Antes del ataque al dragón; Información a Limnátide.
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Antes del ataque al dragón; Información a Limnátide.
[Sé que debería ponerlo antes pero no sabía cuando se podía rolear. Lo posteo ahora y, como indico en el título, es anterior al ataque que se hizo, en el anterior rol, al dragón.
Clyven: Rojo
Limnátide: Naranja
Clyven llevaba ya un buen rato en casa de Limnátide. Había estado sentado en el suelo, jugando con los niños, haciéndole perrerías y arrancándoles risas. Se levantó, dejando a los pequeños un momento y se acercó a su prima. - Átide, hay algo que tengo que contarte y creo que no te va a gustar .- No lo creía, lo sabía. Sabía lo especial que era Esthia para ella. Sabía que no se tomaría bien su traición.
Limnátide se giró al haber ido a buscar un par de cervezas para ellos. Siempre que venía Clyven a su casa y, tras una primera ronda, tenía una jarra para él. Ésta sería la segunda. Al estar en la cocina, se giró para quedar encarada a su primo con una jarra en cada mano .- Uh. ¿Que ocurre? .- Ese rostro tan serio, mucho más que habitualmente, era que no le iba a dar una buena noticia. Le hizo un gesto con la cabeza para que tirase hacia el sofá. Estaban solos. Rhyan se había ido a hacer unos encargos.
Esthia .-fue la única respuesta que le dio. Sus cejas bajaron sobre sus ojos, dándole el aspecto de estar más enfadado aún. No le gustaba lo que habían hablado. Y mucho menos lo que sospechaba que pasaría.
Limnátide se tensó. ¿Esthia? ¿Que pasaba con su hermano ahora? Ya le había traicionado por irse a la Hermandad equivocada. Su rostro ensombreció. Clyven sabía que, tratar un tema así, no era bueno para ella. Se fue acercando al sofá para sentarse y dejar ambas cervezas delante de la mesa que había enfrente .- Sabes que no quiero hablar de él, Cyv. No sé como me lo mentas.
Átide, es necesario. No te lo diría si no fuese importante. Esthia está ahora con los del Martillo y sabes que a mí esto de las hermandades me la trae al fresco, que estoy en esto por ti... pero si tengo que enfrentarme a él, lo haré. Por ti.
¿Sabes la gracia que me hace tener a mi propio hermano en el bando contrario? .- Claro que lo sabía. Él también estaba jodido por ese tema. Resopló .- Siéntate y me lo explicas. ¿Que ha hecho? .- Su tono era hosco. Por la gravedad del asunto y por la tensión en su cuerpo. Cogió su jarra y dio un trago hasta dejarla por la mitad. La dejó en el mismo sitio.
No es tu hermano, Átide. Ni es tu hermano, ni tu hombre, ni tu nada. Esthia es lo que es y ahora mismo puede convertirse en un traidor. No me lo ha dicho abiertamente, pero lo conozco. Vino a verme, a tantear el terreno. Ja, como si yo fuese idiota o algo. -se dejó caer en el asiento y vació la jarra hasta la mitad.
¿Que no es qué? .- Ladeó la cabeza, fulminándole con la mirada. Era su hermano. Desde que vino aquí, desde el principio, le había tratado como una princesa. Le costaba digerir que estuviera en otro bando pero, aún así, seguiría siendo Esthia .- ¿Traidor? ¡¿Traidor?! ¿Y lo dice alguien que, hasta hoy día, en las Islas, estás tachado de traidor? Cyv, por la Dama de Plata. ¡¿Que ha hecho para que llegues a llamarle así?! .- Cada vez estaba más tensa y su respiración era muy agitada.
Nada, que yo sepa, pero lo hará. Esthia se ha propuesto proteger a esa gente, eso fue lo que vino a decirme. Me pidió que le perdonase, pero que iba a protegerles. Y tú no sabes lo que eso significa para él. Esthia dará su vida y las nuestras por protegerlos.
El mundo de Limnátide se vino abajo. Esthia, aquel que siempre sonreía, que había pasado tantos momentos con ella, que había vivido durante una temporada a su lado.. Ahora se ponía en su contra. Incluso, protegiendo a la gente de aquella maldita Hermandad con su vida. Estática como estaba, sin mostrar ningún indicio de que le afectase, mantuvo el silencio con la mirada fija en la jarra de cerveza medio vacía.
Verás... Esthia perdió a alguien muy importante para él. Lo mató un lobo. Le tomó por traidor por acogerme en Icarión cuando Pallas estaba embarazada de Niké y lo pagó matando a la persona más importante para Esthia, Kozma. Ese día, Esthia juró que jamás volvería a dejar que le pasase nada a alguien que le importase. Por supuesto eso nos incluye, pero ahora está en el otro lado. Yo he estado al otro lado. Y fui capaz de ver morir a Viktor. Él podrá vernos morir a nosotros.
Clyven: Rojo
Limnátide: Naranja
Clyven llevaba ya un buen rato en casa de Limnátide. Había estado sentado en el suelo, jugando con los niños, haciéndole perrerías y arrancándoles risas. Se levantó, dejando a los pequeños un momento y se acercó a su prima. - Átide, hay algo que tengo que contarte y creo que no te va a gustar .- No lo creía, lo sabía. Sabía lo especial que era Esthia para ella. Sabía que no se tomaría bien su traición.
Limnátide se giró al haber ido a buscar un par de cervezas para ellos. Siempre que venía Clyven a su casa y, tras una primera ronda, tenía una jarra para él. Ésta sería la segunda. Al estar en la cocina, se giró para quedar encarada a su primo con una jarra en cada mano .- Uh. ¿Que ocurre? .- Ese rostro tan serio, mucho más que habitualmente, era que no le iba a dar una buena noticia. Le hizo un gesto con la cabeza para que tirase hacia el sofá. Estaban solos. Rhyan se había ido a hacer unos encargos.
Esthia .-fue la única respuesta que le dio. Sus cejas bajaron sobre sus ojos, dándole el aspecto de estar más enfadado aún. No le gustaba lo que habían hablado. Y mucho menos lo que sospechaba que pasaría.
Limnátide se tensó. ¿Esthia? ¿Que pasaba con su hermano ahora? Ya le había traicionado por irse a la Hermandad equivocada. Su rostro ensombreció. Clyven sabía que, tratar un tema así, no era bueno para ella. Se fue acercando al sofá para sentarse y dejar ambas cervezas delante de la mesa que había enfrente .- Sabes que no quiero hablar de él, Cyv. No sé como me lo mentas.
Átide, es necesario. No te lo diría si no fuese importante. Esthia está ahora con los del Martillo y sabes que a mí esto de las hermandades me la trae al fresco, que estoy en esto por ti... pero si tengo que enfrentarme a él, lo haré. Por ti.
¿Sabes la gracia que me hace tener a mi propio hermano en el bando contrario? .- Claro que lo sabía. Él también estaba jodido por ese tema. Resopló .- Siéntate y me lo explicas. ¿Que ha hecho? .- Su tono era hosco. Por la gravedad del asunto y por la tensión en su cuerpo. Cogió su jarra y dio un trago hasta dejarla por la mitad. La dejó en el mismo sitio.
No es tu hermano, Átide. Ni es tu hermano, ni tu hombre, ni tu nada. Esthia es lo que es y ahora mismo puede convertirse en un traidor. No me lo ha dicho abiertamente, pero lo conozco. Vino a verme, a tantear el terreno. Ja, como si yo fuese idiota o algo. -se dejó caer en el asiento y vació la jarra hasta la mitad.
¿Que no es qué? .- Ladeó la cabeza, fulminándole con la mirada. Era su hermano. Desde que vino aquí, desde el principio, le había tratado como una princesa. Le costaba digerir que estuviera en otro bando pero, aún así, seguiría siendo Esthia .- ¿Traidor? ¡¿Traidor?! ¿Y lo dice alguien que, hasta hoy día, en las Islas, estás tachado de traidor? Cyv, por la Dama de Plata. ¡¿Que ha hecho para que llegues a llamarle así?! .- Cada vez estaba más tensa y su respiración era muy agitada.
Nada, que yo sepa, pero lo hará. Esthia se ha propuesto proteger a esa gente, eso fue lo que vino a decirme. Me pidió que le perdonase, pero que iba a protegerles. Y tú no sabes lo que eso significa para él. Esthia dará su vida y las nuestras por protegerlos.
El mundo de Limnátide se vino abajo. Esthia, aquel que siempre sonreía, que había pasado tantos momentos con ella, que había vivido durante una temporada a su lado.. Ahora se ponía en su contra. Incluso, protegiendo a la gente de aquella maldita Hermandad con su vida. Estática como estaba, sin mostrar ningún indicio de que le afectase, mantuvo el silencio con la mirada fija en la jarra de cerveza medio vacía.
Verás... Esthia perdió a alguien muy importante para él. Lo mató un lobo. Le tomó por traidor por acogerme en Icarión cuando Pallas estaba embarazada de Niké y lo pagó matando a la persona más importante para Esthia, Kozma. Ese día, Esthia juró que jamás volvería a dejar que le pasase nada a alguien que le importase. Por supuesto eso nos incluye, pero ahora está en el otro lado. Yo he estado al otro lado. Y fui capaz de ver morir a Viktor. Él podrá vernos morir a nosotros.
Limnatide- Loba Tocanarices
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Localización : ¿A ti que cojones te importa?
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Re: Antes del ataque al dragón; Información a Limnátide.
¿Y? .- Reaccionó de forma hosca. Incluso, alzó la mirada para fulminar con ésta a Clyven. Gruñó. Un gruñido profundo y helante. Golpeó la mesa con rabia. Por poco la parte y las jarras retumbaron casi cayendo sobre la superficie de madera .- Él no puede traicionarnos. ¡No puede! .- Se levantó, disgustada. Rodeó el mueble y caminó de un lado a otro refunfuñona .- Un lobo de la manada no puede traicionar a los suyos.. .- Y antes de que pudiera replicar, le señaló .- ..Y no me vengas con lo de Viktor porque lo hiciste para proteger a los tuyos .- No quería entrarle en la cabeza que Esthia podría traicionarlos. Y, mucho menos, hacer descubrir su secreto. Si decía que, ellos eran licántropos y la plata era mortal para ellos, estarían perdidos.
Clyven se pasó la mano por el rostro, desde la frente hacia abajo, apretándose las barbadas mejillas hasta notar la dureza de los dientes a través de la carne. Resopló .- Átide, es lo que intento decirte. No es un traidor, protege a los suyos. Yo lo hice. Acepté que Viktor muriera para salvar al resto. Esthia puede aceptar que nosotros muramos si con ello salva más vidas. No sé qué le ha arrastrado a unirse a esa hermandad, ni tampoco lo que te ha llevado a ti a arrastrarnos a los demás a ésta. Pero sí le conozco y sé de lo que es capaz. No te sorprendas si él mismo te atraviesa la yugular con plata. No sería el primer lobo que mata. Pero hay algo más... Esthia olía a dragón. Esos imbéciles del Martillo tienen un puto dragón. Tenemos que acabar con él antes de que le dé por enseñarnos lo que le apesta el aliento.
El ceño de la loba se arrugó para unificar más esas finas cejas que remarcaban esos dos ojos de distinto tono quedando las facciones de su faz algo más tensas y rudas. Con girar, una vez más, la cabeza hacia Clyven, sería suficiente. Podría taladrar con aquella mirada, la ennegrecida que tenía como ojos, el mercenario .- Como haga eso, te juro que, yo misma, acabaré con su propia vida. Puede que sea una hembra pero no voy a dejar que me aplasten por mucho cariño que le tenga a mi oponente .- Lo tenía decidido. No habría marcha atrás .- ¿Dragón? ¡¿Un dragón?! Pero, ¡¿como se atreven esos desgraciados?! ¿Crees que habrá soltado algo? .- Refiriéndose a Esthia .- ¿O aún nuestro secreto está a salvo?
Clyven se encogió de hombros .- No lo sé. Pero tampoco importa. Lo que más me preocupa ahora es el lagarto que tienen. Tenemos que acabar con él y a ser posible de forma definitiva. Creo que podría hacerme con un par de armas para las escamas... en los bajos fondos hay quien puede proporcionármelas por un puñado de monedas.
Tenlo todo preparado. Hay que hacerlo lo antes posible. Aunque, ¿sabemos dónde se puede encontrar a ese lagarto? ¿O hay que ir en su búsqueda? .- Había que tenerlo todo bien preparado para ese ataque. Era imprescindible atar todos los cabos para que fuese todo a la perfección. Eran guerreros, asesinos, capaz de matar a quien se pusiera delante de ellos. Eso sí, en esta ocasión, sería gratis. Para el bienestar de la Hermandad.
Iremos a por él. No sé dónde puede encontrarse, pero Esthia me dejó un bonito regalo: su rastro. Puede que sea su pequeño regalo para compensar que estamos en bandos opuestos.
O tal vez, nos esté mandando a una muerte segura. Nunca se sabe. No obstante, será algo que hemos soñado siempre; Morir en una batalla. Aunque, ahora, teniendo familia, esa idea no es tan atractiva. En fin. Que la Diosa de Plata nos proteja.
No creo que sea eso, pero estaremos listos por si acaso. Nos interesa quitarnos de en medio a ese dragón. Mañana por la noche nos veremos en mi casa, yo llevaré las armas. Vente de oscuro y cúbrete el pelo... -clavó los ojos en el lugar donde estaban sus sobrinos, pero en realidad miraba al infinito .- Nos vamos de caza.
Clyven se pasó la mano por el rostro, desde la frente hacia abajo, apretándose las barbadas mejillas hasta notar la dureza de los dientes a través de la carne. Resopló .- Átide, es lo que intento decirte. No es un traidor, protege a los suyos. Yo lo hice. Acepté que Viktor muriera para salvar al resto. Esthia puede aceptar que nosotros muramos si con ello salva más vidas. No sé qué le ha arrastrado a unirse a esa hermandad, ni tampoco lo que te ha llevado a ti a arrastrarnos a los demás a ésta. Pero sí le conozco y sé de lo que es capaz. No te sorprendas si él mismo te atraviesa la yugular con plata. No sería el primer lobo que mata. Pero hay algo más... Esthia olía a dragón. Esos imbéciles del Martillo tienen un puto dragón. Tenemos que acabar con él antes de que le dé por enseñarnos lo que le apesta el aliento.
El ceño de la loba se arrugó para unificar más esas finas cejas que remarcaban esos dos ojos de distinto tono quedando las facciones de su faz algo más tensas y rudas. Con girar, una vez más, la cabeza hacia Clyven, sería suficiente. Podría taladrar con aquella mirada, la ennegrecida que tenía como ojos, el mercenario .- Como haga eso, te juro que, yo misma, acabaré con su propia vida. Puede que sea una hembra pero no voy a dejar que me aplasten por mucho cariño que le tenga a mi oponente .- Lo tenía decidido. No habría marcha atrás .- ¿Dragón? ¡¿Un dragón?! Pero, ¡¿como se atreven esos desgraciados?! ¿Crees que habrá soltado algo? .- Refiriéndose a Esthia .- ¿O aún nuestro secreto está a salvo?
Clyven se encogió de hombros .- No lo sé. Pero tampoco importa. Lo que más me preocupa ahora es el lagarto que tienen. Tenemos que acabar con él y a ser posible de forma definitiva. Creo que podría hacerme con un par de armas para las escamas... en los bajos fondos hay quien puede proporcionármelas por un puñado de monedas.
Tenlo todo preparado. Hay que hacerlo lo antes posible. Aunque, ¿sabemos dónde se puede encontrar a ese lagarto? ¿O hay que ir en su búsqueda? .- Había que tenerlo todo bien preparado para ese ataque. Era imprescindible atar todos los cabos para que fuese todo a la perfección. Eran guerreros, asesinos, capaz de matar a quien se pusiera delante de ellos. Eso sí, en esta ocasión, sería gratis. Para el bienestar de la Hermandad.
Iremos a por él. No sé dónde puede encontrarse, pero Esthia me dejó un bonito regalo: su rastro. Puede que sea su pequeño regalo para compensar que estamos en bandos opuestos.
O tal vez, nos esté mandando a una muerte segura. Nunca se sabe. No obstante, será algo que hemos soñado siempre; Morir en una batalla. Aunque, ahora, teniendo familia, esa idea no es tan atractiva. En fin. Que la Diosa de Plata nos proteja.
No creo que sea eso, pero estaremos listos por si acaso. Nos interesa quitarnos de en medio a ese dragón. Mañana por la noche nos veremos en mi casa, yo llevaré las armas. Vente de oscuro y cúbrete el pelo... -clavó los ojos en el lugar donde estaban sus sobrinos, pero en realidad miraba al infinito .- Nos vamos de caza.
Limnatide- Loba Tocanarices
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Alassea undome
Un saludo desde l bosque negro, de parte de este beornida culturista y cortito. Ya sabes, 237cm tuerto con parche, antinaturalmente musculoso, y con su hacha a dos manos enorme y su transformación en oso...."ahora tu acordarte de Moghrt, ? Porque moghrt echar de menos tu.
Moghrtbtriste....
Moghrtbtriste....
Moghrt- Paria
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