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Las cosas se complican; Limnátide y Clyven heridos.

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Las cosas se complican; Limnátide y Clyven heridos. Empty Las cosas se complican; Limnátide y Clyven heridos.

Mensaje  Limnatide Mar Ago 16, 2011 3:03 pm

Clyven: Rojo
Limnátide: Naranja
Pallas Atenea: Oliva
Rhyan Guile: Cyan
Kasht: Violeta

Dolor y más dolor. Eso es lo que sentía en esos momentos Limnátide en su brazo. Esa flecha la había alcanzado y la herida aún estaba abierta. El reguero de sangre sería una pista bastante factible pero, si nadie se entretenía a seguirlo, se iría con el tiempo por las pisadas de la gente y el polvo acumulado. Algún quejido se le escapaba de sus labios pero era una especie de gruñido. A lo lejos, ya se vislumbraba la fachada de la casa dónde vivía Clyven y Pallas con sus hijas .- Ya estamos llegando .- Su voz era ronca.

Pallas Atenea acababa de dejar a la menor de las niñas en la cama cuando la mayor, Niké, corrió hacia la puerta. - Ya viene papi. Y viene con tita Átide. -La bruja la agarró del brazo para evitar que saliese de casa. Si les había olido, tenían que estar ya muy cerca. Aunque no sabía que el olor era más intenso porque estaban heridos. El mercenario, aún empapado, resopló. -Esos cabrones... Debimos haber pensado que no dejarían al dragón solo... Tsk. Ya les hemos puesto sobre aviso, maldita sea. Debimos ir a degüello, te lo dije. Tendríamos que haber seguido a Esthia hasta ese maldito cuartel general. No me gusta esto, Átide. Ese lagarto hiperdesarrollado es fuerte, vamos a necesitar algo más que estas armas. -sus ojos se fijaron en la saeta, aún en el brazo de su prima. Se detuvo, la agarró y, de un seco tirón, la sacó de su brazo, llevándose restos de carne y piel que, sabía, se regeneraría en un par de días y no dejaría cicatriz.

A Rhyan Guile le han visto cara de niñera, o algo, porque siempre es él quien se queda con los enanos... Bueno, en realidad mejor, al menos en ese momento pues se había acoplado en casa de la prima de su mujer, que ya la consideraba como tal, motivo tiene para ello. Ya vienen ese par de cafres? Mierda, ya seguro que no tengo que intervenir. Espera que hayan tenido éxito, más que nada porque no espera menos de esos dos, lo que no sabe es que tuvieron ayuda extra de dos personas más.

¿Y tengo yo la culpa de saber que estaría rodeado de gente? Joder. Ahora voy a tener que ser vidente o algo. Sabes que me encanta ir a degüello.. .- Otra mueca de dolor, acompañado de un gruñido. Como dolía. Hostias .- ..pero, ahora, estamos en una Hermandad que hay que planearlo todo. Menudo asco .- Como iba hablando, a duras penas, no se dio cuenta a las intenciones de Clyven. Cuando la saeta fue extraída, un desgarrado grito se escuchó, acompañado de muchas bocanadas de aire. La sangre salió a borbotones, resbalando por su brazo, goteando hacia el suelo .- ¡Joder, Cyv! Avisa la próxima vez.

Si aviso, te pones tensa y no sale a la primera. -así, como el que habla del tiempo, con la saeta en la mano, observando la punta. Se la llevó a la boca y pasó la lengua por la sangre. Escupió al suelo. -No es plata, bien. Vayamos a casa, hay que limpiarte eso. Joder, mira como te has puesto. -En el interior de la casa, la niña se revolvió de nuevo. -Es tita Átide. -la madre también lo había oído. Los castaños ojos de Pallas se clavaron en los violáceos de Rhyan. Algo pasaba.

¿Qué pasa? .- Pregunta ciertamente perdido, un enano en un brazo y en el otro la enana. Porque le apetecía coger a uno de los niños y, sinceramente no quiere aguantar los llantos del otro por no tenerlo y al hermano sí.

Si fuera plata, estaría muerta .- Tanto tiempo expuesto a ese elemento, sería mortal para ella. Además, había sentido escozor por la entrada de aquella saeta pero no comparada a lo que podría hacer la plata en su cuerpo. Aún así, el dolor era insoportable. Debería estar dos días con el brazo incapacitado pero, después, estaría normal. Odiaba estar herida porque no podría luchar con todas las de la ley. La sangre dejó de salir para no acabar desangrándose. Era el momento de pasar y, con la ayuda de su otra mano, abrió la puerta.

Pallas Atenea se acercó para cogerle uno de los niños. -Deja el otro en la cuna y ve a ver qué pasa, Rhyan. Ese grito lo he oído hasta yo y desde que Niké les ha olido, ya deberían haber llegado. Algo no va bien. Ten cuidado. -Si pasaba lo peor, y esperaba que no pasase, ella se encargaría de proteger a los niños con su vida, si era necesario. En la calle, Clyven puso los ojos en blanco. -Ya deja de quejarte, joder, que sólo es una flechita de nada. ¿Y tú has tenido un parto de gemelos? Bah. -Echó a andar de nuevo hacia la casa.

Rhyan Guile se levanta de su asiento con el ceño fruncido, no iba a mostrarse más asustado de la cuenta, tenía que estar tan alerta como le fuera posible sin mostrarse emocionalmente alterable. Deja al otro pequeño en la cuna como le indica Pall y sale de esa casa para buscar a ese par.

Kasht seguía caminando por Camelot buscando a una persona, la había visto anoche, le había visto apenas la cara, pero después de indagar un poco decidió salir a ver si lo veía. En realidad, le habría gustado haber visto a las dos personas, pero su vista no alcanzó a tanto. El guerrero hacía tiempo que se perdió pero seguía sin rumbo de un lado a otro.

Ojalá la saeta te hubiera dado a ti. Veríamos quien sería el quejica aquí .- Gruñó ante el comentario de Clyven, dedicándole una mirada funesta. Aún no había abierto la puerta porque, en ese preciso momento, notó un pinchazo en aquel brazo que lo tenía herido .- ¡Joder! Esto es peor que cuando te da una cornada un minotauro. Maldito tirador de los cojones.

Clyven soltó un bufido. -Si me hubiese disparado a mí, ahora tendría los intestinos repartidos por el suelo. -cabeceó. -Mira, ahí se acerca Rhyan, ya puedes llorarle y pedirle mimitos -remedó, afinando la voz, tratando de imitar a Limnátide. No se percató de que Kasht se les acercaba, el olor de la sangre de la lupina se lo impedía. -Aprovechemos ahora y pensemos la forma de acabar con esa lagartija, porque eso no va a quedarse así.

Rhyan Guile suspira aliviado al ver que estaban bien, tampoco iban a morirse por ser atacados, eran lo que eran y él lo sabía. Él tira hacia su mujer, lógicamente, pues es a la mujer que ha de proteger, y sinceramente él opina que debería de haber ido con ellos. Pero bueno .- ¿Qué ha pasado? .- Tampoco quería hablar demasiado del tema dragón ahí en medio, a saber quién puede escucharlos.

Kasht llevaba un tiempo ya caminando en busca de los dos individuos que perdió casi al inicio de la persecución, no conocía la ciudad y eso le dio una gran desventaja. Dejó a su protegida atrás tras acatar sus ordenes, no sabía el motivo de esos para atacar al dragón. De pronto, vio un par de figuras a lo lejos y pensó en ellos, apresuró el paso y a medida que se acercaba estaba cada vez más seguro hasta que empezó a correr hacia ellos.. Cogiendo el hacha de su espalda con ambas manos pero sin levantarla, manteniendola a media altura.

Deja de burlarte o te pateo el trasero. Aunque tenga un brazo jodido, aún podría darte una paliza .- Demasiado orgullosa y tozuda. La voz de Rhyan se hizo paso y, ella, giró su cabeza para poder mirarle .- Un gilipollas que me ha tocado los cojones y me ha disparado a traición. El dragón no estaba solo. Se ha encontrado con tu hermano .- Informó con una octava más baja de su tono habitual. Cuando iba a decir que entrase, el olor de alguien se acercaba hasta ellos. Ladeó su cabeza, enfocando su vista para mirar hacia la figura que, en teoría, no venía con fines amistosos .- Tenemos visita.

Que sí, que sí... Y luego te caes de la cama. -se giró hacia el recién llegado tras la indicación de Limnátide. Frunció el ceño, lo estudió de arriba a abajo. -Vaya, yo me encargo. Rhyan, métela en casa y curadle esa herida. -después de todo, él sólo había recibido el golpe del agua y estaba empapado. Podría luchar.

¿Que mi hermano qué? .- Dice mirando hacia Limnátide, después hacia Clyven, no entendía muy bien lo que decía ¿En serio su hermano estaba con el dragón? Es decir... Que estaba con el martillo .- ¡Menudo traidor de mierda! ¡Joder! ¿Pero a qué coño juega? .- Y encima parecía que tenían visita, estupendo.- Claro, ningún problema.- Responde a Clyven soltando algo de aire a la par que le indica a Limnátide que le siguiese al interior de esa casa.- Sé que no va a hacer falta, pero si tienes problemas dame un toque.

Kasht se detiene casi de golpe antes de llegar a Clyven y sin mediar palabra despliega un arco horizontal con su hacha a dos manos aprovechando la fuerza de la inercia de la carrera, su intención es golpearle por su costado izquierdo. Apenas hace caso a la mujer herida o al otro cobarde que huía al interior de la casa llevándose a la mujer. Ya los seguiría después de deshacerse de aquel extraño hombre.

Sí. Tu hermano está con el dragón .- Repitió. Odiaba repetir pero, por lo que se veía, Rhyan no había entendido ese mensaje tan claro. En cuanto a la orden de Clyven, alzó una ceja .- ¿Qué, qué? Puedo luchar. No voy a dejar que te encargues tu.. .- Se calló cuando vio a Kasht acercarse a su primo con el arma cargada .- ¡Cyv! ¡Cuidado! .- Vociferó al ver que iba a estar en peligro y, como acto reflejo, se lanzó contra el mercenario para apartarlo de la trayectoria del ataque. Por ende, quizás, llegaría a impactar en su estómago o el lateral. Un grito desgarrador salió de sus labios desde el inicio de la garganta. La sangre empezaría a manchar su ropa.

Clyven saltó hacia atrás, poniéndose fuera del alcance del hacha, el segundo que había tardado Kasht desde que se había detenido hasta que había descargado el arma, se lo había permitido, pero estaba empapado y sus botas resbalaron por los adoquines, por suerte pudo mantener el equilibrio. -Entra en casa de una puta vez, Átide. Y que no se les ocurra salir a ninguna -de las que quedaban dentro, se refería. Trató de aprovechar la coyuntura y atacar a Kasht con un gancho derecho al pecho, suponiendo que no le daría tiempo a cubrirse por la inercia del tajo.

Átide, ¿eres gilipollas o te entrenas para ello? .- Dice gritando a la par que buscaría cogerla en brazos y quitarla de allí a la voz de ya y dejara de hacer la imbécil. Quizás con eso le daba un ataque de oportunidad innecesario, pero era preferible a que se ensañase con su chica ahora que la tenía a tiro.- Se encarga él, y si se encarga él tú tienes que mantenerte al margen, coño.

Kasht vio como el hombre se impulsó hacia adelante tras esquivar su primer golpe y decidió dar un giro completo siguiendo el arco del primer golpe, después de ese giro, si se parará para no marearse. A pesar de su tamaño y su peso, sus movimiento son flexibles y elásticos. El guerrero estaba algo cansado ya por su persecución anterior.

Al final, Limnátide, terminó en el suelo, herida por el tajo del hacha y con un reguero de sangre. Escupió ese vitae, tosiendo por el dolor que sentía en ese preciso momento. Ya estaba herida por dos lados; El estómago y el brazo .- ¡No me toquéis los cojones! No voy a dejar a mi.. .- Otra tos .- ..primo contra un maníaco con una hacha .- De nuevo, tos. Intentó levantarse pero la piel tiraba con fuerzas por los movimientos que realizaba su cuerpo. Su respiración era muy agitada. Cuando sintió los brazos de Rhyan cogiéndola .- ¡Suéltame! Tengo.. que.. seguir.. luchando..

Clyven descargó aquel golpe con toda la fuerza que pudo imprimir en él. Ya no le importaba que su enemigo se diese cuenta de que poseía más fuerza que un humano. Si era posible, no viviría para contarlo. No contaba con que siguiese el giro y en lugar del pecho, su mano impactaría contra el hombro, pero mejor, si le daba bien, lo mismo, con suerte, rompía algún hueso. Aunque tendría que encajar un golpe de su arma en el costado, bajo las costillas.

Átide, ¡no me seas tocapelotas y vamos a casa ya! .- Si no se hubiera metido en medio no estaría tan sumamente herida. Resopla humillado, le gustaría ser él quien protegiese a su chica con su vida, pero parece que aquel pedazo de mole era de Clyven. Con las mismas se retiraría y no dudaría en abatir a su mujer si hacía falta para que no volviese a la escena de la batalla.

Kasht saltó hacia atrás soltando el hacha con el brazo derecho, pues el golpe de Clyven le rompió el homoplato. No se esperaba que fuera tan fuerte, aún así está orgulloso al ver la sangre de su oponente en su hacha y por el suelo. Su mejor baza es mantener la distancia para evitar sus puñetazo y él poder alcanzarle con el hacha .- No me esperaba que fueras tan fuerte .- El guerrero realmente estaba utilizando ese tiempo para analizar la situación.

El dolor evitaba que pudiera replicar. En brazos de Rhyan sería como un pelele y podría llevarla a dónde quisiera. Podría parecer muy escandaloso su estado al estar llena de sangre pero solo eran dos heridas. Sí, en sitios que salía mucha sangre. Aún así, el flujo del brazo había cesado mientras la del estómago seguía saliendo. No tardaría en cortar el riego. Debía ser curada de inmediato y la única que podría hacer algo sería Pallas. Su vista estaba nublada por la perdida de sangre. Aún así, cuando usaran los primeros auxilios con ella, volvería a ayudar a Clyven. Era así de cabezota.

Clyven emitió un quejido, que trató de retener apretando la mandíbula. Al escuchar el "halago" de Kasht, esbozó aquella media sonrisa que mostraba siempre que luchaba, una ligera curva en el lado izquierdo de la boca. Mantuvo la distancia, necesitaba quitarle el hacha, pero ¿cómo? En la casa, Pallas se asomó a la puerta, con Niké tras ella, aunque sin dejarla salir. -Niké, vete a tu habitación. -Sus castaños iris se mantuvieron observando desde la distancia cada movimiento de aquellos hombres. Una muda plegaria a la Dama de Plata para que protegiesen a Clyven.

Rhyan Guile entraba en aquella casa, alterado por cómo sangraba su chica, a simple vista parecía algo bestial aunque podría no ser tanto como pareciera, pero él está sumamente asustado. No es tan divertido cuando el que está herido es otro.- ¡Pallas! ¡Necesito ayuda! ¡La han alcanzado! .- Ni niños, ni leches, ahora es más importante que ella salga adelante.

Kasht hace un amago de salir hacia la derecha pero sale corriendo hacia la izquierda, con una finta elástica, tiró el hacha con esa sola mano cinco metros más adelante. Espera que Clyven no se de cuenta de lo que hace al alejarse de él y tirar el hacha. El guerrero mientras corre esos cinco metros hasta el hacha cogió un pequeño bote con un líquido verde en su interior, lo destapó solamente con el pulgar. Era rápido en el uso de pociones, estaba acostumbrado a tomarlas en combate aunque era la primera vez que tenía que improvisar con una mano. Se puso el tarro en la boca bebiendo en cuanto llegó al hacha que en principio solo la agarra, ni la levanta.

Lamentos, gruñidos, quejidos. Eso es lo que se escuchaba por parte de Limnátide. No faltaba mucho para que perdiera el conocimiento y escuchaba toda conversación como un murmullo apagado. Los párpados le pesaban, sus labios estaban resecos, la herida del estómago aún no se había cerrado pero no faltaría mucho. El escozor que se producía con la sangre y el sudor era muy molesto.

Pallas se mordió el labio y apartó la vista del combate. Clyven tendría que apañárselas solo, de momento. Cuando viese la gravedad de las heridas de Limnátide, decidiría si le ayudaba ella o dejaba que lo hiciese Rhyan. -Niké, he dicho que te quites de la puerta. -la niña notó el cambio de tono, de suave a enérgico, y obedeció. Se apartó la bruja también para que pudiese entrar Rhyan con Átide y ponerla en el sillón. Ella fue a por agua y paños limpios para atender las heridas. Uno de los niños se puso a llorar, pero no había tiempo de atenderle. Fue Niké la que se acercó y le dio un juguete. Fuera, Clyven arqueó la ceja. ¿A qué venía que, de repente, se pusiese a correr y tirase el arma? Por si acaso, en lugar de confiarse, rearmó su guardia. ¿Qué era aquel extraño olor que percibía? Era la poción, pero el licántropo no lo identificó. Y eso que ya debería empezar a hacerlo, por vivir con una hechicera que solía hacer alguna que otra.

Rhyan Guile, ahora mismo, lo importante era saber el estado de las heridas de la tonta de su mujer, realmente ahora mismo tiene ganas de cebarla a palos por ser tan sumamente idiota ¿No era la líder de aquella hermandad? ¿Por qué actuaba de un modo tan impulsivo? ¡Si la matan no consiguen nada! .- Si quieres dame indicaciones de cómo curarla, si no es demasiado grave... Si no ocúpate tú .- Había pensado más o menos lo mismo que la bruja, quizás porque sabe que Clyven tiene problemas y necesitará la ayuda de ella, o a lo mejor no.

Kasht levanta ahora el hacha con su mano izquierda, el brazo sano, luego ¿Movió el brazo derecho? Si, movió el brazo derecho y agarró la espada larga que llevaba a su espalda. Su poción de heridas moderadas había curado la mayor parte de la fractura, aunque aún posee fisuras en el homoplato y un golpe moderado partirá de nuevo ese ahora frágil hueso .- Ahora veremos que puedes hacer .- El guerrero ya había empezado a caminar de nuevo hacia Clyven, a paso tranquilo, ahora ya conocía la fuerza de su adversario y contaba con ella, no podía dejarse tocar por ese hombre.

La loba parecía un pelele moviéndola de un lado a otro. No sabía que pasaba a su alrededor. Ni como iba el combate .- Cyv.. .- Susurró con voz ronca, como si lo llamará o buscará poder levantarse e ir a ayudarle. No podía moverse ni un ápice. Si lo hacía, la herida se abriría porque la piel quedaría tirante. Se sentía tan incapacitada, tan frustrada.. Ella que había luchado contra minotauros y, ahora, por un par de cortes, estaba fuera de línea. La vergüenza caía en ella. ¿Que pensaría sus antepasados si la vieran así?

Clyven arqueó la ceja. ¿Es que no le había hecho nada? Creía recordar que había roto hueso... Tsk, maldición. Tendría que buscar un sitio mejor para golpear, porque no quería sacar sus colmillos allí, estaba dentro de la villa y tenía personas a las que proteger. Esperó que se acercase, manteniendo la distancia, mientras pensaba en como quitarle el arma. En el interior, Pallas empapó el paño y limpió las heridas de Limnátide, para ver lo graves que eran. -Tranquilo, Rhyan, saldrá de ésta. Por suerte, tanto ella como Clyven se recuperan rápido de las heridas. ¿Puedes ir a echarle una mano, por favor? -Le miró preocupada. Sabía que Clyven era capaz de pelear solo, pero ella era su mujer y se preocupaba.

Rhyan Guile mira a Limnátide por un momento, está preocupado por ella a pesar de que Pallas le ha dicho que está bien. Da igual, es normal que se preocupase.- Sabes que me va a odiar por meterme en su camino, pero por ti lo haré .- Dice dándole un beso en los labios fugaz a su mujer y de seguida uno en la mejilla de su prima para acabar saliendo de aquella casa para presenciar aquella batalla, por ver si ... Tuviera que entrometerse.

Kasht empezó a reírse y se paró aún lejos del hombre. Vete, sana tus heridas, ya nos veremos. *El guerrero tuerce su dirección dejando a Clyven a un lado .- Que sepas, que un "Insecto"... .- Se asegura de recalcar esa palabra, evidentemente se refería a los escorpiones .- ... siempre será aplastado por un "martillo" .- También se asegura de recalcar esa última palabra .- En realidad me gustaría ver lo contrario, si os atrevéis claro .- El guerrero empezó a caminar, aún así centró todos sus sentidos en vigilar a Clyven sin tener que mirarlo directamente, no cree que se atreva a venir directamente contra él aún cuando se está marchando y porque aún lleva ambas armas en sus manos. Y si se atreve, confía en sus reflejos para reaccionar.

Ante las atenciones de Pallas, las heridas empezaron a cerrarse, cortando el riego de sangre. Los paños pasaban por la piel para quitar el resto de sangre que había quedado al derramarse por su cuerpo. Parecía volver a tener color en su rostro y ya no estaba tan pálida. Obviamente, aquella petición por parte de Pallas hacia Rhyan, no la había escuchado. Sino, ya sabían ambos que habría quejas por parte de ella. En dos días, las heridas se cerrarían por completo.

Clyven le sostuvo la mirada, pero no le siguió. -La próxima vez que nos encontremos, puede que no tengas tanta suerte -sobre todo si era fuera de la villa, donde pudiese usar su verdadera fuerza y liberar a la bestia. -[color=red]Y no te equivoques, no todo se basa en "insectos" y "martillos" [color=red]- y era verdad, no todo lo que ocurría en el reino se debía a las hermandades, aunque todo estaba relacionado con todo. Miró a Rhyan, para que él tampoco le siguiese, aunque si lo hacía, no se lo impediría. Tenía derecho a vengar las heridas de Limnátide. Dirigió sus pasos hacia su casa, dolorido y cansado. Apenas puso un pie en su interior, cogió a Niké en brazos y se sentó con ella en uno de los butacones, poniéndola del lado contrario a la herida, como si no fuese importante. Ya se la curarían después. Pallas meneó la cabeza. Por suerte no había pasado nada. Rauda, concentrada, sin hablar demasiado, la bruja empezó a rebuscar en sus armarios y cajones lo que necesitaba para curar aquellas heridas.

Rhyan Guile no iba a hacer mucho caso de Clyv, y si él se había controlado él no lo haría. Ha tocado lo más importante para él, su familia. Así que correría tras ese individuo y haría que se arrepintiese de llamarlo cobarde.

Kasht escuchó correr a su espalda y se giró para ver quién venía. Reconoció la figura como el que salvó a la mujer al meterla en la casa .- Vaya, no aprenden .- El guerrero solo tuvo que ponerse en posición para recibir la carga de Rhyan Guile, ya llevaba las armas desenvainadas, el hacha a dos manos la sujetaba con su mano izquierda, ya solo por eso se notaba su fuerza y pericia, la espada larga la llevaba en la derecha.

Puede que tengas razón, el martillo sería capaz de aplastar escorpiones ¿Pero sabes que te digo? .- No le enviste, no es tan tonto como para ofrecerle un ataque directo estando tan al descubierto a la par que se enfrenta con un hombre bien armado .- Pero estos insectos son los portadores un veneno tan letal capaz de doblegar al más fuerte .- En ese mismo instante de las manos del rubio "volaban" unos proyectiles, agujas más bien, que se dirigían a las zonas menos desprotegidas por aquella medio armadura, pues de ser completa lo tendría más difícil para que estas penetraran en él. Con las mismas, mantendría las distancias con ese tipo, pues a pesar de ser un simple humano puede llegar a ser peligroso incluso, Clyven y Limnátide no son moco de pavo... Y les ha hecho frente.

Kasht no se esperaba ese ataque, a pesar de ello, sus rápidos reflejos le permitieron cierta anticipación, giró su hacha usándola como escudo, las agujas dirigidas a la zona del pecho y cabeza chocaron contra el plano del hacha, por lo demás, varias agujas se clavan en sus brazos y apenas un par en las piernas al llevarlas bastante cubiertas. Ahora es el guerrero en que inicia la carga contra el nuevo adversario, espera reducir su efectividad al presionarlo cuerpo a cuerpo.

El rubio sonríe aunque parece que puede tener problemas ante la proximidad de ese tipo, pues ante sus ojos el otro tiene ventaja, porta un arma a tener en cuenta. Igualmente sabe que poco a poco aquel líquido inyectado en aquellos filos de acero comenzarían a hacer mella en el cuerpo del hermano del martillo. Comienza el juego. Sus brazos se colocan ante la trayectoria de su arma, pues al parecer contaba con unos brazaletes de los cuales afloraban dos filos que cubrían sus brazos en forma de extraños katars. Si algo tenía el chico eran armas, pues por algo su madre era la mejor armera del inframundo.

Kasht eleva el hacha en el aire durante la carga y la baja usando la máxima potencia que le permite la carga, usando la fuerza de la carga y del peso de arma al caer. Saltan chispas al impactar el hacha contra los katars de Rhyan Guile, aún de ser un brazo contra dos, seguro que notó la fuerza del guerrero que aprovechó esa situación para dirigir una estocada con la espada larga hacia el pecho del rubio.

Lo único que podía hacer en ese momento es cambiar la postura para que aquella estocada no alcanzase alguna zona tan vital como era al lugar que iba dirigida, así que con una fuerza, quizás inferior a la del anterior contrincante del martillo pero no por ello no a tener en cuenta aparta sus brazos para intentar alejarse en una especie de salto hacia atrás, haciendo que la hoja de la espada se ensañara con uno de los brazos adelantado, realizando un corte sobre este que el rubio aguanta con un leve apretón de dientes. Tiene que pensar algo rápido y lo más rápido era mostrar que no era humano. Si Kasht era listo, poco a poco debería notar como su cuerpo iría perdiendo cierta potencia y precisión pues ha sido alcanzado por el veneno del semidemonio.

Kasht lanza su espada larga hacia Rhyan Guile. El guerrero ya notaba los efectos del veneno que se sumaban al propio cansancio, había gastado mucha energía en esa carga y poder golpear con esa fuerza con una sola mano .- Tienes suerte de que tu no hicieras nada que me importe .- El guerrero aprovechó para coger el frasco con el líquido translucido y beberselo mientras el rubio evita su torpe lanzamiento de la espada. Al beber la poción de invisibilidad, se desvanece ante los ojos del semidemonio. Espera haber pasado bien por un miembro de la hermandad del martillo, ya que su estilo de pelea no encajaba con su hermandad, la hermandad de La Llave. Espera que los escorpiones se centren ahora en el martillo y viceversa.
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