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Planeando la conspiración.

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Mensaje  Limnatide Sáb Sep 24, 2011 2:05 pm

Clyven: Rojo
Pallas Atenea: Lila
Limnátide: Naranja
Rhyan Guile: Cyan

Clyven se paseaba de lado a lado de la sala en la que se habían reunido. Pallas lo seguía con la mirada, con los brazos cruzados, ya algo estresada de verlo moverse como una fiera enjaulada. -¿Por qué no te estás quieto de una vez? Me estás poniendo de los nervios. -Pero él se limitó a mirarla un instante, gruñir y seguir su "camino". La bruja resopló y se dirigió a Limnátide. -¿De verdad piensas dejar que éste interrogue a Dayanna?

Pues... Yo no sé Limnatide, pero yo no le dejaría.- Si fuera por él tendría un bozal y estaría bien atadito, en lugar de esa tal Dayanna. Pero por otro lado él pasaba de hacerlo, tiene entendido que esa zagala sacaba de quicio a cualquiera. Si a Clyven se le iba a él también, claro que al primero mencionado se le iba de una forma mayor que al rubio. Él se encontraba en pie, apoyado en una de las paredes de esa sala.

Es el mejor de todos para sacar la información a Dayanna. ¿No os habéis dado cuenta de como se pone cada vez que está a su lado? .- Ademas, el temperamento de la florista, saca de quicio a cualquiera. En más de una ocasión, le han dado ganas de arrancarle la cabeza. Solo un grito de esos labios y deja sordo a cualquiera.- Aunque, si la cosa se pone demasiado peliaguda, puedes encargarte tú.- Eso va para su prima. Una cosa es querer sacar información. Otra matar a la persona. Aunque, ganas, no faltan. La verdad.

Pallas meneó la cabeza. No acababa de verlo claro. Sabía que Clyven era bueno sacando información por las malas. Podía golpear, morder, rajar y algunas cosas que prefería no saber con certeza. Pero también sabía, o eso quería creer, que había dejado atrás esos días. Aunque era algo que nunca se olvidaba. Sin embargo, se trataba de Dayanna, una muchacha inocente y buena. No tenía corazón para hacerle eso. No era un asesino ni un monstruo despiadado y no les había hecho nada. -Es posible que Dayanna se ponga un poco tonta cuando ve a Clyv, vale... pero todos le conocemos y sabemos que el tacto no es su fuerte. Y la mujeres menos todavía. -El aludido volvió a mirarles, con el ceño igual de fruncido que al empezar la reunión. -Yo paso. Si no me vais a dejar despellejarla, ni me molesto en bajar. -¡Animal! ¡¡y siéntate de una vez!! -Se sentó, qué remedio. -Podría intentarse, pero dudo que saquemos algo en claro.

Hasta él mismo prefiere añadir nada a lo que ha dicho Clyven no vaya a ser que encima cobre él por hablar, con lo calladito que está.- O siempre podría entrar otra persona con él, por ejemplo la propia Limnátide, tanto para controlar a este como para añadir algo más o algo similar. Supuestamente ella debería ser la cabecilla ¿O me equivoco? .- Porque eso es algo que a él realmente le viene como que igual, pasa mucho de ese tema. Y si está allí es por su propia mujer.- En fin, vosotros diréis.

Cyv, esto no es un maldito juego. Es algo importante. Queremos saber que están planeando los de la Hermandad Martillo contra nosotros. Desde que Esthia está ahí, me pone de los nervios porque, él, es el único capaz de desvelar nuestro secreto.- Da los pasos pertinentes hacia el lobo, colocando sus manos sobre los hombros y mirándole con el ceño fruncido.- ¿Te crees que yo no tengo ganas de despedazarla? Me pone enferma pero tengo que aguantarme. Ya habrá tiempo para divertirnos. De momento, no podemos mover las fichas hasta no saber que ocurre.- Después de eso, se aparta de su primo y mira tanto a Pallas como a Rhyan de hito en hito.- La mejor opción para detener a Cyv es Pall. Sabiendo como él sabe sacarme de quicio, dudo que sea la mejor opción.- Ahora mira a la bruja.- Te dejó la responsabilidad a tí, prima.

Pallas arqueó la ceja. -Estamos pensando que es peligroso meter a un licántropo con Dayanna ¿y tú quieres meter dos? ¡¡Pero si son tal para cual!! Con eso no arreglaríamos nada. Con Dayanna seguramente sea más sencillo enviar a alguien que pueda hablarle en plan tranquilo, no ponerla más nerviosa de lo que ya estará. ¿En realidad era necesario retenerla aquí? -Sí, lo era. No sé cómo serán los otros miembros de esa hermandad, pero conozco a su general y, si no nos movemos nosotros, nos la meterá doblada y sin avisar. Es más, seguramente ya esté moviendo hilos sin que lo sepamos. Y si alguien tiene que morir, mejor ellos que nosotros. -Es que no entiendo esa manía que con tenga que morir alguien. ¿No podeís repartir el territorio y punto? No, si es que en el fondo os gusta medírosla. ¬¬ -El mercenario bufó y se levantó de nuevo. -Mirad, yo creo que retener a Dayanna aquí es innecesario y puede acarrearnos más problemas que soluciones. ¿Y si les da por atacarnos para liberarla? -Por supuesto que lo intentarán, pero estaremos esperándoles. -sentenció el lobo, haciendo crujir los nudillos de una mano contra la palma contraria.

Yo sólo sé que YO no me voy a meter... Eso está claro. Menudos cafres que estáis hechos, cojones. Tenéis menos razocinio que un maldito mosquito, que se tropieza con el cristal y sigue intentando entrar.- ¿No hubiera sido más fácil prescindir de estar metidos en un lío como ese antes de tener que secuestrar a una maldita florista con la mentalidad de una niña de 2 años. Aunque realmente no sabe quién de todos los ahí reunidos.- Pallas, no sé si es buena idea, pero lo hecho hecho está y ya no podemos echarnos atrás. La tenemos y algo se habrá de hacer. Digo yo. Y sobre los miembros de esta, además de Esthia está mi hermano, creo que mi chica eso ya lo sabe.- Más que nada porque fue ella la que le indicó que así era pues, si no hubiera sido porque se encontró con Esthia su hermano ya no estaría para contarlo.

Somos asesinos. ¿Que esperas, Rhyan? ¿Que nos quedemos de brazos cruzados? No. Nosotros solo sabemos hablar de una forma; A golpes. Desde siempre nos hemos movido así. No pidas peras al olmo.- Resopla. Es que ya no sabe como decirlo.- De ese te encargas tú. Yo me encargaré de Esthia. Tengo una cuenta pendiente con él.- Y se puede entrever ese tono de odio que coloca en aquellas últimas palabras. Ya no ve a su hermano. Ve a un enemigo. Un enemigo capaz de proteger a los suyos con su propia vida.- Decidido. Cyv será el que hable con ella y Pall lo detenga. Si las cosas se ponen feas, yo sacaré al cabezón de esa habitación. A rastras si es necesario.

Tú y ¿cuántos más? -Ja, a rastras le iba a sacar, sí, una mujer. Lo estaba viendo. Y entonces se caería de la cama. Que le sacaba unos cuantos centímetros y unos cuantos kilos... y mucha mala leche. En fin, al final le tocaba a él vérselas con la dichosa florista de los cojones. ¿Es que no había otro gilipollas en todo el reino? No, habían tenido que coger a Dayanna. Si seguramente no tenía ni idea de lo que se cocía en su propia hermandad. Bufó. Otra vez. La bruja puso los ojos en blanco. En buena hora decidió formar parte de aquella familia, aquella hermandad y aquella pandilla de desquiciados. Miró a Rhyan. -Un día tienes que explicarme qué narices hacemos tú y yo con estos dos, por favor.

Cariño... Una cosa es ser asesinos y otra una panda de borregos que todo lo hacen a la fuerza. Yo trabajo en lo mismo que vosotros, recuérdalo. No soy mucho más listo, pero sé que si la matáis a golpes poca información vais a coger, pero oye. Vosotros a vuestro ritmo, yo paso olímpicamente, asesina.- Dice poniendo los ojos en blanco. Manda cojones que siempre anteponga su condición como escusa... Y mala.- Pues nada, machote, te ha tocado.- Le espeta a Clyven remarcando una leve sonrisa, porque él se ha quitado de todo el marrón. Faltaría más.

Yo sola me basto. ¿Quieres que te lo demuestre? .- Eso para Clyven, poniéndose delante de él y de forma chulesca. Sabe que, aunque sean hombre y mujer, cualquiera de los dos puede ganar. La balanza se pondría a favor de él pero nunca se sabe. Ahora se gira hacia Rhyan por ese comentario que no le ha gustado nada.- ¿Asesina? Lo soy. Y a mucho honra. Cuando me conociste, sabías muy bien a lo que te afrontabas. Ahora no me vengas con éstas. ¡Joder!

Me toca... los cojones es lo que me toca. Yo no me voy a meter en una habitación con Dayanna para que se ponga a llorar. Paso del tema. -Sois, imposibles... Supongo que me tocará a mí, porque Rhyan no está por la labor y a vosotros dos, cualquiera os deja con la pobre muchacha. Capaces de hacer que no vuelva a dormir en lo que le queda de vida.

¿Sí? Muy bien, sé a lo que me atenía, así que tú también lo sabes, cariño. Ahí os quedáis, que os vaya genial con esta mierda de plan.- Mira a Pallas, lo siente mucho por ella, ella no tiene culpa, al otro no se las pide porque sabe que no es necesario. Son cosas de la pareja, es normal que tengan sus más y sus menos.- Si queréis que lo haga yo pues me joderé, pero no me hace ninguna gracia. Pues hala. Ahí os quedáis.- Es la última palabra que el rubio suelta por sus labios antes de girarse y darse media vuelta para tomar la salida de esa sala e irse por donde ha venido.

Deja de comportarte como un crío y afronta los problemas como un adulto.- Con eso indica que no quiere que se marche y se quede con ellos. Son un grupo y están en una Hermandad, hablando de quién va a ocuparse de sacar la información a Dayanna. Se pasa una mano por la cara. Genial. Ahora mira a Pallas.- Solo te pido una cosa; No te dejes influir por una muchacha así. Hará lo que sea para salir de ahí. Mantente fuerte.

Pallas arqueó la ceja, gruesa, oscura, bien definida, ascente, dándole siempre esa mirada de determinación. -Átide... vivo con tu primo y trato contigo, ¿qué te hace pensar que no puedo enfrentarme a una florista cuyo único crimen es haberse unido a un grupo al que se os ha metido entre ceja y ceja someter? -¿Iba a durar mucho más aquella reunión? Porque le daba la impresión de que no iban a llegar a nada en claro, sólo iban a pasarse la pelota unos a otros.

Rhyan ante las palabras de Átide se había quedado a medio camino de salir.- Entonces... Pallas, si quieres vas tú si no al final lo haré yo mismo, o los dos. Estos dos que se mantengan al margen. Creo que será lo mejor.- Y con las mismas saldría. No se iría muy lejos, sólo quería estar lejos de las palabra de ese par, sí, del par. Cierra la puerta y esperaría al otro lado a que salieran con lo que fuera que fuese que decidieran.

Pues creo que no hay nada más que hablar. Pall se ocupara de hablar con Dayanna. Y, si quiere, que Rhyan te haga compañía. Yo me quedaré fuera con Cyv.- Y, sin más, deja un beso en cada mejilla a sus primos, dejándolos ahí dentro. Ella se iría con el rubio para ir a buscar a sus hijos y, después, ir a casa
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