiempo de andar editando logs para ponerlo bonito.
^^

8 de diciembre de 1868. Calles de Twin Falls.

Minerva_Dalton: Cada domingo, Twin Falls se dividía entre aquellos que acudían a la parroquia y aquellos que dormían la resaca de la noche del sábado. Para Minerva Dalton era una mezcla de ambas. Iba a la iglesia, pero se notaba que apenas había dormido la noche anterior, a causa del trajín en su local. A su lado, Tom -perfectamente descansado y vestido de domingo-. El oficio empezaría en media hora, pero quería llegar pronto para coger sitio en un banquito y no tener que estar de pie todo el rato.
Marion_Sutter: Camina hacia la parroquia apresurando el paso. Ataviada con una falda larga de color grisácea-azulada y una blusa blanca abotnada hasta el cuello, encima la chaquetilla a juego con la falda, entallada todo ribeteado con hilo negro formando fores de lis. Solía ir vestida diferente por la calle a como lo hacía cuando trabajaba en el salon. El cabello rojiz y ondulado caía a cada lado del rostro recogido con dos horquillas en plata vieja con brillantitos engarzados. Su mirada azulada escrutó el camino más corto para llegar a la parroquia, había que guardar las apariencias y en eso, ella sabía mucho.
Jonathan_Atwood: (Jon no disfrutaba particularmente de los sermones, ni los del domingo ni de los de cualquier otro día. Aunque se llevaba bien con el párroco, no solía asistir con el resto del pueblo, ya que la presión podía con él. Últimamente estaba más paranoico que nunca, más desconfiado y tenso. Ese estado exacerbado de su ánimo repercutía en el trato con la gente del telégrafo. Todavía no lo había dejado y no sabía realmente a qué estaba esperando. En vez de acudir esa mañana a la iglesia, prefirió dedicarla a un paseo. Necesitaba relajarse de alguna manera.)
Minerva_Dalton se acomodó un poco el sombrero sobre la cabeza. De un azul oscuro, casi morado, al igual que la falda de su vestido, mientras que la cinta que lo adornaba era de líneas azules más claras, igual que el corpiño del vestido, de mangas largas, amplias hasta el codo y estrechas hasta la muñeca, ceñida al talle y que se abría sobre la falda hasta más o menos la altura de la mitad de los muslos. El escote, redondo, dejando intuir el nacimiento de sus senos, cubierto con una capita de paño casi blanco. -Cada vez se me hace más duro esto de levantame un domingo. ¿No te da la sensación de que los parroquianos cada vez se van más tarde del saloon? Debe ser que ya arrecia el frío por las noches y prefieren demorar el regreso a sus casas o hacerlo demasiado cargados de alcohol como para notarlo -comentó con Marion. Tom se alejó un poco de ellas, con sus pantaloncitos claros, sus zapatos limpios, brillantes, su camisa nueva -con corbatita-, la chaqueta y el cabello rubio repeinado. Aceleró para ver si había otros niños en la plaza.
Marion_Sutter:  Contempla a su prima y asiente con la cabeza estando de acuerdo con lo que comenta. - Así es, cuesta echarlos ya. Claro ya se siente el frío bastante aunque aún no es invierno. - Resigue con la mirada a Tom viendo lo guapo que va vestido, le encanta verlo con esa ropa de los domingos. Suspira profundamente pensando que no había nada tan aburrido como tener que aguantar la misa del cura. Por lo que sonríe ampliamente al ver a Jonathan_Atwood caminar hacia ellas por el camino hacia la parroquia. Procede a inclinar la cabeza a modo de saludo. - Buenas sean señor Atwood.
Jonathan_Atwood: (El telegrafista dio un respingo al escuchar que alguien lo interpelaba y luego se fijó en las mujeres que iban juntas; una era Minerva_Dalton y la otra Marion_Sutter. Supuso que Tom andaría cerca, tocaba misa y el niño no tenía opción.) B-buenos... B-buenos días, señorita Sutter. Minerva. (Meció la cabeza hacia delante para ambas e intentó proseguir con su camino; esperaba que no lo retuvieran para charlar, pues no estaba en condiciones de mantener su papel.)
Minerva_Dalton: -Buenos días, Jonathan -sonrió Minerva. Ampliamente y visiblemente complacida porque éste emplease su nombre en lugar de un tratamiento más formal. Tom, que estaba llegando a la esquina para encarar la calle que le llevaría a la plaza, se detuvo y miró hacia atrás, a su madre y su "tía" Marion, como ya la llamaba. Al ver con quién se habían detenido, regresó a la carrera. -Tom, no corras así, que te despeinas -reprendió suavemente su madre, recolocándole el pelo, mientras él respiraba agitadamente y con las mejillas sonrosadas. -Buehh-nos días, sehh-ñor Atwood.
Marion_Sutter: Entrecierra los ojos mirando a Jonathan_Atwood percibiendo su incomodidad, era suficientemente observadora como para saber que le ocurría algo. Desvía la mirada hacia Tom viéndole correr y esboza una sonrisa, le había cogido cariño al niño ya que se hacía de querer, le costaría mucho alejarse de nuevo de ese condado aunque la verdad es que llevaba mucho tiempo y no solía ser de las que se quedaba en el mismo lugar mucho tiempo. Pero las gentes afables de Twin Falls la habían atrapado dejándola quedarse demasiado tiempo para su gusto.
Jonathan_Atwood: (Jon sintió en el alma que el niño se hubiera percatado de su presencia; no quería ser desagradable con él, pues a pesar de su corta edad, era uno de los ciudadanos de Twin Falls que más respetaba y, por supuesto, más apreciaba, pero esa mañana en concreto sentía que odiaba a toda la humanidad, ¡a toda, sin excepción! Aunque tal vez podía hacer un pequeño hueco para Tom Dalton, con sus mejillas sonrosadas y el pelo peligrosamente a punto de romper las filas con las que tanto mimo su madre le había peinado.) Buen-nos días, T-Tom. No t-te escapas de m-madrugar los doming-gos, ¿eh? (Le gustaría preguntarle cómo le va en la escuela, pero eso le recordaría a la señorita Williams. Ahogó un suspiro.) ¿Por qué no e-eres un buen ch-chico y te adelantas p-para cogerles sitio a t-tu madre y a su prima?
Minerva_Dalton: Las campanas de la iglesia interrumpieron la charla. Minerva soltó un quedo resoplido que hizo moverse uno de los rizos que escapaban bajo el sombrero. Parecía que encima les metían prisa. ¡¡Como si no tuviera ya bastante con tener que salir de la capa apenas unas pocas horas después de haberse metido!! El padre Callahan era un desconsiderado. -Sí, Tom, adelántate. Pero no te pongas a correr por la plaza -advirtió, aun sabiendo que el niño lo haría de todos modos. El pequeño sabía que cuando los adultos le mandaban algún tipo de recado como el que acababa de recibir significaba claramente que querían deshacerse de él. Miró a Jon con un reflejo de tristeza o contrariedad, pero obedeció, alejándose a paso tranquilo. Ya no tenía tanta prisa por llegar a la plaza.
Marion_Sutter: Escucha lo que dice Jonathan_Atwood, atenta a sus gestualidades. A saber lo que le pasaba. Alzó la vista hacia el campanario apreciando el sonido que emitían las campanas llamando a los parroquianos para que acudieran a misa, resopla bajito contrariada. Pensar en la diatriba del padre Callahan hasta le deprimían, tendría que salir después a cabalgar para despejar la mente y de paso, disparar con su revólver, eso le hacía sentir viva. Contempla al telégrafo de soslayo unos momentos antes de mirar a su prima a ver si se movía. Cuanto antes entraran en la parroquia antes pasaría la misa de las narices.
Minerva_Dalton: El padre Callahan me reprenderá si me escucha, como a una niña díscola, pero lo que menos me apetece ahora mísmo en sentarme en la iglesia a escuchar el sermón. Usted no va, Jon. -y no era exactamente una pregunta, aunque se había esforzado en entonarla ligeramente como tal. Lo deducía al verle caminar en dirección contraria.
Jonathan_Atwood: (Lamentó la mirada de Tom, pero no pretendía apartarlo del grupo de los adultos por ningún pretexto en particular. Simplemente no quería que la oportunidad de ser descortés o impertinente con el niño se presentara, pues no tarda en despedirse de la señorita Sutter y de Minerva.) Espero que el serm-món no sea muy largo.... No, yo... pensé... (Ya estaba allí, no podía evitarlo, la estúpida charla insulsa. Apreciaba a Minerva, sí, pero no le debía ninguna explicación. La señorita Sutter, además, le estaba mirando demasiado.) T-todas las ov-vejas se p-pierden de vez en cu-cuando, ¿no es así? (Trató de sonreírles, pero fue una mueca grotesca la que se puso en sus labios.) B-bueno, n-no deseo e-e-entret-tenerlas más. B-buenos días. (Volvió a inclinar la cabeza y reanudó su camino o, al menos, lo intentó.)
Marion_Sutter: La mirada azulada se ilumina por unos momentos escuchando a su prima que al parecer piensa como ella. - Pienso lo mismo prima, últimamente las charlas del padre Callahan aburren demasiado. - Resopla reiterando lo que piensa. Al ver que se va el telegrafista se encoge de hombros elevándolos. Desde luego algo le ocurría.  - Buenos días señor Atwood, que paséis una buena mañana. - Desea la joven mirándole elevando las comisuras de los labios en una sonrisa gentil.
Minerva_Dalton: No todas las ovejas se pierden, Jon. Algunas, simplemente creen ser ovejas siendo el lobo. Y el lobo nunca encaja en el rebaño. Disfrute del domingo. Espero verle pronto por el saloon. Y sé que Tom también lo espera. Buenos días. -se despidió alegremente, como si sus palabras no significasen para ella más de lo que literalmente había dicho. La parroquia les esperaba, así que comenzó a andar de nuevo. -Ay, Marion, te juro por lo más sagrado que me está costando horrores llegar hasta la iglesia.
Marion_Sutter: - Pues eso es fácil prima. Hace una mañana espléndida como para quedarse entre cuatro paredes. Me vale la pena aguantar al padre Callahan sus recriminaciones por no haber acudido a la iglesia... podríamos dar un paseo con Tom por los alrededores. ¿Se apunta usted, señor Atwood? - Pregunta la joven antes de que se vaya esperando que se quede y así se despeje la mente.
17:28 Jonathan_Atwood: (¿Qué demonios estaba insinuando la señora Minerva Dalton? Jonathan por poco no pierde los estribos ahí en medio de la calle para gritarle que él no era un lobo; tenía que, si acaso, comportarse como tal, pero no lo era. Tampoco era una oveja, eso lo sabía y ya se habían ocupado de dejárselo muy claro los vecinos tan amables de Twin Falls. A lo mejor era un híbrido.) ¿Q-qué? (La pregunta de la señorita Sutter era, a todas luces, inoportuna.) ... ¿Q-quieren hac-cerme cómplice? Si ust-tedes ignoran l-las campanas... (Jon miró hacia la torre de la iglesia y en su rostro se dibujó una brevísima expresión de culpabilidad, aunque era un ateo en secreto. Sintió un profundo deseo de pedirles que se fueran al Infierno, pero en lugar de eso se encogió de hombros y guardó silencio.)
Minerva_Dalton rió y se puso los brazos en jarras, meneando la cabeza -Se suponía que tenías que ser el angelito bueno de la conciencia y llevarme a la iglesia, Marion -protestó, divertida- pero como no lo has hecho, te tomo la palabra. Vayamos a dar un paseo. Recojamos a Tom en la plaza y aprovechemos el buen día que hace. Ya quedan pocos antes de que empiecen las lluvias. -rompió a reír de nuevo de forma que no escuchó la pregunta de Jon. O, si lo hizo, prefirió ignorarla. Después de todo, ya era un hombre adulto y ella no era ni su madre ni su esposa para decirle qué tenía que hacer o no. Sólo era una mujer -a la que le gustaba considerarse su amiga- a la que le parecía que no era del todo feliz con su vida.
Marion_Sutter: Mira a su prima y mira a Jonathan_Atwood, dándose cuenta de que ha sido inoportuna carraspea ligeramente pero no se deja amedrentar por la mirada del telegrafista y por lo que ha comentado su pirma. - Jajaja Prima perfecto y es cierto las lluvia llegarán pronto. - Guiña un ojo mirándola desviando la mirada hacia el telegrafista. - Oh vamos señor Atwood, igual os viene bien salir y despejar la mente. Prometo no preguntar nada. No es que mentere mucho de lo que acontece en Twin Falls aún... del todo. - Miente pero bueno es bueno guardar las apariencias. Nadie tenía que saber lo que ella era realmente.
Jonathan_Atwood: (¿Preguntar? Jonathan dirigió una mirada muy poco amable a la señorita Sutter, pero enseguida se retractó y compuso algo más suave para la dama. Lo único que le atraía de la idea es que tal vez podía resarcirse con Tom por haberlo mandado a la iglesia. Si hubiera sospechado que esas dos mujeres no iban a cumplir con lo que se esperaba de ellas, se lo habría ahorrado.) De acuerdo.
Minerva_Dalton: -Esperadme aquí, entonces. Iré a por Tom. No quiero que nos vean llegar juntas. Así tendré la excusa de venir a ti si alguien me pregunta. No tengo ganas de aguantar hoy comentarios de las señoras -había un deje de sarcasmo en ese "señoras"- que no aprueban mi negocio. -Y echó a andar hacia la plaza delante de la parroquia, para buscar a su hijo, que ya estaba correteando con otros niños por allí.
Marion_Sutter: Asiente a las palabras de Minerva_Dalton. - Claro prima, no me muevo de aquí. - Sonríe a su familiar gentilmente mientras desliza ambas manos por el regazo entrelazándolas mirando con clara curiosidad a Jonathan_Atwood ante esa mirada inquisitiva que le había lanzado. Suspira bajito un poco incómoda. - Esto... señor Atwood y usted... ¿Lleva bien que haya acabado ya todo lo de los bandidos y eso? y que no los hayan atrapado claro.
Jonathan_Atwood: (No tenía por qué intentar sacar un tema de conversación; al contrario que a la mayoría de personas que conocía, los silencios no eran incómodos para el telegrafista. De hecho, muy a menudo, los prefería.) Señorita Sutter... (Comenzó, con un gran pesar y haciendo un esfuerzo por no poner una mueca de desdén.) ...¿U-usted q-qué cree? Me alegro d-de que los v-vecinos puedan estar tranqu-quilos y seguros... y de que el telég-g-grafo se haya r-restableci-cido. Las comunicac-ciones son importantes. ¿Acaso us-usted los e-echa de menos?
Minerva_Dalton llegó a la plaza. Ya había varias personas allí, esperando la hora del oficio religioso. Cruzó saludos con algunos de ellos, con otros, un simple cabeceo desde lejos. Tom no se percató de la presencia de su madre hasta que éste le llamó. Se acercó hasta ella dispuesto a soportar el sermón previo al que diría el padre Callahan. Y los sermones Dalton solían ir acompañados de un tirón de orejas. Al verla extrañamente sonriente, a pesar de ir con los picos de la camisa por fuera y haberse despeinado un poco, Tom se extrañó. -Ven, que nos vamos. -fue toda la explicación que le dio, antes de cogerlo de la mano y encaminarse con él de regreso a la calle donde había dejado a Marion.
Marion_Sutter: Contempla a Jonathan_Atwood manteniendo en el rostro esa sonrisa gentil que la caracterizaba. Ante su pregunta no puede evitar sonreír de forma enigmática unos pocos segundos. Apresura a negar con la cabeza. - ¡Oh no señor Atwood! - Exclama fingiendo tratando de ser lo más realista posible. - No me gustaría que volvieran y resquebrajaran la tranquilidad que mantenemos. Aunque se hayan salido con la suya y no hayan sido apresados.
Jonathan_Atwood: (Jonathan iba a añadir un comentario mordaz sobre la situación de los bandidos y lo poco que veía a Twin Falls lamentar la pérdida del sheriff. Los TB habían hecho un favor a la población, la habían limpiado de esa miserable autoridad que imponía su propio concepto de justicia con una arbitrariedad insultante, cuando no degradante. Era un degenerado y estaba mucho mejor en el cementerio que bebiendo gratis en cada tugurio. Sin embargo, la cercanía de Minerva con el pequeño le animó a guardar silencio de nuevo.) Eh, T-Tom... Al f-final t-te quedas sin sermón. ¿Dirías q-que es algo bueno o malo? (Era una pregunta capciosa, pero a Jon le hacía gracia porque ya imaginaba lo que irreflexivamente contestaría el muchacho.)
Minerva_Dalton: Tom dudó qué responder. Finalmente, le hizo un gesto para que se acercase y hablarle al oído, no quería que su madre lo escuchase. Y como era un niño, podía tomarse ese tipo de licencias que, con otra edad, serían calificadas de falta de respeto hacia su madre y su tía. -Me he librado de los dos sermones. -Minerva, sonriendo con indulgencia un momento, centró su atención en Marion -Y bien, voz de mi conciencia, ¿dónde os apetece que vayamos?
Marion_Sutter: Ve llegar a Tom y su prima y sonríe divertida mirando al pequeño hablarle al oído al telegrafista respondiendo a su pregunta, atiende a su prima soltando una risilla complaciente. - Hay un pequeño valle al lado de la cascada que es precioso y no está muy lejos. - Sugiere mirando a ambos presentes a ver si les parece bien la idea. Desliza las yemas de los dedos por un mechón rojizo rebelde que le había caído en el medio del rostro, apartándolo con delicadeza y arrastrándolo detrás de la oreja.
Jonathan_Atwood: (Jonathan terció la primera sonrisa sincera desde el encuentro y se la dedicó a Tom, el único ser que podía escapar, por ahora, de la rabia que sentía hacia el resto de sus congéneres.) Conozco un juego nuevo que pu-puede poner a prueb-ba tu vocabulario, ¿qu-quieres intent-tarlo?
Minerva_Dalton asintió -Me parece perfecto, con tal de alejarme un poco del bullicio. Porque... ¡qué nochecita la de ayer! -no especificó más. Marion había estado presente, al igual que ella, cuando varios hombres con demasiado alcohol encima, habían intentado, infructuosamente, tener un duelo en mitad del saloon. Por suerte estaban demasiado borrachos para siquiera atinar a desenfundar sus armas, mucho menos apretar un gatillo. Entre ellas, dos de las chicas y cuatro habituales, les habían sacado del local -no sin que antes Minerva les hubiese "requisado" las monedas correspondientes a su consumición. Tom miró a Jon con los ojos ilusionados. LE encantaban los juegos en los que podía demostrar lo inteligente que era. Le hacía sentirse a la altura de los adultos. De ese adulto. -¡¡Sí!! ¿Cómo se juega, sr Atwood?
Marion_Sutter: - Menuda noche sí, fue tremendo lo del duelo. Parece que el frío afecta bastante. - Comenta negando con la cabeza, también se llevó algún pellizco en las posaderas que era imposible de esquivar pues estaba el local demasiado lleno. Comenzó a caminar hacia la zna que había dicho viendo que no recibía contestación alguna por parte de los presentes, pesnó que les gustaba la idea pues ya se sabe que el que calla otorga.
Jonathan_Atwood: (A Jon le traía sin cuidado dónde pensaban ocultarse las damas de aquel sermón que tanto parecía abrumarlas, lo que le apetecía era, ahora que veía que podía, era sosegarse con Tom. Le explicó las reglas de la palabra secreta, un juego bastante sencillo que mantendría a los dos distraídos. El niño siempre se mostraba con entusiasmo ante unas propuestas que otro descartaría por ser soberanamente aburridas. Pero era eso o hablar de o bien los bandidos o bien Liberty Williams y Jon prefería, desde luego, la palabra secreta.)
Minerva_Dalton: -Yo creo que más que el frío es el alcohol. O la necesidad de algunos de ahogar en whisky lo que no pueden ahogar entre sábanas. Las chicas de Roxanne Cooper deberían hacer horas extra a veces. -Tom había olvidado al instante el interrumpido juego en la plaza para centrarse en el nuevo que Jon le planteaba y que, a sus ojos, era mucho más interesante. Se notaba la admiración que sentía por el telegrafista. Admiración que su madre no cortaba o criticaba. Al contrario.
Marion_Sutter: - Ingieren mucho alcochol eso es cierto, es lo que has dicho igual el frío les hace beber más. Y eso de las chicas podrían aprovechar sí, aunque necesitan también descansar. - Contempla a Jonathan_Atwood lo distraído que está con Tom, al menos así parece no estar tan extraño aunque no es que le conociera mucho como para saber si era muy normal su comportamiento. Solo le decía su sexto sentido que había algo más. Siguió caminando hacia el valle que había meniconado antes. El sol hacía que el aire helado se pudiera aguantar bastante bien.
Jonathan_Atwood: (El juego no estaba mal, aunque era muy limitado con un niño de la edad de Tom Dalton. No obstante, el telegrafista dudaba de que algunos de esos patanes borrachos que triplicaban los años del niño pudieran siquiera sugerir una palabra. Ojalá Tom no se convirtiera en uno de ellos.)
Minerva_Dalton: Pero si ellas descansan mientras los demás trabajamos... Pero en fin, bastante hacen las pobres aguantando lo que tienen que aguantar, porque no sé si yo tendría estómago para meterme entre las sábanas con ciertos... elementos. -podía hablar con cierta libertad con Marion, ya que Tom estaba completamente absorbido por el juego de Jon.
Marion_Sutter: Se estremece ligeramente escuchando las plabras de Minerva_Dalton, reflejando un mohín en el rostro. - Sí, algunos elementos que no se duchan... esto cambiemos de conversación sí... - Al llegar y cruzar el valle llegan a la cascada que da nombre al condado. Allí se siente emnos el frío al estar reguardada por las montañas colindantes. Se siente bien al pasear por esa zona con un bonito paisaje. Mira a Ton y al telegrafista cautivados por el juego, sonríe viendo lo bien que se lo pasan.
Jonathan_Atwood: (Tom era un gran concursante y lo cierto era que se defiende mucho mejor de lo que el telegrafista esperaba, por lo que su humor poco a poco volvía a adquirir ese matiz agradable que lo hacía tan característico de Jonathan. Aunque abandonar el juego de golpe podía considerarse hacer trampas, Jon no pudo evitar darle un pequeño empujón a Tom en el hombro y salir corriendo. La situación era más que propicia: la madre había depositado en él una confianza ciega, una confianza que tal vez un lobo inconsciente de su naturaleza merecía.) ¡No me pillas!
Minerva_Dalton interrumpió su conversación con Marion al ver correr a Jonathan. Una parte de ella -la madre- se asustó al pensar que corría por algo que le hubiese pasado al niño. Pero fue apenas una fracción de segundo, lo que tardó el pequeño en reaccionar, gritar un -¡¡Ahora verá!! -y echar a correr detrás del telegrafista con toda la velocidad que podía sacar de sus piernas más cortas que las del adulto. Minerva sonrió a Marion -Es un buen hombre. A pesar de lo que digan los demás, yo estoy segura de que lo es. Me gusta la influencia que tiene sobre Tom. Ya que no tiene padre, creo que es un buen referente.
Minerva_Dalton interrumpió su conversación con Marion al ver correr a Jonathan. Una parte de ella -la madre- se asustó al pensar que corría por algo que le hubiese pasado al niño. Pero fue apenas una fracción de segundo, lo que tardó el pequeño en reaccionar, gritar un -¡¡Ahora verá!! -y echar a correr detrás del telegrafista con toda la velocidad que podía sacar de sus piernas más cortas que las del adulto. Minerva sonrió a Marion -Es un buen hombre. A pesar de lo que digan los demás, yo estoy segura de que lo es. Me gusta la influencia que tiene sobre Tom. Ya que no tiene padre, creo que es un buen referente.
Marion_Sutter: Enarca ambas cejas rojizas mirando correr al telegrafista de repente y detrás Tom. Desvía la mirada hacia su prima. - Estoy de acuerdo contigo, parece un buen hombre y hace un bien a Tom, pero nunca está de más no terminar de fiarse de nadie, pues nunca se sabe quién puede estar realmente detrás de esa imagen cálida. - Opina mirándola con verdadero afecto, aunque estaba hablando de ella misma sinceramente aunque Minerva_Dalton igual nunca lo sabría. Exhaló el aire con resiganción perdiéndose en sus propios pensamientos.
Jonathan_Atwood: (Jon conocía la zona; no como la palma de su mano, pues prefería otros ambientes para sus paseos vespertinos, pero no podía perderse fácilmente por el valle, lo que se traducía en que, probablemente, estaba en ventaja respecto a Tom, Minerva y quizá Marion_Sutter.) ¡Ahora verás tú! (Jon se desvió voluntariamente hacia una zona descendiente en la que, con las prisas del juego, pronto las mujeres los perderían de vista.)
Minerva_Dalton: -Oh, vamos, mírale. Si quisiera hacerle algo a Tom, ha tenido miles de oportunidades de hacérselo. Y los errores que uno pueda haber cometido no determinan que se sea una mala persona -ahí hablaba también por sí misma. Tom no conocía el lugar. Había ido alguna vez, pero no era donde solía jugar o donde le llevaba Sidney. Además, iba con tres adulto, no era algo de lo que él debiera preocuparse. Siguió corriendo tras Jon, tratando de asirse a su ropa. O donde pudiera.
Marion_Sutter: - No, no me refiero a que puede hacerle daño alguno a Tom, no le veo capaz de eso. Me refería a otrso asuntos pero vaya no conozco mucho al telegrafista también hablaba en general. - Aclara mientras busca un lugar donde sentarse. Llevaba unos nuevos botines de tacón y los pies le estaban matando, pero claro no sabía que iba a ir al bosque en vez de a misa, solo recordar que debería estar ahora escuchando el sermón del padre Callahan... la hace sonreír aliviada. Encuentra un tocón del tronco de un árbol bastante ancho como para poder sentarse ambas y así se lo hace saber con un gesto de la mano a Minerva_Dalton.
Jonathan_Atwood: (Minerva tenía razón; si Jon le deseara algún mal al niño, ya habría tenido varias oportunidades de abusar de su confianza y destrozarlo en pedacitos milimétricos mientras su madre se ocupa del saloon con toda la confianza puesta en ese joven educado y servicial. Pero también podría ocurrir algún peor. Podría ser que Jonathan solo quisiera asegurarse, precisamente, de gozar de esa credulidad por parte de Minerva Dalton para actuar impunemente. Cuando Tom consigue alcanzarlo, se gira rápidamente hacia él y lo atrapa entre sus brazos.) Ya, me has pillado, pero, ¿ahora qué? ¿te puedes soltar, uhm?
Minerva_Dalton se sentó junto a Marion, acomodándose la amplia falda del vestido. -Supongo que tendrá sus cosas, como todo el mundo -Una respuesta típica para no comprometerse. Después de todo, ella conocía secretos de varias personas y pensaba mantenerlos así, en secreto. Primero, porque eran personas a las que apreciaba. Segundo, porque esa información podía salvar su vida y la de su hijo si era necesario. Tom se sintió eufórico cuando atrapó al telegrafista. Sus finos y pequeños dedos se cerraron en torno a la tela del pantalón y con el otro brazo lo rodeó para que no se escapase. No se esperaba que Jon le atrapase a él al mismo tiempo. Respiraba agitadamente, a grandes bocanadas. Tenía el cabello revuelto y las mejillas rojas por la carrera. Sonreía ampliamente. Jon podía notar su cálido aliento a través de la tela, cómo su pecho subía y bajaba y el fuerte agarre alrededor de su cuerpo. Pasados unos largos segundos, comenzó 
Marion_Sutter: Previamente se había acomodado la falda en el tocón, poniendo carita de alivio al descansar los pies. [Malditos botines nuevos...] Escucha lo que le comenta su prima. - Pues sí todos tenemos nuestras cosas. Y a saber. - Deja caer ese y a saber... pues tenía claro que habían secretos como el que ella misma guardaba. - Me están matando los botines estos nuevos... Resopla y se sube las faldas con ambas manos enseñándole a su prima los botines negros de piel con cordones y bastante tacón. - No debí dejarme convencer por la tendera de esa tienda... pero son tan bonitos que me dio cosa no comprarlos.
Jonathan_Atwood: (Pero aunque todo su pesar pudiera aliviarse al hacer daño a Tom, Jon nunca pondría una mano encima del niño con la intención de hacerle daño. No al menos a Tom Dalton.) ¡Ah, au! ¡Cómo se mueve esta sabandija! (Es difícil contenerlo entre los brazos porque se le resiste como si la vida se le fuera en ello. Jon lo empuja contra el suelo sin fuerza y se le echa encima con el único fin de coserlo a cosquillas. Al final le concede una tregua y le propone regresar con las mujeres, si le apetece, o quedarse ellos dos ahí.)
Minerva_Dalton: Pues quitatelos, mujer, si aquí estamos solo nosotras. -estiró un poco el cuello para mirar a ver si veía a Tom. No lo hizo, pero como estaba con Jon, no se preocupó en demasía. La risa histérica de Tom ante las cosquillas llegó hasta las mujeres, dejando a su madre más tranquila, a saber que no estaban tan lejos. Tom se sentó en el suelo, respirando con dificultad, con una gran sonrisa. Hasta tuvo un ataque de tos por intentar respirar, tragar y reír a la vez. ante la pregunta de Jon, se encogió de hombros. Él estaba muy a gusto allí.
Marion_Sutter: - Uis no prima... si es que luego no me los voy a poder meter... jajajaja... - Ríe a carcajada limpia ya que están solas ambas de momento. Escucha la risa de Tom y se sonríe pensando que desde luego, el telegrafista sabía cómo tratar a un niño y que le cogiera aprecio. Estira las piernas y resopla aliviada.  - Con estar sentada me conformo, al menos así no me duelen tanto. Pero ya pillaré a la tendera.... "Son muy cómodos señorita, lléveselos... que verá que los disfruta" ja ja ja... su tía... - Farfulla imitando la voz aguda de la tendera bromeando mientras mira a Minerva_Dalton.
Jonathan_Atwood: (No es sencillo interpretar los deseos de un niño, pero Jon se siente ahora con el ánimo suficiente como para hacerlo y supuso que lo mejor para su indeterminación era, sin duda, que él decida por los dos.) De acuerdo, caballerete. Turno de historias. ¿Has aprendido alguna nueva en clase o... crees que serías capaz de contarme alguna que te inventes tú? (La mente de Jon había empezado a trazar un plan sin que su dueño se diera cuenta y lo está poniendo en práctica subrepticiamente.)
Minerva_Dalton: -Eso te lo dicen siempre, para vender. Ya deberías saberlo. Es como cuando yo les digo que el whisky que tenemos en las cajas de abajo es de importación. Ellos se lo beben tan felices y me lo pagan más caro. Pero seguro que puedes llevárselo al zapatero para que te lo ponga un poco en la horma. -¿Una historia? ¿Una historia de qué? ¿De miedo?
Jonathan_Atwood: ¿Te gustan las de miedo? (Jonathan se acomoda en la hierba apoyado sobre un codo, ladeado hacia el crío.) A mí también. (Espera a que se la cuente mientras prepara su propia historia en la que hay un elemento clave: el espionaje. Le gustaría inocular la idea en el cerebro de Tom porque así, quizá, podrían jugar más adelante a los espías aprovechando la inmunidad que tiene para pasearse por el saloon.)
Tom_Dalton cruzó las piernas y se pasó la mano por el pelo para apartarse un mechó de la frente. -Mamá me contó una vez que uno de los pueblos indios había un fantasma y que todas las noches se montaba en un caballo e iba por la pradera, asustando a los forajidos que se escondían por allí.
Jonathan_Atwood: (Jon chasquea la lengua y niega con la cabeza.) Eso no es contar una historia, Tom. ¿Cómo quieres que me asuste con eso? (Pregunta con una sonrisita que tiene un matiz burlón, aunque, por supuesto, no hiriente.) Háblame del pueblo indio, de por qué los llaman salvajes, sus ritos... de dónde sale el fantasma, por qué podía montar en caballo, por qué quiere asustar a los... (Jon se endereza y desvía la mirada hacia alguna parte, pensativo.) ...forajidos. (La historia de espías puede retrasarse un poco.) ¿No te dan miedo los forajidos, Tom?
Tom_Dalton negó con la cabeza, aunque se notaba que estaba haciéndose el valiente. La idea que él tenia de un forajido era de alguien feo, sucio y malvado, que mataba sin piedad y robaba a los demás sin motivo. No entendía que una persona pudiera tener matices. Era un niño y todavía reducía todo a blanco o negro. -Pues... mamá no me contó esas cosas. Pero Sid sí sabía algunas. Se lo pregunté una vez, mientras me enseñaba a disparar con un arco. Me dijo que asustaba a los forajidos porque unos forajidos le habían matado y buscaba vengarse. Que cuando se montaba en un caballo, éste se quedaba sólo en los huesos.
Jonathan_Atwood: Bueno, eso está mejor... (Jon recupera su aparente tranquilidad mientras escucha cómo el niño intenta completar la historia con los datos que ha pedido, aunque no consigue producir un atmósfera envolvente. Al fin y al cabo, tiene diez años. Se lo da por válida.) Está bien... Pero si tienes que contar una historia de miedo, no elijas esa porque tú no eres un forajido y quien te escucha... probablemente tampoco. ¿Cómo quieres que se asuste?
Tom_Dalton se encogió de hombros. -Mamá me la contaba cuando era pequeño y no quería irme a la cama, decía que iba a venir el indio fantasma y me iba a llevar en su caballo esqueleto si no me metía en la cama.
Jonathan_Atwood: (No puede ponerse a discutir con un niño sobre qué sentido tiene esa historia si él no es un bandido, pero por poco lo hace. A veces se deja llevar demasiado por una lógica inaplicable que, a la larga, solo le conduce a situaciones espúreas, sin salida.) Bueno, tu madre, en ese caso, eligió bien, porque eras más pequeño. Ahora, supongo, no te daría tanto miedo, ¿no? Aunque si el indio fantasma se paseara por la noche en Twin Falls... me asustaría hasta yo. (Pero eso no existe para Jon. Es ateo con todas sus consecuencias y niega la posibilidad de una vida más allá de la terrenal. No hay otros planos. ¿Quién demonios necesita a los fantasmas cuando ya hay monstruos de carne y hueso?) ¿Sabes lo que significa "manipular", Tom?
Tom_Dalton asiente -Es mover algo con las manos. Y creo que servía para otra cosa de la gente, pero de eso no me acuerdo bien. -Se encogió ligeramente de hombros. Todavía no conocía bien todas las acepciones. Y precisamente por desconocer que se podía manipular y por la inocencia inherente a su edad, Tom podía ser fácilmente manipulable. Aunque si se le preguntaba a su madre, ella diría que el manipulador nato era Tom.
Jonathan_Atwood: (Jonathan no duda de la capacidad innata del niño; ante él siempre se ha mostrado como un niño inteligente, de curiosidad insaciable, que sabe relacionar las ideas y elaborar las suyas propias, lo que es todavía menos común. Pero toda esa capacidad, todo ese don podría perderse si no está bien dirigido y sería una pérdida por la que llorar, no como, por ejemplo, el caso del sheriff.) Bueno, te contaré algo que puede dar más miedo... porque eso pasa y pasa sin que te enteres. (Al ser una especie de confidencia, el telegrafista toma una actitud más íntima con el chico y se acerca un poco hacia él para hablarle de la manipulación y cómo es importante que se mantenga alerta; no desconfiado, pero sí cauto.)
Tom_Dalton se mueve, en respuesta al acercamiento de Jon, inclinándose hacia adelante, de forma que sus cabezas quedan muy juntas, a pesar de que allí no hay nadie que pudiera enterarse del secreto. Las personas más cercanas eran su madre y su tía Marion y ni siquiera podían verles, mucho menos oírles. Asiente de vez en cuando, para indicar a Jon que está comprendiendo.
Jonathan_Atwood: (Jon intenta ser claro con su explicación, lo más transparente posible para que el concepto le quede claro al pequeño. No es sencillo inculcar la idea del engaño voluntario como para que encima sea un engaño provechoso. Le cuenta la historia de esa pobre rana que se quema en la olla sin enterarse, pues le suben la temperatura tan lentamente que ella apenas nota la tibieza del agua.)
Tom_Dalton frunce el ceño cuando hay algo que no entiende e interrumpe la historia de Jon para preguntar, asintiendo cuando comprende la respuesta. Parece algo más mayor de lo que es con esa actitud de intentar estar a la altura de las expectativas de los adultos. Tal vez el que le hayan repetido hasta la saciedad en el saloon que él es el hombre de la casa y que tiene que proteger a su madre haya influido en esa necesidad de sentirse reconocido como capaz entre los mayores.
Jonathan_Atwood: (Tom supera sin duda algunas las expectativas que Jon tiene puestas en él. Cuando le cuenta cómo acabó la ranita, le sacude el pelo cariñosamente.) Creo que es un relato un poco lúgubre, Tom, pero ilustra bien la situación... No quiero que nadie te cocine, ¿comprendes?
Tom_Dalton sonríe ante la caricia, inclinando la cabeza hacia la mano del telegrafista, como un cachorrillo que busca un mimo de aprobación por haber dado la patita. -Sí. Nadie me va a cocinar. En cuanto vea la olla, corro. Y ya ha visto que le he alcanzado antes, señor Atwood.
Jonathan_Atwood: (Jonathan lo observa un minuto, inundado su espíritu por la ternura del niño, y luego rompe su hieratismo con una sincera carcajada.) Vale, está bien. Creo que ha sido una lección algo excesiva por hoy, pero no quiero que nadie te tome el pelo, Tom. Nadie. Ni siquiera yo, ¿entiendes? (Le da un suave pellizco en la mejilla y procede a contarle la historia de los espías; si el chico muestra un mínimo entusiasmo por ese rol, le pedirá que practique en el saloon.)
Tom_Dalton arruga la naricilla cuando le pellizca el moflete. Por un momento le recuerda a varias de esas señoras con las que su madre charla a veces después de los oficios y que se empeñan en hablarle como si fuese idiota, con una voz varias octavas más alta de lo normal y repitiendo las frases. A lo que él se limita a arquear una ceja y contestar lo más educadamente que puede. Pero con Jon es diferente. Con Jon podría poner con tranquilidad el gesto de disgusto y, sin embargo, no le surge la necesidad de mostrarlo. Apenas empieza la historia sobre espionaje, Tom se recoloca para estar más cómodo, echado en el suelo, boca arriba, con las piernas flexionadas y una mano bajo la cabeza, la otra en su estómago, mirando las nubes. -Debe ser muy divertido eso de ser espía.
Jonathan_Atwood: Sí, pero al mismo tiempo es muy arriesgado. A nadie le gustan los espías ni que trafiquen con su información personal, Tom. (Jon, sin embargo, prefiere estar recostado sobre su propio costado, así puede observar a Tom y sus formas, cada vez menos infantiles, que le entusiasman mucho más que las nubes veleidosas. Él también cambiará, pero no será cualquier cosa.)
Tom_Dalton: -Pero esos espías que cuenta saben defenderse. Saben esconderse, saben disparar y saben desaparecer. Seguro que no es fácil descubrirles. -giró la cabeza para mirarle. -¿Usted cree que haya algún espía como ésos en Twin Falls? A lo mejor mandan mensajes en clave por el telégrafo. ¿Se imagina?
Jonathan_Atwood: ¡Por supuesto que puede haberlos! (Dice Jonathan para alentar al niño, contento de que la idea le haya gustado tanto como había estimado. Se incorpora. Algunas hierbas se han pegado a su ropa, pero las sacude con pereza y enseguida se olvida de ellas.) Conoces al señor Hobson, ¿no? Bueno, tengo mis sospechas...
Tom_Dalton: Los ojos de Tom casi se salen de sus orbitas. -¿En serio? ¿Cómo lo ha sabido? -se incorpora también, quedando sentado, pero sin preocuparse de si en su ropa quedaban hierbas o no. -¿Me lo cuenta? Por favor, por favor, por favor.
Jonathan_Atwood: Pero eso sería demasiado fácil, Tom. (Alega Jon con un aire suspicaz. Vuelve a acercarse tanto al niño que sus cabezas están juntas. Los piojos no necesitarían ningún puente para trasladarse de un cuero cabelludo a otro.) Tendrás que descubrir tú si es un espía o no y... para eso tendrás que comportarte como un espía porque así pensarás como él.
Tom_Dalton iba a protestar con decepción. De hecho, empezó la queja, pero al escuchar que debía descubrirlo por sí mismo, pensó que sería un entretenimiento muy divertido, ahora que los irlandeses y la mestiza estaban ocupados y le prestaban menos atención. Y para los días de invierno que lloviera y no pudiera salir a jugar. -¿Y cómo se comporta un espía? ¿Me puede enseñar usted?
Jonathan_Atwood: Yo no soy un espía, Tom. (Pero, sin duda, durante los últimos meses ha hecho un gran trabajo de cara a sus queridísimos vecinos de Twin Falls. De hecho, lo sigue haciendo, pero no está seguro de que pueda mantener esa farsa durante mucho más tiempo. Se siente agotado mentalmente y no puede controlar todos los detalles; hay demasiada gente implicada que sabe... Se pregunta si a eso se refería la madre de Tom cuando lo tildó de lobo disfrazado. Pero si ella supiera la verdad, toda la verdad, no dejaría que Tom estuviera tan unido a él. Sería extraño, demasiado extraño, porque no piensa que la gente de ese pueblucho esté capacitada para ver los amplios e infinitos matices de colores que hay entre el blanco y negro. Si les hablara de la paleta preguntarían quién es ésa.) Pero sé un poco... Te pondré algunas pruebas. Tú harás el resto, ¿de acuerdo?
Tom_Dalton asiente con entusiasmo y acaba mirando a Jon fijamente a los ojos, apoyado en sus rodillas y sus manos, con aquella sonrisa de niño travieso a punto de hacer la mayor trastada de su vida y echarle la culpa a otro. -De acuerdo. -Sostiene la mirada del telegrafista, esperando que le diga por dónde hay que empezar.
Pallas_Atenea
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Homo-repartidora de nubes rosas
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