El ataque contra un martillo.
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El ataque contra un martillo.
Limnátide: Naranja
Jonathan Kray: Cyan
Esthia: Rojo
Habían pasado unos días desde lo ocurrido con el dragón. Ella lo había visto y era cuestión de tiempo que hubiera hablado con su hermano. No tuvo huevos de hacer absolutamente nada para solucionar aquello, y realmente se arrepentía de ello. No obstante a lo hecho pecho. En ese momento sus pasos se dirigían al bosque, como si quisiera un mínimo de tranquilidad para pensar en aquel tipo de cosas.
En el bosque, como habitualmente solía hacer, la figura de Limnátide estaba cerca de la orilla del lago, contemplando estas mismas. De repente, un olor, llega a sus fosas nasales y ladea su rostro. Olfatea para saber de quién se trata.
En cierto modo está algo contrariado. Su hermano y la familia de este eran el enemigo, aunque realmente él no sería incapaz de tocarlos cuando en el caso contrario no sería igual ni por asomo. Él es un humano, así que hasta no quedar lo suficientemente cerca de ella no se daría cuenta de que estaba allí mismo.
¡Tú! ¡Lárgate antes de que te arranque las entrañas! .- Espeta Limnátide al darse cuenta de quien se trataba. Se queda encarada a él, con los músculos de su faz totalmente tensos y los músculos de igual forma. Aprieta sus puños con ira, lanzándole una mirada fulminante, apretando la mandíbula con fuerza.
Yo también me alegro mucho de verte, cuñada .- Sus ojos quedan bien abiertos mirando a aquella mujer, efectivamente la mujer de su hermano y líder de la hermandad del escorpión .- ¿Por qué tendrías que hacerlo? Hasta el momento no he hecho nada en contra tuya.
Eres un vil traidor, desgraciado .- Le señala acusitivamente sin importar que sea de mala educación. Ella, de eso, entiende poco. Le enseña los dientes con clara intención de ser un gesto obsceno .- ¡¿Como te atreves a unirte a otra hermandad?! Y, encima, ¡estar con el dragón! Has caido muy bajo. Tú ya no eres de mi familia.
...Un vil traidor... Y no sabes las razones que tengo para ello .- Si no la ataca con Esthia es porque ignora que tienen algo en común, si no lo tendría ya en la boca .- ¿Acaso no crees que podéis estar vosotros en el lado equivocado?
¿Razones? Eres igual de traidor que Esthia. No mereces ni ser hermano de Rhyan .- Gruño, apunto de lanzarse contra él. Debía plantear bien el terreno .- ¡Já! ¿Nosotros en el lado equivocado? Déjate de monsergas, imbécil. No sabes lo que estás diciendo. Yo de ti desaparecía y no volvía a pisar Camelot en la vida .- Palabras de odio.
¿Me vas a echar tú si ni si quiera eres nativa de estas tierras? Si quiere que me ahorre monsergas ahórrate tú tus amenazas .- Esthia, él era el general de la hermandad, es que estaba preparando a todas esas personas para lo que se les avecinaba...- ¿Qué tienes que ver tú con Esthia?
Tu tampoco eres nativo de aquí .- Supone que, si es hermano de Rhyan, no habrá nacido ahí. Tampoco es que esté totalmente informada de la familia de su pareja. Como solo ve a sus padres para dejar a los niños cuando tienen algo entre manos, desconoce cualquier otra información .- Es.. Era mi hermano .- Ha tenido que rectificar. Debe tener claro de que ya no hay vínculos entre ellos. Después de saber su propósito y que haría lo que fuera para proteger a su gente.
No, no lo soy, pero no por ello voy a dejar que me digas algo como eso .- Frunce levemente el ceño. Es cierto que no sabía nada de lo que Esthia estaba planeando para contra los escorpiones, pues él no sabe nada de la licantropía de mucho de ellos ni tampoco la forma de hacer mella de verdad en ellos .- Tu hermano, y era, dices. Yo no entiendo como la gente puede romper lazos por una mierda como esta que ni sabemos por qué se ha puesto en marcha y cuál es su verdadera finalidad.
¡Lárgate! .- Vuelve a reprenderle con matices crueles y déspotas. Cada vez está más nerviosa y con ganas de partirle la cara. Sería quitarse a otro insecto que es un traidor. Los dientes chirrían por la presión que ejerce en ellos .- Tú no sabes nada y yo no pienso contártelo. Solo te daré una oportunidad para que te des la vuelta y desaparezcas para siempre.
¿Crees que voy a hacer el cobarde porque tú, líder de la hermandad de los escorpiones, me esté amenazando? No. Yo no tengo culpa de que estés tan frustrada, como parece, porque Esthia no está de tu lado .- Ladea la cabeza, ese lugar no era tranquilo, no con ella allí, así que decide que lo mejor sería darse la vuelta, pues tampoco quiere enfrentarse a la chica de ese hermano que tiene.
Yo no amenazo en vano .- Espeta con matices maliciosos, sabiendo que, quien conoce bien a la loba, no habla en balde. Cuando le da la espalda y suelta aquel comentario, no puede resistirse más y se lanza contra él. Quiere tirarlo al suelo para poder tener ella, el control. Si lo consigue, estará perdido y podrá pegarle hasta acabar con su existencia.
A Jonathan Kray le pilla de sorpresa dicha afrenta, y la fuerza de la chica también, con los cuál acaba cayendo de boca, aunque intenta no dar totalmente de bruces, por lo que antepone sus brazos ante el suelo. No puede creerse que una mujer gaste la fuerza que tenía esa mujer.
Ahora que lo tiene a su merced, aunque no del todo lo que le gustaría, coloca sus rodillas en el suelo para poder estabilizarse. Aprovecha que lo tiene debajo suyo para golpearle en la nuca y, por ende, dejarlo inconsciente. La fuerza aumenta al estar en un estado de rabia, odio, desprecio.
Jonathan Kray nota como lo golpea, a pesar de que hace todos sus esfuerzos por intentar zafarse de ella, pero al estar boca abajo le es más difícil, pues cuando quiere hacer algo queda algo atontado por el golpe en aquella zona.
Limnátide sigue arremetiendo contra él. Quiere hacerle sangre, sentirla en sus puños, en su boca.. Se lo va a cargar ahí y no habrá testigo de ese asesinato. A no ser que, alguien de los suyos, esté merodeando por ahí y, si resulta que es Esthia, tendrá un pequeño problema. No importa. Podrá contra los dos.
Esthia llevaba ya un buen rato buscando a Jon. Quería concretar con él la defensa de la torre y no lo encontraba por ningún sitio. Por fin captó su olor. Demasiado intenso y repentino. Y el sonido de una pelea. Tsk. Echó a correr hacia allí, todo lo que le daban sus piernas de humano, para lanzarse contra el agresor de su compañero. Había reconocido a Limnátide, así que no golpeó con demasiada fuerza, únicamente quería quitársela de encima.
El pobrecillo estaba aturdido, lo que no sabe es cómo no ha perdido la consciencia. Había quedado claro que no podía darle la espalda a una loca como ella, no todo el mundo tiene la buena fé que él y le había quedado demostrado. Parecía que se había unido una tercera persona, pero no sabe quién, pues no alcanza a verlo.
El impacto contra su cuerpo hace que, en cierto modo, termine saliendo despedida a varios metros de Jon. Ese olor.. ¡Oh no! Esthia. Gruñó con rabia acumulada, lanzando una mirada déspota al licantropo .- ¡¿Que cojones haces tu aquí?! Esto es algo entre él y yo .- Se fue levantando. Fue solo un pequeño contacto.
Esthia se puso en pie y alzó la guardia, por si acaso, que conocía a Átide .- Pues me temo que ahora también es cosa mía. ¿A qué viene todo esto, princesa? .- a pesar de estar en hermandades distintas, seguía llamándola así.
Jonathan Kray escuchaba la conversación lejana a pesar de que estaban cerca, pero lo suficiente bien como para saber que era Esthia el que había les había alcanzado, haciendo que sintiera cierto alivio. Maldita chiflada loca...
¿Princesa? ¡¿Princesa?! No me vuelvas a llamar así en tu puta vida. Cyv me lo ha contado todo. ¡¿Como puedes traicionarnos así?! Somos tu manada. Siempre ha sido así. ¡¿Por qué?! .- Él sería el único que entendería de que hablaban. Nadie más.
¿Traicionarte? No sé de qué me hablas. Yo no os he traicionado. Y, si así fuera, creo que no hay más traición que la vuestra hacia mí .-se acercó a Jon a ver si estaba bien.
Jonathan Kray no estaba bien, pero tampoco estaba mal del todo. Podría haber sido peor si hubiera tardado más en llegar. Igual intenta incorporarse aunque fuera quedar sentado en el suelo y no seguir haciendo el idiota ahí tirado. Por el momento no suelta palabra alguna.
¿Traición? Nosotros no traicionamos a los nuestros. En cambio, tú, si lo has hecho. Ya no veo enfrente de mi a ese hermano que siempre me ha cuidado. Ahora veo a un traidor que solo se preocupa de gente que conoce hace dos días. ¡Te odio! .- Sentimiento que no podía reprimir. Sin más, se lanzó contra él, queriendo tirarlo al suelo para poder golpearle con todas sus ganas.
No fui yo el que eligió unirse a los escorpiones. No puedes obligarme a pensar como tú, no puedes obligarme a traicionar mis promesas. Adelante, odiame, pero no dejaré que te descargues contra Jon.
Jonathan Kray se siente, en gran parte, imbécil por haberle dado la espalda, ahora mismo las cosas podrían ser de otro modo...- Ha sido culpa mía, no debí haberle dado la espalda .- Aunque el resto de la frase se la guarda para él, pues la considera una loca.
La única respuesta que recibieron antes fue el ataque hacia Esthia al ver que no había tomado precauciones para poder corraestarlo. Lo lanzaría por los suelos y quedaría encima suyo. Después vendría las consecuencias; Golpes y más golpes.
Esthia no pudo evitarla y se vio en el suelo, con ella encima. Intentó agarrarla de las muñecas, para que no pudiese golpearle. Era más fuerte que ella, lo sabía, no tanto como Clyven, pero sí más que ella .- Átide, para. Por la Dama de Plata. Para.
¡Pero es que esta tía está loca! .- Dice al verla desbocada sobre Esthia. Sinceramente, piensa que algo no va bien en la cabeza de esa chica. Bueno, no es tan raro, está con su hermano. Buscaría el levantarse, pues en esos casos le iba a dar más o menos lo mismo que fuera una mujer y ellos fueran dos, tenían que calmarla.
Ella tendría las manos ocupadas al ser detenidas por aquel agarre pero lo que no había pensado Esthia era que aún tenía sus fauces. Bajando la cabeza, hincó con sus colmillos, el lugar dónde había mordido - hace años atrás - su primo. Quería sentir la sangre y notar su dolor. Lo iba a matar y a Jon también. Ya no había ni pizca de cariño por aquel que tenía debajo de ella. Todo había cambiado por otro sentimiento; Odio.
Esthia gritó de dolor y empujó a Limnátide lejos de el, con fuerza, para quitársela de encima. Se llevó la mano a la herida .- ¿Estás loca? ¿A qué viene esto? ¿Quieres pelea? Porque si es así, ten por seguro que te la puedo dar. Y yo no soy tan sentimental como tu primo.
Sí, totalmente loca y estaba viendo que en ese momento lo suyo era no meterse entre esos dos ¿Por qué? Porque Esthia no le había dicho lo contrario, aunque si las cosas se le pusieran feas y recobrara algo más el sentido ya sen encargaría de intentar hacer algo.
Quiero tu muerte .- Saboreó la sangre al ver que había podido hincar bien sus colmillos y lamió sus labios en una imagen muy sádica. Volvió a lanzarse contra él, cuando se levantó, en busca de poder volver a golpearlo.
Esthia se levantó y se lamió los dedos, probando su propia sangre .- Lo siento, pero aún no ha llegado mi hora. No quiero pelear contigo. No hoy. Será mejor que te marches, Átide, no me obligues a hacerte daño.
¿Tú? ¿Hacerme daño a mí? No me hagas reír. ¿Tienes miedo de mi? .- Soltó con sorna, antes de lanzarle un puñetazo directo hacia el rostro. Si lo esquivaba o algo, aprovecharía para lanzarle otro al estómago. Uno sí, los dos.. dudaba.
Esthia saltó hacia atrás, para ponerse lejos del alcance de Limnatide. No quería pelear con ella, no así. Pero temía que no hubiese más remedio .- Átide, princesa. ¿Quieres calmarte?
¡Que no me llames princesa! .- Vociferó. Eso le hacia hervir más la sangre. No, no podía transformarse ahí. Estaba Jon y no sabía si sabía su secreto. Debería pelear con él en su forma humana .- No voy a calmarme. Quiero sangre.
Pues no la obtendrás de mí .- dijo con determinación .- No aquí y ahora. Aun conservo tus secretos, no me obligues a tener que traicionarme a mí mismo .- aunque estaba dispuesto a hacerlo para equilibrar la balanza en la guerra contra los escorpiones.
¿Que pasa? ¿No tienes cojones de enfrentarte a mi? ¿Tanto miedo me tienes? .- No se movió ni un ápice. Quería tantear el terreno. Saber por dónde podía atacarle y cuál sería el flanco más absequible.
No, no te tengo miedo. Parece que te olvidas de que yo he luchado con tu primo y contra él. ¿Por qué iba a tenerte miedo a ti? Me he enfrentado a enemigos peores. No deseo pelear contigo, Átide. Y lo sabes. No me obligues a hacerlo.
¿Te crees que diciéndome eso me vas a ablandar? ¿Que voy a echarme hacia atrás? Que poco me conoces. Sabes muy bien que, cuando tengo algo entre ceja y ceja, no lo dejo a medias.
Pues en este caso no te quedarán más opciones. Me voy a ir y me voy a llevar a Jon conmigo. Y si tú quieres pelea, tendrás que esperar a que por fin nos veamos las caras los Martillo ylos escorpiones.
No te lo voy a permitir. Antes tendrás que pasar por mi cadaver .- Y hablaba muy enserio. Si se piensa que hablaba en balde, estaba muy equívocado.
Tras unas cuantas palabras más, Átide le amenazó que sería ella quien lo mataría, marchándose por dónde había venido. Ya lo pillaría en otro momento.. a sólas, dónde no hubieran testigos y pudieran usar sus verdaderas formas. Ese combate sería el definitivo. Esthia se marcharía, por otro lado, junto con Jonathan.
Jonathan Kray: Cyan
Esthia: Rojo
Habían pasado unos días desde lo ocurrido con el dragón. Ella lo había visto y era cuestión de tiempo que hubiera hablado con su hermano. No tuvo huevos de hacer absolutamente nada para solucionar aquello, y realmente se arrepentía de ello. No obstante a lo hecho pecho. En ese momento sus pasos se dirigían al bosque, como si quisiera un mínimo de tranquilidad para pensar en aquel tipo de cosas.
En el bosque, como habitualmente solía hacer, la figura de Limnátide estaba cerca de la orilla del lago, contemplando estas mismas. De repente, un olor, llega a sus fosas nasales y ladea su rostro. Olfatea para saber de quién se trata.
En cierto modo está algo contrariado. Su hermano y la familia de este eran el enemigo, aunque realmente él no sería incapaz de tocarlos cuando en el caso contrario no sería igual ni por asomo. Él es un humano, así que hasta no quedar lo suficientemente cerca de ella no se daría cuenta de que estaba allí mismo.
¡Tú! ¡Lárgate antes de que te arranque las entrañas! .- Espeta Limnátide al darse cuenta de quien se trataba. Se queda encarada a él, con los músculos de su faz totalmente tensos y los músculos de igual forma. Aprieta sus puños con ira, lanzándole una mirada fulminante, apretando la mandíbula con fuerza.
Yo también me alegro mucho de verte, cuñada .- Sus ojos quedan bien abiertos mirando a aquella mujer, efectivamente la mujer de su hermano y líder de la hermandad del escorpión .- ¿Por qué tendrías que hacerlo? Hasta el momento no he hecho nada en contra tuya.
Eres un vil traidor, desgraciado .- Le señala acusitivamente sin importar que sea de mala educación. Ella, de eso, entiende poco. Le enseña los dientes con clara intención de ser un gesto obsceno .- ¡¿Como te atreves a unirte a otra hermandad?! Y, encima, ¡estar con el dragón! Has caido muy bajo. Tú ya no eres de mi familia.
...Un vil traidor... Y no sabes las razones que tengo para ello .- Si no la ataca con Esthia es porque ignora que tienen algo en común, si no lo tendría ya en la boca .- ¿Acaso no crees que podéis estar vosotros en el lado equivocado?
¿Razones? Eres igual de traidor que Esthia. No mereces ni ser hermano de Rhyan .- Gruño, apunto de lanzarse contra él. Debía plantear bien el terreno .- ¡Já! ¿Nosotros en el lado equivocado? Déjate de monsergas, imbécil. No sabes lo que estás diciendo. Yo de ti desaparecía y no volvía a pisar Camelot en la vida .- Palabras de odio.
¿Me vas a echar tú si ni si quiera eres nativa de estas tierras? Si quiere que me ahorre monsergas ahórrate tú tus amenazas .- Esthia, él era el general de la hermandad, es que estaba preparando a todas esas personas para lo que se les avecinaba...- ¿Qué tienes que ver tú con Esthia?
Tu tampoco eres nativo de aquí .- Supone que, si es hermano de Rhyan, no habrá nacido ahí. Tampoco es que esté totalmente informada de la familia de su pareja. Como solo ve a sus padres para dejar a los niños cuando tienen algo entre manos, desconoce cualquier otra información .- Es.. Era mi hermano .- Ha tenido que rectificar. Debe tener claro de que ya no hay vínculos entre ellos. Después de saber su propósito y que haría lo que fuera para proteger a su gente.
No, no lo soy, pero no por ello voy a dejar que me digas algo como eso .- Frunce levemente el ceño. Es cierto que no sabía nada de lo que Esthia estaba planeando para contra los escorpiones, pues él no sabe nada de la licantropía de mucho de ellos ni tampoco la forma de hacer mella de verdad en ellos .- Tu hermano, y era, dices. Yo no entiendo como la gente puede romper lazos por una mierda como esta que ni sabemos por qué se ha puesto en marcha y cuál es su verdadera finalidad.
¡Lárgate! .- Vuelve a reprenderle con matices crueles y déspotas. Cada vez está más nerviosa y con ganas de partirle la cara. Sería quitarse a otro insecto que es un traidor. Los dientes chirrían por la presión que ejerce en ellos .- Tú no sabes nada y yo no pienso contártelo. Solo te daré una oportunidad para que te des la vuelta y desaparezcas para siempre.
¿Crees que voy a hacer el cobarde porque tú, líder de la hermandad de los escorpiones, me esté amenazando? No. Yo no tengo culpa de que estés tan frustrada, como parece, porque Esthia no está de tu lado .- Ladea la cabeza, ese lugar no era tranquilo, no con ella allí, así que decide que lo mejor sería darse la vuelta, pues tampoco quiere enfrentarse a la chica de ese hermano que tiene.
Yo no amenazo en vano .- Espeta con matices maliciosos, sabiendo que, quien conoce bien a la loba, no habla en balde. Cuando le da la espalda y suelta aquel comentario, no puede resistirse más y se lanza contra él. Quiere tirarlo al suelo para poder tener ella, el control. Si lo consigue, estará perdido y podrá pegarle hasta acabar con su existencia.
A Jonathan Kray le pilla de sorpresa dicha afrenta, y la fuerza de la chica también, con los cuál acaba cayendo de boca, aunque intenta no dar totalmente de bruces, por lo que antepone sus brazos ante el suelo. No puede creerse que una mujer gaste la fuerza que tenía esa mujer.
Ahora que lo tiene a su merced, aunque no del todo lo que le gustaría, coloca sus rodillas en el suelo para poder estabilizarse. Aprovecha que lo tiene debajo suyo para golpearle en la nuca y, por ende, dejarlo inconsciente. La fuerza aumenta al estar en un estado de rabia, odio, desprecio.
Jonathan Kray nota como lo golpea, a pesar de que hace todos sus esfuerzos por intentar zafarse de ella, pero al estar boca abajo le es más difícil, pues cuando quiere hacer algo queda algo atontado por el golpe en aquella zona.
Limnátide sigue arremetiendo contra él. Quiere hacerle sangre, sentirla en sus puños, en su boca.. Se lo va a cargar ahí y no habrá testigo de ese asesinato. A no ser que, alguien de los suyos, esté merodeando por ahí y, si resulta que es Esthia, tendrá un pequeño problema. No importa. Podrá contra los dos.
Esthia llevaba ya un buen rato buscando a Jon. Quería concretar con él la defensa de la torre y no lo encontraba por ningún sitio. Por fin captó su olor. Demasiado intenso y repentino. Y el sonido de una pelea. Tsk. Echó a correr hacia allí, todo lo que le daban sus piernas de humano, para lanzarse contra el agresor de su compañero. Había reconocido a Limnátide, así que no golpeó con demasiada fuerza, únicamente quería quitársela de encima.
El pobrecillo estaba aturdido, lo que no sabe es cómo no ha perdido la consciencia. Había quedado claro que no podía darle la espalda a una loca como ella, no todo el mundo tiene la buena fé que él y le había quedado demostrado. Parecía que se había unido una tercera persona, pero no sabe quién, pues no alcanza a verlo.
El impacto contra su cuerpo hace que, en cierto modo, termine saliendo despedida a varios metros de Jon. Ese olor.. ¡Oh no! Esthia. Gruñó con rabia acumulada, lanzando una mirada déspota al licantropo .- ¡¿Que cojones haces tu aquí?! Esto es algo entre él y yo .- Se fue levantando. Fue solo un pequeño contacto.
Esthia se puso en pie y alzó la guardia, por si acaso, que conocía a Átide .- Pues me temo que ahora también es cosa mía. ¿A qué viene todo esto, princesa? .- a pesar de estar en hermandades distintas, seguía llamándola así.
Jonathan Kray escuchaba la conversación lejana a pesar de que estaban cerca, pero lo suficiente bien como para saber que era Esthia el que había les había alcanzado, haciendo que sintiera cierto alivio. Maldita chiflada loca...
¿Princesa? ¡¿Princesa?! No me vuelvas a llamar así en tu puta vida. Cyv me lo ha contado todo. ¡¿Como puedes traicionarnos así?! Somos tu manada. Siempre ha sido así. ¡¿Por qué?! .- Él sería el único que entendería de que hablaban. Nadie más.
¿Traicionarte? No sé de qué me hablas. Yo no os he traicionado. Y, si así fuera, creo que no hay más traición que la vuestra hacia mí .-se acercó a Jon a ver si estaba bien.
Jonathan Kray no estaba bien, pero tampoco estaba mal del todo. Podría haber sido peor si hubiera tardado más en llegar. Igual intenta incorporarse aunque fuera quedar sentado en el suelo y no seguir haciendo el idiota ahí tirado. Por el momento no suelta palabra alguna.
¿Traición? Nosotros no traicionamos a los nuestros. En cambio, tú, si lo has hecho. Ya no veo enfrente de mi a ese hermano que siempre me ha cuidado. Ahora veo a un traidor que solo se preocupa de gente que conoce hace dos días. ¡Te odio! .- Sentimiento que no podía reprimir. Sin más, se lanzó contra él, queriendo tirarlo al suelo para poder golpearle con todas sus ganas.
No fui yo el que eligió unirse a los escorpiones. No puedes obligarme a pensar como tú, no puedes obligarme a traicionar mis promesas. Adelante, odiame, pero no dejaré que te descargues contra Jon.
Jonathan Kray se siente, en gran parte, imbécil por haberle dado la espalda, ahora mismo las cosas podrían ser de otro modo...- Ha sido culpa mía, no debí haberle dado la espalda .- Aunque el resto de la frase se la guarda para él, pues la considera una loca.
La única respuesta que recibieron antes fue el ataque hacia Esthia al ver que no había tomado precauciones para poder corraestarlo. Lo lanzaría por los suelos y quedaría encima suyo. Después vendría las consecuencias; Golpes y más golpes.
Esthia no pudo evitarla y se vio en el suelo, con ella encima. Intentó agarrarla de las muñecas, para que no pudiese golpearle. Era más fuerte que ella, lo sabía, no tanto como Clyven, pero sí más que ella .- Átide, para. Por la Dama de Plata. Para.
¡Pero es que esta tía está loca! .- Dice al verla desbocada sobre Esthia. Sinceramente, piensa que algo no va bien en la cabeza de esa chica. Bueno, no es tan raro, está con su hermano. Buscaría el levantarse, pues en esos casos le iba a dar más o menos lo mismo que fuera una mujer y ellos fueran dos, tenían que calmarla.
Ella tendría las manos ocupadas al ser detenidas por aquel agarre pero lo que no había pensado Esthia era que aún tenía sus fauces. Bajando la cabeza, hincó con sus colmillos, el lugar dónde había mordido - hace años atrás - su primo. Quería sentir la sangre y notar su dolor. Lo iba a matar y a Jon también. Ya no había ni pizca de cariño por aquel que tenía debajo de ella. Todo había cambiado por otro sentimiento; Odio.
Esthia gritó de dolor y empujó a Limnátide lejos de el, con fuerza, para quitársela de encima. Se llevó la mano a la herida .- ¿Estás loca? ¿A qué viene esto? ¿Quieres pelea? Porque si es así, ten por seguro que te la puedo dar. Y yo no soy tan sentimental como tu primo.
Sí, totalmente loca y estaba viendo que en ese momento lo suyo era no meterse entre esos dos ¿Por qué? Porque Esthia no le había dicho lo contrario, aunque si las cosas se le pusieran feas y recobrara algo más el sentido ya sen encargaría de intentar hacer algo.
Quiero tu muerte .- Saboreó la sangre al ver que había podido hincar bien sus colmillos y lamió sus labios en una imagen muy sádica. Volvió a lanzarse contra él, cuando se levantó, en busca de poder volver a golpearlo.
Esthia se levantó y se lamió los dedos, probando su propia sangre .- Lo siento, pero aún no ha llegado mi hora. No quiero pelear contigo. No hoy. Será mejor que te marches, Átide, no me obligues a hacerte daño.
¿Tú? ¿Hacerme daño a mí? No me hagas reír. ¿Tienes miedo de mi? .- Soltó con sorna, antes de lanzarle un puñetazo directo hacia el rostro. Si lo esquivaba o algo, aprovecharía para lanzarle otro al estómago. Uno sí, los dos.. dudaba.
Esthia saltó hacia atrás, para ponerse lejos del alcance de Limnatide. No quería pelear con ella, no así. Pero temía que no hubiese más remedio .- Átide, princesa. ¿Quieres calmarte?
¡Que no me llames princesa! .- Vociferó. Eso le hacia hervir más la sangre. No, no podía transformarse ahí. Estaba Jon y no sabía si sabía su secreto. Debería pelear con él en su forma humana .- No voy a calmarme. Quiero sangre.
Pues no la obtendrás de mí .- dijo con determinación .- No aquí y ahora. Aun conservo tus secretos, no me obligues a tener que traicionarme a mí mismo .- aunque estaba dispuesto a hacerlo para equilibrar la balanza en la guerra contra los escorpiones.
¿Que pasa? ¿No tienes cojones de enfrentarte a mi? ¿Tanto miedo me tienes? .- No se movió ni un ápice. Quería tantear el terreno. Saber por dónde podía atacarle y cuál sería el flanco más absequible.
No, no te tengo miedo. Parece que te olvidas de que yo he luchado con tu primo y contra él. ¿Por qué iba a tenerte miedo a ti? Me he enfrentado a enemigos peores. No deseo pelear contigo, Átide. Y lo sabes. No me obligues a hacerlo.
¿Te crees que diciéndome eso me vas a ablandar? ¿Que voy a echarme hacia atrás? Que poco me conoces. Sabes muy bien que, cuando tengo algo entre ceja y ceja, no lo dejo a medias.
Pues en este caso no te quedarán más opciones. Me voy a ir y me voy a llevar a Jon conmigo. Y si tú quieres pelea, tendrás que esperar a que por fin nos veamos las caras los Martillo ylos escorpiones.
No te lo voy a permitir. Antes tendrás que pasar por mi cadaver .- Y hablaba muy enserio. Si se piensa que hablaba en balde, estaba muy equívocado.
Tras unas cuantas palabras más, Átide le amenazó que sería ella quien lo mataría, marchándose por dónde había venido. Ya lo pillaría en otro momento.. a sólas, dónde no hubieran testigos y pudieran usar sus verdaderas formas. Ese combate sería el definitivo. Esthia se marcharía, por otro lado, junto con Jonathan.
Limnatide- Loba Tocanarices
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