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CAPITULO VI: El aguijón del escorpión - Eslabón fuerte, eslabón débil

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CAPITULO VI: El aguijón del escorpión - Eslabón fuerte, eslabón débil Empty CAPITULO VI: El aguijón del escorpión - Eslabón fuerte, eslabón débil

Mensaje  Dayanna Lun Jul 18, 2011 11:29 am

* Esthia abandonó el cuartel. Aún tenía unas horas antes de tener que personarse en la muralla para la guardia. Ya iba uniformado, así se ahorraría el tener que volve a pasar por las instalaciones de la guardia y aprovecharía un poco más el tiempo. Camelot le parecía tan igual y tan distinto. Su larga ausencia le hacía percibir algo extraño entre aquellas murallas. O quizás sí estaba pasando algo extraño. Movimiento.

<Esthia>Ya había perdido el hilo de lo que ocurría en la villa. Pero no se arrepentía, pocas veces lo hacía. Las cosas ocurrían por algo. El soldado confiaba en los criterios de Shyd. Su vida estaba en manos de la Dama de Plata y él la dejaría jugar a su antojo. Siempre le había ido bien. Había tenido sus momentos malos, pero, en general, su vida había sido buena. Hasta feliz.

* Dayanna inclina el rostro a scipion_africano con deferencia: -Decidme, consul... - -enarca una ceja- - seguis yendo por libre o servís a alguien ahora? - preguntaba por las Hermandades, pero sin ser tan directa. Tal y como estaba el Reino, había que ser cauteloso

* scipion_africano sonrie a Dayanna tranquilo "sabeis que no soy una persona que me guste obedecer ordenes de cualquiera. Sigo por libre. No necesito ayuda de nadie salvo de mis hombres y mi cabeza para poder sobrevivir"

* Dayanna asiente a scipion_africano. Desde luego del martillo no era, pues ella lo sabría. Le mira de arriba a abajo, no pegaba con tales directrices. De ser, sería del escorpión. Pero claro, no lo iba a decir tan fácilmente. O quizás no mentía.. Asiente: hacéis bien, consul.

* scipion_africano niega con la cabeza "pensaba que me conociais un poco mejor, hasta el punto de saber que no acepto ordenes de nadie" suspira mientras su rostro sigue serio ahora pensativo

<Shanae> ( Shanae estaba en la plaza del mercado , muchas vivencias y aun la costaba asimilar , el frutero dle mercado la pregunto hasta 3 veces lo que queria ,pero como estaba sumida en sus pensamientos hasta la cuarta no contesto ) ahmm si.. naranjas y ciruelas...je je ( rio levemente un poco avergonzada por no haber contestado antes )

* Esthia dirigió sus pasos hacia la plaza. Al menos todo estaba como de costumbre. La fuente, la taberna, los puestos... Sus ojos azules se pasearon por los tenderetes de colores, por la comida, las telas, las flores y las demás cosas que allí se vendían. Se acercó a uno de ellos, el olor de las flores era fácilmente reconocible. ¿Estaría allí Dayanna? Hacía mucho que no la veía, pero aquella muchacha tenía algo especial. algo que le agradaba. Aprovecha

* Dayanna estaba en su puesto de flores. Desde que Shanae, Dhunna, la señora de los Bajos Fondos y ella hubieran estado en aquella Torre del Recuerdo, veía Camelot diferente, hasta más mágico. Suspira. Quería cuidar de ese Camelot. Miró sus flores, tan variopintas, coloridas y aromáticas. El haberse topado con scipion_africano le hizo recordar por momentos un pasado, el pasado de antes de Camelot, cuando conocía la muerte y jugaba con ella.

<Shanae> ( tras pagar al frutero camino por la plaza , lo veia todo con nuevos ojos , que bonita era la inocencia de no saber nada , las calles tenian secretos nuevos , cada rincon guardaba algo , incluso el suelo que pisaba la daba un pequeño escalofrio , sus pasos la hacian recorrer las calles sin rumbo aparente hasta que se vio frente al puesto de Dayanna ) pero... que c*ño ¿... (suspiro ) en fin , asi la saludo .

* Dayanna alzo el rostró saliendo de su ensimismamiento. La voz de Shanae, la conocedora de los caminos subtereráneos. Jamás hubiera pensado que había un laberinto bajo las calles empedradas del Reino. Sonrio a la amazona afablemente: -Hola, Hermana - todavía se hacía raro usar esos términos. Pero por Io, por Dhunna, por Albanel. Eran Hermanad de aquel Clan

* Esthia se detuvo ante el puesto de Dayanna, con una gran sonrisa. -Buenas tardes, señorita. ¿A cuánto da las flores hoy? -No tenía intenciones de comprar nada, de momento, pero era un modo de iniciar una conversación. Además, tampoco tenía claro si ella le recordaría, pues había pasado mucho tiempo desde que se había marchado de la villa.

<Shanae> ( vio una figura de un hombre pasar casi a la vez que ella , le cedio la palabra haciendo las veces de hombre , no le conocia aunque las ropas que llevaba la resultaban conocidas , algun emblema que ha visto de vez en cuando por las calles de Camelot , miro a Dayanna e hizo una mueca graciosa , no le gustaba esos terminos ) Buenos dias Dayanna y….

* Dayanna alzó la mirada y su gesto se iluminó al ver a Esthia. -Es... Esthia.. ¡¡eres tú!!! - no pudo contenerse, salió apresurada del puesto de flores para abrazar al soldado de ojos azules. El que él se presentara en su puesto hizo otro "cick" en su memoria volviendo a ser la ingenua y dulce florista. Se abalanzó sobre él. Demasiada gente se había ido del Reino, y, ese regreso, la llenaba de emoción. Abrazando a Esthia miró a Shanae***

<Dayanna> Es Esthia!! el Soldado de la Guardia Real de Camelot más apuesto - se distanció un poco para poder mirar esos ojos azules - y las flores.. para vos.. son gratis y de corazón

* Esthia recibió en sus brazos a Dayanna y le plantó un beso en la mejilla, levantándola del suelo. Largo, sonoro. De esos que dan las abuelas a los nietos cuando hace mucho que no les ven. Se alegraba mucho de que le recibiera así. Su moral estaba un poco en el filo de la navaja tras el regreso y la separación del nigromante, así que era una alegría ver que contaba con gente que le apreciaba. Dejando a Dayanna en el suelo de nuevo, (...)

* Masoj pasa junto al puesto de flores de Dayanna ajeno a la escena que se desarrolla . Las observa ensimismado. Aspira sus fragantes aromas... y tras un sonoro estornudo se marcha de allí renegando por bajo y rascándose la nariz: -Malditas creaciones del averno... Así se pudran al sol.- el drow se aleja del lugar en dirección a la taberna.

<Esthia>fijó sus ojos azules en Shanae. Le tendió la mano, con idea de, cuando ella le tendiese la suya, llevarla hasta sus labios y dejar un beso en su dorso. -Esthia Vikórida, a su servicio. -miró de nuevo a Dayanna. -Entonces dame la que más te guste para que pueda regalártela. Una para ti y otra para la señorita.

<Shanae> ( Como si era el papa no le conocia de nada , pero sonrio afable todo lo que pudo , en el pasado habia tenido una historia con un capitan de la guardia de la que aun su corazon no habia podido reconstruirse asi que la sonrisa no mostraba lo que la tristeza de sus ojos mostro unos segundos , tomo aire y se despejo sacando una naranja del cesto para darsela a Dayanna y otra para Esthia mas que nada por no hacer feo ) tomar...( y a la mano tendida

* Dayanna no cesaba de sonreir. Incluso el gesto de Shanae le sacó una pequeña risilla. En otro momento le hubiera dicho: -jolinchines, Shanae, no seas descortés.. y tapate el escote! - pero estaba entusiasmada. Se giró y miro la multitud de flores que había en el puesto de flores, que parecía un carromato. Una flor de lis para Shanae, y una edelweiss para mi. cogió ambas flores, tendiendo la lis a Shanae y miró a Esthia: Hacía mucho

<Shanae> ( alzo una ceja al ver a Dayanna morder la naranja con piel y se anoto mentalmente ir mas a menudo o haberla dado mejor una ciruela , rie levemente tomando la flor de lys que se pone en el escote porque raro que no la hubiese dicho nada aun , asi almenos tapaba un poquito o incitava quien sabe ) gracias a ambos..( ella por su parte tomo una ciruela y dando el primer mordisco vio la vuelta de Esthia ) uhmmm no os queda mal ( estaba hasta bueno

* Esthia miró la naranja, arqueando la ceja. Soltó una risita. Clavó los dedos de la mano contraria en la cáscara, para arrancarla y empezar a comérsela ya mismo. Sólo el olor ya le incitaba a morder.-Gracias -dijo a Shanae, metiéndose en la boca el primer gajo, que tragó casi entero para responder a Dayanna. -He estado fuera de la villa, cielo. Y por desgracia, alguien se quedó por el camino. -su rostro se ensombreció un poco, (...)

<Esthia>casi al instante, volvió a sonreír. -Pero bueno, ya estoy aquí de nuevo. Y hasta he podido entrar de nuevo en la Guardia, ¿no es genial? -abrió los brazos y dio una vuelta, para que pudiesen ver su uniforme.

* Dayanna miró a Esthia sonriendo. Sí, aquel uniforme de la Guardia Real le sentaba de maravilla. No pudo evitar soltar un suspiro y morderse el labio. Pero últimamente los pensamientos se le desviaban a menudo hacia los asuntos de las Hermandades. No había caido en eso. ¿Acaso la Guardia de Camelot no sabía nada? Miró de nuevo a Esthia con algo de recelo. Confiaba en aquel hombre, tenía algo especial. Quizá era la persona adecuada para preguntar.***

<Dayanna>*** Torció el morro. Una pregunta no había de ser lo más adecuado. Sacó de su pequeño escote, sí, porque Dayanna apenas llevaba escote, un colgante en una cadena de plata con el símbolo del Martillo, en espera de si Esthia reaccionaba de algún modo. No se percato de que DieterSWord, el suizo, se encontraba cerca.

* Esthia observó el colgante de Dayanna. Nunca había visto nada parecido, así que no reaccionó de ningún modo especial, únicamente alargó la mano para cogerlo, sin tocar el pecho de la muchacha dentro de lo posible, que era un caballero. -Qué bonito. Y se nota que está bien trabajado. ¿Te lo has comprado tú o te lo han regalado? -el tono de la pregunta dejaba claro que le preguntaba si se lo había regalado "alguien en concreto".

<Shanae> ( ella mantenia el colgante enrredado en la muñeca junto a una escama de dragon de color azul pero como andaba con las bolsas de la fruta estaba de momento oculto , miro a Dayanna unos instantes sin saber si hacia bien o mal mientras terminaba la ciruela , observo la reaccion de Esthia con detenimiento , escrutando con sus ojos verdes olivaceos )

* Dayanna frunció el ceño y se puso algo nerviosa cuando la mano de Esthia se acercó hacia el colgante Martillo. Dayanna era muy ingenua, y dio por hecho que Esthia no sabía nada. Si hubiera sabido algo y estaba fingiendo, Dayanna también hubiera confiado. Pero por destino, por hados, o por suerte, Esthia ciertamente no conocía el símbolo: pues... pues.. se puede decir.. que los encontramos.

<Dayanna>***El plural denotó misterio en la respuesta. Dayanna estaba colorada por la proximidad de la mano del soldado a su pecho, estaba rígida. Miró a Shanae por un momento y de nuevo a Esthia: te.. tenía que ser así - traga saliva. ¿Está hablando demasiado?

<Esthia> ¿Los encontrásteis?-sus ojos se desviaron hacia Shanae. Daba por hecho que, al hablar en plural, se refería a la otra persona presente. No se le ocurrió pensar que pudiera referirse a alguien más. -¿Usted también tiene otro? -Soltó el colgante de Dayanna y volvió a separar otro gajo de la naranja que tenía en la mano, aunque no se lo metió en la boca todavía. -Pues son muy bonitos. Es una pena no haber estado (...)

<Esthia>para conseguir uno también. Seguro que son de plata buena y todo. -él lo sabía mejor que nadie, pues notaba cómo se le erizaba la piel al contacto con el metal. Era un licántropo, después de todo, su cuerpo reaccionaba ante los "peligros" por puro instinto. Puede que el contacto con la piel fuese inofensivo, pero sí notaba cuándo era plata.

<Shanae> ( fuera de donde fuese Esthia o de la hermandad que fuese estaban en pleno mercado y si le vieran atacandolas de algun modo su tapadera o oficio quedaria en evidencia asi que tampoco teme un posible enfrentamiento por si este perteneciese a cualquiera de las otras hermandades , asintio a las palabras de Esthia sin decir nada y luego miro a Dayanna ) yo creo que ..si.. ( mirandola con ojos que decian , él debe estar dentro )

* Dayanna parpadeó. Cuando Esthia dejó de tocar su colgante se relajó. Se ponía nerviosa con la cercanía de los hombres. Miró el colgante de plata con el símbolo tallado, posándolo sobre la palma de su mano, recordando. Qué curioso, aquel día que decidió partir en busca del Jardín de las Flores Parlantes fue ese mismo hombre quien la acompañó hasta allí. Miró a Shanae y luego a Esthia: os acordáis del día en el que el español y vos me ayudastéis **

<Dayanna> a encontrar el Jardín de las Flores Parlantes?? - sonrió ampliamente al soldado, pues que ella recordara, Esthia jamás las había escuchado hablar - Al final las flores sí hablaban... han estado hablando en vuestra ausencia de hecho.

<Esthia>Claro que me acuerdo. Fue un día memorable -sonrió, divertido. -¿En serio? ¿Y qué han dicho? Hay que ver, que siempre me pierdo las mejores, ¿eh? Tienes que llevarme un día a ver qué cuentan esas flores. Y, por favor, ya deja de hablarme de vos, que no soy tan viejo. Con Esthia es suficiente. Wink

<Shanae> ( escucho atenta a Dayanna no sabia que ese hombre y otro por lo que parece acompañaron a Dayanna al jardin , de todas maneras se relajo ante esa noticia , alguien que viese aquel jardin y que este le permitiese la entrada significaba que no era peligroso ) bueno.. parejita os dejo solos .. ( sonrio dejando la bolsa de frutas ) creo que hace demasiado calor e ire al lago ..un placer ( leve inclinacion de cabeza al guardia ) nos vemos luego ¡¡

<Shanae> y asi como vino , cogio el camino para irse )

* Dayanna miró a Esthia. Cierto era, no le parecía demasiado justo que el Caballero de la Guardia Real hubiera sido el primero en ir con ella y todavía no tuviera el placer de haber oido los susurros de las flores. Decís que algún día os he de llevar de nuevo a tal Jardín - le coge del brazo a Esthia y sonrie- Hoy es un día hermoso para dar un paseo

* Esthia asintió, poniendo la mano sobre la de Dayanna, encima de su otro antebrazo, acomodándola antes de soltarla. -Cualquier día es bueno para pasear contigo, cielo. -sonrió guiñándole un ojo. -Tú dirás por donde, porque yo no lo recuerdo. -Ya le había dicho a la florista que le tutease, pero si ella estaba más cómoda con el trato formal, no le iba a insistir. Él prefería un trato más familiar, le hacía sentir que estaba en confianza, aceptado, aunque sólo fuese la parte de él que se mostraba al exterior. Tal vez, algún día, le aceptasen también con sus secretos.

* Dayanna suspiró cuando Esthia le tomó la mano de aquella forma para pasear. *Todo un caballero* Comenzó a caminar sobre los hermosos adoquines de la Plaza Mayor hacia la callejuela que más atajo suponía para llegar hasta los lindes del Bosque Feliciana, el bosque norteño así apodado por la dama Nienna. Mientras paseaban hablaban de Camelot, de sus gentes, del nuevo aroma de cada rincón. A la pobre Dayannita se le iban los pensamientos y ya se podía imaginar dando paseos con Esthia el resto de su vida de esa manera: boda, hijos, paseos... Qué le vamos a hacer, Dayanna era así. Tras una agradable caminata por las calles que rodeaban la ciudadela, llegaron a la zona donde la villa daba paso al bosque. Miró a Esthia y sonrió: Si me ataca algún animal, tu me defenderás, no?

* Esthia charló alegremente con la florista todo el camino, dejando que le pusiese al día de los últimos acontecimientos de la villa. Al llegar al bosque, se detuvo y se encaró a la muchacha, cuando ésta le habló. Sonrió, con algo de indulgencia. ¿Cómo iba a atacarla un animal si ya llevaba a un depredador del brazo? -Tranquila. Mientras estés conmigo, nada te atacará en el bosque. -y, si lo hacía, ya se encargaría él de interponerse. No iba a desaprovechar la oportunidad de una buena pelea. -Te aseguro que yo soy de lo más peligroso que se mueve entre estos árboles. -No lo único, no lo peor, pero sí era una criatura que solía dar miedo. Agredeció a la Dama de Plata que su forma humana fuese más aceptada. -¿Y bien? ¿Ahora qué?

* Dayanna soltó una risilla ante el comentario de Esthia. No porque no creyese en que el soldado fuera muy capaz de enfrentarse a cualquier problema, pues obviamente, su cuerpo denotaba destreza y era miembro de la Guardia. Pero a los ojos de la florista, Esthia era de todo menos peligroso. -El Jardín de Flores Parlantes - comenzó a caminar por un pequeño sendero esperando que el soldado la siguiera - es uno de los lugares más peculiares del ***

<Dayanna> Reino. Antaño, cuando había menos habitantes y todos vivían en el Castillo - mientras le contaba la historia saltaba de una piedra a otra del sendero, como si cruzara un río, como una niña jugando fuera - Todos iban y venían al jardín continuamente. Pero a día de hoy, el Jardín está protegido por el Bosque, para que no puedan hacer daño a las flores. - se giró y miró al soldado de los ojos azules - Hay que conocer el camino, pero aún sabiéndolo, no se muestra ante cualquiera - frunce el ceño volviendo su mirada al frente - Es curioso, la primera vez que se mostró Juan Diego y vos estabáis conmigo - susurra pensativa. ¿Será eso una señal?

* Esthia se encogió de hombros, siguiendo a Dayanna tan sólo un paso por detrás. Prefería tenerla un poco por delante, así nada podría atacarla desde atrás, pues estaba él, y por delante lo vería con suficiente antelación. Se mantenía alerta. Siempre lo hacía. Después de todo, era un animal entrando en un territorio que no era el suyo. No sabía si le tomarían por una amenaza. -Tal vez es porque ni el señor Alegre ni yo teníamos malas intenciones hacia las flores. ¿No? O quizás, simplemente, es que les caímos bien la otra vez y por eso nos dejan venir a visitarlas.
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Mensaje  Dayanna Lun Jul 18, 2011 11:30 am

<Dieter_Sword> (Seguirles había sido tan aburrido como fácil. La voz aguda de la florista no era difícil de camuflar. Así que el suizo había caminado tras ella y tras ese hombre que no conocía. Parecía un soldado. Bueno, no sería una molestia. El era La Muerte Fría. Sabía que Dayanna ocultaba algo, en todo este asunto de los clanes. Tras su aspecto de bibalicona, estaba mezclada en esto. Sale, de detrás de una arboleda)... Vaya, que sorpresa..... (en un susurro)

* Dayanna justo andaba saltando entre las rocas lajadas que formaban ese sendero empedrado que luego se perdía en el Bosque. El sendero no llegaba hasta el legendario Jardín. Para ella, la aparición del suizo supuso un sobresalto y un traspié. Se torció ligeramente el tobillo porque justo aterrizaba de uno de sus pueriles saltos y cayó perdiendo el equilibrio. Su mirada se desvia hasta Dieter_Sword. El semblante de la florista cambia de un segundo***

<Dayanna>*** a otro. Aquel hombre, el día anterior, se había enfrentado a ella. Por todo el asunto de las Hermandades. Ahora era diferente, Dayanna ya había estado en la Torre del Recuerdo. Ya sabía en qué consistía el asunto de la "guerra interna" de Camelot. Aún así, no era nadie para enfrentarse con Dieter_Sword. ¿Pero qué quiere de mi? pensó. Mira a Esthia con el temor en la mirada, luego mira de nuevo a Dieter_Sword: saludos con vos.. de nuevo

* Esthia llevaba un rato notando un olor extraño, pero como no conocía aquella zona, no le echó demasiada cuenta. La mayoría de olores eran nuevos para él. Y tampoco era raro que otras criaturas del bosque les siguiesen con curiosidad. Ellos eran los extraños allí. No se sobresaltó por la aparición del suizo, ya sabía que estaba allí, aunque sí se preocupó por Dayanna, que le había sacado cierta ventaja con sus (...)

<Esthia> saltitos. apenas la muchacha cayó al suelo, recorrió la distancia que los separaba, hasta quedarse junto a ella, de pie. No le ofreció la mano para levantarse, sus ojos escrutaban al recién llegado, por eso no se percató de la mirada de Dayanna. Aunque sí notó el cambio en su voz al saludarle. Se tensó, pero no tocó aún la empuñadura de su espada, que pendía de su cinto, a la izquierda. -Buenas tardes. -saludó.

<Dieter_Sword> (Esboza un atisbo de sonrisa, cuando la florista pierde el equilibrio...Se acerca a ella, y le tiende una mano para ayudar a que se levante) Ni la más discreta, ni la más hábil tampoco (comenta con s rostro inmutable, mientras escruta él también al hombre que no conoce. No le corresponde al saludo, asiente simplemente con la cabeza) Dayanna, Dayanna.... (musita el nombre unos segundos) Me engañaste. (La señala con un dedo, como si regañara a una niña). Y eso está mal. Dijiste que no sabías nada de las hermandades. Y llevas un Martillo. Tú y tus amigas. Y ahora, debo entender que este hombre, va a lucir también el mismo símbolo? (Ahora sí mira a Esthia. Mejor dicho, a su espada. Retira ligeramente su capa, para que asome también el pomo de su ropera) Mal asunto, el de mentir. No es una virtud, no crees?

* Dayanna no coge la mano que Dieter_Sword. El sarcasmo en sus palabras no le gusta. Se levanta sola. Ante Dieter_Sword no puede evitar sentir como sus piernas empiezan a temblar. Sí, el suizo le da miedo: Yo no he mentido!!! Hasta ayer no sabía nad... - se calla. Traga saliva. Maldita sea, por justificarse habla más de la cuenta. Señala a Dieter_Sword intentando que no se note el tembleque de su mano. El tener a Esthia al lado la reconforta -***

<Dayanna> Ahora sí sé qué significa ese símbolo del que presumes - señala el escorpión colgado en su cuello - Ahora sé de qué hablabas ayer. ¿Me hablas tú a mi de mentir? Ese símbolo lo llevan aquellos para los que la mentira es un arte. -niega con la cabeza - No se puede estar orgulloso de apoyar una causa como esa... un Camelot que de la espalda al debil... un Camelot sin magia

* Esthia sonrió al ver la espada. Hum. Eso era tomarle el pulso. Bien. Bien. Ya sabía en qué consistían las peleas de machos. Miradas, frases, gestos... Hasta que uno se retiraba o hasta que se llegaba a la violencia. Lo cual tampoco le disgustaba del todo, porque le permitía sentir el cuerpo del enemigo contra el suyo, el calor y el tacto de la piel en cada golpe, la tensión en los músculos. (...)

<Esthia> Sin embargo, la mención del colgante, de los clanes y el repentino silencio de Dayanna, borraron eso de su mente. Mejor, en realidad, porque sus ojos ya escrutaban demasiado al detalle al otro varón. Así, se fijaron en la muchacha. -Dayanna, cielo... ¿Acaso este caballero te ha hecho algo que haga que sea necesario desnudar el acero?

<Dieter_Sword> (Suspira, tedioso. Los sermones de la florista siempre le han producido ese efecto) Mi querida Dayanna, a mi los clanes me importan menos de lo que crees, y no presumo de sómbolo alguno. Deberías informarte más. Los Escorpiones procuran por el reino tanto como los del Martillo. La única diferencia estriba en que no admiten a los débiles en la cúpula ejecutiva. En los que deben proteger al pueblo. Así que no tergiverses las cosas. Esa es tu magia**

<Dieter_Sword> la del engaño?... Pero como digo, no he venido a hablar de esto....(Se calla cuando escucha las palabras del desconocido, y le mira ahora a él, largamente) Señor, me llamo Dieter Sword. Pensad en lo que signifca este nombre, y seguro que deseareis que vuestra espada se quede donde está. No he venido buscando pelea. Sólo quiero ue me digas, Dayanna, donde está Juan Diego. Y por favor, ahórrate mentir. Sé que aceptó estar con vosotros por dinero.

* Dayanna lo pasaba realmente mal ante los enfrentamientos dialécticos con Dieter_Sword. Era como un pequeño cachorro tiritando y sin palabras ni argumentos. Traga saliva y mira de reojo a Esthia: Nada que sea grave, o por lo menos nada que me importe - respondió al soldado ante su pregunta. Si Esthia supiera que el suizo la luna pasada le había puesto su acero sobre el cuello, probablemente un enfrentamiento llegaría. Pero ella no quiere eso. ***

<Dayanna> ***Obviamente las palabras estaban dejando ver claro que algo había en eso referido a los clanes, y por lo visto, Esthia no había mentido. Dayanna frunce el ceño: ¿Juan Dieguito? - hacía días que no le veía. Y qué tenía eso que ver con el Martillo? Claro, ella no sabía que al suizo le habían embaucado en el escorpión hablándole de que el español formaba parte de su clan - Veo que lo confundes todo, suizo. Me da igual que pongas***

<Dayanna> la mentira en mis palabras, o que te mofes de la magia que yo admiro. Realmente... - traga saliva y suelta, no sin miedo - No eres nada ni nadie para mi

* Esthia arqueó la ceja. Sí, le sonaba el nombre, pero vamos, que no le daba miedo. Tal vez porque tenía su pequeño as en la manga. Aun así, no deseaba entrar en batalla. Por Dayanna. No quería asustarla si se veía obligado a revelar lo que era en realidad. Y estaba seguro de que así sería, pues el suizo tenía mejor manejo de la espada que él, sin lugar a dudas. Él era más de cuerpo a cuerpo.

<Esthia>-Esthia Vikórida, un placer. -Dijo alegremente, cambiando su gesto por una sonrisa, como si el nombre revelado no le dijese nada en absoluto. Prefería dejarle pensar que su ventaja era mayor que la real. Prefería ser "el soldado amable". -Así que busca usted al señor Alegre. ¿Son amigos? -se hacía el tonto, sí. Como si no se notase para qué lo buscaba. -¿Ha mirado en el Flor de Lis?

<Dieter_Sword> (Escucha a ambos. Mira primero al cielo, luego al suelo. SIgno inequívoco de que está perdiendo la paciencia. No es hombre de muchas palabras. Nunca lo fue, ni de pequeño. Reservado, metódico y letal. Siempre consideró que el que mucho hablaba, poco aprendía. studia por unos momentos al llamado Esthia. Y lo calibra como enemigo potencial, en el acto. Sonreía sin motivo, eso significaba que estaba tranquilo. Lo cual le delataba como un luchador.***

<Dieter_Sword> (Memoriza el nombre: Esthia Vikórida. Y respondía con preguntas. No le gustaba. Denotaba inteligencia. Carraspea un poco, mirando de nuevo a Dayanna) Y bien? No me has respondido, Juan Diego. Sé que os veis a menudo. Sé que está en vuestro clan. Quizás eeres tan simple que eres la única que no lo sabe. SI es así, dímelo, y me iré sin perder el tiempo.

* Dayanna da un paso hacia atrás, dejando que Esthia quede interpuesto entre el suizo y ella. Acto reflejo, para sentirse amparada por el soldado. Siente que la protege. Dieter_Sword dirige de nuevo sus preguntas a ella. ¿Por qué? Porque es la debil. Pero ahora el Soldado estaba allí: ¿Acaso no has oido a Esthia? Busca en los Bajos Fondos y no nos hagas perder el tiempo a los demása. No, no lo sé - frunce el ceño y aprieta los labios con rabia.***

<Dayanna>*** ¿Simple?*** Piensa. Bueno, Dayanna, déjalo pasar. El suizo siempre la menospreciaba

* Esthia echó la mano izquierda hacia atrás, hasta tocar a Dayanna, sin fijarse donde ponía su mano, esperaba que en el brazo. Quería reconfortarla. Sus palabras, se dirigieron al suizo, igual que sus ojos, fijos en los de él. Midiéndose. -La señorita Dayanna nunca ha sido una mentirosa. Haga el favor de no ponerla en entredicho en mi presencia. El señor Alegre estará seguramente remojando el gaznate en alguna taberna. -hubiese (...)

<Esthia>añadido una barbaridad relativa a sus genitales, pero por respeto a Dayanna, se contuvo. -Tiene muchas en las que mirar. Allí seguramente encontrará mejores referencias que asustando a mujeres. -una manera velada de llamarle cobarde.

<Dieter_Sword> (Sus ojos destellean ante las últimas palabras del soldado. Cabila unos instantes. Para él, esto siempre había sido un negocio. Mataba por dinero. Y aquí no lo había. de todas formas, ni siquiera se dedicaba a ello ya. Hacía mucho que había aprendido a ignorar las barvuconadas, e insultos. El sólo tenía un objetivo, y era Juan Diego. Pero eso no significaba que aquel petimetre uniformadono necesitara una lección) Está bien, no creo que Dayanna***

<Dieter_Sword> mienta. Y no te averguences, Dayanna, a pesar de que necesites esconderte tras alguien (la ve de refilón, medio cuerpo de ella asoma tras Esthia) He visto hombres que también lo hacían. Eres el eslabón débil. Y eso debilita al grupo. Es lo que nunca habeis entendido. Esthia es un luchador fuerte. Pero tu debilidad le hace débil a él. Me explico (en un movimiento rápido, saca una de sus dos pistolas. Debe haber una distancia de 5 metros. Apunta***

<Dieter_Sword> directamente a la parte visibre de Dayanna, tras el soldado, pues medio torso, así como media cabeza de ella, quedan a la vista). Soy tan buen tirador como esgrimista...(el sonoro "click" metálico denota que acaba de montar el arma). Voy a disparar a Dayanna, el eslabón débil. Qué hará el eslabón fuerte, Esthia? ..Me temo que ahora mismo no sólo estoy asuatando a la mujer, verdad, Señor?

* Dayanna suelta un gemido sobrecogida al ver el arma del suizo apuntándola. Era la segunda vez en menos de dos lunas que el suizo la amenazaba. En ese momento su cuerpo tirita de miedo, ella no está acostumbrada a enfrentarse a esas situaciones. No conoce las armas de fuego, no son muy usuales en Camelot, son objetos de lares muy lejanos. Dayanna se abalanza en un impulso insintivo colocando las palmas de su mano contra la espalda de Esthia. ***

<Dayanna>*** Su mayor esfuerzo ahora era el de contener las lágrimas. El eslabón débil, el lastre... y sí, ahora no era capaz de salir de detrás de Esthia, que ni si quiera sabía qué era el Martillo, pero ahora la defendía. Ahí residía la diferencia básica entre el Escorpión y El Martillo, alguien como Dayanna, para los primeros era alguien débil y un lastre; para los segundos ella era alguien digno de tener en el Clan. Pero en ese momento, Dayanna era débil, no sabía qué hacer. Mira a Dieter_Sword tras Esthia. No le salen las palabras. Tiene miedo

* Esthia se sorprendió. No contaba con armas para atacar a distancia. En eso NO era bueno. No podía vencer a un enemigo que no podía tocar. Pero conocía aquellas armas. Podría acercarse, si el disparo no daba en ningún punto demasiado vital, podría soportar el dolor y enfrentarse a golpes. Ahí ganaría él, seguro, mientras no le dejase sacar el filo. Pero no podía arriesgarse. Para sobrevivir tendría que cambiar y no podía permitirse eso. (...)

<Esthia> No con Dayanna allí. Necesitaba guardar ese secreto.-Tal vez esté equivocado, señor. Dayanna no es el eslabón más débil. Puede que no le iguale en fuerza o destreza con la espada, pero sin duda tiene otras habilidades -no se le ocurría ninguna en ese momento, vale, pero se suponía que era un caballero ayudando a una dama en apuros, ¿no? aggg, qué complicado era todo esto. Mujeres. Por eso no le gustaban, lo complicaban todo. (...)

<Esthia>Se movió, para que su cuerpo quedase completamente delante del de la muchacha. Él podría, por su propia naturaleza, sobrevivir con mayor facilidad. -A diferencia de lo que piensa usted, la "debilidad" de Dayanna potencia mi fortaleza. Será el afán por defenderla lo que me haga no desfallecer, aunque sea mejor que yo con el acero.

<Dieter_Sword> (Asiente con la cabeza) Vuestro gesto os honra, señor.... Veis Dayanna? Sé que me ois, escondida tras las anchas espaldas del soldado. Eslabón débil, eslabón fuerte. El Sr. Esthia hubiese tenido alguna otra opción de no haber estado tú. Pero estás, y le has vuelto débil "Dieter, esto no es necesario"... Bueno, acabemos ya con esta broma. Mi querida Dayanna, jamás te habría disparado. Eres una mujer, y vas desarmada (sus ojos grises se clavan en ***

<Dieter_Sword> los de Esthia. Un destello frío. Y el soldado sabe lo que va a pasar a continuación) AUnque el Sr. Esthia, ni es una mujer, ni va desarmado... (en un segundo, el cañón del arma baja y enfoca la pierna del soldado. Luego, un estruendoso BANG! llena el espacio. La bala penetra cerca de la rodilla del uniformado defensor)... Eslabón débil, eslabón fuerte....

* Dayanna estaba llorando en silencio con un par de lágrimas resbalando por su mejilla antes de que el estruendoso BANG la sacara de sus pensamientos: "eslabón débil.. ¿para qué me iba a querer nadie a mi en su Hermandad o lucha? El suizo tiene razón, no entiendo por qué Io- se dirigió a mi en su carta". Las lágrimas caían por sus mejillas avergonzada y con miedo.. entonces BANG!! Ese fue el primer disparo que Dayanna veía u oía en su vida***

* Dayanna se sobresalta dando un respingo para atrás. Ella no sabe cómo funcionan las armas de fuego, pero su corazón late con rapidez y fuerza tras el estruendo. Sus ojos abiertos como platos miran a Dieter_Sword, de aquella arma sale humo. Mira a Esthia. No sabe qué pasa. ¿Ha gritado? Sí, había gritado. Se lleva las manos a la boca, horrorizada

* Esthia no se apartó. Podría haberlo hecho en el momento en que vio bajar el arma del suizo, pero eso implicaría dejar a Dayanna al descubierto. Podría haberla empujado, pero eso no le garantizaba apartarla de la trayectoria de un segundo proyectil. No. Había que aguantar. Su cerebro se lo dijo en apenas un instante. Instinto. El dolor punzante, el calor, el olor a sangre. Dobló la rodilla y cayó al suelo, apretándose con ambas(...)

<Esthia> manos la herida. Se mordió la lengua para no gritar. Su rostro reflejaba el dolor. era un lobo, más fuerte, más resistente, pero no inmune. Se recuperaría, sí, pero cojearía al menos una semana. Maldito bastardo. Ojalá lo hubiese cogido a solas. Hubiese sabido muchas cosas de él. Y puede que no todas le hubiesen gustado. Levantó los ojos hacia el suizo. Serio. Quería que se fuese, porque si tenía que luchar, lucharía. Aun delante de Dayanna.

<Dieter_Sword> (Guarda el arma aún humeante. Observa el panorama. A Dayanna llorando aterrada, y al Paladín uniformado en el suelo, sujetándose la pierna inútil. No se regodea, ni se siente orgulloso de lo que ha hecho. El tal Esthia ha sido un tipo valiente, y le da mérito en silencio. Pero ésta no es una vida justa, él lo sabe bien. Y tiene que dejar claro quien es. El miedo lleva al respeto. Siempre. Ahora sabía que no se podía bromear ni pavonear delante ***

<Dieter_Sword> del suizo. Se acerca, un par de pasos. Tuerce el gesto, para verle allí tendido. A los dos) Sabed que Dieter Sword os ha perdonado la vida, sr. Esthia.... "Uno más que irá tras de tí, Dieter".... (mira a la florista) Dayanna, un placer como siempre, os daría un pañuelo, pero no soy el bueno en esta función (se encoge de hombros, suspira, y desaparece entre la maleza)

* Dayanna mira a Dieter_Sword con los ojos empapados en lágrimas y las manos tapando la boca. Al ver caer a Esthia rápido se echa de rodillas al suelo junto a él, posando su mano izquierda sobre la espalda del soldado, se inclina viendo su cara de dolor. Siente impotencia y rabia, desconsuelo. Su otra mano se ha posado sobre algo húmedo. La mira. ¿Sangre? De dónde. Busca la herida en Esthia. Ella no sabe qué es un arma de fuego ¿Cómo ha podido dañarle a distancia?? No se lo explica. Siente ansiedad, no soporta ver que Esthia está herido por haberla defendido. Sus lágrimas se multiplican - no.. - 6la voz es entrecortada. Alza la cabeza para mirar a Dieter_Sword cuando dice sus últimas palabras. Esos ojos fríos y grises, clavados sobre su llanto y sobre la sangre de Esthia. Dayanna lo mira con odio, pero no dice nada, le ve irse.

* Esthia se levantó. Con trabajo, pero lo hizo. Mantuvo la mirada en el punto por el que había desaparecido Dieter. "No, Dieter, no te confundas, soy yo el que acaba de perdonártela a ti. Si vieras lo que soy en realidad, no volverías a dormir tranquilo." Sonrió, a caballo entre la ironía y el dolor, pero sonrió. Su atención se centró ahora en Dayanna. -¿Estás bien? -la tela clara de su pantalón estaba teñida de carmín, pero no le echó cuenta.

* Dayanna mira a Esthia entre lágrimas. Parpadea, le parece ver una mueca de sonrisa en su rostro. Mira al frente a la maleza, hacia donde Dieter_Sword ha desaparecido, nerviosa, se reincorpora, mira de nuevo a Esthia. Ante su pregunta asiente. Le parece increíble que el soldado aguante tan estoico: estáis sangrando muchísimo... hay que ir a un sanador.. - le mira y posa la palma de su mano en su mejilla. Le ha salvado la vida. Por lo menos

* Esthia negó con la cabeza. Mentía, obviamente, pero no quería preocuparla. -Estoy bien, tranquila, no es más que un arañazo. -"Suerte que no ha tirado a matar, si no, le habría respondido. Pero no, no puedo dejar que Dayanna vea lo que soy. Es tan tierna, tan dulce... " mientras pensaba esto, su mano acarició la mejilla de la florista. "Si supiera la verdad no volvería a mirarme con esa sonrisa." -Será mejor que volvamos a la villa. Allí me cuentas qué es todo eso de las hermandades y por qué ese tipo busca a Juan Diego. Y no quiero medias tintas, princesa. He recibido un balazo por ti. Me merezco la verdad. ¿De acuerdo? -Y sonrió, como si nada hubiese pasado.

* Dayanna esbozó una sonrisa. Las comisuras de los labios le temblaban. Sentía algo de emoción y mucho cariño por Esthia. Tenía razón, se merecía la verdad. Suspiró. Ella estaba segura de que nadie mejor que él entendería el fondo de la Hermandad del Martillo. Te lo contaré todo, tienes mi palabra

****Narrador del Libro Verde de Camelot: Dayanna debió haber preguntado a Dhunna para tener el permiso de hablarle a Esthia de la hermandad. Al fin y al cabo, Io- había dejado la Voz a Dhunna, ella había de decidir. Pero la florista era impulsiva y entusiasta, y recordaba que en su día las flores Parlantes le habían abierto la entrada del Jardín al soldado. Además, le había salvado la vida. Era un hombre bueno, un hombre honrado. De camino ***

*** a la villa, por el Bosque, Dayanna fue contándole todo lo acontecido al caballero Esthia: la búsqueda de Io-, cómo hallaron la Torre del Recuerdo, el Libro Verde. Gesticulaba con una margarita en mano entusiasta de las Historias. Así fue como el Soldado Esthia, conoció secretos más allá de los suyos propios, y comenzó a entender lo que sucedía en Camelot***
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