CAMELOT

El avión salía a las cuatro, retrasado, lo normal en un aereopuerto donde es más fácil que un elefante baile rumba a que algo funcione bien. No importaba, no descubrirían el cuerpo dentro de la funda del violonchelo hasta mañana. Me recordaba a Luis, con más granos que una pallea. Mañana leería la noticia mientras tomaba su chocolate con churros.

Entró como un elefante en una cacharrería, tirando chocolate al aire. Era su manera de dorminar a los niños y ellos tan contentos. Los cogía haciendo el avión y luego tocaba al violonchelo alguna canción infantil de su tierra. Era el payaso más divertido del mundo a media jornada. El resto del tiempo trabajaba en un chiringuito haciendo paella.

Sus hijos eran dispares a más no poder. La mayor era aplicada y tocaba el violonchelo. El pequeño era un terremoto, más inquieto que la cola de un elefante espantando moscas. Para comer algo normal, dígase paella, había que hacerle el numerito del avión con el tenedor; eso sí, si de chocolate se trataba, se ponía hasta las cartolas.

empezo el show y el camarero, sacó lo convenido. El moro jonki que la miraba, tocaba el violonchelo mientras la gente dejaba monedas al lado. Ella a su paella; por el cielo paso un avion, y el moro se la acerco vendiendola chocolate...

-¿Meter chocolate en la paella?
-Exacto. Paella de chocolate y nueces.
-Estás loca.
-No estoy loca. Imagino, más allá de las posibilidades del mundo real. ¿Alguna vez has visto a una nutria jugando al ajedrez? ¿O a un elefante tocando el violonchelo?
-No...
-Por eso el mundo es tan aburrido. Abre la mente. Y la boca. Aquí viene el avión...

Autumn estaba comiendo algunas onzas de chocolate mientras preparaba la paella,no lo podía evitar,se volvía loca al igual que los elefantes con los cacahuetes...

"Ains" estaba nerviosa, era su último día antes de coger el avión,nunca le había gustado volar;además tenía un muy mal recuerdo de su viaje a Holanda en el cual le rompieron el violonchelo y la empresa no se hizo responsable de nada...

Sonó el temporizador, la comida estaba lista.

Había cogido un avión para viajar hasta África y ver desde elefantes hasta cocodrilos. Conocer el cacao del que provenía el genuino sabor del chocolate. Estaba ansiosa por conocer mil y una culturas y sus historias. Ni dos días tardó en echar en falta la paella española y sus clases de violonchelo.

De vuelta a casa sabía que jamás el chocolate le sabría igual y que los documentales de elefantes no serían lo mismo por la tele.
Cuando llegó a casa de su madre le había preparado paella ¡cuánto la había echado de menos! (y a su madre también) frunció un poco el ceño al tener que decirle:

"Esta vez no me han roto el violonchelo en el avión,me lo han perdido..."

Los micros de Loreley y Aegnor durante la prueba de las 5 palabras: chocolate, avión, violonchelo,paella y elefante por:

Tienen más de 60 palabras. La prueba tenía dos condiciones, la extensión y las palabras incluidas. Lo sentimos.

Hay una canción que dice que tengo un ratón chiquitín pero no, yo lo que tengo es un erizo africano muy singular que devora fruta como si fuera un cocodrilo con su presa
no juega al ajedrez pero te hace un sudoku en diez minutos y no le gusta el cine, solo una película en especial donde un otomano va pegando tortas a diestro y siniestro a lo Bud Spencer

No os parece adorable ? ^^

El próximo miércoles por ser día del espectador iré al cine, veré “ El ejercito Otomano contra el cocodrilo sangriento “ si, me dirán que el titulo ya lo dice todo y que me lleve un sudoku por si me aburro, aparte de eso creo que me llevare unas patatas y una pieza de fruta que todo esta muy caro y sino que se lo digan a mi pobre erizo africano que sobrevive a base de pipas.

Aquel erizo que me dejó, no era lo más afable que digamos. Mientras intentaba estudiar el imperio otomano, se dedicó a roer mi libro de sudoku a pesar de que le había puesto un buen cuenco de fruta junto a su cama. No podía hacer otra cosa, Guille me lo había dejado mientras se iba de viaje para estudiar al cocodrilo marino,. No podía fallarle, siempre me acompaña al cine cuando hay sesión expresionista. Eso sí que es un sacrificio.

La mayor idiotez fue mirar aquel fotograma del erizo en el cine e intentar analizarla. Ella se acercó y vio algo escrito, sobreimpresionado “el imperio otomano volverá, el mundo caerá en sus manos como fruta madura. Las piezas irán encajando como encajan los números en un sudoku”.

-¿Has visto esto?, es increíble.
-Lo increíble es lo que me ha costado este polo por llevar un cocodrilo en la pechera.

Soy un erizo. Pensáis en mí como el del anuncio, o peor, el que es atropellado. Pero yo no me veo como algo que estalla en la carretera como fruta que estalla contra el suelo. Ni acariciando a niños cuando mis pinchos son más peligrosos que un cocodrilo con la boca abierta. No, yo quiero ser estrella de cine, interpretar a Osmán , el rey otomano, ser famoso. O hacer el sudoku más difícil del mundo. Yo aspiro a tocar techo.

¿y esto? dijo Kalyra al notar algo en la rueda.Bajó enfadada, hacía años que no iba al cine y justo de camino ¡pam! .

"Un erizo" Leia bajó también,adoraba los animales,en su estantaría tenía una foto que se hizo con un cocodrilo cuando era pequeña,al lado del libro de sudokus;su otro gran pasatiempo.
"Un eriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiizo" gritaba "comen fruta"
"¿sí?" olvidó la "Isla de Pascali" que trataba sobre el fin del Imperio Otomano, otra vez sería...

Nuestra primera cita pudo haber sido peor, tras saludarnos barajamos opciones, película en el cine romántica desde luego, museo donde exponían un nuevo cuadro de un Otomano con cara de pocos amigos o al Zoo que es donde finalmente acabamos. Vimos un cocodrilo y una tortuga milenarios, nos hicimos una foto con un erizo africano que mordió el dedo a mi acompañante y le dimos fruta a un mono ladronzuelo que me robo del bolso el libro de sudoku.

El detective de policía Columbis fue sacado de su aburrimiento aquella mañana , incluso dejo el desayuno a medio terminar. Uno de los novatos le acerco en coche a aquellas oficinas donde había ocurrido todo , una mujer de cuarenta años murió aparentemente sola .

Cuando llego para inspeccionar rápidamente se fijo en todo pero poco había que deducir , dos cosas habían en esa habitación , una vieja silla verde acolchada con patas de hierro que por el peso habían cedido y el cuerpo desnucado de la mujer .

El caso obviamente fue resuelto , la mujer murió dándose con la cabeza en el suelo .

El otro dia fui a un museo de arte contemporáneo.

No se ni por que fui, la verdad, no me van estas cosas. Que tiene de artístico ua pared llena de salpicones de pintura? Nada. En mi opinión es un arte para gente que se aburre mucho....si Velázquez levantase la cabeza....

El caso es que ese dia, en el museo de marras, resulta que habia exposición de una japonesa medio loca y además la tía habia hecho una performance. Por curiosidad me acerque a ver que narices era eso de una "performance" y cual fue mi sorpresa de ver a la japonesa tirada en el suelo, en una postura un poco forzada junto a una silla verde, volcada y hecha un guiñapo.

Ver para creer....

Le dolía la cabeza. La verborrea del profesor le resultaba insufrible. La sensación, descrita con exactitud, era de tener el cerebro más grande que el cráneo que lo protegía.

Cállate, cállate, cállate.

Se levantó, volcando su silla verde, y se marchó de la sala.
-Luis anda muy raro últimamente. ¿Crees que le pasará algo?-murmuró una compañera, mirando la puerta que el chico acababa de atravesar.
-Dice que tiene jaquecas. Espero que no sea nada más...

Salimos corriendo, dejando destrucción a nuestro paso. Es increible lo que el miedo puede hacer con las personas. Su discurso comenzaba a tener tintes discriminatorios.Pronto nos dimos cuenta que nuestros ojos color índigo éran el blanco de sus palabras. Minutos después, nuestras vidas corrían peligro.

No recuerdo cuando solté la mano de aquella señora. Se que tropezó con una silla, pero la ayudé a levantarse. Cuando salí por la puerta rumbo al bosque, ya no me seguía. Solo quedo yo, los demás han ido soltando las manos de otros. Y yo no tengo mano a la que agarrarme.

Resopló. ¿Y ahora qué? Eran las 12, acababa de terminar la segunda lavadora. Y el maldito cestillo de las pinzas se había caído y estaban todas repartidas por el patio del vecino del primero.
¡¡Y encima estaba de vacaciones!! ¡Cómo se notaba que a algunos no les afectaba la crisis! Como su padre estaba en el partido de turno...
Un puesto a dedo, eso era lo que tenía. Y ella estirando un mísero sueldo y gracias.
Cogió el monedero y salió de casa, tirando de la puerta.
¡¡Joder!! ¡Y encima se dejaba las llaves dentro!! Definitivamente, no era su día.

¿Dónde demonios estaban las pinzas? Tenía que comprar al menos diez paquetes para manualidades con los niños. Pero por más que recorría los pasillos del supermercado no las encontraba.
Acabó por preguntar, le indicaron dónde las tenían escondidas, porque aquello era tenerlas escondidas, y encima eran de plástico. Preguntó por las de madera. Más escondidas aún. Y caras. Si es que hasta en eso se notaba que no había dinero...
Pues lo sentía por los niños, pero en vez de marcos con pinzas de madera, iban a hacer cometas con palillos de los dientes e hilos de colores. Punto.

Su hijo de nueve años pregunto que era la crisis ,habría preferido contestarle de donde venían los niños antes que contestar ese tema.
Con mucha paciencia sentó al niño en una silla y puso pinzas de tender la ropa encima de la mesa y unas cuantas lentejas ….Veras cariño las pinzas azules querían todas las lentejas para ellas, mientras que las rojas ansiaban las lentejas de los otros , las verdes se quejaban de todas las pinzas y las de madera siempre soltamos lentejas pero nunca beneficiados porque todo se lo quedan las demás . En definitiva ? Ni para lentejas hijo .

Fui al mercado hoy , la vecina del quinto hablaba con la del tercero mientras esperaban turno en la carnicería hablaban de la crisis que estábamos pasando , que si el paro , los negocios , que la gasolina por las nubes decía el carnicero , realmente es un tema que nos importa a todos y muchos que pasaban daban su opinión .
Particularmente no quería dar mas pie a la cháchara de mis vecinas hasta que vi el precio de las pinzas de la ropa . Cinco euros ¡¡?
Fui inevitable me uní a ellas ofendidísima ¿como algo tan imprescindible y pequeño podía estar tan caro ?

Cogió cada factura impagada y las fue colgando en el cordel con una pinza de madera de la ropa. Le gustaba ver al enemigo de frente, a la altura de los ojos. Ellas, sujetas por un pellizco de palo tenían las de ganar. Él, sujeto por la costumbre de vivir en un mundo en crisis, las de perder. No había más salida a un futuro sin futuro. Su esquela la colgaron con una chincheta de metal.