CAMELOT

Os ha pasado que las pinzas de la ropa desaparecen misteriosamente ?
seguro que si , se rompen o simplemente nunca mas las vuelves a ver , claramente es un gasto considerable de dinero estar comprando pinzas constantemente .
Pero ahora las cosas no están para derrochar , la crisis saca lo peor de ti , antes daba igual que se quedase las pinzas el vecino del patio incluso el calcetín descarriado que caía con ellas , pero ahora por falta de dinero y trabajo bajas inmediatamente a por lo que es tuyo y ayyy del que no te devuelva tus cosas que la lías parda ¡ .

El fin del mundo había estado tantas veces próximo que cuando llegó nadie lo esperaba. La crisis se había dilatado tanto que no recordábamos como era antes de que llegara. Jugábamos con cosas que construíamos y fue así que el reinado de las pinzas de la ropa llegó a nuestra imaginación. Con ellas construimos un mundo de madera y pegamento con forma de sillas y mesitas que nos hicieron olvidar a Playschool y Matel.

Vivía en un circo y era la persona que más pinzas de la ropa se podía poner en la cara. Tenía el record guiness. Cuidaba aquellas pinzas como oro en paño, la crisis no le dejaba comprar otras y el público no acudía en manadas a ver algo que ya no tenía interés alguno. Pero tenía demasiados años y demasiadas pinzas que cuidar. Los únicos amigos que nos quedan en las malas situaciones, hay que guardarlos en una caja a prueba de daños, más si son de madera

El Conde leía el periódico aquella mañana , el titular decía :

“La crisis afecta a la gran mayoría de la población “

Un altísimo numero de parados así lo constataba las empresas no podía pagar a sus trabajadores y estos no podían activar el comercio sin dinero , vamos una pescadilla que se mordía la cola . De alguna manera el conde quería contribuir así que ideo abrir una fabrica de pinzas de tender la ropa , siempre faltaban , eran indispensables para los no pudientes como el que tuvieran secadora automática y una forma de dar empleo.

Ojala hubiesen mas personas como el conde .

Invertir todo tu dinero en empresas de pinzas de la ropa no era precisamente lo que un lince de las finanzas hubiera hecho. Pero él lo hizo, aquella pequeña cantidad de dinero tampoco le sacaría de pobre. Cuando todo quebró con la crisis y sus acciones subieron como la espuma, todos convinieron en que había sido una de las ideas más acertadas de todos los tiempos. Si hubieran sabido que una pinza de la ropa le hablaba y le decía lo que tenía que hacer le hubieran encerrado en un manicomio.

Una roja, otra verde, otra amarilla, rosa, azul, morada... A ésta le pintaría una flor, a la otra una lagartija... Así, una a una, fue poniendo sus creaciones encima de la mesa y las observó. Si es que el hambre aguza el ingenio y más en tiempos de crisis. Lo tenía todo pensado, había comprado los materiales, pensado los precios, las ofertas, la página de Facebook... Si es que, como su propio slogan decía, ¿quién quería clips para sujetar los papeles si podias hacerlo con una de estas maravillosas y superpashion pinzas de la ropa?

Juan y Paula idearon una estrategia aquel día , tocaba compra quincenal , se repartieron la lista , la misión encontrar los productos mas baratos sin perder calidad , la crisis obligaba a apretarse el cinturón y eso hacían . En la lista de Juan estaban los productos alimenticios y en la de Paula el restante . Juan consiguió todo en un tiempo record media hora pero Paula se debatía si comprar las pinzas de tender la ropa de plástico o madera . Una difícil decisión sabiendo la durabilidad de ambas , finalmente opto por dejarlas , el presupuesto no les llegaba , ya las comprarían en rebajas.

Una anécdota que me ocurrió en el museo de arte contemporáneo , tranquilos era jornada de puertas abiertas y no pague nada , una de las pocas buenas ideas que se le paso a alguien por la cabeza , no tendrás por la crisis para comer pero almenos que seas culto . Veréis la idea era buena siempre y cuando se viera en aquel lugar algo a lo que poder llamar arte , pero no, todo cuadros en los que si no te ponen el titulo no te enteras y formas extrañas con pinzas de tender la ropa simulando cabellos . Eso es economizar¡¡

Hasta los chinos tienen crisis ¡¡.. Si señores , mi barrio solía ser chinatown todo lleno de comercios de chinos , restaurantes , bares , tiendas de todo a un euro , zapaterías ect… pero ahora con los problemas económicos que la crisis nos brinda están obligando a cerrar , de echo fue curioso cuando esta tarde entre a una de esas tiendas , pregunte por pinzas para la ropa las cuales había perdido durante la mudanza y cual es mi sorpresa al decirme que no tienen ni pinzas , ni perchas para poder tender . Amablemente me explico que para economizar en crisis acortaban productos. Increíble .

En la película Jhon tenia problemas por culpa de la crisis esa que le arrebato su trabajo en una multinacional ,coche , su casa y hasta su familia que volvió a la casa de la abuela donde vivían seis personas en el espacio de tres , el paro se había terminado y ni dios parecía responder a sus suplicas , demasiadas peticiones supone , en la mano derecha poseía unas quince pinzas de la ropa , ideaba como acabar con su vida con ellas , quizás tragándose una a una diera resultado , eran de plástico y muy coloreadas pero recordó que hasta las funerarias cobran .

El vestuario se redujo a una tela agarrada con pinzas de la ropa de múltiples colores. Con aquel simple gesto de supervivencia, había dado un toque de color a la situación más crítica que les había tocado vivir desde que la crisis empezara. Primero habían perdido el trabajo, luego la casa, después el coche, pero nunca perdieron ese toque de imaginación. Ahora las pinzas habían llenado de color y sonrisas el pase de modelos que les entretenía debajo de aquel puente.

Era el fin, el polvo amarillento cubrió todo lo que un día había sido parte del mundo. La crisis había terminado con la civilización. Ya no había nada a lo que poner un precio que se devaluaría hasta el infinito. Esperó el fin del mundo en aquel patio pequeño, con las últimas pinzas de la ropa que no habían sucumbido a la vejez de las cosas. Permanecían estancadas en el tiempo, como si nunca hubieran sido usadas. Al tocar una se deshizo en mil trozos y recordó que en un tiempo secaban su ropa de niño bajo el sol.

Las fotografías estaban secándose con las pinzas de la ropa. Los mandatarios habían renegociado las medidas anticrisis y una de aquellas fotos saldría en el artículo del periódico. Cuando se acercó para verlas mejor vio algo que hizo que el corazón le diera un vuelco. Entre los mandatarios había una sombra siniestra que descubrió cuando soltó la pinza que la ocultaba. Parecía que la mirara y como acto reflejo volvió a utilizar la pinza como si con aquello pudiera estrangularla. Al día siguiente descubrieron el cuerpo de la fotógrafa con una pinza de la ropa clavada en un ojo.

Ella tendía la ropa , apenas un par de mudas y un equipo modesto que lavaba por la noche para que estuviera seco al día siguiente. Él paseaba su pobreza en interminables colas que nunca le ofrecerían un trabajo con la edad que ya acumulaba y la crisis que ahogaba a todos. El día de su aniversario no tenía nada que regalarle, así que cogió aquellas últimas pinzas de la ropa que utilizaba ella por la noche y le sacó los hierrecitos que mantenían las dos partes articuladas para hacerle la pulsera más hermosa del mundo.

PAM. Otra vez se había cerrado de golpe la puerta del baño. Decidió no esperar más y se acercó a aquella tienda de bricolaje que tanto le gustaba. Fan de Bricomanía, no se perdía ni un programa. Buscó los topecitos esos que se ponian en el suelo para sujetar las puertas. Y los encontró. Junto a un cartel con el precio. Dos cifras. ¡¡Dos cifras!! Se habían vuelto locos. ¡¡Vaya con la crisis!!
Salió con las manos vacías, regresó a casa y optó por la clásica solución de sujetar la puerta con la mitad de una pinza de la ropa.

Dado que España estaba en crisis, Diego tuvo que ir al extranjero a desmirlar herejes y luteranos. Ganándose la vida entre estocadas y dentelladas de acero. Un día, dejando listo de papeles a un guiri en una calleja, manchose el castizo de sangre. Tuvo que ir a lavarse las calzas y la camisola, y dejarlas colgadas de unas pinzas en la ventana.

Para contestar a algunas dudas que se han planteado con la norma del día de hoy.

A esta hora, ya hay tres participantes que tienen 4 relatos colgados ( y hasta 8 ). Son Shanae, Nindë y Pallas_Atenea. Esto quiere decir que las 3 tienen 120 puntos y 5 puntos para su hermandad. En total 10 para el martillo y 5 para escorpión. Que haya más de 4 relatos por parte de los participantes que han conseguido la norma del día, no quiere decir que vayan a tener otros 120 puntos y 5 puntos más. El resto de microrelatos que cuelguen puntuarán de la manera normal, es decir 20 puntos. Si no se hiciera así, solo estas tres personas puntuarían 120 y 5 puntos cada vez que colgaran 4 relatos hasta mañana cumplido el plazo de la norma del día. Eso dejaría al resto de participantes sin opciones a ganar el torneo.

Enhorabuena a los ganadores de hoy.

Paco que estamos en crisis y no llegamos a fin de mes ¡¡¡..

Es la misma cantinela que oía todos los días al llegar a casa , si la soga estaba sobre el cuello , hipotecados hasta las cejas y debiendo hasta al panadero , pero aquel día fue diferente Paco entro casi llorando de alegría ,fue a la cocina donde su señora estaba tendiendo la ropa con aquellas pinzas cutres de madera , la abrazo de improviso haciéndola tirar el cesto de las pinzas al suelo , les acababa de tocar la lotería , adiós crisis ,bye bye problemas hola sueños por cumplir ¡¡

Las musas de la inspiración le habían abandonado , frente al ordenador miraba la pantalla en blanco , tenia que hacer un articulo sobre la crisis , que no se había dicho ya de ella? ...

Jugaba con una pinza de la ropa apretándola por la parte que abría la boca de la pinza para luego soltarla de golpe y escuchar el clack , nada no había manera pareciesen las musas haber ido a la cola del paro como los cinco millones de personas mas que las acompañaban a este paso acabaría allí con pinzas y todo si no lograba terminar aquel dichoso trabajo .

Nos vemos forzados a acciones limite con la crisis , escatimamos hasta el ultimo céntimo en las compras , lo que antes era un quiero y compro ahora es un quiero y espero a la paga extra eso si me mantengo con trabajo y que al jefe no le de por echarte porque hay cuarenta como tu . Escatimo tanto que ni a la peluquería voy, directamente me compro el tinte , me lo doy en casa , hasta me sujeto el pelo con pinzas de tender la ropa para marcar las zonas ya teñidas , ya saben siempre dar doble uso a las cosas.

Puso todas las pinzas de la ropa ordenadas por colores, luego por tamaño y al final las dejó de forma aleatoria. Se sentó frente a ellas y les dijo.

-Bien, aquí estamos. Creo que en este momento debemos tomar las decisiones que salvarán a la empresa de la crisis. señor Nuñez, haga su exposición.

Un cuidador llegó por detrás y le dio un golpecito en el hombro. era la hora de la medicación. Desde que se arruinara, el señor Huertas, había trasladado sus reuniones de empresa al sanatorio.

Comenzó a unir una pinza con otra, así hasta formar un palito largo y tambaleante que llegaba al otro lado del patio de luz. Al otro lado ella esperaba la llegada de la última pinza hasta su tendedero. Sonrió y prendió el papelito en la última pinza con un "te quiero" garabateado. Desde que la crisis acabara con los gastos superfluos, su amor prohibido no contaba con el movil para comunicarse. El palito quebró dejando el papel huérfano en el patio de luz. Sonrieron y él volvió de nuevo a crear otro palito.

-¿Cuantas veces te he dicho que no juegues con las pinzas de la ropa?

El niño bajó la cabeza y recogió aquel fuerte que había construído, dejando sin casa a siete confederados y sin lugar que atacar a nueve indios pintados con rotulador. Los reyes en aquel enero, no pasaban por lo lugares en crisis. Su madre había dicho que no tenían medicinas para los camellos enfermos. Pero el no se resignaba. Cuando todos durmieran la siesta, volvería a coger las pinzas de la ropa, el preciado material con el que desde hacía meses se construían los sueños.

Había estado ahorrando durante un mes para poder pagar la entrada a la dichosa exposición. Le habían dicho que era una maravilla. Arte moderno. Y allí estaba, plantado en mitad de una sala enorme, de paredes blancas, con dos columnas en el medio, entre las que había un cordel lleno de pinzas de la ropa de diversos tamaños y colores.
¡Manda huevos! "Colada etérea" lo habían titulado. Valorado en 3000 euros.
Pues nada, en su tendedero había como poco 5 cuerdas. Se acabó la crisis.

La carretera parecía no tener fin y encima el ventilador del coche hacía un ruidito raro que le obligó a parar el aire acondicionado. Si es que se tenía que haber esperado a navidad. Una nube cruzó el cielo, sonrió y subió el volumen del altavoz para seguir su viaje.