La sala de las Llamas: Fuego
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La sala de las Llamas: Fuego
Oichiai iba encendiendo una a una las 1988 velas que flotaban en la sala, redonda como todas en la Torre cosa curiosa pues habia una puerta y unas escaleras y aun asi el diametro era como el del edificio que la albergaba... misterio arquitectonico que nadie se habia parado a estudiar...
La sala en completa oscuridad sin ventales ni salidas de aire mas que la puerta y una esclusa tras los cojines donde solia sentarse Oichiai era iluminada por velas finas y flotantes que vagaban por toda la sala en un movimiento de velocidad constante esperando alumnos que jugaran con ellas. Parecian que sonreian a la Shuguenja al pasar y avivaban su poder cuando su aliento estaba proximo.
Una a una las llamas iban cobrando vida al paso de la maestra y en ese preciso instante se abrio la puerta.
La sala en completa oscuridad sin ventales ni salidas de aire mas que la puerta y una esclusa tras los cojines donde solia sentarse Oichiai era iluminada por velas finas y flotantes que vagaban por toda la sala en un movimiento de velocidad constante esperando alumnos que jugaran con ellas. Parecian que sonreian a la Shuguenja al pasar y avivaban su poder cuando su aliento estaba proximo.
Una a una las llamas iban cobrando vida al paso de la maestra y en ese preciso instante se abrio la puerta.
Ivorwen- Si no eres de Graná no me sirves pa ná
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Fecha de inscripción : 22/09/2008
Re: La sala de las Llamas: Fuego
*Silmaris abrió la puerta con algo de brusquedad,pensaba que llegaba tarde y no quería dar ya mala impresión en la primera lección además estaba ansiosa por comenzar,de que alguien como ella por fin fuera a ayudarla a mejorar.
Al entrar se recolocó el kimono disimuladamente,no era muy difícil darse cuenta de que la chica no estaba cómoda con esa ropa pero aún así iba impoluta, como decían las normas de la Hermandad. Miró alrededor y sonrió al ver la cantidad de velas encendidas en la sala, cada una de ellas una llama, una posibilidad de aprender.
Cerró la puerta suavemente y se dirigió hacia la figura que se encontraba dentro de la sala, debía ser Oi... ¿Cómo era? Oichiai-sama, debía recordarlo bien.
Conforme se acercaba veía como las velas se iban encendiendo, sin duda gracias a Oichiai.
Silmaris empezó a caminar más despacio, como disfrutando de las vistas de la sala, sin una sola ventana; sólo la luz del fuego.Las llamas de las velas más cercanas a ella comenzaron a adoptar un tono azulado que se hacía cada vez más intenso y que acababa por desvanecerse cuando la joven pasaba de largo y se alejaba.
Llegó frente a la Maestra Sama murmuró, como recordando para si, y la miró a los ojos Saludos,soy Silmaris y me gustaría acudir a sus lecciones como Maestra del Fuego, Oichiai-sama se cogió las manos, estaba nerviosa, no estaba acostumbrada a seguir ningún protocolo ni a utilizar su magia o el control sobre el fuego delante de nadie. Abrió un poco los pies, acomodándose de pie mientras esperaba la respuesta de la Maestra o la llegada de alguna otra persona; realmente pensaba que aprovecharía mucho más el tiempo si no acudiera nadie más a la Sala pero aún así, conociendo las características de la Hermandad, supuso que no era la única.
Esperó.
Al entrar se recolocó el kimono disimuladamente,no era muy difícil darse cuenta de que la chica no estaba cómoda con esa ropa pero aún así iba impoluta, como decían las normas de la Hermandad. Miró alrededor y sonrió al ver la cantidad de velas encendidas en la sala, cada una de ellas una llama, una posibilidad de aprender.
Cerró la puerta suavemente y se dirigió hacia la figura que se encontraba dentro de la sala, debía ser Oi... ¿Cómo era? Oichiai-sama, debía recordarlo bien.
Conforme se acercaba veía como las velas se iban encendiendo, sin duda gracias a Oichiai.
Silmaris empezó a caminar más despacio, como disfrutando de las vistas de la sala, sin una sola ventana; sólo la luz del fuego.Las llamas de las velas más cercanas a ella comenzaron a adoptar un tono azulado que se hacía cada vez más intenso y que acababa por desvanecerse cuando la joven pasaba de largo y se alejaba.
Llegó frente a la Maestra Sama murmuró, como recordando para si, y la miró a los ojos Saludos,soy Silmaris y me gustaría acudir a sus lecciones como Maestra del Fuego, Oichiai-sama se cogió las manos, estaba nerviosa, no estaba acostumbrada a seguir ningún protocolo ni a utilizar su magia o el control sobre el fuego delante de nadie. Abrió un poco los pies, acomodándose de pie mientras esperaba la respuesta de la Maestra o la llegada de alguna otra persona; realmente pensaba que aprovecharía mucho más el tiempo si no acudiera nadie más a la Sala pero aún así, conociendo las características de la Hermandad, supuso que no era la única.
Esperó.
Loreley- Homo-Mandalore
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Re: La sala de las Llamas: Fuego
Vincent Fawkes habia llegado al fin a la sala del Fuego, venia despeinado, con la humedad todavia en el cuerpo de la sala de agua, asi que la calidez de la estancia le hizo sentirse comodo.
Claro era un alquimista el fuego era el elemento porque el todos ellos comenzaban su aprendizaje el fuego y sus tiempos, los tipos de fuego segun la madera, el efecto del fuego y como ardia y mil cosas mas eran la base para destilar los elementos alquimicos.
Aun asi habia venido a esa clase, la maestra era oriental y el sabia que en aquellos lejanos lugares habia cosas sobre el fuego que aun podian enseñarle y el deseaba aprenderlas tanto como deseaba encontrar la piedra filosofal.
Asi que entro en la estancia saludo con una inclinacion de cabeza y torso a su maestra y un simple ademan a la alumna que ya estaba alli y entonces se dedico a contar las velas que habia pues de todos es sabido que los numeros siempre importan.
Claro era un alquimista el fuego era el elemento porque el todos ellos comenzaban su aprendizaje el fuego y sus tiempos, los tipos de fuego segun la madera, el efecto del fuego y como ardia y mil cosas mas eran la base para destilar los elementos alquimicos.
Aun asi habia venido a esa clase, la maestra era oriental y el sabia que en aquellos lejanos lugares habia cosas sobre el fuego que aun podian enseñarle y el deseaba aprenderlas tanto como deseaba encontrar la piedra filosofal.
Asi que entro en la estancia saludo con una inclinacion de cabeza y torso a su maestra y un simple ademan a la alumna que ya estaba alli y entonces se dedico a contar las velas que habia pues de todos es sabido que los numeros siempre importan.
glaurung- Gran Gusano
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Localización : Mi cueva
Fecha de inscripción : 23/09/2008
Re: La sala de las Llamas: Fuego
Oichiai sonrio a Silmaris e hizo un ademán para con Vincent y con la mano semi levantada dió por saludados al resto de alumnos que habian entrado en la sala tras ellos. Pegó su hombro derecho al borde de la sala y comenzo a caminar en circulo, despacio pero con una elegancia sin medida, sin despegarlo mirando a todos ellos en el centro.
- Hay 1988 velas en la sala que no importan nada. 1988 llamas que lo son todo, y direis... por qué 1988? - hizo un guiño a uno de los mas pequeños de la sala que intentaba contarlas con su dedito rechoncho y pequeño- pues porque se me ocurren 1988 formas diferentes de utilizarlas. Y cada dia que paso hay mas. Asique de hoy en adelante quiero que cada uno de vosotros tenga una llama en su dormitorio por cada uso que sepa darle asi os habituareis a su vida, su calor, sus movimientos y sobre todo a que jamas jamas se os apague ninguna.
** Caminaba con una mano extendida y a su paso las llamas cercanas crecian de diferente forma y color, habia fuegos que parecian no quemar y otros que apenas vibraban.
- En el inventario de hechizos teneis las dos primeras formas de usar el fuego que debeis dominar a mi modo de ver... seguro que algunos ya sabeis alguna mas y muchos otros tendran dominados artes que yo desconozca pues eso os propongo un intercambio de habilidades.. el proximo dia espero que al menos hayais podido probar alguna de ellas. No os preocupeis sino conseguis resultados es normal que al principio no os responda como deseais...
¿ Qué sabeis hacer con el fuego y qué esperais de el? - dijo con voz taimada mirandolos a todos y esperando una respuesta...
- Hay 1988 velas en la sala que no importan nada. 1988 llamas que lo son todo, y direis... por qué 1988? - hizo un guiño a uno de los mas pequeños de la sala que intentaba contarlas con su dedito rechoncho y pequeño- pues porque se me ocurren 1988 formas diferentes de utilizarlas. Y cada dia que paso hay mas. Asique de hoy en adelante quiero que cada uno de vosotros tenga una llama en su dormitorio por cada uso que sepa darle asi os habituareis a su vida, su calor, sus movimientos y sobre todo a que jamas jamas se os apague ninguna.
** Caminaba con una mano extendida y a su paso las llamas cercanas crecian de diferente forma y color, habia fuegos que parecian no quemar y otros que apenas vibraban.
- En el inventario de hechizos teneis las dos primeras formas de usar el fuego que debeis dominar a mi modo de ver... seguro que algunos ya sabeis alguna mas y muchos otros tendran dominados artes que yo desconozca pues eso os propongo un intercambio de habilidades.. el proximo dia espero que al menos hayais podido probar alguna de ellas. No os preocupeis sino conseguis resultados es normal que al principio no os responda como deseais...
¿ Qué sabeis hacer con el fuego y qué esperais de el? - dijo con voz taimada mirandolos a todos y esperando una respuesta...
Ivorwen- Si no eres de Graná no me sirves pa ná
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Re: La sala de las Llamas: Fuego
Silmaris devolvió la sonrisa a la Sensei y miró al recién llegado cuando ésta lo saludó. Como había supuesto antes no estaría sola en la clase.
1988 velas... Pensó para si 1988 maneras de trabajar y dominar el fuego.
Sabía que el fuego, al igual que el resto de elementos, tenía unas posibilidades casi infinitas pero no esperaba que alguien llevara la cuenta y además las conociera todas. En ese momento el enorme respeto que sentía por Oichiai aumentó aún más.
Debía salir de esa clase con una vela y mantenerla siempre en la habitación, tenía que convivir con aquella llama viva, aprendiendo y comprendiéndola como si de un ser vivo se tratara. Este pequeño detalle fue muy importante para la hechicera Como si de un ser vivo se tratara.
La Sensei se movía dibujando un círculo en la sala, a su paso las llamas parecían recibirla de diferentes formas y sus reacciones también eran distintas unas de otras. Observó sobre todo el cambio del color en algunas de ellas. Nunca había entendido bien por qué el fuego que ella generaba o controlaba se tornaba de un tono azulado y pensaba, al menos hasta ahora, que estaba haciendo algo mal. Se sintió aliviada al ver que no era así.
La voz de Oichiai la sacó de sus pensamientos. En el inventario de hechizos podían ver las dos primeras formas de controlar su elemento que deberían conocer pronto si es que no sabían ya. Sus idas y venidas a la biblioteca le resultaron muy útiles en aquél momento cuando recordó cuáles eran los dos primeros hechizos:
- Consumption by Fire
- Fires of the phoenix
Le extrañó saber que eso tenía nombre. Al ser autodidacta conocía la técnica pero desconocía por completo que cada una de las cosas que podía hacer con el fuego tuviera un nombre y fueran hechizos distintos.
Sonrió levemente al recordar qué hacía cada uno de esos hechizos y saber que los conocía y era capaz de realizarlos. Sin embargo aún tenía que practicar mucho para controlarlos del todo, no sería la primera vez que la pérdida de la concentración causaba algún tipo de accidente...
Pero para eso estoy aquí - se animó a si misma - para aprender y mejorar.
Mientras repasaba en su cabeza las veces que sin saberlo había usado esos hechizos la Sensei volvió a hablar, lanzó una pregunta al aire. Era una pregunta sencilla, una pregunta que se podía esperar en una lección como esa pero sin embargo una pregunta bastante complicada de responder.
¿Qué sé sobre el fuego y qué espero de él? la joven se sintió estúpida en ese momento. Nunca se había preguntado qué esperaba de aquél elemento.
Guardó silencio mientras buscaba su propia respuesta y esperaba a que otro compañero respondiera a la Sensei.
1988 velas... Pensó para si 1988 maneras de trabajar y dominar el fuego.
Sabía que el fuego, al igual que el resto de elementos, tenía unas posibilidades casi infinitas pero no esperaba que alguien llevara la cuenta y además las conociera todas. En ese momento el enorme respeto que sentía por Oichiai aumentó aún más.
Debía salir de esa clase con una vela y mantenerla siempre en la habitación, tenía que convivir con aquella llama viva, aprendiendo y comprendiéndola como si de un ser vivo se tratara. Este pequeño detalle fue muy importante para la hechicera Como si de un ser vivo se tratara.
La Sensei se movía dibujando un círculo en la sala, a su paso las llamas parecían recibirla de diferentes formas y sus reacciones también eran distintas unas de otras. Observó sobre todo el cambio del color en algunas de ellas. Nunca había entendido bien por qué el fuego que ella generaba o controlaba se tornaba de un tono azulado y pensaba, al menos hasta ahora, que estaba haciendo algo mal. Se sintió aliviada al ver que no era así.
La voz de Oichiai la sacó de sus pensamientos. En el inventario de hechizos podían ver las dos primeras formas de controlar su elemento que deberían conocer pronto si es que no sabían ya. Sus idas y venidas a la biblioteca le resultaron muy útiles en aquél momento cuando recordó cuáles eran los dos primeros hechizos:
- Consumption by Fire
- Fires of the phoenix
Le extrañó saber que eso tenía nombre. Al ser autodidacta conocía la técnica pero desconocía por completo que cada una de las cosas que podía hacer con el fuego tuviera un nombre y fueran hechizos distintos.
Sonrió levemente al recordar qué hacía cada uno de esos hechizos y saber que los conocía y era capaz de realizarlos. Sin embargo aún tenía que practicar mucho para controlarlos del todo, no sería la primera vez que la pérdida de la concentración causaba algún tipo de accidente...
Pero para eso estoy aquí - se animó a si misma - para aprender y mejorar.
Mientras repasaba en su cabeza las veces que sin saberlo había usado esos hechizos la Sensei volvió a hablar, lanzó una pregunta al aire. Era una pregunta sencilla, una pregunta que se podía esperar en una lección como esa pero sin embargo una pregunta bastante complicada de responder.
¿Qué sé sobre el fuego y qué espero de él? la joven se sintió estúpida en ese momento. Nunca se había preguntado qué esperaba de aquél elemento.
Guardó silencio mientras buscaba su propia respuesta y esperaba a que otro compañero respondiera a la Sensei.
Loreley- Homo-Mandalore
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