Historias de Bristol
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Historias de Bristol
1 Año atrás.
*Había niebla, esa niebla que cala los huesos y hace de cada sombra algo espectral. Por eso no crujían tanto las ramas hidratadas por aquella película de agua. Aun así, los pocos pasos audibles eran la única compañía de Alda. Estaba amaneciendo y todo tenía ese color lechoso a través de la niebla. Todo salvo la silueta de Alda, que era un borrón oscuro en el blanco matutino. Y eso se consideraba en realidad, un borrón oscuro en la vida de su ya corta familia y en los brazos llevaba lo que la había tornado a aquel color.
Se había quedado embarazada de un temporero y cuando la cosecha desapareció de los campos, también lo hizo él de la vida de Alda. Repudiada por su familia, perdió su trabajo en la casa Williams cuando nació Eva y necesitaba demasiados cuidados como para seguir limpiando eficientemente. Ahora, el invierno llegaba de nuevo y tenía que buscar un refugio en el único lugar que se le ocurría. La casa de su primo Sean_Lekker. Entró por el caminito de acceso y llamó con suavidad a la puerta con los nudillos helados.
*Sean_Lekker estaba mirando el techo de la habitación, a su lado su esposa Rose dormitaba tranquila después de una noche de continua tos. Se pasó las manos por el rostro con la intención de quitarse el sueño que tampoco podía buscar a aquella hora cuando escuchó la puerta. Al principio le pareció una imaginación, quien podía llamar a esa hora, no esperaba a nadie. La segunda vez le hizo levantarse y coger una manta con la que cubrirse. Tomó el tirador y se quedó petrificado cuando abrió la puerta para ver a su prima Alda.
*- Hola Sean, soy yo.- Era obvio quien era, pero no le salió nada más al ver la cara de sorpresa de Sean. Eva se removió al escuchar a su madre y gorjeó bajo la mantita con la que Alda la había envuelto.
*-¿Qué haces aquí? Creía que ya estaba todo dicho Alda, no se que vienes a buscar aquí, a mi casa. – Permanecía aun dentro de la casa, con la puerta agarrada y miró tras suyo para ver si había algún movimiento en la casa. No parecía que se moviera nada dentro, volvió la vista inquisitiva hacia Alda.
*-No tengo a donde ir Sean, he venido en busca de ayuda.- había hecho lo imposible para poder mantener a la niña y a ella misma, pero era difícil trabajar con un bebé como aquel. La gente lo miraba desconfiada, como si fuera un castigo y no querían que estuviera cerca de ellos. Al final había tenido que buscar dinero vendiéndose en alguna ocasión y mendigando. Eso y su embarazo eran las causas por las que Sean no quería volver a saber nada de ella. No la ayudaba por la vida que llevaba y esa vida era consecuencia de la falta de ayuda
*Sean_Lekker salió agarrándola del brazo para separarla lo más posible de la vivienda. Sus pasos si sonaban entre los guijarros de aquel caminito pero no le importaron tanto, cuando la puerta se cerró.- Eso deberías haberlo pensado antes Alda. Esta hija tuya es un castigo por lo que hiciste, carga ahora con ella. No quiero que Rose sepa que estás aquí, está enferma, no necesita saberte cerca.
*Alda_Lekker encontró en aquellas palabras una posible solución que le iluminó la mirada. Por primera vez en mucho tiempo quizá había encontrado un verdadero camino para salir en la oscuridad en la que estaba inmersa.- Deja que me quede Sean, cuidaré de ella, tu tienes que trabajar y ella está sola aquí. La cuidaré bien, solo te pido a cambio cobijo y comida para mi y para Eva..
*-¿Estás loca? No meteré a una cualquiera en mi casa por muy de mi familia que sea. Márchate y llévate a tu hija contigo y que Dios perdone tus pecados.-Sean_Lekker se giró dándole la espalda a Alda. Le dolían aquellas palabras pero no tenía alternativa. Alda ya no era la chiquilla que tanto tiempo había pasado a su lado. Las cosas habían cambiado mucho y no podía dejar que su esposa Rose supiera que ella estaba allí.
*-Sean, en un tiempo te importaba, estabas a mi lado y yo al tuyo. No me des la espalda te lo suplico. Eva morirá de frío este invierno sin un techo que la cobije.-Como si la hubiera escuchado , la niña se removió bajo la manta con un gorgoteo extraño que a cualquiera le erizaría la piel.
*Sean_Lekker cerró los ojos cuando escuchó a la que podía haber desposado en otro tiempo, hace mucho, un tiempo que le parecía ahora casi imaginario. El ruido de la niña le sacó de esa ensoñación y le devolvió la acritud que los acontecimientos le habían dejado de por vida.- Eso fue hace mucho Alda, ya no quedan ni recuerdos , márchate y no vuelvas más.- Se encaminó a su casa sin mirar atrás, aun escuchando un gorgoteo aleatorio de Eva.
* Alda_Lekker le vio alejarse mientras una punzada de soledad le atravesaba el corazón. Las lágrimas se le agolparon en los ojos protestando por lanzarse al exterior, pero aguantaron finalmente sin recorrer las mejillas moradas de frío. Cuando la puerta se cerró con un pequeño golpe, el silencio volvió a reinar en aquel paraje cubierto por la niebla del amanecer de un día más. Alda se dio la vuelta y comenzó un camino cuyos pasos no sabría a donde la llevarían.
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