Alyena "La Sanguinaria"

Aspecto físico:

Cabellos negro con reflejos azulados, que le llega más abajo de las caderas, ondulado, que nunca lleva suelto salvo contadas ocasiones, siempre recogido en una cola de caballo o en una trenza.

Ojos negros como la noche, siempre con un matiz de desprecio que no la abandona, una mirada cruel y feroz, y siempre lleva el mentón levantado en actitud desafiante.

Una nariz recta y pequeña, enmarcada por unos pómulos altos, en un rostro ovalado... y unos labios generosos, que siempre lleva apretados, salvo en las extrañas ocasiones que sonríe, en las cuales su expresión se suaviza... y deja ver una dulzura que está escondida en lo más recóndito de su ser, siempre lista para la lucha.

Mide aproximadamente 1,75, y su complexión es algo fibrada para ser una mujer, cubierto el cuerpo por cicatrices que luce con orgullo, el cuerpo de una guerrera, ágil y rápida, piernas excesivamente fuertes, bien definidas, listas para una larga carrera o para emprender una lucha cuerpo a cuerpo contra un adversario, no son piernas para una hembra, son su punto más fuerte, pues sabiendo que no podría llegar a la musculatura de un hombre en sus brazos, esos los reservó para el diestro manejo de las katanas, del cual es una maestra. Por un episodio de su pasado, tuvo un encontronazo con un druida, que le dio el don de aumentar su fuerza y sus reflejos, así como la regeneración y la auto curación dentro de su sangre, a cambio de su mayor don natural, el de dar vida. Todo en ella denota fuerza bruta y animal.

Vestimentas:

Práctica y funcional, desde sus inicios en la orden, su vestimenta se ha compuesto de unos bracks de piel negros, ajustados a sus piernas, con la peculiaridad del curtido de la piel, que le da una flexibilidad y movimiento para permitirle su rapidez a la hora de correr por los tejados, una casaca del mismo material, con un profundo escote en forma de V, del mismo material que sus bracks, un cinto de cuero trenzado con remaches de plata, del que cuelgan sus armas, un abrigo de cuero que le llega hasta los tobillos, en negro... y unas suaves botas que le llegan hasta la rodilla, atadas con tiras de cuero a la pantorrilla.

Armamento:

Su arma principal es una katana, que tiene la particularidad de quedar dividía en dos con un leve giro de muñeca y un golpe seco, que han pasado por diversas etapas. Está realizada en una aleación de metales que hacen que la hoja sea oscura, como humo, gravada con dragones orientales con las fauces abiertas, lo único que destaca es en la vaina, un dragón rojo como la sangre. La lleva desde que era una niña, es el arma que la orden le proporcionó, cuando tuvo el episodio con el druida, éste la ligó al alma de la guerrera... y recientemente, en un viaje inesperado a Irlanda, se enfrentó a Crom, venciéndole, con lo que la sangre del dios Tuathá impregnó las hojas negras de las gemelas, confiriéndoles el poder de sumir en sus más horribles pesadillas a todo aquel que no sucumbe ante ellas, sino que sólo cae herido.

Un par de dagas cruzadas sobre la espalda, colocadas en el cinto, de tal forma que son blandidas con mucha rapidez, de hoja negra y empuñadura de ónix, con motivo de una serpiente, con una turmalina en el centro de cada una, otras gemelas.

Un punzón de plata completa el mortífero arsenal que lleva... especialmente para presionar los puntos vitales de sus víctimas, para la tortura.

Lleva a la espalda un par de hachas cortas, regalos que le han hecho en el reino, y que ahora lleva como una parte más de ese arsenal con el que enfrentarse a sus enemigos.

Una Matadragones, que como su nombre indica, es especial para enfrentarse a cualquier tipo de engendro, y matar a un vampiro.

Una Gladius que guarda con cariño, regalo del Cónsul en una de las pocas veces en las que se han visto en Roma, por su arrojo y valor ante sus pretorianos.

Y como colofón a todo ello, lleva una vaina especial para cubrir su katana, regalo de sus elfos, Morwyn y Feanor, con la peculiaridad de que no deja que la hieran de gravedad en combate, siempre que la lleve cerca del cuerpo, colgada como no, de su cinto.

Carácter:

Es huraña por naturaleza… de carácter fuerte y explosivo, siempre presta para una buena pelea verbal con quien se presente, de marcado carácter antisocial.

Su primera palabra siempre es cortante, siempre destinada a ahuyentar a los extraños y quitarles las ganas de conocerla, pues detrás de todo ello hay una mujer apasionada y dulce, sólo que la violencia impera en su vida, y es más fácil odiar que amar, por lo que por principios odia a todo el mundo.

Aunque no lo parezca tiene miedo a que alguien pueda llegar a conocerla a fondo, le causa pavor que alguien pueda llegar a ver que tiene un lado tierno y comedido, por lo que siempre se esconde tras una máscara de indiferencia y desdén, aunque eso sí… siempre lleva el mentón levantado en actitud desafiante, aunque ella no se da cuenta.

Leal con sus amigos, con los pocos que tiene, cuando está en la taberna con ellos deja ver ese lado chispeante que no deja ver a los demás, ese carácter afable y siempre dispuesta a hacer bromas, pero esos ratos son los menos.

En realidad tiene un marcado tendente psicópata y sádico que la lleva a matar a sus enemigos con sumo placer y violencia desmedida, gozando con la visión de la sangre y los cadáveres desperdigados a su alrededor, es una buena guerrera, y como tal disfruta de una buena masacre, y más si es ella la que la provoca.

De profundo carácter temerario, jamás recula ante un desafío, lo que le ha valido estar varias veces al borde de la muerte, pero no le importa, pues no le tiene mucha estima a su forma de vida, aunque tampoco hace nada para cambiarlo, pues en el fondo está convencida de que ella es así y como tal ha de vivir con sus actos y consecuencias.

De marcada lengua viperina, es capaz de sacar de quicio a un santo, cosa que practica bastante a menudo, mordaz como ella sola, lo que le ha valido una reputación de “zorra” que encima ve merecida. Carácter corrosivo y desdeñoso, siempre tendrá más enemigos que amigos, y lo lleva hasta las últimas consecuencias.