Junio 1871. Quinta semana - Julio 1871. Primera semana.
Camelot :: Fortaleza :: Twin Falls :: Desapariciones
Página 1 de 1.
Junio 1871. Quinta semana - Julio 1871. Primera semana.
Martes, 30 de junio de 1871. Ayuntamiento. Media mañana.
Samuel_Baker: Esa mañana había salido de sus dependencias exprésamente, un par de horas antes de abrir el Saloon. No es que le gustase echarse a la calle en las más pacíficas horas de la mañana, pero era el único momento del día en el que no estaba trabajando. Y ya había robado demasiados "días libres" a Minerva desde que empezase en su puesto. Quizás no le había dicho nada por la poca afluencia que tenía el establecimiento, estos días, pero no le gustaba abusar. Así pues, se dirigió a la oficina del alcalde, la idea que le había rondado la cabeza estos días se había asentado por fin. Y estaba decidido a colgarse aquella placa al pecho, aunque posiblemente le costase la vida, al final.
Jeremy_Fox: (En el Ayuntamiento todo estaba como a diario. Fox dando órdenes y sus subordinados moviendo la colita para cumplir el menor de los deseos. Porque a todo el mundo le interesaba tener contento al alcalde. Era el hombre con más poder el Twin Falls y podía hacerte la vida muy fácil... o muy difícil. La mayoria de la gente se mantenia al margen de sus tejemanejes, pero era un secreto a voces que la figura representativa de Twin Falls no era precisamente un modelo de conducta. Algunos fondos estatales que no cubrían todos los gastos, algunos trabajitos bajo cuerda, alguna boca cerrada con monedas contantes y sonantes... o con plomo a bocajarro. Lo normal de un ayuntamiento respetable. Ese día, aunque la búsqueda de Gjerta seguía en auge, Fox no había abandonado su oficina, en la que estaba gritándole a Joe, el Pelao. Al que mandó finalmente a la calle, a cumplir sus "obligaciones", mientras él se fumaba un puro, a ver si se tranquilizaba.)
Samuel_Baker: Pasó por el trámite administrativo pertinente, unas palabras aquí, otras allí, esperar a que alguien se dignase a hablar con el alcalde y avisarle de la visita recibida y esperar a que éste acabase cualquier tontería burocrática de turno, pretendiera estar muy ocupado mientras se ocupaba de asuntos personales, como rascarse la nariz mientras dormitaba una siesta matinal... y todo lo demás. Al final, estaba cansado de esperar el turno dando vueltas como un buitre, porque no sabía estar sentado. Cuando le dieron paso a la oficina del alcalde, lo hizo con el sombrero en la mano y la paciencia en un puño. - Buenos días, alcalde Fox. - y se mantuvo en el umbral de la puerta, esperando que éste le invitase a pasar y sentarse, o a pasar... o incluso a marcharse. Al fin y al cabo, él no era más que un forastero con poco nombre en una tierra muy agitada. - Espero robarle muy poco de su escaso tiempo. dijo, para que al menos, le diera la oportunidad de hablar.
Jeremy_Fox: (Fox odiaba tener que recibir a la gente para que le contase sus problemas. Él estaba allí para dirigir una ciudad, no para mediar entre ganaderos y comerciantes. Pero era parte del duro trabajo, el precio del poder, lo que le hacía ganarse el generoso sueldo -y le abría las puertas a cantidades en B-. Pero le gustaba darse aires de importancia, eso sí se le daba muy bien. Se levantó de su cómodo asiento, tras el amplio escritorio donde se acumulaban documentos que iba leyendo de forma aleatoria, o conforme llegaban los incentivos adecuados.) Pase, pase, señor Baker. ¿Qué le trae por aquí? ¿Problemas en el saloon?
Samuel_Baker: Pasó y cerró tras de sí la puerta. Sonrió al alcalde con ese aire casi burlón que siempre solía tener dibujado en el rostro mientras se acercaba a aquella mesa y le tendía una mano, no se empezaba una conversación entre un par de caballeros sin antes darse la mano, al igual que no se consideraba cerrado un trato si no era con un vaso de whiskey. - Una propuesta, señor Fox. En el poco tiempo que llevo aquí, no he podido dejar de notar lo sumamente competentes que son los agentes de la ley y el orden... y mire por donde, me ha picado el gusanillo.
Jeremy_Fox: (Estrechó la mano que se le ofrecía. Mero trámite.) ¿Una propuesta? ¿Qué tipo de propuesta? (Le miró de arriba a abajo, claramente estudiándole, decidiendo si podía tener en consideración a ese tipo o simplemente debía hacer oídos sordos a cualquier tontería con la que le viniese)
Samuel_Baker: Obviamente se había puesto sus mejores galas, la ropa usada que llevaba cuando vino a Twin Falls, aquella que decía claramente que había estado en la guerra, que había luchado por su bandera. Y que había salvado su vida, sin hacerse rico en el camino. Un combatiente, esos que saben obedecer órdenes. Aunque solo en el fuerte había quien conociera bien a Samuel en sus tiempos en el ejército, lo poco que le gustaba obedecer órdenes si no eran de su interés. Pero eso el alcalde no podía saberlo. - No soy hombre de andarme por las ramas, seré claro. Tiene usted una placa que ofrecer y nadie que se la quiera colgar... y yo tengo un juego de habilidades muy concreto, que podría poner a su.... al servicio de la ley - dejó caer, con una sonrisa, cortó justo en el momento adecuado aquella mención. "A su servicio" no necesariamente tenía por qué significar lo mismo que lo que finalmente pronunció, se quedó allí, evaluando cómo recibiría el alcalde aquellas palabras.
Jeremy_Fox: (Jum. Jeremy se tomó un momento para asimilar aquellas palabras y para sopesar los pros y los contras.) Twin Falls ha funcionado muy bien sin nadie que ostente esa placa, sé cómo mantener el orden en mi ciudad. Sin embargo, no puedo mantener por más tiempo a todos mis hombres en la búsqueda de Gjerta Zelman, tengo otros muchos asuntos que requieren mi atención. ¿Cree que podría encargarse de eso? Necesitamos ya un culpable para que esta pobre gente pueda seguir con sus vidas y dormir por las noches. ¿Se ve capaz de traerme un reo y pruebas suficientes para colgarlo en la plaza antes de que acabe el mes? (El mes que se iniciaba en breve, claro, porque el corriente, para poco más iba a dar.)
Samuel_Baker: Perfecto, el caso de Gjerta era evidentemente lo primero que iba a salir a colación, no era para esperar menos, cuando aquella desgracia había ocurrido durante una fiesta organizada en su nombre. No solo estaba en juego la tranquilidad del pueblo, sino la imagen del alcalde, que no podía ni proteger a sus invitados en sus propias tierras. ¿Cómo le dejaba, de cara a todo un pueblo? - Tendrá un reo para cuando acabe el mes. Se lo garantizo - y pensaba cumplirlo, aunque no necesariamente sería el auténtico culpable quien colgase de la soga. Había dos momentos en los que un hombre culpable cometía más errores. Cuando se sentía acorralado... o cuando pensaba haberse librado. Lo que la ley no arreglase, lo harían sus pistolas. Pero esto era algo que el alcalde no tenía por qué saber. - Aunque para ello, tendré que hacer algunas preguntas incómodas a gente muy cercana a usted. ¿Está dispuesto a ello? - No hacía falta ser muy espabilado para que Fox relacionase eso con Madson. Haberlo soltado así era un riesgo, pero ¿Qué era la vida sin riesgo? Inclinó un poco el rostro y dibujó una sonrisa traviesa.
Jeremy_Fox: Puede preguntar lo que quiera a quien quiera, mientras sea en relación con la desaparición de la señorita Zelman. Espero que sepa tener claros los límites de sus funciones, no me gusta la gente que mete las narices donde no les llaman. (Un simple comentario. O una advertencia. Fox tenía sus asuntos y no dudaría en "ensuciarse las manos", para mantenerlos a salvo. Era un hombre poderoso y sabía cómo llevar ese poder.) Sea, pues, si tantas ganas tiene de ocuparse del asunto, es todo suyo (en eso estaba tranquilo, porque él no tenía nada que ver, así que le daba igual a quién salpicase). Pero limítese a su trabajo, que es ése, traerme al culpable de la desaparición de Gjerta. No intente tomarse más atribuciones de las necesarias sólo por tener esta placa (abrió el cajón, la sacó y se la tiró delante, sobre la mesa). Usted sirve a este pueblo y, por tanto, está bajo mi autoridad. No lo olvide.
Samuel_Baker: Cogió la placa, la sopesó en la mano, la hizo volar un par de veces y luego se la guardó en el bolsillo, no empezaría con sus funciones hasta haber avisado a Minerva. Probablemente su trabajo le obligase a partir de ahora a dejar el Saloon, aunque seguiría frecuentándolo, porque era la mejor fuente de información que había en todo el pueblo. Además, no quería anunciar el cargo a las gentes del pueblo vestido con aquellos harapos. Si le iban a dar un tiro por llevar la placa en el pecho, que al menos dejase un bonito cadáver. - Descuide, señor Fox. Los asuntos del pueblo son mi primera preocupación. sonrió. Estaba del lado de Fox. ¿No? No había habido ese vaso de Whiskey para cerrar el trato, no obstante él pensaba tomárselo a su salud. - Me pondré manos a la obra tan pronto acabe mis asuntos en el Saloon. Minerva merece que al menos, le de tiempo a reemplazar al camarero.
Jeremy_Fox: Perfecto, pero no espere cobrar del ayuntamiento hasta que no se incorpore. Solucione lo que tenga que solucionar con la señora Dalton y dedíquese a traerme a un culpable. Espero tenerlo colgando de la horca antes de que acabe el mes, no quiero delincuentes y asesinos en mi ciudad y pienso dar castigo ejemplar a éste en cuanto lo tenga delante. Ahora márchese, tengo asuntos que atender.
Samuel_Baker: Esa mañana había salido de sus dependencias exprésamente, un par de horas antes de abrir el Saloon. No es que le gustase echarse a la calle en las más pacíficas horas de la mañana, pero era el único momento del día en el que no estaba trabajando. Y ya había robado demasiados "días libres" a Minerva desde que empezase en su puesto. Quizás no le había dicho nada por la poca afluencia que tenía el establecimiento, estos días, pero no le gustaba abusar. Así pues, se dirigió a la oficina del alcalde, la idea que le había rondado la cabeza estos días se había asentado por fin. Y estaba decidido a colgarse aquella placa al pecho, aunque posiblemente le costase la vida, al final.
Jeremy_Fox: (En el Ayuntamiento todo estaba como a diario. Fox dando órdenes y sus subordinados moviendo la colita para cumplir el menor de los deseos. Porque a todo el mundo le interesaba tener contento al alcalde. Era el hombre con más poder el Twin Falls y podía hacerte la vida muy fácil... o muy difícil. La mayoria de la gente se mantenia al margen de sus tejemanejes, pero era un secreto a voces que la figura representativa de Twin Falls no era precisamente un modelo de conducta. Algunos fondos estatales que no cubrían todos los gastos, algunos trabajitos bajo cuerda, alguna boca cerrada con monedas contantes y sonantes... o con plomo a bocajarro. Lo normal de un ayuntamiento respetable. Ese día, aunque la búsqueda de Gjerta seguía en auge, Fox no había abandonado su oficina, en la que estaba gritándole a Joe, el Pelao. Al que mandó finalmente a la calle, a cumplir sus "obligaciones", mientras él se fumaba un puro, a ver si se tranquilizaba.)
Samuel_Baker: Pasó por el trámite administrativo pertinente, unas palabras aquí, otras allí, esperar a que alguien se dignase a hablar con el alcalde y avisarle de la visita recibida y esperar a que éste acabase cualquier tontería burocrática de turno, pretendiera estar muy ocupado mientras se ocupaba de asuntos personales, como rascarse la nariz mientras dormitaba una siesta matinal... y todo lo demás. Al final, estaba cansado de esperar el turno dando vueltas como un buitre, porque no sabía estar sentado. Cuando le dieron paso a la oficina del alcalde, lo hizo con el sombrero en la mano y la paciencia en un puño. - Buenos días, alcalde Fox. - y se mantuvo en el umbral de la puerta, esperando que éste le invitase a pasar y sentarse, o a pasar... o incluso a marcharse. Al fin y al cabo, él no era más que un forastero con poco nombre en una tierra muy agitada. - Espero robarle muy poco de su escaso tiempo. dijo, para que al menos, le diera la oportunidad de hablar.
Jeremy_Fox: (Fox odiaba tener que recibir a la gente para que le contase sus problemas. Él estaba allí para dirigir una ciudad, no para mediar entre ganaderos y comerciantes. Pero era parte del duro trabajo, el precio del poder, lo que le hacía ganarse el generoso sueldo -y le abría las puertas a cantidades en B-. Pero le gustaba darse aires de importancia, eso sí se le daba muy bien. Se levantó de su cómodo asiento, tras el amplio escritorio donde se acumulaban documentos que iba leyendo de forma aleatoria, o conforme llegaban los incentivos adecuados.) Pase, pase, señor Baker. ¿Qué le trae por aquí? ¿Problemas en el saloon?
Samuel_Baker: Pasó y cerró tras de sí la puerta. Sonrió al alcalde con ese aire casi burlón que siempre solía tener dibujado en el rostro mientras se acercaba a aquella mesa y le tendía una mano, no se empezaba una conversación entre un par de caballeros sin antes darse la mano, al igual que no se consideraba cerrado un trato si no era con un vaso de whiskey. - Una propuesta, señor Fox. En el poco tiempo que llevo aquí, no he podido dejar de notar lo sumamente competentes que son los agentes de la ley y el orden... y mire por donde, me ha picado el gusanillo.
Jeremy_Fox: (Estrechó la mano que se le ofrecía. Mero trámite.) ¿Una propuesta? ¿Qué tipo de propuesta? (Le miró de arriba a abajo, claramente estudiándole, decidiendo si podía tener en consideración a ese tipo o simplemente debía hacer oídos sordos a cualquier tontería con la que le viniese)
Samuel_Baker: Obviamente se había puesto sus mejores galas, la ropa usada que llevaba cuando vino a Twin Falls, aquella que decía claramente que había estado en la guerra, que había luchado por su bandera. Y que había salvado su vida, sin hacerse rico en el camino. Un combatiente, esos que saben obedecer órdenes. Aunque solo en el fuerte había quien conociera bien a Samuel en sus tiempos en el ejército, lo poco que le gustaba obedecer órdenes si no eran de su interés. Pero eso el alcalde no podía saberlo. - No soy hombre de andarme por las ramas, seré claro. Tiene usted una placa que ofrecer y nadie que se la quiera colgar... y yo tengo un juego de habilidades muy concreto, que podría poner a su.... al servicio de la ley - dejó caer, con una sonrisa, cortó justo en el momento adecuado aquella mención. "A su servicio" no necesariamente tenía por qué significar lo mismo que lo que finalmente pronunció, se quedó allí, evaluando cómo recibiría el alcalde aquellas palabras.
Jeremy_Fox: (Jum. Jeremy se tomó un momento para asimilar aquellas palabras y para sopesar los pros y los contras.) Twin Falls ha funcionado muy bien sin nadie que ostente esa placa, sé cómo mantener el orden en mi ciudad. Sin embargo, no puedo mantener por más tiempo a todos mis hombres en la búsqueda de Gjerta Zelman, tengo otros muchos asuntos que requieren mi atención. ¿Cree que podría encargarse de eso? Necesitamos ya un culpable para que esta pobre gente pueda seguir con sus vidas y dormir por las noches. ¿Se ve capaz de traerme un reo y pruebas suficientes para colgarlo en la plaza antes de que acabe el mes? (El mes que se iniciaba en breve, claro, porque el corriente, para poco más iba a dar.)
Samuel_Baker: Perfecto, el caso de Gjerta era evidentemente lo primero que iba a salir a colación, no era para esperar menos, cuando aquella desgracia había ocurrido durante una fiesta organizada en su nombre. No solo estaba en juego la tranquilidad del pueblo, sino la imagen del alcalde, que no podía ni proteger a sus invitados en sus propias tierras. ¿Cómo le dejaba, de cara a todo un pueblo? - Tendrá un reo para cuando acabe el mes. Se lo garantizo - y pensaba cumplirlo, aunque no necesariamente sería el auténtico culpable quien colgase de la soga. Había dos momentos en los que un hombre culpable cometía más errores. Cuando se sentía acorralado... o cuando pensaba haberse librado. Lo que la ley no arreglase, lo harían sus pistolas. Pero esto era algo que el alcalde no tenía por qué saber. - Aunque para ello, tendré que hacer algunas preguntas incómodas a gente muy cercana a usted. ¿Está dispuesto a ello? - No hacía falta ser muy espabilado para que Fox relacionase eso con Madson. Haberlo soltado así era un riesgo, pero ¿Qué era la vida sin riesgo? Inclinó un poco el rostro y dibujó una sonrisa traviesa.
Jeremy_Fox: Puede preguntar lo que quiera a quien quiera, mientras sea en relación con la desaparición de la señorita Zelman. Espero que sepa tener claros los límites de sus funciones, no me gusta la gente que mete las narices donde no les llaman. (Un simple comentario. O una advertencia. Fox tenía sus asuntos y no dudaría en "ensuciarse las manos", para mantenerlos a salvo. Era un hombre poderoso y sabía cómo llevar ese poder.) Sea, pues, si tantas ganas tiene de ocuparse del asunto, es todo suyo (en eso estaba tranquilo, porque él no tenía nada que ver, así que le daba igual a quién salpicase). Pero limítese a su trabajo, que es ése, traerme al culpable de la desaparición de Gjerta. No intente tomarse más atribuciones de las necesarias sólo por tener esta placa (abrió el cajón, la sacó y se la tiró delante, sobre la mesa). Usted sirve a este pueblo y, por tanto, está bajo mi autoridad. No lo olvide.
Samuel_Baker: Cogió la placa, la sopesó en la mano, la hizo volar un par de veces y luego se la guardó en el bolsillo, no empezaría con sus funciones hasta haber avisado a Minerva. Probablemente su trabajo le obligase a partir de ahora a dejar el Saloon, aunque seguiría frecuentándolo, porque era la mejor fuente de información que había en todo el pueblo. Además, no quería anunciar el cargo a las gentes del pueblo vestido con aquellos harapos. Si le iban a dar un tiro por llevar la placa en el pecho, que al menos dejase un bonito cadáver. - Descuide, señor Fox. Los asuntos del pueblo son mi primera preocupación. sonrió. Estaba del lado de Fox. ¿No? No había habido ese vaso de Whiskey para cerrar el trato, no obstante él pensaba tomárselo a su salud. - Me pondré manos a la obra tan pronto acabe mis asuntos en el Saloon. Minerva merece que al menos, le de tiempo a reemplazar al camarero.
Jeremy_Fox: Perfecto, pero no espere cobrar del ayuntamiento hasta que no se incorpore. Solucione lo que tenga que solucionar con la señora Dalton y dedíquese a traerme a un culpable. Espero tenerlo colgando de la horca antes de que acabe el mes, no quiero delincuentes y asesinos en mi ciudad y pienso dar castigo ejemplar a éste en cuanto lo tenga delante. Ahora márchese, tengo asuntos que atender.
Pallas_Atenea- Homo-repartidora de nubes rosas
- Cantidad de envíos : 305
Localización : Islas Enéidicas
Fecha de inscripción : 06/06/2010
Miércoles, 1 de julio de 1871. Camino de la serrería. Por la tarde.
HansVanDerMorten acudió al saloon de Minerva_Dalton, con una caja en la mano, ya había pasado las horas de más calor y venía con toda la intención de pedirle algo a la mujer. Al entrar saludó como siempre, pero no se quitó el sombrero, como de costumbre.- Señorita Dalton...buenas tardes. Me preguntaba si dejaría a su hijo Tom venir a disparar a unas latas, como el otro día me dijo que solo se defiende pero no tiene quien le enseñe...Tengo un revólver de sobra, sólo necesito ir a comprar algo de munición al almacén de ahí en frente. Si a usted le parece bien.- Miró a Minerva_Dalton casi sonriendo porque estaba más aburrido y hastiado que los muertos de su taller.
Minerva_Dalton: (Minerva sonrió al holandés, mientras acababa de servir varios vasos que una de las chicas esperaba para llevar a la única mesa que estaba ocupada a esas horas. Todos seguían repartidos entre buscar a Gjerta Zelman o recuperar el trabajo que habían dejado pendiente por buscarla. Tal vez por eso no le importó que Samuel lo dejara por un oficio mejor, tampoco había mucho trabajo allí. Ambos salían ganando, porque ella no tenía que pagar otro sueldo. M -Buenas tardes, Hans. Gracias por ofrecerte. Estoy segura de que Tom estará encantado. (El muchacho estaba en la mesa del fondo, junto al piano, que estaba mucho en esos momentos, leyendo uno de los libros que le prestaba el Sr. Atwood. Cuando estuchó la voz de su madre llamándole, lo cerró, dejando el dedo entre las páginas, marcando la lectura.) Tom, cariño, el sr. Van Der Morten quiere llevarte a tirar. (El joven, que ya contaba los 13, lo miró con interés) T-¿De verdad? M-Sí, anda, sube a guardar eso mientras yo le invito a una copa. (El rubio asintió y corrió escaleras arriba para dejar el libro en su habitación y bajar a la carrera, porque estaba deseando aprender a tirar) T-Muchas gracias por enseñarme, sr. Van der Morten.
Samuel_Baker: Había sido un primer día de trabajo bastante ajetreado. Desde que hablase con Minerva la tarde anterior y terminase su último jornal en el Saloon, para no dejarla tirada de buenas a primeras, se había enfrascado en la tarea de buscar al culpable de la desaparición de Gjerta. Lo primero que había hecho era asegurarse de que los vagos que habían estado posponiendo la reconstrucción de las cartas, no descansasen hasta que éstas no tuvieran más información que aportar. Para ello, los había hecho trabajar toda la noche a destajo y gran parte de la mañana. Luego, se había paseado por el pueblo, dejando que el metal estrellado brillase en su pecho para que se viese claramente que volvía a haber sheriff en Twin Falls. Si aquello había sido una temeridad o una acción acertada, se vería en los próximos días, pero sobre todo, quería asegurarse de que a Madson le llegase la noticia de quién portaba aquella placa. Tenía una conversación pendiente.... Sus pasos le llevaron al Saloon de Minerva, como no podía ser de otro modo, después de haber vuelto a visitar la herrería y otros lugares ya frecuentados anteriormente por aquellos que buscaban alguna pista adicional, era hora de ver si la fuente de rumores tenía algo más que aportar. Además, había pasado por el taller de Hans, a quien quería inquirir sobre el pobre mensajero enterrado días atrás y al no encontrarle, pensó que solo había otros dos lugares que él conociera, que el holandés frecuentase. Pasó al interior del establecimiento y en seguida se notó su presencia, cuando algunas de las conversaciones bajaron el tono y otras se silenciaron completamente. No era que le pillara de sorpresa al forastero, pero ahora era por otro motivo... - Buenas tardes, caballeros. Señoritas - sonrió levemente, le empezaba a gustar aquel papel de autoridad. En su rostro rubicundo siempre brillaba la ironía de aquella situación. El rebelde era ahora la autoridad. Saludó a Hans con una leve inclinación de cabeza, sujetando el ala de su sombrero. Al ver que el hombre lo llevaba puesto preguntó - Ya te ibas, Hans? - luego saludó a Minerva con el mismo gesto - Buenas tardes, Minerva.
Dominique_McElligott: (La forajida camina por el camino de la serrería buscando pistas, siempre con la pista de la herradura que le faltaba a ese caballo... Va ataviada con una gabarnida desgastada de color marrón oscura, pantalones de cuero del mismo color y botas, cinto en el que oculta su arma aunque alguna arma blanca oculta en su cuerpo, una blusa blanquecina y un pañuelo rojizo oscuro. Al escuchar que viene alguien se tapa la mitad del rostro, y con otro pañuelo el cabello recogido para que no se vea el color, encima un sombrero negro. Suspira ¿le conviene que la vean? sí... ya que quiere que se sepa y así buscar a otros forajidos, aunque el dinero que consiguió por el atraco hace años pues aún le dura pero oye, una es avariciosa y hay que pensar en el futuro y el saloon le gusta... aunque le sabe mal por su supuesta prima... pero el dinero es el dinero aunque igual le da por mirar otro establecimiento que le había cogido cariño del roce y que se la ganaban eran buena gente)
HansVanDerMorten le hizo una inclinacion de sombrero al chaval. Le apetecía desempolvar su Smith and Wesson Schofiled de metal dorado,igual que el del general Custer, y un viejo Colt 45 que guardaba en una caja bajo la cama. Él era un tipo tranquilo, pero había tenido que defenderse en más de una ocasión, y como todo en su vida lo hacía concienzuda y metódicamente, había practicado tiro hasta hacerlo como era debido. El pequeño Tom debía aprender o no podría sobrevivir en aquel mundo salvaje sólo con la buena educación que su madre le daba. Esperó a que el muchacho bajara, tomando la copa que Minerva le ofreció.- No será mucho rato, esto no se aprende en un día, pero si le gusta y quiere venir más veces...el negocio va como va. O no se muere nadie o les da por morirse a 3. Iremos al almacén y luego a las afueras de la ciudad, camino de la serrería, allí no molestamos a nadie.- Se giró al oir entrar a Samuel_Baker y cuando vio la estrella en su solapa enarcó una ceja.- voy a enseñarle a disparar al jovencito...si no hay ningun inconveniente...sheriff.- Lo dijo con un poco de rintintín, porque allí las estrellas las daban en la tómbola al parecer.
Minerva_Dalton: M-Te aseguro que estará más que encantado de ir las veces que te lo quieras llevar (rió la viuda Dalton, haciendo avergonzarse al muchacho) T-Madre. M-Buenas tardes, Samuel. ¡Qué bien te queda esa estrella! (Alabó con cierta coquetería, porque era así, le gustaba sentirse todavía una mujer aprovechable, aunque fuese cosa de un puñado de palabras. Tom frunció el ceño, estaba en esa edad en la que se creía ya el hombre de la casa y no le gustaba cómo algunos miraban a su madre -ahora que entendía lo que había detrás de esas miradas-. Carraspeó antes de hablar) T-Enhorabuena por el nombramiento, sr Baker (Era más que notable la influencia de Jonathan Atwood en él). Cuando usted quiera, Sr. Van Der Morten. Estoy seguro de que aprenderé mucho con usted.
Samuel_Baker: - Tranquilo, Hans. Sigo siendo el mismo - rió al notar el tono del holandés y se acercó a la barra, donde estaría el hombre. - Si no le incordia mi presencia, les acompañaré un rato. Ha sido un día duro y no me vendrá mal una pequeña distracción - aunque en realidad, el motivo era que mientras el chico estuviera ocupado disparando, él trataría de hablar con Hans acerca del difunto. No había compartido la información que tuviese con él, siendo camarero. Quizás ahora que era sheriff se prestaría a ayudar. Sonrió a Minerva - Nunca tan bien como a tí esos vestidos, jefa. - porque aún la llamaba jefa, le guiñó un ojo y asintió levemente a Tom. - Buenas tardes, señor Dalton - e imprimió un tono de seriedad, para que el chico sintiera que se le respetaba no como un crío, sino como ya un adulto. Aunque no pudo evitar la sonrisa irónica que siempre solía llevar dibujada. - Ningún cliente del señor Van Der Morten puede alegar que no sea buen tirador, eso por descontado. hizo gala de un poco de ese humor que le gustaba al holandés.
Dominique_McElligott: (La forajida seguía escudriñando el camino de la serrería, el perímetro que había escrutado no le daba pista alguna y refunfuña bajito palabras ininteligibles. Se quita el sombrero y desliza el dorso de la mano por la frente perlada de sudor) Calor... (Quejándose camina colocándose de nuevo el sombrero mirando la tarde que aún es soleada y se nota el calor aún. La mirada mar se fija en que llega gente a lo lejos, curva los labios en una sonrisa ladina, iba a ser divertido y ya necesitaba un poco de acción, además mira por donde estaba el nuevo sheriff. Entrecierra los ojos al ver que es Samuel_Baker y enarca las cejas cobrizas sorprendida. Se asegura que el ala del sombrero oculte bien la parte de arriba del rostro)
HansVanDerMorten: Bueno... no había contado con tener publico pero...- Si insiste...ningun cliente mío ha probado el acero de mis balas, soy un buen ciudadano, sheriff. Gracias por la copa señrita Dalton.- Le hizo un gesto al chico para que saliera afuera con él. Le tendió la caja de madera desportillada.- ¿Has disparado alguna vez uno de estos? sabes qué munición llevan? porque tenemos que ir a comprarla a la tienda.- Era un Colt 45, de ese mismo calibre, de tambor oscuro y chato y culata algo pesada. Pero no tenía tanto retroceso como su Schofiled, y para empezar estaba bien.
Minerva_Dalton: (Minerva los despidió con una sonrisa. Tom agradeció que obviara el beso en la mejilla. Salió tras el holandés, para recorrer el camino a la par. Se notaba lo mucho que había crecido en esos tres años, pero todavía le faltaba bastante para llegar a la talla que tendría de adulto. Observó el arma y negó con la cabeza) T-Sólo he disparado un par de veces con la vieja escopeta de mi abuelo. Sé que mi madre guarda un revólver de mi padre, pero ni siquiera sé si funciona. Podría preguntárselo para la próxima vez.
Samuel_Baker: - Hasta pronto, Minerva. se despidió de ella y salió a la calle con la pareja que hablaba con esmero sobre las armas. En su cintura, a la derecha, colgaban dos pistolas gemelas. Un par de viejas Colt Navy, un par de 38 en lugar de aquellas dos 45 que lucía el holandés. - Es muy distinto disparar con una escopeta que con un revólver, pero la puntería se practica igual con ámbas. No obstante dejó hablar al holandés en adelante. No era cuestión intervenir mientras Hans se ocupaba de algo muy básico, que era enseñar al chico que debía conocer las armas que iba a usar.
Dominique_McElligott: (Camina llegando hasta donde están, va sin montura pero tiene pensado alejarse si las cosas se ponen feas, además va bien armada. Como quien no quiere la cosa se planta delante de ellos en mitad del camino de la serrería y les mira, claramente el pañuelo que lleva tapando la mitad del rostro hace que no se escuche muy bien su voz y bien que se encarga de cambiar el tono de voz dulzón de Marion) Vaya vaya... con quien me encuentro.... tranquilos.... no quiero derramar sangre sólo hablar... (Las yemas de los dedos acarician la empuñadura de su Smith y Wesson y le había quitado el seguro para que disparar fuera más rápido. Espera a ver sus reacciones nio queriendo sacar el arma)
HansVanDerMorten: Cierto, pero no tengo ninguna carabina. Una vez tuve un Winchester, pero tuve que empeñarlo cuando Caronte enfermó y no tenía trabajo por aquel entonces.- Caronte era su caballo, que aunque era algo viejo, era un appaloosa pinto, con un carácter similar al de su dueño: indiferente, tranquilo y brioso sólo cuando hacía falta. Iba a explicarle a Tom que el Colt tenía peso en la culata pero estaba bien balanceado para evitar el excesivo retroceso de un calibre así...cuando Dominique_McElligott se detuvo delante de ellos. Llevó la mano instintivamente a la cartuchera, pero despacio, y dejó que fuera el sheriff el que parlamentase. Si había que salir corriendo, se encargaria de devolver al chico lo más entero que pudiera a su madre. No quería entregarselo cual queso gruyere, lleno de agujeros.
Samuel_Baker: - La mano en la cartuchera no es forma de saludar, me parece a mí - dijo con toda la tranquilidad de quien ha estado en el infierno y ha vuelto para contarlo. Eso sí, su mano, aunque no estaba sobre la culata de sus revólveres, sí estaba cerca. Si algo caracterizaba aquella pareja de pistolas era que siempre llevaba una lista para disparar y otra con el seguro echado. El ejército y sobre todo, estar destinado a un fuerte que se había adentrado en territorio indio, le habían hecho estar siempre alerta. - No hace tanto viento para llevar el rostro tapado, señorita. - Por aquel tono de voz y aquellas ropas o era una mujer, o un tipo con unos gustos más que peculiares y muy afeminado. Cualquiera fuera el caso, la trataria de ella. No era imbécil, tampoco, sabía reconocer a un fuera de la ley cuando lo veía, pero la curiosidad le pudo, una persona tan atrevida como para plantarse delante de dos (tres, si contabamos a Tom) hombres armados, o bien tenía problemas mentales o bien una confianza plena en sus habilidades. - Venga, considera que estoy fuera de servicio, así no tengo que llevarte al calabozo. Habla. - sí, él era pura curiosidad.
Tom_Dalton: (Iba tan metido en las explicaciones del holandés que ni cuenta se dio de que había aparecido Dominique_McElligott. Chasqueó la lengua con fastidio. Cuando niño, con la de tiempo que había pasado con Sydney y los irlandeses, no le habría pillado con la guardia baja, pero hacía mucho años de eso y se había acomodado. Tendría que ponerle remedio. Pero los forajidos se habían ido hacía tres años. Y su madre le había dicho que no le harían daño, no a él, al menos no en ese momento. Nunca supo por qué estaba tan segura de eso, pero había sido verdad, los forajidos jamás habían asaltado el saloon ni atacado a los Dalton. Su madre tenía amigos hasta en el infierno, al parecer)
Dominique_McElligott: (No pensaba hacer daño y menos a Tom al que le tenía cariño pero claro eso no lo sabían y no era una temeraria, sabía que Samuel_Baker estaba pendiente de Tom y que no le pasara nada y con una forajida delante nunca se sabe, esa era su baza) Nu nu... yo no tocaría las armas, las manos alejadas de las armas Señores vamos. (Advierte mirándoles pero sin desenfundar su Smith y Wesson) Bueno sólo quería conocer al nuevo sheriff y ver si era cierto que tenemos de nuevo autoridad en Twin Falls. (De paso hablarían de ella, que se supiera que los forajidos aún estaban ahí... además conocía a Samuel_Baker ya que había trabajado con él y sabía que no era imprudente, al igual que el enterrador, no creía que hubiera peligro, aunque si tiene que disparar lo hará eso sí no es una asesina sólo para ralentizar y poder escapar)
HansVanDerMorten: Así que la forajida solo quería saber quien era el nuevo sheriff? cuentale eso a tu abuela, hermanita. No lo creía. ¿Para que iba a arriesgarse asi? Retiró la mano despacio y dio un paso al frente, cubriendo parcialmente a Tom.- Pues ya lo has visto. He cavado un hoyo al lado de Jack el Cojo, si lo quieres es tuyo, pero cobro el entierro por adelantado. O puedes largarte y todos en paz.
Samuel_Baker: Samuel no respondía demasiado bien a las amenazas. Pero estaba el joven Tom allí. No, no apoyaría la mano en el arma, pero tampoco sería tan imprudente de dejarla muy lejos. Relajó un poco el gesto, pero a ojo de buen tirados, la forajida sabría que solo tendría una oportunidad de disparo antes de que alcanzase su revolver. Y eso, si era lo suficientemente rápida. - Puedes presentarte cuando quieras, sabes donde está mi despacho. Así podremos tener una agradable charla... ¿qué te parece? - también se adelantó un poco, parecía evidente que la muchacha temía más la posible reacción del sheriff que la del holandés. ¿Tan mal tirador creía que era? No importaba, tanto mejor. Trató de escudriñar aquellos ojos, que era lo único que se podía observar bajo el pañuelo. - ¿Qué nombre ponemos a esta valiente? ¿Annie la intrépida? ¿Joanne la loca? Da igual. El caso es que sí, hay nuevo sheriff en el pueblo y... si pretendes hacer algo imprudente, nuestro próximo encuentro no será tan pacífico.
Tom_Dalton: (Observó a aquella mujer de arriba a abajo, intentando ver algo que pudiera revelar quién era. Pero estaba tenso, nervioso, como si jamás se hubiera visto en una así. Respiró con profundidad y recordó que sí, que había estado con indios, que había crecido junto a Seosham y Setanta, que Sydney le había enseñado a usar el tirachinas y a valerse por sí mismo en el bosque, sólo que lo había dejado aparcado desde que la mestiza había desaparecido y los irlandeses habían vuelto al viejo continente. Sin embargo, había algo que notaba en la boca del estómago, esa sensación de hacer algo temerario y acercarse a ella. Pero no, que esa mujer estaba armada y él con las manos desnudas y sin idea de disparar. Lo único que no dejaba de martillear su cabeza era la voz de aquella mujer, la había oído antes, o quizás solo se lo parecía, debido a la distorsión que producía la tela.)
Dominique_McElligott: (La impertinencia del enterrador hizo que reaccionara sacando el revólver de la funda y al no tener seguro el disparo ni lo vieron llegar, levanta polvo cuando el proyectil da al lado justo de la bota de HansVanDerMorten y aquello era una clara advertencia pues si era forajida era por algo y su buena puntería le había costado años de práctica) Nos veremos desde luego que sí, sheriff. (Dicendo esto aprovecha que van a proteger a Tom para salir corriendo ya que no tenía montura corre hacia el bosque todo lo rápido que puede desapareciendo entre los troncos de los árboles corre hacia la mina donde tiene sus cosas escondidas y allí cambiarse las ropas por las de Marion si se tercia, pero bien que mira detrás no sea que le dé a alguno de ellos por seguirla aunque claro... la protección de Tom está por encima de todo...)
HansVanDerMorten: El diapro lo tensó y desenfundó rápidamente apuntando a Dominique_McElligott, pero como no tiró a dar sino a advertir, darle por la espalda sería rastrero. La vio desvanecerse en la espesura y con calma devolvió su Schofield a la cartuchera, apuntando mentalmente las medidas de aquella mujer, su complexión, su altura y los más minimos detalles como el tamaño de sus pies o cómo los pantalones se ceñía a sus caderas. Tenía buen ojo para eso.- No sé a qué ha venido eso...¿alguna idea, sheriff?
Samuel_Baker: El disparo hizo que todos sus instintos saltasen. No estaba acostumbrado a los tiempos de paz aún, así que cuando la bala de la mujer rozó el suelo, la suya lo hizo rozando el ala del sombrero de la forajida. Tuvo suerte de que los nervios por preocuparse de Tom, por no esperar la reacción de la mujer y por andar cansado de un largo día, le hicieron errar el tiro. La bala fue a incrustarse en un tronco, decenas de metros más allá. Dejó marchar a extraña forajida, o iba a iniciar una persecución él solo, cuando podría tener a otros amigos suyos cerca. Y menos aún, con el hijo de Minerva allí. - Maldición, es rápida como un perenquén - hizo mención a aquellas pequeñas lagartijas que se escabullían entre las rocas ante la menor señal de peligro. - No, Hans, no tengo ni la más remota idea... Pero lo descubriremos, seguro. - guardó el revolver en su funda y miró a los dos - ¿Estáis los dos bien?
Tom_Dalton: (Se asustó, como no podía ser de otra manera, y cerró los ojos con fuerza. ¡Acababan de dispararle! Miró hacia los pies del holandés, temiendo ver sangre, pero, por suerte -o por voluntad del tirador- no era así. Suspiró aliviado.) Yo sí (respondió al sheriff). ¿Vamos a seguirla?
Minerva_Dalton: (Minerva sonrió al holandés, mientras acababa de servir varios vasos que una de las chicas esperaba para llevar a la única mesa que estaba ocupada a esas horas. Todos seguían repartidos entre buscar a Gjerta Zelman o recuperar el trabajo que habían dejado pendiente por buscarla. Tal vez por eso no le importó que Samuel lo dejara por un oficio mejor, tampoco había mucho trabajo allí. Ambos salían ganando, porque ella no tenía que pagar otro sueldo. M -Buenas tardes, Hans. Gracias por ofrecerte. Estoy segura de que Tom estará encantado. (El muchacho estaba en la mesa del fondo, junto al piano, que estaba mucho en esos momentos, leyendo uno de los libros que le prestaba el Sr. Atwood. Cuando estuchó la voz de su madre llamándole, lo cerró, dejando el dedo entre las páginas, marcando la lectura.) Tom, cariño, el sr. Van Der Morten quiere llevarte a tirar. (El joven, que ya contaba los 13, lo miró con interés) T-¿De verdad? M-Sí, anda, sube a guardar eso mientras yo le invito a una copa. (El rubio asintió y corrió escaleras arriba para dejar el libro en su habitación y bajar a la carrera, porque estaba deseando aprender a tirar) T-Muchas gracias por enseñarme, sr. Van der Morten.
Samuel_Baker: Había sido un primer día de trabajo bastante ajetreado. Desde que hablase con Minerva la tarde anterior y terminase su último jornal en el Saloon, para no dejarla tirada de buenas a primeras, se había enfrascado en la tarea de buscar al culpable de la desaparición de Gjerta. Lo primero que había hecho era asegurarse de que los vagos que habían estado posponiendo la reconstrucción de las cartas, no descansasen hasta que éstas no tuvieran más información que aportar. Para ello, los había hecho trabajar toda la noche a destajo y gran parte de la mañana. Luego, se había paseado por el pueblo, dejando que el metal estrellado brillase en su pecho para que se viese claramente que volvía a haber sheriff en Twin Falls. Si aquello había sido una temeridad o una acción acertada, se vería en los próximos días, pero sobre todo, quería asegurarse de que a Madson le llegase la noticia de quién portaba aquella placa. Tenía una conversación pendiente.... Sus pasos le llevaron al Saloon de Minerva, como no podía ser de otro modo, después de haber vuelto a visitar la herrería y otros lugares ya frecuentados anteriormente por aquellos que buscaban alguna pista adicional, era hora de ver si la fuente de rumores tenía algo más que aportar. Además, había pasado por el taller de Hans, a quien quería inquirir sobre el pobre mensajero enterrado días atrás y al no encontrarle, pensó que solo había otros dos lugares que él conociera, que el holandés frecuentase. Pasó al interior del establecimiento y en seguida se notó su presencia, cuando algunas de las conversaciones bajaron el tono y otras se silenciaron completamente. No era que le pillara de sorpresa al forastero, pero ahora era por otro motivo... - Buenas tardes, caballeros. Señoritas - sonrió levemente, le empezaba a gustar aquel papel de autoridad. En su rostro rubicundo siempre brillaba la ironía de aquella situación. El rebelde era ahora la autoridad. Saludó a Hans con una leve inclinación de cabeza, sujetando el ala de su sombrero. Al ver que el hombre lo llevaba puesto preguntó - Ya te ibas, Hans? - luego saludó a Minerva con el mismo gesto - Buenas tardes, Minerva.
Dominique_McElligott: (La forajida camina por el camino de la serrería buscando pistas, siempre con la pista de la herradura que le faltaba a ese caballo... Va ataviada con una gabarnida desgastada de color marrón oscura, pantalones de cuero del mismo color y botas, cinto en el que oculta su arma aunque alguna arma blanca oculta en su cuerpo, una blusa blanquecina y un pañuelo rojizo oscuro. Al escuchar que viene alguien se tapa la mitad del rostro, y con otro pañuelo el cabello recogido para que no se vea el color, encima un sombrero negro. Suspira ¿le conviene que la vean? sí... ya que quiere que se sepa y así buscar a otros forajidos, aunque el dinero que consiguió por el atraco hace años pues aún le dura pero oye, una es avariciosa y hay que pensar en el futuro y el saloon le gusta... aunque le sabe mal por su supuesta prima... pero el dinero es el dinero aunque igual le da por mirar otro establecimiento que le había cogido cariño del roce y que se la ganaban eran buena gente)
HansVanDerMorten le hizo una inclinacion de sombrero al chaval. Le apetecía desempolvar su Smith and Wesson Schofiled de metal dorado,igual que el del general Custer, y un viejo Colt 45 que guardaba en una caja bajo la cama. Él era un tipo tranquilo, pero había tenido que defenderse en más de una ocasión, y como todo en su vida lo hacía concienzuda y metódicamente, había practicado tiro hasta hacerlo como era debido. El pequeño Tom debía aprender o no podría sobrevivir en aquel mundo salvaje sólo con la buena educación que su madre le daba. Esperó a que el muchacho bajara, tomando la copa que Minerva le ofreció.- No será mucho rato, esto no se aprende en un día, pero si le gusta y quiere venir más veces...el negocio va como va. O no se muere nadie o les da por morirse a 3. Iremos al almacén y luego a las afueras de la ciudad, camino de la serrería, allí no molestamos a nadie.- Se giró al oir entrar a Samuel_Baker y cuando vio la estrella en su solapa enarcó una ceja.- voy a enseñarle a disparar al jovencito...si no hay ningun inconveniente...sheriff.- Lo dijo con un poco de rintintín, porque allí las estrellas las daban en la tómbola al parecer.
Minerva_Dalton: M-Te aseguro que estará más que encantado de ir las veces que te lo quieras llevar (rió la viuda Dalton, haciendo avergonzarse al muchacho) T-Madre. M-Buenas tardes, Samuel. ¡Qué bien te queda esa estrella! (Alabó con cierta coquetería, porque era así, le gustaba sentirse todavía una mujer aprovechable, aunque fuese cosa de un puñado de palabras. Tom frunció el ceño, estaba en esa edad en la que se creía ya el hombre de la casa y no le gustaba cómo algunos miraban a su madre -ahora que entendía lo que había detrás de esas miradas-. Carraspeó antes de hablar) T-Enhorabuena por el nombramiento, sr Baker (Era más que notable la influencia de Jonathan Atwood en él). Cuando usted quiera, Sr. Van Der Morten. Estoy seguro de que aprenderé mucho con usted.
Samuel_Baker: - Tranquilo, Hans. Sigo siendo el mismo - rió al notar el tono del holandés y se acercó a la barra, donde estaría el hombre. - Si no le incordia mi presencia, les acompañaré un rato. Ha sido un día duro y no me vendrá mal una pequeña distracción - aunque en realidad, el motivo era que mientras el chico estuviera ocupado disparando, él trataría de hablar con Hans acerca del difunto. No había compartido la información que tuviese con él, siendo camarero. Quizás ahora que era sheriff se prestaría a ayudar. Sonrió a Minerva - Nunca tan bien como a tí esos vestidos, jefa. - porque aún la llamaba jefa, le guiñó un ojo y asintió levemente a Tom. - Buenas tardes, señor Dalton - e imprimió un tono de seriedad, para que el chico sintiera que se le respetaba no como un crío, sino como ya un adulto. Aunque no pudo evitar la sonrisa irónica que siempre solía llevar dibujada. - Ningún cliente del señor Van Der Morten puede alegar que no sea buen tirador, eso por descontado. hizo gala de un poco de ese humor que le gustaba al holandés.
Dominique_McElligott: (La forajida seguía escudriñando el camino de la serrería, el perímetro que había escrutado no le daba pista alguna y refunfuña bajito palabras ininteligibles. Se quita el sombrero y desliza el dorso de la mano por la frente perlada de sudor) Calor... (Quejándose camina colocándose de nuevo el sombrero mirando la tarde que aún es soleada y se nota el calor aún. La mirada mar se fija en que llega gente a lo lejos, curva los labios en una sonrisa ladina, iba a ser divertido y ya necesitaba un poco de acción, además mira por donde estaba el nuevo sheriff. Entrecierra los ojos al ver que es Samuel_Baker y enarca las cejas cobrizas sorprendida. Se asegura que el ala del sombrero oculte bien la parte de arriba del rostro)
HansVanDerMorten: Bueno... no había contado con tener publico pero...- Si insiste...ningun cliente mío ha probado el acero de mis balas, soy un buen ciudadano, sheriff. Gracias por la copa señrita Dalton.- Le hizo un gesto al chico para que saliera afuera con él. Le tendió la caja de madera desportillada.- ¿Has disparado alguna vez uno de estos? sabes qué munición llevan? porque tenemos que ir a comprarla a la tienda.- Era un Colt 45, de ese mismo calibre, de tambor oscuro y chato y culata algo pesada. Pero no tenía tanto retroceso como su Schofiled, y para empezar estaba bien.
Minerva_Dalton: (Minerva los despidió con una sonrisa. Tom agradeció que obviara el beso en la mejilla. Salió tras el holandés, para recorrer el camino a la par. Se notaba lo mucho que había crecido en esos tres años, pero todavía le faltaba bastante para llegar a la talla que tendría de adulto. Observó el arma y negó con la cabeza) T-Sólo he disparado un par de veces con la vieja escopeta de mi abuelo. Sé que mi madre guarda un revólver de mi padre, pero ni siquiera sé si funciona. Podría preguntárselo para la próxima vez.
Samuel_Baker: - Hasta pronto, Minerva. se despidió de ella y salió a la calle con la pareja que hablaba con esmero sobre las armas. En su cintura, a la derecha, colgaban dos pistolas gemelas. Un par de viejas Colt Navy, un par de 38 en lugar de aquellas dos 45 que lucía el holandés. - Es muy distinto disparar con una escopeta que con un revólver, pero la puntería se practica igual con ámbas. No obstante dejó hablar al holandés en adelante. No era cuestión intervenir mientras Hans se ocupaba de algo muy básico, que era enseñar al chico que debía conocer las armas que iba a usar.
Dominique_McElligott: (Camina llegando hasta donde están, va sin montura pero tiene pensado alejarse si las cosas se ponen feas, además va bien armada. Como quien no quiere la cosa se planta delante de ellos en mitad del camino de la serrería y les mira, claramente el pañuelo que lleva tapando la mitad del rostro hace que no se escuche muy bien su voz y bien que se encarga de cambiar el tono de voz dulzón de Marion) Vaya vaya... con quien me encuentro.... tranquilos.... no quiero derramar sangre sólo hablar... (Las yemas de los dedos acarician la empuñadura de su Smith y Wesson y le había quitado el seguro para que disparar fuera más rápido. Espera a ver sus reacciones nio queriendo sacar el arma)
HansVanDerMorten: Cierto, pero no tengo ninguna carabina. Una vez tuve un Winchester, pero tuve que empeñarlo cuando Caronte enfermó y no tenía trabajo por aquel entonces.- Caronte era su caballo, que aunque era algo viejo, era un appaloosa pinto, con un carácter similar al de su dueño: indiferente, tranquilo y brioso sólo cuando hacía falta. Iba a explicarle a Tom que el Colt tenía peso en la culata pero estaba bien balanceado para evitar el excesivo retroceso de un calibre así...cuando Dominique_McElligott se detuvo delante de ellos. Llevó la mano instintivamente a la cartuchera, pero despacio, y dejó que fuera el sheriff el que parlamentase. Si había que salir corriendo, se encargaria de devolver al chico lo más entero que pudiera a su madre. No quería entregarselo cual queso gruyere, lleno de agujeros.
Samuel_Baker: - La mano en la cartuchera no es forma de saludar, me parece a mí - dijo con toda la tranquilidad de quien ha estado en el infierno y ha vuelto para contarlo. Eso sí, su mano, aunque no estaba sobre la culata de sus revólveres, sí estaba cerca. Si algo caracterizaba aquella pareja de pistolas era que siempre llevaba una lista para disparar y otra con el seguro echado. El ejército y sobre todo, estar destinado a un fuerte que se había adentrado en territorio indio, le habían hecho estar siempre alerta. - No hace tanto viento para llevar el rostro tapado, señorita. - Por aquel tono de voz y aquellas ropas o era una mujer, o un tipo con unos gustos más que peculiares y muy afeminado. Cualquiera fuera el caso, la trataria de ella. No era imbécil, tampoco, sabía reconocer a un fuera de la ley cuando lo veía, pero la curiosidad le pudo, una persona tan atrevida como para plantarse delante de dos (tres, si contabamos a Tom) hombres armados, o bien tenía problemas mentales o bien una confianza plena en sus habilidades. - Venga, considera que estoy fuera de servicio, así no tengo que llevarte al calabozo. Habla. - sí, él era pura curiosidad.
Tom_Dalton: (Iba tan metido en las explicaciones del holandés que ni cuenta se dio de que había aparecido Dominique_McElligott. Chasqueó la lengua con fastidio. Cuando niño, con la de tiempo que había pasado con Sydney y los irlandeses, no le habría pillado con la guardia baja, pero hacía mucho años de eso y se había acomodado. Tendría que ponerle remedio. Pero los forajidos se habían ido hacía tres años. Y su madre le había dicho que no le harían daño, no a él, al menos no en ese momento. Nunca supo por qué estaba tan segura de eso, pero había sido verdad, los forajidos jamás habían asaltado el saloon ni atacado a los Dalton. Su madre tenía amigos hasta en el infierno, al parecer)
Dominique_McElligott: (No pensaba hacer daño y menos a Tom al que le tenía cariño pero claro eso no lo sabían y no era una temeraria, sabía que Samuel_Baker estaba pendiente de Tom y que no le pasara nada y con una forajida delante nunca se sabe, esa era su baza) Nu nu... yo no tocaría las armas, las manos alejadas de las armas Señores vamos. (Advierte mirándoles pero sin desenfundar su Smith y Wesson) Bueno sólo quería conocer al nuevo sheriff y ver si era cierto que tenemos de nuevo autoridad en Twin Falls. (De paso hablarían de ella, que se supiera que los forajidos aún estaban ahí... además conocía a Samuel_Baker ya que había trabajado con él y sabía que no era imprudente, al igual que el enterrador, no creía que hubiera peligro, aunque si tiene que disparar lo hará eso sí no es una asesina sólo para ralentizar y poder escapar)
HansVanDerMorten: Así que la forajida solo quería saber quien era el nuevo sheriff? cuentale eso a tu abuela, hermanita. No lo creía. ¿Para que iba a arriesgarse asi? Retiró la mano despacio y dio un paso al frente, cubriendo parcialmente a Tom.- Pues ya lo has visto. He cavado un hoyo al lado de Jack el Cojo, si lo quieres es tuyo, pero cobro el entierro por adelantado. O puedes largarte y todos en paz.
Samuel_Baker: Samuel no respondía demasiado bien a las amenazas. Pero estaba el joven Tom allí. No, no apoyaría la mano en el arma, pero tampoco sería tan imprudente de dejarla muy lejos. Relajó un poco el gesto, pero a ojo de buen tirados, la forajida sabría que solo tendría una oportunidad de disparo antes de que alcanzase su revolver. Y eso, si era lo suficientemente rápida. - Puedes presentarte cuando quieras, sabes donde está mi despacho. Así podremos tener una agradable charla... ¿qué te parece? - también se adelantó un poco, parecía evidente que la muchacha temía más la posible reacción del sheriff que la del holandés. ¿Tan mal tirador creía que era? No importaba, tanto mejor. Trató de escudriñar aquellos ojos, que era lo único que se podía observar bajo el pañuelo. - ¿Qué nombre ponemos a esta valiente? ¿Annie la intrépida? ¿Joanne la loca? Da igual. El caso es que sí, hay nuevo sheriff en el pueblo y... si pretendes hacer algo imprudente, nuestro próximo encuentro no será tan pacífico.
Tom_Dalton: (Observó a aquella mujer de arriba a abajo, intentando ver algo que pudiera revelar quién era. Pero estaba tenso, nervioso, como si jamás se hubiera visto en una así. Respiró con profundidad y recordó que sí, que había estado con indios, que había crecido junto a Seosham y Setanta, que Sydney le había enseñado a usar el tirachinas y a valerse por sí mismo en el bosque, sólo que lo había dejado aparcado desde que la mestiza había desaparecido y los irlandeses habían vuelto al viejo continente. Sin embargo, había algo que notaba en la boca del estómago, esa sensación de hacer algo temerario y acercarse a ella. Pero no, que esa mujer estaba armada y él con las manos desnudas y sin idea de disparar. Lo único que no dejaba de martillear su cabeza era la voz de aquella mujer, la había oído antes, o quizás solo se lo parecía, debido a la distorsión que producía la tela.)
Dominique_McElligott: (La impertinencia del enterrador hizo que reaccionara sacando el revólver de la funda y al no tener seguro el disparo ni lo vieron llegar, levanta polvo cuando el proyectil da al lado justo de la bota de HansVanDerMorten y aquello era una clara advertencia pues si era forajida era por algo y su buena puntería le había costado años de práctica) Nos veremos desde luego que sí, sheriff. (Dicendo esto aprovecha que van a proteger a Tom para salir corriendo ya que no tenía montura corre hacia el bosque todo lo rápido que puede desapareciendo entre los troncos de los árboles corre hacia la mina donde tiene sus cosas escondidas y allí cambiarse las ropas por las de Marion si se tercia, pero bien que mira detrás no sea que le dé a alguno de ellos por seguirla aunque claro... la protección de Tom está por encima de todo...)
HansVanDerMorten: El diapro lo tensó y desenfundó rápidamente apuntando a Dominique_McElligott, pero como no tiró a dar sino a advertir, darle por la espalda sería rastrero. La vio desvanecerse en la espesura y con calma devolvió su Schofield a la cartuchera, apuntando mentalmente las medidas de aquella mujer, su complexión, su altura y los más minimos detalles como el tamaño de sus pies o cómo los pantalones se ceñía a sus caderas. Tenía buen ojo para eso.- No sé a qué ha venido eso...¿alguna idea, sheriff?
Samuel_Baker: El disparo hizo que todos sus instintos saltasen. No estaba acostumbrado a los tiempos de paz aún, así que cuando la bala de la mujer rozó el suelo, la suya lo hizo rozando el ala del sombrero de la forajida. Tuvo suerte de que los nervios por preocuparse de Tom, por no esperar la reacción de la mujer y por andar cansado de un largo día, le hicieron errar el tiro. La bala fue a incrustarse en un tronco, decenas de metros más allá. Dejó marchar a extraña forajida, o iba a iniciar una persecución él solo, cuando podría tener a otros amigos suyos cerca. Y menos aún, con el hijo de Minerva allí. - Maldición, es rápida como un perenquén - hizo mención a aquellas pequeñas lagartijas que se escabullían entre las rocas ante la menor señal de peligro. - No, Hans, no tengo ni la más remota idea... Pero lo descubriremos, seguro. - guardó el revolver en su funda y miró a los dos - ¿Estáis los dos bien?
Tom_Dalton: (Se asustó, como no podía ser de otra manera, y cerró los ojos con fuerza. ¡Acababan de dispararle! Miró hacia los pies del holandés, temiendo ver sangre, pero, por suerte -o por voluntad del tirador- no era así. Suspiró aliviado.) Yo sí (respondió al sheriff). ¿Vamos a seguirla?
Pallas_Atenea- Homo-repartidora de nubes rosas
- Cantidad de envíos : 305
Localización : Islas Enéidicas
Fecha de inscripción : 06/06/2010
Temas similares
» Julio 1871. Quinta semana.
» Junio 1871. Primera semana.
» Junio 1871. Tercera semana.
» Junio 1871. Cuarta semana.
» Twin Falls. Agosto de 1868. Quinta semana.
» Junio 1871. Primera semana.
» Junio 1871. Tercera semana.
» Junio 1871. Cuarta semana.
» Twin Falls. Agosto de 1868. Quinta semana.
Camelot :: Fortaleza :: Twin Falls :: Desapariciones
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.