Dieter Sword. El aguijón del escorpión.
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Dieter Sword. El aguijón del escorpión.
<Dieter_Sword> (le enseña a Dayanna un pequeño colgante rematado por un ecsorpión, y le dedica un gesto. se pasa el pulgar por el cuello)
* Dayanna mira a Dieter_Sword y frunce el ceño ligeramente. Ella no conoce ese símbolo, pues de momento sólo ha oido hablar del Martillo. -¿Qué simboliza eso, Dieter?
<Dieter_Sword> Este es el símbolo del Clan Escorpión. Abandonaron el del Martillo porque eran débiles...(dedica una mirada a Dayanna y luego a AfricaMiller)... Salta a la vista, es obvio. Sí, para vuestra desgracia son los escorpiones quienes se han quedado con el mejor espadachín
<Esthia>Los escorpiones se han quedado con muchas cosas... (repasa mentalmente los hombres que están en los escorpiones)
* AfricaMiller flexiona los codos y apoya los nudillos en la cintura, dando un par de pasos hacia Dieter_Sword. Alza la barbilla, quedando las dos vistas enfrentadas. Ojos grises contra ojos azules. -¿Débiles? Dímelo cuando el mejor espadachín, español además, te corte a cachitos, guapo.- *Contesta, altiva. Orgullosa y, dicho esto, alza la diestra, metiéndola
* Dayanna mira de reojo a AfricaMiller y luego vuelve la vista a Dieter_Sword. Frunce el ceño de nuevo. Hasta ahora, ni ella ni la ramera saben nada del clan. Lo único que sabe es que para encontrar a Io han de llegar a una tal Torre del Recuerdo siguiendo las huellas de una Hermandad llamada Martillo:-¿y conoces a alguien del clan Martillo? - si Dieter_Sword le dice algún nombre, quizás hablando con esa persona le diga dónde se halla el paje
<Erik_Magnus> Tenemos lo que nos merecemos por derecho Esthia
* Erik_Magnus enarca una ceja, no sabe quien es ese soldado pero lo averiguara y pronto lamentara tal osadia.
<Dieter_Sword> Me averguenza que necesiteis de los servicios de otros para alardear.... Yo soy el mejor, no Juan Diego. De todas formas, si no lo mato, y lo mataré, acabará yéndose. En cuanto alguien le ofrezca más dinero
<Dieter_Sword> No Dayanna, no conozco a nadie de ese clan de débiles
* Dayanna alza el mentón y enarca una ceja mirando a Dieter_Sword con semblante frío. Se moja los labios ligeramente. No le ha gustado la contestación del suizo. Ella no sabe, no entiende, jamás había oido hablar de tal Clan, pero desde luego si Io- tenía algo que ver con ello, era digno de su respeto: - Lo que juzgas débil el día de mañana quizá sea tu perdición
<Dieter_Sword> (La mira con esos ojos glaucos y fríos, como el que mira algo inocuo e inofensivo) Sea como sea, mi perdición no será una florista ni un grupo de lloronas.... Mi perdición será, en todo caso, alguien que lleve esto (desenvaina la espada con rapidez, y posa la punta en el cuello de la florista, con parsimonia, paseando la punta sin llegar a dañarla)... Y para eso hay que acercarse a mí, sabiendo que puedes morir
<Dayanna>(sólo es capaz de abrir los ojos en el tiempo en el que el suizo desenvaina el filo de su espada y la posa en su cuello. La reacción de un paso hacia atrás llega algo más tarde, cuando podría estar ya degollada. Traga saliva y le mira con desprecio, intentando que el temblor producido por el contacto con el frío acero no pueda ser percibido: -Subestimas la fuerza que reside en otros dones. - se lo piensa por un momento pero al final lo suelta - y eres un cobarde por sacar tu espada ante una mujer desarmada
<Dieter_Sword> (Le sostiene largo rato la mirada. Dura, fría, inmisericorde. Y la punta de la espada parece hacer más presión sobre esa garganta nívea.... Sería tan fácil...... Atravesar limpiamente ese cuello, hacerla morir en apenas un instante..."Vamos Dieter, cuantas veces lo has hecho".... La presión cesa, retira la punta, luego envaina el arma) Vigile tu lengua, no todos tendrán tantos escrúpulos como yo.
* Dayanna alza el mentón. Pocas veces se enfrenta a esas situaciones, ni si quiera sabe cómo ha llegado a ella. Está tiritando, de hecho, aunque ella intenta que no se note. Aprieta los labios, de rabia. *Más te valdría quedarte callada*. Pero no puede. -Eso es de lo que presumis en ese tal clan Escorpión? En carencia de escrúpulos y honor?
<Dieter_Sword> si no tuviese escrúpulos estarías muerta. No olvides que somos lo mismo. Deberías conocer la historia. Escorpión y Martillo eran un mismo clan. Honorable. Sólo que algunos empezaron a ser un lastre cuando no supieron hacer una criba. Los débiles debilitan a la mayoría. Por eso los débiles deben ser erradicados, en favor del grupo. Selección natural. Dudo que tú entiendas de algo más que no sea de plantar flores. Francamente, eres lo que los escorpiones habrían deshechado
* Dayanna ciertamente es una simple florista. Los desprecios del suizo hacen que las comisuras de sus labios comiencen a temblar. Es una muchacha frágil y cualquier palabra ofensiva le es capaz de provocar el llanto. *Piénsalo, Dayanna, piensalo, puedes sacar provecho a esto* Traga saliva, e intenta sacar fuerzas de dónde haga falta. Pues, aquel hombre que la menospreciaba, podía darle la información que tanto ansiaban Dhunna y ella para encontrar a Io-***¿Entonces sois de la élite, Dieter_Sword? He de felicitaros. Dónde se hallan esos hombres tan dignos de decir quién es válido y quién no lo es? Desde cuándo lo hacen? Que den la cara
<Dieter_Sword> Se hace desde siempre, mi querida florista...(Observa a la trémula mujer, allí sóla y desvalida frente a él. No deja de ser lastimero. El sabe bien como va está vida. O eres víctima, o eres ganador. Posa su dedo índice sobre los labios temblorosos de Dayanna) Shhhh...nada de llorar... Haceos fuerte de una vez, Dayanna. O no durareis mucho en esta guerra que está por llegar.
* Dayanna cada vez es menos capaz de disimular el temblor que recorre su cuerpo. ¿Guerra? ¿qué guerra? - aprieta los puños, por débil, por impotencia. Echaba mucho de menos a Io-, sabía que Dhunna también lo hacía. Tenía muchas ganas de encontrarle. Camelot estaba diferente, había secretos, había rumores. Se sentía perdida: - En la Tierra de Camelot no hay lugar a la guerra - algo en ella le hacía saber que Dieter_Sword no mentía
<Dieter_Sword> (No da crédito a tanta ingenuidad. Acaso no se mueve por las calles? No oye los rumores?) Despierta ya, niña...... O crees que estás en el Martillo para plantar flores? No puedes ser tan estúpida. Que te cuenten la verdad
<Dayanna> ¿¿Pero de qué diantres hablas, suizo?? - le mira con la poca cólera que puede mostrar un rostro tan aniñado como el de ella - Yo no estoy en ningún lado... Yo busco ese sitio.. a esa.. gente... ¡¡lo que sea eso del Martillo!!!.. con un único propósito - alza el dedo índice de su mano derecha para ponerlo frente al rostro de Dieter_Sword - ¡Uno! encontrar a Io-! ya está! A mi no me importan esos clanes.. ¡es más! estáis todos locos... la Inquisición busca a las personas que se asocian.. las persigue y las castiga.. ¿a qué vienen tantos secretismos de repente? no me metas a mi en ningún bando - se cruza de brazos - Como bien dices.. sólo soy una florista
<Dieter_Sword> llevas el símbolo del Martillo. A ojos de todos, eres de ese clan. Es inaudito, te han metido en un clan sin contarte la verdad. Esos son tus amigos. Los que te engañan. Te usarán como cebo, probablemente. Yo también lo haría, eres la más prescindible. Tus honorables amigos. Los que abalgan en pos de la Justicia. Reiría, si con eso ganase algo, mi pobre florista.
<Dayanna>(La cara de Dayanna es todo un poema. Las comisuras de los labios le tiemblan, las cejas juntas, fruncido el ceño. Incrédula. *No, ¿a quién se refiere? a Io-, a Dhunna, a Shanae.. ellos jamás harían nada contra mi* Mira hacia los lados, sin entender. No entiende qué pasa. Su cara es transparente, muestra sus dudas. Vuelve a fijar su mirada en los grises ojos del suizo: -El día en que confíe más en tus palabras que en las de mis amigos, Dieter_Sword, ese día... la magia habrá dejado de existir en Camelot
<Dieter_Sword> Y dónde están ahora esos amigos que dices? (levanta las manos, abarcando todos los alrededores) Porque si evaluas la situación, te ves sola ante mí, y podría matarte en segundos. Magia dices? la única magia que hay aquí, la has sentido hace unos minutos sobre tu garganta (se acerca dos pasos a ella, casi puede percibir su tibio aliento) te ha parecido mágico, Dayanna? (susrra, cual serpiente) Dime, te lo ha parecido, o has creido que ibas a morir?
* Dayanna se queda mirando fijamente esos ojos fríos del suizo. Ojos sin brillo, como si cada muerte que ha causado hubieran quitado de ellos un poco de vida. Ojos carentes de emoción, sin fe. Los de Dayanna son todo lo contrario, son los ojos de una entusiasta, casi llorosos ahora brillan más que lo habitual. Ojos que creen en algo más que la fuerza de una espada y el arte de la guerra. Ladea la cabeza y mira su cesto de mimbre. Con su mano izquierda saca de él una flor áurea. Una de esas flores del lugar secreto que Dhunna y ella guardan con recelo. Esas cuevas oscuras tras las cascadas en los lagos del bosque norteño. Un lugar donde las flores, nacidas en plena oscuridad, por supervivencia, han desarrollado su propio brillo. Le muestra la flor con pétalos dorados y destelleantes al suizo. Es hermosa: - Yo creo en esta magia
<Dieter_Sword> (Observa la flor, tan brillante y llena de vida. Lo contrario que sus ojos, dos trozos de hielo gris, tan fríos y duros como un glaciar, y carentes de ningún tipo de sentimiento.. Se retira un par de pasos, dejando de nuevo la distancia correcta entre él y la florista) Entonces más vale que dieseis, que llegado el momento, esa flor sea capaz de detener el filo de una espada como la mía (Se encoge de hombros) QUien soy yo para deciros que no lo creais.... Yo tan sólo puedo deciros que he quitado 24 vidas. Y nunca vi flores doradas de por medio. Ni magia (inclina levemente la cabeza hacia ella) Suerte.
* Dayanna parpadea, un par de veces. Su rostro toma un ligero cambio de mueca. Pocas veces había tenido un enfrentamiento así (que ella recordara), y no sabía que muchos se avecinaba. El rostro de ella muestra ahora un paradójico sentimiento de admiración y comprensión por lástima. Sí, Dieter_Sword era un sapiente de la escuela de la vida, y Dayanna, en su ingenuidad, era maestra del conocimiento en el mundo de los sueños. Sonrie ligeramente e inclina el rostro: - gracias, señor. Suerte con vos también... y magia. - se gira y se va caminando calle abajo hacia la Plaza Mayor
* Dayanna mira a Dieter_Sword y frunce el ceño ligeramente. Ella no conoce ese símbolo, pues de momento sólo ha oido hablar del Martillo. -¿Qué simboliza eso, Dieter?
<Dieter_Sword> Este es el símbolo del Clan Escorpión. Abandonaron el del Martillo porque eran débiles...(dedica una mirada a Dayanna y luego a AfricaMiller)... Salta a la vista, es obvio. Sí, para vuestra desgracia son los escorpiones quienes se han quedado con el mejor espadachín
<Esthia>Los escorpiones se han quedado con muchas cosas... (repasa mentalmente los hombres que están en los escorpiones)
* AfricaMiller flexiona los codos y apoya los nudillos en la cintura, dando un par de pasos hacia Dieter_Sword. Alza la barbilla, quedando las dos vistas enfrentadas. Ojos grises contra ojos azules. -¿Débiles? Dímelo cuando el mejor espadachín, español además, te corte a cachitos, guapo.- *Contesta, altiva. Orgullosa y, dicho esto, alza la diestra, metiéndola
* Dayanna mira de reojo a AfricaMiller y luego vuelve la vista a Dieter_Sword. Frunce el ceño de nuevo. Hasta ahora, ni ella ni la ramera saben nada del clan. Lo único que sabe es que para encontrar a Io han de llegar a una tal Torre del Recuerdo siguiendo las huellas de una Hermandad llamada Martillo:-¿y conoces a alguien del clan Martillo? - si Dieter_Sword le dice algún nombre, quizás hablando con esa persona le diga dónde se halla el paje
<Erik_Magnus> Tenemos lo que nos merecemos por derecho Esthia
* Erik_Magnus enarca una ceja, no sabe quien es ese soldado pero lo averiguara y pronto lamentara tal osadia.
<Dieter_Sword> Me averguenza que necesiteis de los servicios de otros para alardear.... Yo soy el mejor, no Juan Diego. De todas formas, si no lo mato, y lo mataré, acabará yéndose. En cuanto alguien le ofrezca más dinero
<Dieter_Sword> No Dayanna, no conozco a nadie de ese clan de débiles
* Dayanna alza el mentón y enarca una ceja mirando a Dieter_Sword con semblante frío. Se moja los labios ligeramente. No le ha gustado la contestación del suizo. Ella no sabe, no entiende, jamás había oido hablar de tal Clan, pero desde luego si Io- tenía algo que ver con ello, era digno de su respeto: - Lo que juzgas débil el día de mañana quizá sea tu perdición
<Dieter_Sword> (La mira con esos ojos glaucos y fríos, como el que mira algo inocuo e inofensivo) Sea como sea, mi perdición no será una florista ni un grupo de lloronas.... Mi perdición será, en todo caso, alguien que lleve esto (desenvaina la espada con rapidez, y posa la punta en el cuello de la florista, con parsimonia, paseando la punta sin llegar a dañarla)... Y para eso hay que acercarse a mí, sabiendo que puedes morir
<Dayanna>(sólo es capaz de abrir los ojos en el tiempo en el que el suizo desenvaina el filo de su espada y la posa en su cuello. La reacción de un paso hacia atrás llega algo más tarde, cuando podría estar ya degollada. Traga saliva y le mira con desprecio, intentando que el temblor producido por el contacto con el frío acero no pueda ser percibido: -Subestimas la fuerza que reside en otros dones. - se lo piensa por un momento pero al final lo suelta - y eres un cobarde por sacar tu espada ante una mujer desarmada
<Dieter_Sword> (Le sostiene largo rato la mirada. Dura, fría, inmisericorde. Y la punta de la espada parece hacer más presión sobre esa garganta nívea.... Sería tan fácil...... Atravesar limpiamente ese cuello, hacerla morir en apenas un instante..."Vamos Dieter, cuantas veces lo has hecho".... La presión cesa, retira la punta, luego envaina el arma) Vigile tu lengua, no todos tendrán tantos escrúpulos como yo.
* Dayanna alza el mentón. Pocas veces se enfrenta a esas situaciones, ni si quiera sabe cómo ha llegado a ella. Está tiritando, de hecho, aunque ella intenta que no se note. Aprieta los labios, de rabia. *Más te valdría quedarte callada*. Pero no puede. -Eso es de lo que presumis en ese tal clan Escorpión? En carencia de escrúpulos y honor?
<Dieter_Sword> si no tuviese escrúpulos estarías muerta. No olvides que somos lo mismo. Deberías conocer la historia. Escorpión y Martillo eran un mismo clan. Honorable. Sólo que algunos empezaron a ser un lastre cuando no supieron hacer una criba. Los débiles debilitan a la mayoría. Por eso los débiles deben ser erradicados, en favor del grupo. Selección natural. Dudo que tú entiendas de algo más que no sea de plantar flores. Francamente, eres lo que los escorpiones habrían deshechado
* Dayanna ciertamente es una simple florista. Los desprecios del suizo hacen que las comisuras de sus labios comiencen a temblar. Es una muchacha frágil y cualquier palabra ofensiva le es capaz de provocar el llanto. *Piénsalo, Dayanna, piensalo, puedes sacar provecho a esto* Traga saliva, e intenta sacar fuerzas de dónde haga falta. Pues, aquel hombre que la menospreciaba, podía darle la información que tanto ansiaban Dhunna y ella para encontrar a Io-***¿Entonces sois de la élite, Dieter_Sword? He de felicitaros. Dónde se hallan esos hombres tan dignos de decir quién es válido y quién no lo es? Desde cuándo lo hacen? Que den la cara
<Dieter_Sword> Se hace desde siempre, mi querida florista...(Observa a la trémula mujer, allí sóla y desvalida frente a él. No deja de ser lastimero. El sabe bien como va está vida. O eres víctima, o eres ganador. Posa su dedo índice sobre los labios temblorosos de Dayanna) Shhhh...nada de llorar... Haceos fuerte de una vez, Dayanna. O no durareis mucho en esta guerra que está por llegar.
* Dayanna cada vez es menos capaz de disimular el temblor que recorre su cuerpo. ¿Guerra? ¿qué guerra? - aprieta los puños, por débil, por impotencia. Echaba mucho de menos a Io-, sabía que Dhunna también lo hacía. Tenía muchas ganas de encontrarle. Camelot estaba diferente, había secretos, había rumores. Se sentía perdida: - En la Tierra de Camelot no hay lugar a la guerra - algo en ella le hacía saber que Dieter_Sword no mentía
<Dieter_Sword> (No da crédito a tanta ingenuidad. Acaso no se mueve por las calles? No oye los rumores?) Despierta ya, niña...... O crees que estás en el Martillo para plantar flores? No puedes ser tan estúpida. Que te cuenten la verdad
<Dayanna> ¿¿Pero de qué diantres hablas, suizo?? - le mira con la poca cólera que puede mostrar un rostro tan aniñado como el de ella - Yo no estoy en ningún lado... Yo busco ese sitio.. a esa.. gente... ¡¡lo que sea eso del Martillo!!!.. con un único propósito - alza el dedo índice de su mano derecha para ponerlo frente al rostro de Dieter_Sword - ¡Uno! encontrar a Io-! ya está! A mi no me importan esos clanes.. ¡es más! estáis todos locos... la Inquisición busca a las personas que se asocian.. las persigue y las castiga.. ¿a qué vienen tantos secretismos de repente? no me metas a mi en ningún bando - se cruza de brazos - Como bien dices.. sólo soy una florista
<Dieter_Sword> llevas el símbolo del Martillo. A ojos de todos, eres de ese clan. Es inaudito, te han metido en un clan sin contarte la verdad. Esos son tus amigos. Los que te engañan. Te usarán como cebo, probablemente. Yo también lo haría, eres la más prescindible. Tus honorables amigos. Los que abalgan en pos de la Justicia. Reiría, si con eso ganase algo, mi pobre florista.
<Dayanna>(La cara de Dayanna es todo un poema. Las comisuras de los labios le tiemblan, las cejas juntas, fruncido el ceño. Incrédula. *No, ¿a quién se refiere? a Io-, a Dhunna, a Shanae.. ellos jamás harían nada contra mi* Mira hacia los lados, sin entender. No entiende qué pasa. Su cara es transparente, muestra sus dudas. Vuelve a fijar su mirada en los grises ojos del suizo: -El día en que confíe más en tus palabras que en las de mis amigos, Dieter_Sword, ese día... la magia habrá dejado de existir en Camelot
<Dieter_Sword> Y dónde están ahora esos amigos que dices? (levanta las manos, abarcando todos los alrededores) Porque si evaluas la situación, te ves sola ante mí, y podría matarte en segundos. Magia dices? la única magia que hay aquí, la has sentido hace unos minutos sobre tu garganta (se acerca dos pasos a ella, casi puede percibir su tibio aliento) te ha parecido mágico, Dayanna? (susrra, cual serpiente) Dime, te lo ha parecido, o has creido que ibas a morir?
* Dayanna se queda mirando fijamente esos ojos fríos del suizo. Ojos sin brillo, como si cada muerte que ha causado hubieran quitado de ellos un poco de vida. Ojos carentes de emoción, sin fe. Los de Dayanna son todo lo contrario, son los ojos de una entusiasta, casi llorosos ahora brillan más que lo habitual. Ojos que creen en algo más que la fuerza de una espada y el arte de la guerra. Ladea la cabeza y mira su cesto de mimbre. Con su mano izquierda saca de él una flor áurea. Una de esas flores del lugar secreto que Dhunna y ella guardan con recelo. Esas cuevas oscuras tras las cascadas en los lagos del bosque norteño. Un lugar donde las flores, nacidas en plena oscuridad, por supervivencia, han desarrollado su propio brillo. Le muestra la flor con pétalos dorados y destelleantes al suizo. Es hermosa: - Yo creo en esta magia
<Dieter_Sword> (Observa la flor, tan brillante y llena de vida. Lo contrario que sus ojos, dos trozos de hielo gris, tan fríos y duros como un glaciar, y carentes de ningún tipo de sentimiento.. Se retira un par de pasos, dejando de nuevo la distancia correcta entre él y la florista) Entonces más vale que dieseis, que llegado el momento, esa flor sea capaz de detener el filo de una espada como la mía (Se encoge de hombros) QUien soy yo para deciros que no lo creais.... Yo tan sólo puedo deciros que he quitado 24 vidas. Y nunca vi flores doradas de por medio. Ni magia (inclina levemente la cabeza hacia ella) Suerte.
* Dayanna parpadea, un par de veces. Su rostro toma un ligero cambio de mueca. Pocas veces había tenido un enfrentamiento así (que ella recordara), y no sabía que muchos se avecinaba. El rostro de ella muestra ahora un paradójico sentimiento de admiración y comprensión por lástima. Sí, Dieter_Sword era un sapiente de la escuela de la vida, y Dayanna, en su ingenuidad, era maestra del conocimiento en el mundo de los sueños. Sonrie ligeramente e inclina el rostro: - gracias, señor. Suerte con vos también... y magia. - se gira y se va caminando calle abajo hacia la Plaza Mayor
Dayanna- Pink Vader
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Re: Dieter Sword. El aguijón del escorpión.
<Dieter_Sword> (Seguirles había sido tan aburrido como fácil. La voz aguda de la florista no era difícil de camuflar. Así que el suizo había caminado tras ella y tras ese hombre que no conocía. Parecía un soldado. Bueno, no sería una molestia. El era La Muerte Fría. Sabía que Dayanna ocultaba algo, en todo este asunto de los clanes. Tras su aspecto de bibalicona, estaba mezclada en esto. Sale, de detrás de una arboleda)... Vaya, que sorpresa..... (en un susurro)
* Dayanna justo andaba saltando entre las rocas lajadas que formaban ese sendero empedrado que luego se perdía en el Bosque. El sendero no llegaba hasta el legendario Jardín. Para ella, la aparición del suizo supuso un sobresalto y un traspié. Se torció ligeramente el tobillo porque justo aterrizaba de uno de sus pueriles saltos y cayó perdiendo el equilibrio. Su mirada se desvia hasta Dieter_Sword. El semblante de la florista cambia de un segundo***
<Dayanna>*** a otro. Aquel hombre, el día anterior, se había enfrentado a ella. Por todo el asunto de las Hermandades. Ahora era diferente, Dayanna ya había estado en la Torre del Recuerdo. Ya sabía en qué consistía el asunto de la "guerra interna" de Camelot. Aún así, no era nadie para enfrentarse con Dieter_Sword. ¿Pero qué quiere de mi? pensó. Mira a Esthia con el temor en la mirada, luego mira de nuevo a Dieter_Sword: saludos con vos.. de nuevo
* Esthia llevaba un rato notando un olor extraño, pero como no conocía aquella zona, no le echó demasiada cuenta. La mayoría de olores eran nuevos para él. Y tampoco era raro que otras criaturas del bosque les siguiesen con curiosidad. Ellos eran los extraños allí. No se sobresaltó por la aparición del suizo, ya sabía que estaba allí, aunque sí se preocupó por Dayanna, que le había sacado cierta ventaja con sus (...)
<Esthia> saltitos. apenas la muchacha cayó al suelo, recorrió la distancia que los separaba, hasta quedarse junto a ella, de pie. No le ofreció la mano para levantarse, sus ojos escrutaban al recién llegado, por eso no se percató de la mirada de Dayanna. Aunque sí notó el cambio en su voz al saludarle. Se tensó, pero no tocó aún la empuñadura de su espada, que pendía de su cinto, a la izquierda. -Buenas tardes. -saludó.
<Dieter_Sword> (Esboza un atisbo de sonrisa, cuando la florista pierde el equilibrio...Se acerca a ella, y le tiende una mano para ayudar a que se levante) Ni la más discreta, ni la más hábil tampoco (comenta con s rostro inmutable, mientras escruta él también al hombre que no conoce. No le corresponde al saludo, asiente simplemente con la cabeza) Dayanna, Dayanna.... (musita el nombre unos segundos) Me engañaste. (La señala con un dedo, como si regañara a una niña). Y eso está mal. Dijiste que no sabías nada de las hermandades. Y llevas un Martillo. Tú y tus amigas. Y ahora, debo entender que este hombre, va a lucir también el mismo símbolo? (Ahora sí mira a Esthia. Mejor dicho, a su espada. Retira ligeramente su capa, para que asome también el pomo de su ropera) Mal asunto, el de mentir. No es una virtud, no crees?
* Dayanna no coge la mano que Dieter_Sword. El sarcasmo en sus palabras no le gusta. Se levanta sola. Ante Dieter_Sword no puede evitar sentir como sus piernas empiezan a temblar. Sí, el suizo le da miedo: Yo no he mentido!!! Hasta ayer no sabía nad... - se calla. Traga saliva. Maldita sea, por justificarse habla más de la cuenta. Señala a Dieter_Sword intentando que no se note el tembleque de su mano. El tener a Esthia al lado la reconforta -***
<Dayanna> Ahora sí sé qué significa ese símbolo del que presumes - señala el escorpión colgado en su cuello - Ahora sé de qué hablabas ayer. ¿Me hablas tú a mi de mentir? Ese símbolo lo llevan aquellos para los que la mentira es un arte. -niega con la cabeza - No se puede estar orgulloso de apoyar una causa como esa... un Camelot que de la espalda al debil... un Camelot sin magia
* Esthia sonrió al ver la espada. Hum. Eso era tomarle el pulso. Bien. Bien. Ya sabía en qué consistían las peleas de machos. Miradas, frases, gestos... Hasta que uno se retiraba o hasta que se llegaba a la violencia. Lo cual tampoco le disgustaba del todo, porque le permitía sentir el cuerpo del enemigo contra el suyo, el calor y el tacto de la piel en cada golpe, la tensión en los músculos. (...)
<Esthia> Sin embargo, la mención del colgante, de los clanes y el repentino silencio de Dayanna, borraron eso de su mente. Mejor, en realidad, porque sus ojos ya escrutaban demasiado al detalle al otro varón. Así, se fijaron en la muchacha. -Dayanna, cielo... ¿Acaso este caballero te ha hecho algo que haga que sea necesario desnudar el acero?
<Dieter_Sword> (Suspira, tedioso. Los sermones de la florista siempre le han producido ese efecto) Mi querida Dayanna, a mi los clanes me importan menos de lo que crees, y no presumo de sómbolo alguno. Deberías informarte más. Los Escorpiones procuran por el reino tanto como los del Martillo. La única diferencia estriba en que no admiten a los débiles en la cúpula ejecutiva. En los que deben proteger al pueblo. Así que no tergiverses las cosas. Esa es tu magia**
<Dieter_Sword> la del engaño?... Pero como digo, no he venido a hablar de esto....(Se calla cuando escucha las palabras del desconocido, y le mira ahora a él, largamente) Señor, me llamo Dieter Sword. Pensad en lo que signifca este nombre, y seguro que deseareis que vuestra espada se quede donde está. No he venido buscando pelea. Sólo quiero ue me digas, Dayanna, donde está Juan Diego. Y por favor, ahórrate mentir. Sé que aceptó estar con vosotros por dinero.
* Dayanna lo pasaba realmente mal ante los enfrentamientos dialécticos con Dieter_Sword. Era como un pequeño cachorro tiritando y sin palabras ni argumentos. Traga saliva y mira de reojo a Esthia: Nada que sea grave, o por lo menos nada que me importe - respondió al soldado ante su pregunta. Si Esthia supiera que el suizo la luna pasada le había puesto su acero sobre el cuello, probablemente un enfrentamiento llegaría. Pero ella no quiere eso. ***
<Dayanna> ***Obviamente las palabras estaban dejando ver claro que algo había en eso referido a los clanes, y por lo visto, Esthia no había mentido. Dayanna frunce el ceño: ¿Juan Dieguito? - hacía días que no le veía. Y qué tenía eso que ver con el Martillo? Claro, ella no sabía que al suizo le habían embaucado en el escorpión hablándole de que el español formaba parte de su clan - Veo que lo confundes todo, suizo. Me da igual que pongas***
<Dayanna> la mentira en mis palabras, o que te mofes de la magia que yo admiro. Realmente... - traga saliva y suelta, no sin miedo - No eres nada ni nadie para mi
* Esthia arqueó la ceja. Sí, le sonaba el nombre, pero vamos, que no le daba miedo. Tal vez porque tenía su pequeño as en la manga. Aun así, no deseaba entrar en batalla. Por Dayanna. No quería asustarla si se veía obligado a revelar lo que era en realidad. Y estaba seguro de que así sería, pues el suizo tenía mejor manejo de la espada que él, sin lugar a dudas. Él era más de cuerpo a cuerpo.
<Esthia>-Esthia Vikórida, un placer. -Dijo alegremente, cambiando su gesto por una sonrisa, como si el nombre revelado no le dijese nada en absoluto. Prefería dejarle pensar que su ventaja era mayor que la real. Prefería ser "el soldado amable". -Así que busca usted al señor Alegre. ¿Son amigos? -se hacía el tonto, sí. Como si no se notase para qué lo buscaba. -¿Ha mirado en el Flor de Lis?
<Dieter_Sword> (Escucha a ambos. Mira primero al cielo, luego al suelo. SIgno inequívoco de que está perdiendo la paciencia. No es hombre de muchas palabras. Nunca lo fue, ni de pequeño. Reservado, metódico y letal. Siempre consideró que el que mucho hablaba, poco aprendía. studia por unos momentos al llamado Esthia. Y lo calibra como enemigo potencial, en el acto. Sonreía sin motivo, eso significaba que estaba tranquilo. Lo cual le delataba como un luchador.***
<Dieter_Sword> (Memoriza el nombre: Esthia Vikórida. Y respondía con preguntas. No le gustaba. Denotaba inteligencia. Carraspea un poco, mirando de nuevo a Dayanna) Y bien? No me has respondido, Juan Diego. Sé que os veis a menudo. Sé que está en vuestro clan. Quizás eeres tan simple que eres la única que no lo sabe. SI es así, dímelo, y me iré sin perder el tiempo.
* Dayanna da un paso hacia atrás, dejando que Esthia quede interpuesto entre el suizo y ella. Acto reflejo, para sentirse amparada por el soldado. Siente que la protege. Dieter_Sword dirige de nuevo sus preguntas a ella. ¿Por qué? Porque es la debil. Pero ahora el Soldado estaba allí: ¿Acaso no has oido a Esthia? Busca en los Bajos Fondos y no nos hagas perder el tiempo a los demása. No, no lo sé - frunce el ceño y aprieta los labios con rabia.***
<Dayanna>*** ¿Simple?*** Piensa. Bueno, Dayanna, déjalo pasar. El suizo siempre la menospreciaba
* Esthia echó la mano izquierda hacia atrás, hasta tocar a Dayanna, sin fijarse donde ponía su mano, esperaba que en el brazo. Quería reconfortarla. Sus palabras, se dirigieron al suizo, igual que sus ojos, fijos en los de él. Midiéndose. -La señorita Dayanna nunca ha sido una mentirosa. Haga el favor de no ponerla en entredicho en mi presencia. El señor Alegre estará seguramente remojando el gaznate en alguna taberna. -hubiese (...)
<Esthia>añadido una barbaridad relativa a sus genitales, pero por respeto a Dayanna, se contuvo. -Tiene muchas en las que mirar. Allí seguramente encontrará mejores referencias que asustando a mujeres. -una manera velada de llamarle cobarde.
<Dieter_Sword> (Sus ojos destellean ante las últimas palabras del soldado. Cabila unos instantes. Para él, esto siempre había sido un negocio. Mataba por dinero. Y aquí no lo había. de todas formas, ni siquiera se dedicaba a ello ya. Hacía mucho que había aprendido a ignorar las barvuconadas, e insultos. El sólo tenía un objetivo, y era Juan Diego. Pero eso no significaba que aquel petimetre uniformadono necesitara una lección) Está bien, no creo que Dayanna***
<Dieter_Sword> mienta. Y no te averguences, Dayanna, a pesar de que necesites esconderte tras alguien (la ve de refilón, medio cuerpo de ella asoma tras Esthia) He visto hombres que también lo hacían. Eres el eslabón débil. Y eso debilita al grupo. Es lo que nunca habeis entendido. Esthia es un luchador fuerte. Pero tu debilidad le hace débil a él. Me explico (en un movimiento rápido, saca una de sus dos pistolas. Debe haber una distancia de 5 metros. Apunta***
<Dieter_Sword> directamente a la parte visibre de Dayanna, tras el soldado, pues medio torso, así como media cabeza de ella, quedan a la vista). Soy tan buen tirador como esgrimista...(el sonoro "click" metálico denota que acaba de montar el arma). Voy a disparar a Dayanna, el eslabón débil. Qué hará el eslabón fuerte, Esthia? ..Me temo que ahora mismo no sólo estoy asuatando a la mujer, verdad, Señor?
* Dayanna suelta un gemido sobrecogida al ver el arma del suizo apuntándola. Era la segunda vez en menos de dos lunas que el suizo la amenazaba. En ese momento su cuerpo tirita de miedo, ella no está acostumbrada a enfrentarse a esas situaciones. No conoce las armas de fuego, no son muy usuales en Camelot, son objetos de lares muy lejanos. Dayanna se abalanza en un impulso insintivo colocando las palmas de su mano contra la espalda de Esthia. ***
<Dayanna>*** Su mayor esfuerzo ahora era el de contener las lágrimas. El eslabón débil, el lastre... y sí, ahora no era capaz de salir de detrás de Esthia, que ni si quiera sabía qué era el Martillo, pero ahora la defendía. Ahí residía la diferencia básica entre el Escorpión y El Martillo, alguien como Dayanna, para los primeros era alguien débil y un lastre; para los segundos ella era alguien digno de tener en el Clan. Pero en ese momento, Dayanna era débil, no sabía qué hacer. Mira a Dieter_Sword tras Esthia. No le salen las palabras. Tiene miedo
* Esthia se sorprendió. No contaba con armas para atacar a distancia. En eso NO era bueno. No podía vencer a un enemigo que no podía tocar. Pero conocía aquellas armas. Podría acercarse, si el disparo no daba en ningún punto demasiado vital, podría soportar el dolor y enfrentarse a golpes. Ahí ganaría él, seguro, mientras no le dejase sacar el filo. Pero no podía arriesgarse. Para sobrevivir tendría que cambiar y no podía permitirse eso. (...)
<Esthia> No con Dayanna allí. Necesitaba guardar ese secreto.-Tal vez esté equivocado, señor. Dayanna no es el eslabón más débil. Puede que no le iguale en fuerza o destreza con la espada, pero sin duda tiene otras habilidades -no se le ocurría ninguna en ese momento, vale, pero se suponía que era un caballero ayudando a una dama en apuros, ¿no? aggg, qué complicado era todo esto. Mujeres. Por eso no le gustaban, lo complicaban todo. (...)
<Esthia>Se movió, para que su cuerpo quedase completamente delante del de la muchacha. Él podría, por su propia naturaleza, sobrevivir con mayor facilidad. -A diferencia de lo que piensa usted, la "debilidad" de Dayanna potencia mi fortaleza. Será el afán por defenderla lo que me haga no desfallecer, aunque sea mejor que yo con el acero.
<Dieter_Sword> (Asiente con la cabeza) Vuestro gesto os honra, señor.... Veis Dayanna? Sé que me ois, escondida tras las anchas espaldas del soldado. Eslabón débil, eslabón fuerte. El Sr. Esthia hubiese tenido alguna otra opción de no haber estado tú. Pero estás, y le has vuelto débil "Dieter, esto no es necesario"... Bueno, acabemos ya con esta broma. Mi querida Dayanna, jamás te habría disparado. Eres una mujer, y vas desarmada (sus ojos grises se clavan en ***
<Dieter_Sword> los de Esthia. Un destello frío. Y el soldado sabe lo que va a pasar a continuación) AUnque el Sr. Esthia, ni es una mujer, ni va desarmado... (en un segundo, el cañón del arma baja y enfoca la pierna del soldado. Luego, un estruendoso BANG! llena el espacio. La bala penetra cerca de la rodilla del uniformado defensor)... Eslabón débil, eslabón fuerte....
* Dayanna estaba llorando en silencio con un par de lágrimas resbalando por su mejilla antes de que el estruendoso BANG la sacara de sus pensamientos: "eslabón débil.. ¿para qué me iba a querer nadie a mi en su Hermandad o lucha? El suizo tiene razón, no entiendo por qué Io- se dirigió a mi en su carta". Las lágrimas caían por sus mejillas avergonzada y con miedo.. entonces BANG!! Ese fue el primer disparo que Dayanna veía u oía en su vida***
* Dayanna se sobresalta dando un respingo para atrás. Ella no sabe cómo funcionan las armas de fuego, pero su corazón late con rapidez y fuerza tras el estruendo. Sus ojos abiertos como platos miran a Dieter_Sword, de aquella arma sale humo. Mira a Esthia. No sabe qué pasa. ¿Ha gritado? Sí, había gritado. Se lleva las manos a la boca, horrorizada
* Esthia no se apartó. Podría haberlo hecho en el momento en que vio bajar el arma del suizo, pero eso implicaría dejar a Dayanna al descubierto. Podría haberla empujado, pero eso no le garantizaba apartarla de la trayectoria de un segundo proyectil. No. Había que aguantar. Su cerebro se lo dijo en apenas un instante. Instinto. El dolor punzante, el calor, el olor a sangre. Dobló la rodilla y cayó al suelo, apretándose con ambas(...)
<Esthia> manos la herida. Se mordió la lengua para no gritar. Su rostro reflejaba el dolor. era un lobo, más fuerte, más resistente, pero no inmune. Se recuperaría, sí, pero cojearía al menos una semana. Maldito bastardo. Ojalá lo hubiese cogido a solas. Hubiese sabido muchas cosas de él. Y puede que no todas le hubiesen gustado. Levantó los ojos hacia el suizo. Serio. Quería que se fuese, porque si tenía que luchar, lucharía. Aun delante de Dayanna.
<Dieter_Sword> (Guarda el arma aún humeante. Observa el panorama. A Dayanna llorando aterrada, y al Paladín uniformado en el suelo, sujetándose la pierna inútil. No se regodea, ni se siente orgulloso de lo que ha hecho. El tal Esthia ha sido un tipo valiente, y le da mérito en silencio. Pero ésta no es una vida justa, él lo sabe bien. Y tiene que dejar claro quien es. El miedo lleva al respeto. Siempre. Ahora sabía que no se podía bromear ni pavonear delante ***
<Dieter_Sword> del suizo. Se acerca, un par de pasos. Tuerce el gesto, para verle allí tendido. A los dos) Sabed que Dieter Sword os ha perdonado la vida, sr. Esthia.... "Uno más que irá tras de tí, Dieter".... (mira a la florista) Dayanna, un placer como siempre, os daría un pañuelo, pero no soy el bueno en esta función (se encoge de hombros, suspira, y desaparece entre la maleza)
* Dayanna justo andaba saltando entre las rocas lajadas que formaban ese sendero empedrado que luego se perdía en el Bosque. El sendero no llegaba hasta el legendario Jardín. Para ella, la aparición del suizo supuso un sobresalto y un traspié. Se torció ligeramente el tobillo porque justo aterrizaba de uno de sus pueriles saltos y cayó perdiendo el equilibrio. Su mirada se desvia hasta Dieter_Sword. El semblante de la florista cambia de un segundo***
<Dayanna>*** a otro. Aquel hombre, el día anterior, se había enfrentado a ella. Por todo el asunto de las Hermandades. Ahora era diferente, Dayanna ya había estado en la Torre del Recuerdo. Ya sabía en qué consistía el asunto de la "guerra interna" de Camelot. Aún así, no era nadie para enfrentarse con Dieter_Sword. ¿Pero qué quiere de mi? pensó. Mira a Esthia con el temor en la mirada, luego mira de nuevo a Dieter_Sword: saludos con vos.. de nuevo
* Esthia llevaba un rato notando un olor extraño, pero como no conocía aquella zona, no le echó demasiada cuenta. La mayoría de olores eran nuevos para él. Y tampoco era raro que otras criaturas del bosque les siguiesen con curiosidad. Ellos eran los extraños allí. No se sobresaltó por la aparición del suizo, ya sabía que estaba allí, aunque sí se preocupó por Dayanna, que le había sacado cierta ventaja con sus (...)
<Esthia> saltitos. apenas la muchacha cayó al suelo, recorrió la distancia que los separaba, hasta quedarse junto a ella, de pie. No le ofreció la mano para levantarse, sus ojos escrutaban al recién llegado, por eso no se percató de la mirada de Dayanna. Aunque sí notó el cambio en su voz al saludarle. Se tensó, pero no tocó aún la empuñadura de su espada, que pendía de su cinto, a la izquierda. -Buenas tardes. -saludó.
<Dieter_Sword> (Esboza un atisbo de sonrisa, cuando la florista pierde el equilibrio...Se acerca a ella, y le tiende una mano para ayudar a que se levante) Ni la más discreta, ni la más hábil tampoco (comenta con s rostro inmutable, mientras escruta él también al hombre que no conoce. No le corresponde al saludo, asiente simplemente con la cabeza) Dayanna, Dayanna.... (musita el nombre unos segundos) Me engañaste. (La señala con un dedo, como si regañara a una niña). Y eso está mal. Dijiste que no sabías nada de las hermandades. Y llevas un Martillo. Tú y tus amigas. Y ahora, debo entender que este hombre, va a lucir también el mismo símbolo? (Ahora sí mira a Esthia. Mejor dicho, a su espada. Retira ligeramente su capa, para que asome también el pomo de su ropera) Mal asunto, el de mentir. No es una virtud, no crees?
* Dayanna no coge la mano que Dieter_Sword. El sarcasmo en sus palabras no le gusta. Se levanta sola. Ante Dieter_Sword no puede evitar sentir como sus piernas empiezan a temblar. Sí, el suizo le da miedo: Yo no he mentido!!! Hasta ayer no sabía nad... - se calla. Traga saliva. Maldita sea, por justificarse habla más de la cuenta. Señala a Dieter_Sword intentando que no se note el tembleque de su mano. El tener a Esthia al lado la reconforta -***
<Dayanna> Ahora sí sé qué significa ese símbolo del que presumes - señala el escorpión colgado en su cuello - Ahora sé de qué hablabas ayer. ¿Me hablas tú a mi de mentir? Ese símbolo lo llevan aquellos para los que la mentira es un arte. -niega con la cabeza - No se puede estar orgulloso de apoyar una causa como esa... un Camelot que de la espalda al debil... un Camelot sin magia
* Esthia sonrió al ver la espada. Hum. Eso era tomarle el pulso. Bien. Bien. Ya sabía en qué consistían las peleas de machos. Miradas, frases, gestos... Hasta que uno se retiraba o hasta que se llegaba a la violencia. Lo cual tampoco le disgustaba del todo, porque le permitía sentir el cuerpo del enemigo contra el suyo, el calor y el tacto de la piel en cada golpe, la tensión en los músculos. (...)
<Esthia> Sin embargo, la mención del colgante, de los clanes y el repentino silencio de Dayanna, borraron eso de su mente. Mejor, en realidad, porque sus ojos ya escrutaban demasiado al detalle al otro varón. Así, se fijaron en la muchacha. -Dayanna, cielo... ¿Acaso este caballero te ha hecho algo que haga que sea necesario desnudar el acero?
<Dieter_Sword> (Suspira, tedioso. Los sermones de la florista siempre le han producido ese efecto) Mi querida Dayanna, a mi los clanes me importan menos de lo que crees, y no presumo de sómbolo alguno. Deberías informarte más. Los Escorpiones procuran por el reino tanto como los del Martillo. La única diferencia estriba en que no admiten a los débiles en la cúpula ejecutiva. En los que deben proteger al pueblo. Así que no tergiverses las cosas. Esa es tu magia**
<Dieter_Sword> la del engaño?... Pero como digo, no he venido a hablar de esto....(Se calla cuando escucha las palabras del desconocido, y le mira ahora a él, largamente) Señor, me llamo Dieter Sword. Pensad en lo que signifca este nombre, y seguro que deseareis que vuestra espada se quede donde está. No he venido buscando pelea. Sólo quiero ue me digas, Dayanna, donde está Juan Diego. Y por favor, ahórrate mentir. Sé que aceptó estar con vosotros por dinero.
* Dayanna lo pasaba realmente mal ante los enfrentamientos dialécticos con Dieter_Sword. Era como un pequeño cachorro tiritando y sin palabras ni argumentos. Traga saliva y mira de reojo a Esthia: Nada que sea grave, o por lo menos nada que me importe - respondió al soldado ante su pregunta. Si Esthia supiera que el suizo la luna pasada le había puesto su acero sobre el cuello, probablemente un enfrentamiento llegaría. Pero ella no quiere eso. ***
<Dayanna> ***Obviamente las palabras estaban dejando ver claro que algo había en eso referido a los clanes, y por lo visto, Esthia no había mentido. Dayanna frunce el ceño: ¿Juan Dieguito? - hacía días que no le veía. Y qué tenía eso que ver con el Martillo? Claro, ella no sabía que al suizo le habían embaucado en el escorpión hablándole de que el español formaba parte de su clan - Veo que lo confundes todo, suizo. Me da igual que pongas***
<Dayanna> la mentira en mis palabras, o que te mofes de la magia que yo admiro. Realmente... - traga saliva y suelta, no sin miedo - No eres nada ni nadie para mi
* Esthia arqueó la ceja. Sí, le sonaba el nombre, pero vamos, que no le daba miedo. Tal vez porque tenía su pequeño as en la manga. Aun así, no deseaba entrar en batalla. Por Dayanna. No quería asustarla si se veía obligado a revelar lo que era en realidad. Y estaba seguro de que así sería, pues el suizo tenía mejor manejo de la espada que él, sin lugar a dudas. Él era más de cuerpo a cuerpo.
<Esthia>-Esthia Vikórida, un placer. -Dijo alegremente, cambiando su gesto por una sonrisa, como si el nombre revelado no le dijese nada en absoluto. Prefería dejarle pensar que su ventaja era mayor que la real. Prefería ser "el soldado amable". -Así que busca usted al señor Alegre. ¿Son amigos? -se hacía el tonto, sí. Como si no se notase para qué lo buscaba. -¿Ha mirado en el Flor de Lis?
<Dieter_Sword> (Escucha a ambos. Mira primero al cielo, luego al suelo. SIgno inequívoco de que está perdiendo la paciencia. No es hombre de muchas palabras. Nunca lo fue, ni de pequeño. Reservado, metódico y letal. Siempre consideró que el que mucho hablaba, poco aprendía. studia por unos momentos al llamado Esthia. Y lo calibra como enemigo potencial, en el acto. Sonreía sin motivo, eso significaba que estaba tranquilo. Lo cual le delataba como un luchador.***
<Dieter_Sword> (Memoriza el nombre: Esthia Vikórida. Y respondía con preguntas. No le gustaba. Denotaba inteligencia. Carraspea un poco, mirando de nuevo a Dayanna) Y bien? No me has respondido, Juan Diego. Sé que os veis a menudo. Sé que está en vuestro clan. Quizás eeres tan simple que eres la única que no lo sabe. SI es así, dímelo, y me iré sin perder el tiempo.
* Dayanna da un paso hacia atrás, dejando que Esthia quede interpuesto entre el suizo y ella. Acto reflejo, para sentirse amparada por el soldado. Siente que la protege. Dieter_Sword dirige de nuevo sus preguntas a ella. ¿Por qué? Porque es la debil. Pero ahora el Soldado estaba allí: ¿Acaso no has oido a Esthia? Busca en los Bajos Fondos y no nos hagas perder el tiempo a los demása. No, no lo sé - frunce el ceño y aprieta los labios con rabia.***
<Dayanna>*** ¿Simple?*** Piensa. Bueno, Dayanna, déjalo pasar. El suizo siempre la menospreciaba
* Esthia echó la mano izquierda hacia atrás, hasta tocar a Dayanna, sin fijarse donde ponía su mano, esperaba que en el brazo. Quería reconfortarla. Sus palabras, se dirigieron al suizo, igual que sus ojos, fijos en los de él. Midiéndose. -La señorita Dayanna nunca ha sido una mentirosa. Haga el favor de no ponerla en entredicho en mi presencia. El señor Alegre estará seguramente remojando el gaznate en alguna taberna. -hubiese (...)
<Esthia>añadido una barbaridad relativa a sus genitales, pero por respeto a Dayanna, se contuvo. -Tiene muchas en las que mirar. Allí seguramente encontrará mejores referencias que asustando a mujeres. -una manera velada de llamarle cobarde.
<Dieter_Sword> (Sus ojos destellean ante las últimas palabras del soldado. Cabila unos instantes. Para él, esto siempre había sido un negocio. Mataba por dinero. Y aquí no lo había. de todas formas, ni siquiera se dedicaba a ello ya. Hacía mucho que había aprendido a ignorar las barvuconadas, e insultos. El sólo tenía un objetivo, y era Juan Diego. Pero eso no significaba que aquel petimetre uniformadono necesitara una lección) Está bien, no creo que Dayanna***
<Dieter_Sword> mienta. Y no te averguences, Dayanna, a pesar de que necesites esconderte tras alguien (la ve de refilón, medio cuerpo de ella asoma tras Esthia) He visto hombres que también lo hacían. Eres el eslabón débil. Y eso debilita al grupo. Es lo que nunca habeis entendido. Esthia es un luchador fuerte. Pero tu debilidad le hace débil a él. Me explico (en un movimiento rápido, saca una de sus dos pistolas. Debe haber una distancia de 5 metros. Apunta***
<Dieter_Sword> directamente a la parte visibre de Dayanna, tras el soldado, pues medio torso, así como media cabeza de ella, quedan a la vista). Soy tan buen tirador como esgrimista...(el sonoro "click" metálico denota que acaba de montar el arma). Voy a disparar a Dayanna, el eslabón débil. Qué hará el eslabón fuerte, Esthia? ..Me temo que ahora mismo no sólo estoy asuatando a la mujer, verdad, Señor?
* Dayanna suelta un gemido sobrecogida al ver el arma del suizo apuntándola. Era la segunda vez en menos de dos lunas que el suizo la amenazaba. En ese momento su cuerpo tirita de miedo, ella no está acostumbrada a enfrentarse a esas situaciones. No conoce las armas de fuego, no son muy usuales en Camelot, son objetos de lares muy lejanos. Dayanna se abalanza en un impulso insintivo colocando las palmas de su mano contra la espalda de Esthia. ***
<Dayanna>*** Su mayor esfuerzo ahora era el de contener las lágrimas. El eslabón débil, el lastre... y sí, ahora no era capaz de salir de detrás de Esthia, que ni si quiera sabía qué era el Martillo, pero ahora la defendía. Ahí residía la diferencia básica entre el Escorpión y El Martillo, alguien como Dayanna, para los primeros era alguien débil y un lastre; para los segundos ella era alguien digno de tener en el Clan. Pero en ese momento, Dayanna era débil, no sabía qué hacer. Mira a Dieter_Sword tras Esthia. No le salen las palabras. Tiene miedo
* Esthia se sorprendió. No contaba con armas para atacar a distancia. En eso NO era bueno. No podía vencer a un enemigo que no podía tocar. Pero conocía aquellas armas. Podría acercarse, si el disparo no daba en ningún punto demasiado vital, podría soportar el dolor y enfrentarse a golpes. Ahí ganaría él, seguro, mientras no le dejase sacar el filo. Pero no podía arriesgarse. Para sobrevivir tendría que cambiar y no podía permitirse eso. (...)
<Esthia> No con Dayanna allí. Necesitaba guardar ese secreto.-Tal vez esté equivocado, señor. Dayanna no es el eslabón más débil. Puede que no le iguale en fuerza o destreza con la espada, pero sin duda tiene otras habilidades -no se le ocurría ninguna en ese momento, vale, pero se suponía que era un caballero ayudando a una dama en apuros, ¿no? aggg, qué complicado era todo esto. Mujeres. Por eso no le gustaban, lo complicaban todo. (...)
<Esthia>Se movió, para que su cuerpo quedase completamente delante del de la muchacha. Él podría, por su propia naturaleza, sobrevivir con mayor facilidad. -A diferencia de lo que piensa usted, la "debilidad" de Dayanna potencia mi fortaleza. Será el afán por defenderla lo que me haga no desfallecer, aunque sea mejor que yo con el acero.
<Dieter_Sword> (Asiente con la cabeza) Vuestro gesto os honra, señor.... Veis Dayanna? Sé que me ois, escondida tras las anchas espaldas del soldado. Eslabón débil, eslabón fuerte. El Sr. Esthia hubiese tenido alguna otra opción de no haber estado tú. Pero estás, y le has vuelto débil "Dieter, esto no es necesario"... Bueno, acabemos ya con esta broma. Mi querida Dayanna, jamás te habría disparado. Eres una mujer, y vas desarmada (sus ojos grises se clavan en ***
<Dieter_Sword> los de Esthia. Un destello frío. Y el soldado sabe lo que va a pasar a continuación) AUnque el Sr. Esthia, ni es una mujer, ni va desarmado... (en un segundo, el cañón del arma baja y enfoca la pierna del soldado. Luego, un estruendoso BANG! llena el espacio. La bala penetra cerca de la rodilla del uniformado defensor)... Eslabón débil, eslabón fuerte....
* Dayanna estaba llorando en silencio con un par de lágrimas resbalando por su mejilla antes de que el estruendoso BANG la sacara de sus pensamientos: "eslabón débil.. ¿para qué me iba a querer nadie a mi en su Hermandad o lucha? El suizo tiene razón, no entiendo por qué Io- se dirigió a mi en su carta". Las lágrimas caían por sus mejillas avergonzada y con miedo.. entonces BANG!! Ese fue el primer disparo que Dayanna veía u oía en su vida***
* Dayanna se sobresalta dando un respingo para atrás. Ella no sabe cómo funcionan las armas de fuego, pero su corazón late con rapidez y fuerza tras el estruendo. Sus ojos abiertos como platos miran a Dieter_Sword, de aquella arma sale humo. Mira a Esthia. No sabe qué pasa. ¿Ha gritado? Sí, había gritado. Se lleva las manos a la boca, horrorizada
* Esthia no se apartó. Podría haberlo hecho en el momento en que vio bajar el arma del suizo, pero eso implicaría dejar a Dayanna al descubierto. Podría haberla empujado, pero eso no le garantizaba apartarla de la trayectoria de un segundo proyectil. No. Había que aguantar. Su cerebro se lo dijo en apenas un instante. Instinto. El dolor punzante, el calor, el olor a sangre. Dobló la rodilla y cayó al suelo, apretándose con ambas(...)
<Esthia> manos la herida. Se mordió la lengua para no gritar. Su rostro reflejaba el dolor. era un lobo, más fuerte, más resistente, pero no inmune. Se recuperaría, sí, pero cojearía al menos una semana. Maldito bastardo. Ojalá lo hubiese cogido a solas. Hubiese sabido muchas cosas de él. Y puede que no todas le hubiesen gustado. Levantó los ojos hacia el suizo. Serio. Quería que se fuese, porque si tenía que luchar, lucharía. Aun delante de Dayanna.
<Dieter_Sword> (Guarda el arma aún humeante. Observa el panorama. A Dayanna llorando aterrada, y al Paladín uniformado en el suelo, sujetándose la pierna inútil. No se regodea, ni se siente orgulloso de lo que ha hecho. El tal Esthia ha sido un tipo valiente, y le da mérito en silencio. Pero ésta no es una vida justa, él lo sabe bien. Y tiene que dejar claro quien es. El miedo lleva al respeto. Siempre. Ahora sabía que no se podía bromear ni pavonear delante ***
<Dieter_Sword> del suizo. Se acerca, un par de pasos. Tuerce el gesto, para verle allí tendido. A los dos) Sabed que Dieter Sword os ha perdonado la vida, sr. Esthia.... "Uno más que irá tras de tí, Dieter".... (mira a la florista) Dayanna, un placer como siempre, os daría un pañuelo, pero no soy el bueno en esta función (se encoge de hombros, suspira, y desaparece entre la maleza)
Dayanna- Pink Vader
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