El viejo muelle
2 participantes
Página 2 de 2. • 1, 2
Re: El viejo muelle
Desde luego que aquel muchacho estaba más loco que ella. Al agua había conseguido tirarla por una chiquillería de las suyas. ¿Qué podía hacer con él a esas alturas? Se supone que debería ser más responsable, actuar de una manera más adulta que para eso le sobrepasaba la edad. Peor, se comportaba como un niño. Cuando la situación precisaba de mentes ágiles y nervios templados.
Emergió, pasándose la mano por los ojos, donde la sal del mar le estaba irritando demasiado. Y esperó a que Jack emergiera también.
-¿Se puede saber qué te pasa? ¿Piensas que voy a deshacerme de un barco como ese por no poder tripularlo? ¿Acaso no puedo dejarte en cualquier playa y seguir camino sin necesidad de matarte? ¿Y cuándo vas a dejar de hacer cosas de crío?
Apretó los puños y con ellos golpeó el agua antes de buscar la escala que el señor Darin ya dejaba caer para que subieran. Había estado mirando la estela del ahora “Dama del Alba” pero sobre todo, el horizonte, donde una tormenta parecía que se avecinaba demasiado rápido y a contra mano. Eso podría dejarles lejos de su ruta , pero no podían acercarse a tierra a refugiarse en un puerto.
-¡Que yo no te he tirado a propósito!- espetó Jack siguiendo a Katy a bordo.
-Que estupidez pensar que así fuera ¿no?.
-Pues sí, solo quiero arreglar las cosas, no es difícil de entender.
-Pero no lo haces y cada vez lo lías más todo. ¿Acaso te has dado cuenta de que se aproxima una tormenta? Si no estuvieras enfrascado en tus ideas peregrinas, ya estarías preparando el barco para recibirla.
-Pues no, no me había dado cuenta. Pero ahora que lo sé, no dudes que lo prepararé.
-Escúchame, tienes razón en una cosa, si seguimos así no sacaremos nada en claro, y al final tu querido padre nos pasará a cuchillo por estúpidos. Si quieres que confíe en ti, deberías mostrar más responsabilidad. Y ahora ayuda a asegurar todo antes de que salga rodando por la borda.
Jack le hubiera dado un puñetazo de haber sido un hombre, pero se contuvo, algo que no sabría que Katy no hubiera hecho. La vio alejarse como quien ve un tonel calle abajo y después le dio una patada a un cubo que salió golpeteando la cubierta hasta alcanzar la popa. Algo que sin duda no gustó demasiado a un marinero que casi cae al cruzarse en su camino.
Por su parte, Katy llegó hasta el castillo y se cuidó de no dejar nada que pudiera romperse, fuera de algún lugar recogido. Después salió a cubierta y se situó justo donde estaba antes de que Jack la tirara al agua. Para ese entonces, las nubes habían ocupado gran parte del cielo más cercano y oscurecían la luz que hasta entonces había estado acompañándoles. Poco después el primer trueno se dejó caer como una visita poco agradable en un día de fiesta.
-No me gusta.
-No creo que le importe demasiado, me da que tiene pensado dejar caer el cielo hasta que nos aplaste como a cucarachas.
-¿Aguantará?
-¿Lo dudas?
Pero Katy siempre pensaba que cualquier tormenta terminaría con el Lost Soul bajo el agua y no mercenarios a cañonazos. Y es que su libro decía muchas cosas, pero nunca le llevaba la contraria, así que si Katy pensaba que una tormenta acabaría con su barco, en el libro no habría nada que dijese lo contrario. También era cierto que en cada tormenta decía lo mismo y nunca se habían hundido.
El agua comenzó a caer de forma curiosa, primero unos grandes goterones y después tras otro trueno y relámpago como si alguien hubiera dejado caer el gran cubo del cielo de una patada.
-Qué despropósito, se les va a acabar el agua en dos minutos si siguen tirándola así.
El señor Darin miró a Katy con una ceja alzada, como solía hacer ante aquellos comentarios de Katy, desde luego, había cosas en esa cabecita, epro no todas eran del agrado de nuestro señor Jesucristo. Luego se colocó el sombrero para que el agua no le cayera de lleno a los ojos.
-Tomaré el timón, confío en mis brazos más que en los de nadie más.
-Bien.
Jack se había situado en la entrada del castillo, mirando como los demás que estaban en cubierta que ningún rayo partiera un mástil o prendiera alguna vela. Esto último algo más difícil puesto que el agua apenas dejaba ver más allá de las propias narices. Así que poco podía saber de cómo andaría Peter en el “Dama del Alba” con Gunnar. Ahora podía entender la preocupación de Katy. Si algún rayo partía un mástil en aquel barco, solo dos hombres podrían intentar que no fueran a mayores los daños. Aquella revelación le sentó como una patada en plena cara, no era momento de dar la razón a nadie, la verdad que lo que necesitaba era que le diera la razón a él aunque no la tuviera. Pero ya no se podía hacer nada más que esperar a que la tormenta pasara. La tripulación se afanaba en recoger las velas a toda prisa, en no dejar suelto ningún elemento que supusiera un proyectil que acabara abriendo un boquete en alguna parte. Todos estaban es sus puestos, expectantes a lo que estaba ocurriendo.
Peter miraba a Gunnar que había tomado las riendas del barco y sostenía el timón firme. Mantendrían el barco en su rumbo, pero antes debían hacer una maniobra de precaución, alejarse del Lost Soul. LA posibilidad de que un brazo de mar les acercara hasta la ruta del barco de Katy y los hiciera chocar, no era tan descabellada. Las tormentas en esa época del año y en aquella zona, podían virar en contra de los intereses de uno.
-Que bien, vamos a tener de todo en este viaje. Deberían cobrarnos más por el pasaje.
-Cállate Peter, no es momento de bromas.
-Es posible, pero por si acaso, mejor reír que no llorar.
Las olas comenzaba a tomar altura cuanto más se adentraban en la zona de la tormenta y es que no podían hacer otra cosa más que seguir la corriente y no estar en contra de la fuerza del mar. Tanto el Dama del Alba como el Lost Soul, subían y bajaban a merced de unas olas que se veían negras y blancas a capricho de la iluminación de los rayos.
Emergió, pasándose la mano por los ojos, donde la sal del mar le estaba irritando demasiado. Y esperó a que Jack emergiera también.
-¿Se puede saber qué te pasa? ¿Piensas que voy a deshacerme de un barco como ese por no poder tripularlo? ¿Acaso no puedo dejarte en cualquier playa y seguir camino sin necesidad de matarte? ¿Y cuándo vas a dejar de hacer cosas de crío?
Apretó los puños y con ellos golpeó el agua antes de buscar la escala que el señor Darin ya dejaba caer para que subieran. Había estado mirando la estela del ahora “Dama del Alba” pero sobre todo, el horizonte, donde una tormenta parecía que se avecinaba demasiado rápido y a contra mano. Eso podría dejarles lejos de su ruta , pero no podían acercarse a tierra a refugiarse en un puerto.
-¡Que yo no te he tirado a propósito!- espetó Jack siguiendo a Katy a bordo.
-Que estupidez pensar que así fuera ¿no?.
-Pues sí, solo quiero arreglar las cosas, no es difícil de entender.
-Pero no lo haces y cada vez lo lías más todo. ¿Acaso te has dado cuenta de que se aproxima una tormenta? Si no estuvieras enfrascado en tus ideas peregrinas, ya estarías preparando el barco para recibirla.
-Pues no, no me había dado cuenta. Pero ahora que lo sé, no dudes que lo prepararé.
-Escúchame, tienes razón en una cosa, si seguimos así no sacaremos nada en claro, y al final tu querido padre nos pasará a cuchillo por estúpidos. Si quieres que confíe en ti, deberías mostrar más responsabilidad. Y ahora ayuda a asegurar todo antes de que salga rodando por la borda.
Jack le hubiera dado un puñetazo de haber sido un hombre, pero se contuvo, algo que no sabría que Katy no hubiera hecho. La vio alejarse como quien ve un tonel calle abajo y después le dio una patada a un cubo que salió golpeteando la cubierta hasta alcanzar la popa. Algo que sin duda no gustó demasiado a un marinero que casi cae al cruzarse en su camino.
Por su parte, Katy llegó hasta el castillo y se cuidó de no dejar nada que pudiera romperse, fuera de algún lugar recogido. Después salió a cubierta y se situó justo donde estaba antes de que Jack la tirara al agua. Para ese entonces, las nubes habían ocupado gran parte del cielo más cercano y oscurecían la luz que hasta entonces había estado acompañándoles. Poco después el primer trueno se dejó caer como una visita poco agradable en un día de fiesta.
-No me gusta.
-No creo que le importe demasiado, me da que tiene pensado dejar caer el cielo hasta que nos aplaste como a cucarachas.
-¿Aguantará?
-¿Lo dudas?
Pero Katy siempre pensaba que cualquier tormenta terminaría con el Lost Soul bajo el agua y no mercenarios a cañonazos. Y es que su libro decía muchas cosas, pero nunca le llevaba la contraria, así que si Katy pensaba que una tormenta acabaría con su barco, en el libro no habría nada que dijese lo contrario. También era cierto que en cada tormenta decía lo mismo y nunca se habían hundido.
El agua comenzó a caer de forma curiosa, primero unos grandes goterones y después tras otro trueno y relámpago como si alguien hubiera dejado caer el gran cubo del cielo de una patada.
-Qué despropósito, se les va a acabar el agua en dos minutos si siguen tirándola así.
El señor Darin miró a Katy con una ceja alzada, como solía hacer ante aquellos comentarios de Katy, desde luego, había cosas en esa cabecita, epro no todas eran del agrado de nuestro señor Jesucristo. Luego se colocó el sombrero para que el agua no le cayera de lleno a los ojos.
-Tomaré el timón, confío en mis brazos más que en los de nadie más.
-Bien.
Jack se había situado en la entrada del castillo, mirando como los demás que estaban en cubierta que ningún rayo partiera un mástil o prendiera alguna vela. Esto último algo más difícil puesto que el agua apenas dejaba ver más allá de las propias narices. Así que poco podía saber de cómo andaría Peter en el “Dama del Alba” con Gunnar. Ahora podía entender la preocupación de Katy. Si algún rayo partía un mástil en aquel barco, solo dos hombres podrían intentar que no fueran a mayores los daños. Aquella revelación le sentó como una patada en plena cara, no era momento de dar la razón a nadie, la verdad que lo que necesitaba era que le diera la razón a él aunque no la tuviera. Pero ya no se podía hacer nada más que esperar a que la tormenta pasara. La tripulación se afanaba en recoger las velas a toda prisa, en no dejar suelto ningún elemento que supusiera un proyectil que acabara abriendo un boquete en alguna parte. Todos estaban es sus puestos, expectantes a lo que estaba ocurriendo.
Peter miraba a Gunnar que había tomado las riendas del barco y sostenía el timón firme. Mantendrían el barco en su rumbo, pero antes debían hacer una maniobra de precaución, alejarse del Lost Soul. LA posibilidad de que un brazo de mar les acercara hasta la ruta del barco de Katy y los hiciera chocar, no era tan descabellada. Las tormentas en esa época del año y en aquella zona, podían virar en contra de los intereses de uno.
-Que bien, vamos a tener de todo en este viaje. Deberían cobrarnos más por el pasaje.
-Cállate Peter, no es momento de bromas.
-Es posible, pero por si acaso, mejor reír que no llorar.
Las olas comenzaba a tomar altura cuanto más se adentraban en la zona de la tormenta y es que no podían hacer otra cosa más que seguir la corriente y no estar en contra de la fuerza del mar. Tanto el Dama del Alba como el Lost Soul, subían y bajaban a merced de unas olas que se veían negras y blancas a capricho de la iluminación de los rayos.
Re: El viejo muelle
Las olas comenzaban a bailar al son de la música celestial que tocaban los truenos. Los rayos iluminaban el horizonte en medio de aquel espectáculo dantesco. Las gruesas gotas de agua inundaban la cubierta de los dos navíos y confluían en el mar en cascadas de agua que caían desde los costados del navío.
En el Lost Soul, el Sr.Darin estaba en el timón. Junto a él, Katy aguantaba agarrada a una gruesa soga vigilando el horizonte mientras el resto de marineros descansaban en la panza del navío. John estaba en su cocina preparando un buen guiso. Las cacerolas bailaban al son de la música del exterior, pero para John no había nada que le gustara mas que una buena tormenta. Silbaba divertido y lanzaba grandes carcajadas cuando algún golpe de mar hacía gemir el viejo cascaron:
-¡Mas fuerte! – gritaba - ¡golpea con mas fuerza!. – Y reía a pleno pulmón.
Jack mientras tanto estaba justo debajo del castillo de popa. Se agarraba a un grueso listón de madera junto a la puerta que daba al interior del navío. Su cuerpo empapado no se bamboleaba al compás de la tormenta. Gruesas gotas de agua empapaban su rostro mientras sus fieros ojos brillaban en la oscuridad. Observaba las hinchadas velas y los tensos cabos. No perdía detalle de los movimientos de los mástiles y de los diferentes bultos amarrados en cubierta. Una gran ola golpeo el lateral del barco y la blanca espuma inundo la cubierta. No pintaba bien aquella tormenta, y Jack no dejaba de pensar en Peter y Gunnar.
En “La dama del Alba”, las cosas se estaban complicando por momentos. Gunnar había amarrado una cuerda al timón para poder mantener el rumbo fijo y ayudar a Peter que trataba de recoger trapo. No podían quitar todas las velas, ya que necesitaban el impulso del viento para poder manejar el barco. Pero un exceso de velamen podía enviarlos al fondo del mar.
Peter no llevaba su pomposo sombrero y su blusa de algodón francesa descansaba en el camarote del capitán. Ahora lucía una ropa apropiada para el trabajo que estaba realizando, nada pomposa y sus manos no parecían las de un hombre de tan finos modales. Mientras su compañero Gunnar bramaba y blasfemaba por la mala suerte que les estaba ocurriendo con aquella tempestad, Peter reía y se acordaba de Katy. Si aquella jovencita le viera en aquél momento con aquellas pintas seguro que no le causaría ninguna buena impresión. Atusó su fino bigote y sonrió dejando ver sus blancos dientes antes de terminar de amarrar una cuerda.
El timón amarrado por la cuerda aguantaba y ellos casi habían terminado su trabajo en los mástiles. Peter grito con todas sus fuerzas a Gunnar:
-¿Cómo vas pequeñin?.-
-¡Ya casi lo tengo! – gritó Gunnar – ¡puedes empezar a bajar, nos vemos en el castillo de popa!
-¡Perfecto! ¡te espero abajo! ¡no tardes!.- Gritó Peter.
Gunnar asintió con la cabeza y apretó con fuerza los dientes. Peter mientras tanto se deslizó con suma facilidad hasta la cubierta. Justo en el momento que ponía el pie sobre ella, una inmensa ola barría la cubierta con toda su fuerza lanzándolo por el suelo. Sus manos trataban de buscar algo donde agarrarse mientras el agua lo llevaba peligrosamente. Sus dedos rascaban con fuerza y desesperación la cubierta tratando de frenar su loca caída, pero nada lo detenía y cuando parecía que su suerte estaba echada una gran mano lo sujeto con firmeza. El cuerpo de Peter colgaba por la borda y se golpeaba una y otra vez contra el costado del navío al ritmo de las olas. El aullido del viento silbaba con fuerza mientras el hombre se debatía entre la vida y la muerte. La cabeza de Gunnar apareció por la borda y le grito:
-¡Vamos maldita sea!, ¡deja de zarandearte como una ramera enseñando el genero y sube de una vez!.
Peter levantó la cabeza y vio el rostro poco agraciado de Gunnar. Pero en aquél preciso instante le pareció ver un ángel caído del cielo. Los dos hombres empezaron a luchar por conseguir el mismo objetivo, llevar los huesos de Peter a la cubierta.
Cuando por fin Peter llegó a la cubierta del barco trato de respirar aire copiosamente. Estaba de rodillas sobre la cubierta y apoyado con la cabeza sobre sus brazos cruzados. Gunnar lo agarro por el pescuezo y lo puso en pie:
-Venga pequeño, levántate que tenemos mucho trabajo por delante.-
Luego de ponerlo en pie le dio una palmada en la espalda y se dirigió tambaleándose hacia el timón que los esperaba en el castillo de popa. Peter sonrió mientras observaba al grandullón y siguió sus pasos con su picara sonrisa nuevamente dibujada en su rostro.
La tormenta no había hecho otra cosa que empezar, pero los dos barcos estaban preparados para hacerla frente sin ningún problema.
Gunnar tomó el timón entre sus poderosas garras y Peter se subió de un salto a la baranda que precedía a Gunnar. Con sus manos se asió a un par de cuerdas tensas que pasaban a su lado y comenzó a observar el horizonte buscando en la oscuridad la estela del Lost Soul.
Mientras en el Lost Soul las cosas discurrían sin mucha novedad. Katy estaba muy atenta mientras Darin sujetaba con fuerza el timón. No podía fallarle a Katy, pese a que ya no era el hombre fuerte de años atrás.
Jack, después de asegurarse que todo estaba en su sitio decidió subir a ver como se las apañaban Katy y el viejo. La muchacha ni tan siquiera lo miró al verle aparecer en el castillo de popa, pero Darin gruño algo. Jack se acercó a ellos dando tumbos y cuando estaba junto al Sr.Darin le dijo:
-¿Quiere que yo me ocupe del timón?.
-¡Maldito seas Jack! ¿acaso crees que soy un viejo inútil?.
-No, no he dicho eso, pero esto no durara poco y deberíamos relevarnos.
-¡Fuera de mi vista muchacho si no quieres que te saque el corazón y me lo coma aun caliente!.- Rugió el viejo.
Katy no les prestaba atención a lo que les decía, sus ojos estaban clavados en una gigantesca ola que los iba a envestir. Justo tubo el tiempo de gritarles:
-¡Agarraros!.
En ese preciso instante, una ola les golpeaba desde estribor con todas sus fuerzas. Las manos del Sr.Darin se soltaron del timón y este empezó a girar enloquecido. El barco dio un brusco giro y Katy salió volando hacia la izquierda, pero sus manos sujetaban con fuerza el cabo y con un rápido giro volvió a quedar de pies sobre la barandilla. Levanto la vista mientras sus cabellos empapados se arremolinaban en su rostro buscando a sus dos compañeros. El Sr.Darin no estaba en el timón y Jack tampoco. Los busco con desesperación y respiró aliviada al verlos agarrados junto a la borda de popa. El Sr.Darin estaba encogido mientras Jack lo sujetaba con fuerza:
-¡Ayudame Katy! ¡el Sr. Darin esta mal herido!.
Katy salto y lanzándose por el suelo llego hasta ellos. El barco había perdido el rumbo y el timón giraba con fuerza y sin control:
-¿Qué a pasado?.- Gritó la joven.
-La ola lo arrastró. – Respondió Jack – Ayúdame a llevarlo a su camarote.
-Jack, no podemos abandonar el timón, la siguiente ola nos hundirá.- Respondió Katy.
Jack levantó la vista y sin mirar atrás se lanzó decidido hasta el timón. Sabía que si metía la mano para pararlo, podría romperle con suma facilidad los huesos, pero tenía que enderezar el barco cuanto antes:
-¡Sal de aquí Katy! ¡llévatelo a dentro!.- Gritó.
-¡No puedo dejarte aquí a ti solo!.
-¡Maldita sea Katy! ¡confía en mi al menos esta vez!.
Jack observaba el timón y esperaba el momento apropiado para agarrarlo. Katy resoplaba mientras el agua salada caía por su cara y llegaba hasta su paladar. El gemido de dolor del Sr.Darin terminó por sacarla de dudas, lo sujeto por el brazo y lo puso en pie, luego los dos desaparecieron por la escalera que les llevaba a la cubierta.
Jack tomó aire y con un rápido y contundente movimiento metió la mano en el timón y lo aferro con todas sus fuerzas. El impacto en sus manos fue terrible. Un chasquido y un terrible dolor recorrió el cuerpo de Jack, pero sus manos habían detenido el timón. Ahora él gobernaba el barco. Levantó la vista y vio como otra gran ola se aproximaba a ellos. Debía enderezar el barco y aguantar con todas sus fuerzas. Sus manos se movieron con destreza y el impacto de la nueva ola no fue tan brusco como el anterior. El barco estaba a salvo de momento.
No tardó mucho en aparecer John en el castillo de popa:
-¿Estas bien Jack?.- Preguntó el viejo lobo de mar.
-No te preocupes por mi, estoy bien. ¿Cómo están Katy y el Sr.Darin?.
John tomó el puesto de Katy para vigilar el horizonte por si aparecía algún problema y le respondió mientras tanto:
-La joven está perfectamente, el viejo esta algo magullado, pero aguantara.
-Bien, ahora llevemos este cascaron a buen puerto camarada.- Respondió Jack aliviado.
John rompió a reír y sus pulmones tomaron todo el aire que pudieron. Aquello le encantaba, las tormentas eran su alimento y aquella lo saciaría por un tiempo.
No tardó mucho en aparecer Katy. Justo el tiempo que le fue necesario para asegurarse de que el Sr.Darin quedaba en buenas manos. Era una lastima que Peter no pudiera cuidarle, pero ahora tenían otros quebraderos de cabeza. Al llegar al castillo de popa pudo observar a John reír a carcajadas mientras gritaba a la tormenta y vio a Jack manejando con determinación el timón. Aquellos dos hombres, aunque no le gustaban, les habían salvado. Cuando llego junto a John le dijo:
-Ve a descansar dentro John, ahora yo me ocupare de la vigilancia.
El viejo marino no estaba cansado. Mas bien estaba disfrutando como un niño, pero al ver los ojos de la joven comprendió que su momento había terminado y que debía dejarles a los dos al mando del barco. Asintió con la cabeza y les dijo:
-¡Cuando terminéis tendréis doble ración del famoso guiso de “Barbacoa”!.- Luego se le escapó una sonora carcajada y desapareció de la vista de ellos.
Katy miró a Jack, esté cruzó la mirada con la muchacha durante unos instantes y continuó con su tarea.
La noche y la tormenta habían sido interminables para todos. Katy a duras penas se sujetaba de pie, pero no había abandonado su puesto en toda la noche. Jack sujetaba el timón con fuerza. Las olas habían amainado y ahora cualquier marinero podía llevar el barco sin problemas. Katy se giró hacia él y le dijo:
-Deberías ir a descansar Jack.
-No te preocupes por mi Katy, ve tu y manda a John que suba. Asegúrate que el Sr.Darin esta bien y vete a dormir. Nosotros nos ocuparemos de los desperfectos.
-Olvidas que es mi barco Jack.- Respondió un poco enojada.
-No lo olvido, pero tu tripulación te necesita descansada, así que por una vez da tu brazo a torcer.
La verdad es que estaba agotada, su corazón quería seguir pero sus piernas le fallaban:
-Está bien Jack, voy a ver como esta el Sr.Darin y te mandare a varios hombres.
Dicho esto comenzó a bajar por la escalera y desapareció de la vista de Jack.
Poco después aparecieron John y varios hombres. Uno tomó el timón mientras John y Jack oteaban el horizonte buscando pistas de “La dama del Alba”:
-¿Crees que estarán bien John?.- Le preguntó Jack al viejo cocinero mientras ocultaba con la manga de su chaleco mojado el golpe que le había dado el timón en su antebrazo.
-No te preocupes jovencito, aun no a nacido la tormenta que pueda con Gunnar y Peter.- Respondió sonriendo el viejo lobo de mar.
Los dos hombres buscan una vela en el horizonte, pero cuando parecía que no había rastro ninguno de sus compañeros dijo John:
-¡Allí están Jack! ¡a unas 10 millas a estribor!.
El viejo pirata con pata de palo señalaba con su dedo en una dirección. Si, tenía razón, allí, a lo lejos se podía ver la estela de “La dama del Alba”. Y les estaban haciendo señales con una luz para que se aproximaran.
Después de todo, habían salido sin muchos rasguños de aquel chapuzón.
En el Lost Soul, el Sr.Darin estaba en el timón. Junto a él, Katy aguantaba agarrada a una gruesa soga vigilando el horizonte mientras el resto de marineros descansaban en la panza del navío. John estaba en su cocina preparando un buen guiso. Las cacerolas bailaban al son de la música del exterior, pero para John no había nada que le gustara mas que una buena tormenta. Silbaba divertido y lanzaba grandes carcajadas cuando algún golpe de mar hacía gemir el viejo cascaron:
-¡Mas fuerte! – gritaba - ¡golpea con mas fuerza!. – Y reía a pleno pulmón.
Jack mientras tanto estaba justo debajo del castillo de popa. Se agarraba a un grueso listón de madera junto a la puerta que daba al interior del navío. Su cuerpo empapado no se bamboleaba al compás de la tormenta. Gruesas gotas de agua empapaban su rostro mientras sus fieros ojos brillaban en la oscuridad. Observaba las hinchadas velas y los tensos cabos. No perdía detalle de los movimientos de los mástiles y de los diferentes bultos amarrados en cubierta. Una gran ola golpeo el lateral del barco y la blanca espuma inundo la cubierta. No pintaba bien aquella tormenta, y Jack no dejaba de pensar en Peter y Gunnar.
En “La dama del Alba”, las cosas se estaban complicando por momentos. Gunnar había amarrado una cuerda al timón para poder mantener el rumbo fijo y ayudar a Peter que trataba de recoger trapo. No podían quitar todas las velas, ya que necesitaban el impulso del viento para poder manejar el barco. Pero un exceso de velamen podía enviarlos al fondo del mar.
Peter no llevaba su pomposo sombrero y su blusa de algodón francesa descansaba en el camarote del capitán. Ahora lucía una ropa apropiada para el trabajo que estaba realizando, nada pomposa y sus manos no parecían las de un hombre de tan finos modales. Mientras su compañero Gunnar bramaba y blasfemaba por la mala suerte que les estaba ocurriendo con aquella tempestad, Peter reía y se acordaba de Katy. Si aquella jovencita le viera en aquél momento con aquellas pintas seguro que no le causaría ninguna buena impresión. Atusó su fino bigote y sonrió dejando ver sus blancos dientes antes de terminar de amarrar una cuerda.
El timón amarrado por la cuerda aguantaba y ellos casi habían terminado su trabajo en los mástiles. Peter grito con todas sus fuerzas a Gunnar:
-¿Cómo vas pequeñin?.-
-¡Ya casi lo tengo! – gritó Gunnar – ¡puedes empezar a bajar, nos vemos en el castillo de popa!
-¡Perfecto! ¡te espero abajo! ¡no tardes!.- Gritó Peter.
Gunnar asintió con la cabeza y apretó con fuerza los dientes. Peter mientras tanto se deslizó con suma facilidad hasta la cubierta. Justo en el momento que ponía el pie sobre ella, una inmensa ola barría la cubierta con toda su fuerza lanzándolo por el suelo. Sus manos trataban de buscar algo donde agarrarse mientras el agua lo llevaba peligrosamente. Sus dedos rascaban con fuerza y desesperación la cubierta tratando de frenar su loca caída, pero nada lo detenía y cuando parecía que su suerte estaba echada una gran mano lo sujeto con firmeza. El cuerpo de Peter colgaba por la borda y se golpeaba una y otra vez contra el costado del navío al ritmo de las olas. El aullido del viento silbaba con fuerza mientras el hombre se debatía entre la vida y la muerte. La cabeza de Gunnar apareció por la borda y le grito:
-¡Vamos maldita sea!, ¡deja de zarandearte como una ramera enseñando el genero y sube de una vez!.
Peter levantó la cabeza y vio el rostro poco agraciado de Gunnar. Pero en aquél preciso instante le pareció ver un ángel caído del cielo. Los dos hombres empezaron a luchar por conseguir el mismo objetivo, llevar los huesos de Peter a la cubierta.
Cuando por fin Peter llegó a la cubierta del barco trato de respirar aire copiosamente. Estaba de rodillas sobre la cubierta y apoyado con la cabeza sobre sus brazos cruzados. Gunnar lo agarro por el pescuezo y lo puso en pie:
-Venga pequeño, levántate que tenemos mucho trabajo por delante.-
Luego de ponerlo en pie le dio una palmada en la espalda y se dirigió tambaleándose hacia el timón que los esperaba en el castillo de popa. Peter sonrió mientras observaba al grandullón y siguió sus pasos con su picara sonrisa nuevamente dibujada en su rostro.
La tormenta no había hecho otra cosa que empezar, pero los dos barcos estaban preparados para hacerla frente sin ningún problema.
Gunnar tomó el timón entre sus poderosas garras y Peter se subió de un salto a la baranda que precedía a Gunnar. Con sus manos se asió a un par de cuerdas tensas que pasaban a su lado y comenzó a observar el horizonte buscando en la oscuridad la estela del Lost Soul.
Mientras en el Lost Soul las cosas discurrían sin mucha novedad. Katy estaba muy atenta mientras Darin sujetaba con fuerza el timón. No podía fallarle a Katy, pese a que ya no era el hombre fuerte de años atrás.
Jack, después de asegurarse que todo estaba en su sitio decidió subir a ver como se las apañaban Katy y el viejo. La muchacha ni tan siquiera lo miró al verle aparecer en el castillo de popa, pero Darin gruño algo. Jack se acercó a ellos dando tumbos y cuando estaba junto al Sr.Darin le dijo:
-¿Quiere que yo me ocupe del timón?.
-¡Maldito seas Jack! ¿acaso crees que soy un viejo inútil?.
-No, no he dicho eso, pero esto no durara poco y deberíamos relevarnos.
-¡Fuera de mi vista muchacho si no quieres que te saque el corazón y me lo coma aun caliente!.- Rugió el viejo.
Katy no les prestaba atención a lo que les decía, sus ojos estaban clavados en una gigantesca ola que los iba a envestir. Justo tubo el tiempo de gritarles:
-¡Agarraros!.
En ese preciso instante, una ola les golpeaba desde estribor con todas sus fuerzas. Las manos del Sr.Darin se soltaron del timón y este empezó a girar enloquecido. El barco dio un brusco giro y Katy salió volando hacia la izquierda, pero sus manos sujetaban con fuerza el cabo y con un rápido giro volvió a quedar de pies sobre la barandilla. Levanto la vista mientras sus cabellos empapados se arremolinaban en su rostro buscando a sus dos compañeros. El Sr.Darin no estaba en el timón y Jack tampoco. Los busco con desesperación y respiró aliviada al verlos agarrados junto a la borda de popa. El Sr.Darin estaba encogido mientras Jack lo sujetaba con fuerza:
-¡Ayudame Katy! ¡el Sr. Darin esta mal herido!.
Katy salto y lanzándose por el suelo llego hasta ellos. El barco había perdido el rumbo y el timón giraba con fuerza y sin control:
-¿Qué a pasado?.- Gritó la joven.
-La ola lo arrastró. – Respondió Jack – Ayúdame a llevarlo a su camarote.
-Jack, no podemos abandonar el timón, la siguiente ola nos hundirá.- Respondió Katy.
Jack levantó la vista y sin mirar atrás se lanzó decidido hasta el timón. Sabía que si metía la mano para pararlo, podría romperle con suma facilidad los huesos, pero tenía que enderezar el barco cuanto antes:
-¡Sal de aquí Katy! ¡llévatelo a dentro!.- Gritó.
-¡No puedo dejarte aquí a ti solo!.
-¡Maldita sea Katy! ¡confía en mi al menos esta vez!.
Jack observaba el timón y esperaba el momento apropiado para agarrarlo. Katy resoplaba mientras el agua salada caía por su cara y llegaba hasta su paladar. El gemido de dolor del Sr.Darin terminó por sacarla de dudas, lo sujeto por el brazo y lo puso en pie, luego los dos desaparecieron por la escalera que les llevaba a la cubierta.
Jack tomó aire y con un rápido y contundente movimiento metió la mano en el timón y lo aferro con todas sus fuerzas. El impacto en sus manos fue terrible. Un chasquido y un terrible dolor recorrió el cuerpo de Jack, pero sus manos habían detenido el timón. Ahora él gobernaba el barco. Levantó la vista y vio como otra gran ola se aproximaba a ellos. Debía enderezar el barco y aguantar con todas sus fuerzas. Sus manos se movieron con destreza y el impacto de la nueva ola no fue tan brusco como el anterior. El barco estaba a salvo de momento.
No tardó mucho en aparecer John en el castillo de popa:
-¿Estas bien Jack?.- Preguntó el viejo lobo de mar.
-No te preocupes por mi, estoy bien. ¿Cómo están Katy y el Sr.Darin?.
John tomó el puesto de Katy para vigilar el horizonte por si aparecía algún problema y le respondió mientras tanto:
-La joven está perfectamente, el viejo esta algo magullado, pero aguantara.
-Bien, ahora llevemos este cascaron a buen puerto camarada.- Respondió Jack aliviado.
John rompió a reír y sus pulmones tomaron todo el aire que pudieron. Aquello le encantaba, las tormentas eran su alimento y aquella lo saciaría por un tiempo.
No tardó mucho en aparecer Katy. Justo el tiempo que le fue necesario para asegurarse de que el Sr.Darin quedaba en buenas manos. Era una lastima que Peter no pudiera cuidarle, pero ahora tenían otros quebraderos de cabeza. Al llegar al castillo de popa pudo observar a John reír a carcajadas mientras gritaba a la tormenta y vio a Jack manejando con determinación el timón. Aquellos dos hombres, aunque no le gustaban, les habían salvado. Cuando llego junto a John le dijo:
-Ve a descansar dentro John, ahora yo me ocupare de la vigilancia.
El viejo marino no estaba cansado. Mas bien estaba disfrutando como un niño, pero al ver los ojos de la joven comprendió que su momento había terminado y que debía dejarles a los dos al mando del barco. Asintió con la cabeza y les dijo:
-¡Cuando terminéis tendréis doble ración del famoso guiso de “Barbacoa”!.- Luego se le escapó una sonora carcajada y desapareció de la vista de ellos.
Katy miró a Jack, esté cruzó la mirada con la muchacha durante unos instantes y continuó con su tarea.
La noche y la tormenta habían sido interminables para todos. Katy a duras penas se sujetaba de pie, pero no había abandonado su puesto en toda la noche. Jack sujetaba el timón con fuerza. Las olas habían amainado y ahora cualquier marinero podía llevar el barco sin problemas. Katy se giró hacia él y le dijo:
-Deberías ir a descansar Jack.
-No te preocupes por mi Katy, ve tu y manda a John que suba. Asegúrate que el Sr.Darin esta bien y vete a dormir. Nosotros nos ocuparemos de los desperfectos.
-Olvidas que es mi barco Jack.- Respondió un poco enojada.
-No lo olvido, pero tu tripulación te necesita descansada, así que por una vez da tu brazo a torcer.
La verdad es que estaba agotada, su corazón quería seguir pero sus piernas le fallaban:
-Está bien Jack, voy a ver como esta el Sr.Darin y te mandare a varios hombres.
Dicho esto comenzó a bajar por la escalera y desapareció de la vista de Jack.
Poco después aparecieron John y varios hombres. Uno tomó el timón mientras John y Jack oteaban el horizonte buscando pistas de “La dama del Alba”:
-¿Crees que estarán bien John?.- Le preguntó Jack al viejo cocinero mientras ocultaba con la manga de su chaleco mojado el golpe que le había dado el timón en su antebrazo.
-No te preocupes jovencito, aun no a nacido la tormenta que pueda con Gunnar y Peter.- Respondió sonriendo el viejo lobo de mar.
Los dos hombres buscan una vela en el horizonte, pero cuando parecía que no había rastro ninguno de sus compañeros dijo John:
-¡Allí están Jack! ¡a unas 10 millas a estribor!.
El viejo pirata con pata de palo señalaba con su dedo en una dirección. Si, tenía razón, allí, a lo lejos se podía ver la estela de “La dama del Alba”. Y les estaban haciendo señales con una luz para que se aproximaran.
Después de todo, habían salido sin muchos rasguños de aquel chapuzón.
El_Mercenario- Caballero
- Cantidad de envíos : 56
Fecha de inscripción : 30/07/2010
Re: El viejo muelle
Se tumbó en el camastro con la mirada fija en el techo. ¿Qué habría sido de Peter? Bueno de él y de Gunnar. ¿Cómo habría quedado el “Dama del Alba”? ¿El señor Darin se recuperaría pronto? Eran muchas preguntas para poder conciliar el sueño, aunque en un momento dado cerró los ojos y soñó con Peter y el “Dama del Alba” algo que no recordó después. Ni siguiera se dio cuenta de haber cerrado los ojos más tiempo de un par de segundos.
De un salto se levantó de la cama y se lavó los ojos para despejarse. Olía a sal, pero no podía perder el tiempo en un baño ahora mismo, primero tenía que ver cómo había resultado su encuentro con la tormenta y si el “Dama del Alba” seguía con ellos. Pasó al camarote del Señor Darin y se sentó junto al viejo.
-Te mediste el lomo ¿eh? Sí que lo hiciste, si
-Y que lo digas, contra todo el maderamen, pero no te preocupes, estoy bien.
-¿Quién te dijo que estoy preocupada?
El viejo negó sonriendo y le alborotó un poco el flequillo antes de estirarse con algo de dolor.-¿Y el otro barco?
-No lo sé. Ahora iba a ver si lo tenemos cerca, si sigue de una pieza o si contamos con dos menos y un barco en el fondo del mar.
-Eso está bien, pues venga, ve a lo que tienes que hacer y deja a este viejo que descanse.
-Sí , pero no tardes en descansar, te quiero conmigo.
En la cubierta, Jack estaba mirando a estribor, donde se encontraba el “Dama del Alba” sin desperfectos aparentes. Katy hizo un gesto con la cabeza para saludar y se agarró a una cuerda para comenzar “el abordaje” y comprobar el estado de Peter y Gunnar.
-Bien, ve tu primero, si…
John se tapó la boca para apagar una risita ante el comentario desvaído de Jack. –Tiene prisa.
Jack le miró con esa cara que suele decir ¿Si, no me digas, y tu no tenías nada que hacer?. Siguió a Katy que ya estaba hablando con sus dos compañeros.
-Hombre, gracias por preguntar por mí.
-¿Por usted, Señor Nolan? Ni lo sueñe. Prefiero preocuparme por el barco. Por cierto su indumentaria parece que ha bajado de nivel ¿no?.
Iba a decir algo, pero Jack se aproximó y le miró el costado
-No es nada, solo quería ver si unas manos finas me querían curar.
-JA,JA,JA.-dijo Katy apoyando su argumento con aspavientos de las manos. Después se alejó para inspeccionar.
-¡Ya lo he mirado yo!
-¡¡¡Qué alivio…!!!
-Mujeres… ¿y tú? te tapas el brazo.
-Si bueno, me he llevado un buen golpe, no creo que esté roto pero desde luego me acordaré de quien inventó el timón un buen tiempo. ¿Hay algo que reparar?
-Nada que Gunnar y yo no podamos hacer. ¿El Lost está bien?
-Sí, no te preocupes, pero hemos perdido algunos toneles con agua, así que habrá que ver dónde la encontramos. El Dama, no estaba aprovisionado, no tenía previsto partir desde luego. El viejo Darin es el que se llevó un buen costalazo, pero se recuperará.
-¿Y ella?
-¿Ella? Esa mujer es el mismo demonio, ¿qué le iba a pasar?
Ambos rieron junto a Gunnar que llegaba enrollando una cuerda que habría servido para amarrar algo durante la tormenta. Mientras lo hacían Katy les llamó desde babor.
-¿Se ha roto algo que no tenga remedio?
-¿Desde cuándo está esa isla ahí? No aparecía en el mapa. ¿Has mirado los instrumentos Jack, nos habremos salido de ruta?.
-No lo sé, no me ha dado tiempo de tanto. Quería comprobar primero que estos estaban bien.
-Pues no recuerdo esa isla de ningún viaje ni de ningún mapa.-Acto seguido volvió al Lost Soul donde guardaba todas las cartas de navegación que había ido adquiriendo a lo largo de los años y como herencia de su padre. Pero allí no aparecía nada. Los instrumentos, no parecían estar mal, pero tampoco daban una medición que concordara con lo que veían. Y era raro que todos midieran lo mismo, tantos no se estropean a la vez. Tampoco el Señor Darin sabía nada, ni nadie de la tripulación le sonaba una isla ni por allí, ni en ninguna otra parte con ese aspecto. Así que, reunidos Jack, Gunnar, Peter y Katy, en el castillo de popa del “Lost Soul” acordaron dejar a John en el barco al cargo de la tripulación y bajar ellos hasta tierra para echar un vistazo y coger agua si hubiera algún arroyo por allí. Gunnar y Katy esperaron a que Jack y Peter amarraran la barca.
-¿Estará habitada?, no tiene pinta.
-Yo creo que si.-Katy se acercó a los primeros árboles y quitó algo de vegetación de una piedra que tenía formas talladas.
-Creo que deberíamos buscar el agua y salir pitando de aquí, Jack.- Gunnar ya se estaba echando mano al pistolón que tenía en el fajín. Peter y Katy no perdieron tiempo en hacer lo mismo.
-Sí, entremos sin perdernos de vista unos de otros, cuanto antes veamos si hay agua mejor. Si es así, vendremos mejor preparados y la cogeremos. Si no hay seguimos rumbo y listo.
La selva en la que se convirtió la isla en poco más de 10 pasos, era algo digno de admirar con una vegetación hermosa, tupida, llena de plantas extrañas que mostraban flores más llamativas aun, si no fuera porque estaban prestando más atención a ver a alguien o escuchar algo que les alertara de algún peligro. Constantemente miraban unos a otros, esperando encontrar al compañero siempre que miraban. Jack delante, luego Gunnar, luego Katy y cerrando Peter. Olía tan extrañamente que era imposible no pensar en ello durante algunos segundos y volver de nuevo a la vigilancia intensiva y necesaria en un lugar tan desconcertante.
-¿Has oído eso?-Jack levantaba la mano despacio y le preguntaba a Gunnar que asentía sin que Jack pudiera verlo. Aunque a decir verdad no hacía falta, en ese momento, pasó un animal pequeño a toda velocidad, algo parecido a un jabalí salvaje o algo parecido. Jack le apuntó en el preciso instante que pasaba, pero no disparó. Se limitó a resoplar por el susto que les había dado, cuando Katy gritó a su espalda.
-¿Señor Nolan? ¿Peter? Jack, Peter, estaba aquí mismo.
-Katy, espera.
Pero Katy ya comenzaba a desandar pasos, buscando algo en la vegetación que indicara que habría pasado por allí. Huellas, alguna rama tronchada.-¡¡Por aquí!!
-¡¡JACK!!-se escuchó algo alejada la voz de Peter.
-¡¡¡ES ÉL, SUENA POR ALLÍ, VAMOS!!!
Katy atravesaba la maleza, usando el sable que le había regalado Jack para abrirse paso. Jack y Gunnar la seguían pero no le daban alcance. Las plantas les frenaban más que a ella y aunque no la perdían de vista, temían que en algún momento, la vegetación no les dejara ver su silueta avanzando sin descanso en pos de Peter, al que ya no se le oía. Finalmente llegaron a un claro y después un barranco.
-Hemos perdido el rastro, JACK, ¿ves algo? ¿Dónde está?, ¡JACK encuentra el rastro, encuéntralo!.
-Tranquilízate, lo encontraremos, pero tranquilízate, así no conseguiremos nada.
-Ah sido un segundo que he mirado al bicho ese que se ha cruzado, un segundo y cuando he mirado atrás para decirle algo, ya no estaba.
-Lo encontraremos. Peter sabe cuidarse, se mantendrá con vida hasta que lo encontremos, no te preocupes, no tardaremos en tenerlo aquí de vuelta.
-Es un bocazas, seguro que lo matan.
Mientras, en dirección contraria a donde los tres tripulantes del “Lost Soul” y el “Dama del Alba” corrían, Peter era arrastrado literalmente tras haber sido amordazado y atado en apenas unos segundos. ¿Quiénes eran esa gente? No había visto una precisión igual. Apenas le había dado tiempo de pedir ayuda, y esperaba que pudieran seguir su voz, aunque si habían hecho aquello en apenas unos segundos, también habrían preparado un rastro falso. Y así había sido. Media hora después, llegaban a alguna parte. Y eso pensó Peter porque también le había vendado los ojos, así que cuando se los destaparon, tras acomodar la vista al sol, pudo ver que se encontraba en una especie de fortaleza de piedra que escondía algo así como una comunidad altamente cualificada por lo que veía en cuanto a construcción. Los que le habían secuestrado se pusieron delante de él, estaban vestidos con apenas lienzos que les taparan las vergüenzas y poco más, eso sí, llevaban unas máscaras que a todas luces pretendían hacerles parecer monstruos. Algo que habría funcionado con otras tribus, no con alguien como Peter que ya tenía millas a la espalda. Le comenzaron a atosigar con frases que no entendía ni de lejos y que se preguntaba cómo eran capaces de pronunciar, porque había más ruidos que palabras en sí. Al mismo tiempo, alguno le pinchaba con una lanza.
-Eh, eh, cuidado, esto lo compré en pleno Paris, algo que no verás tú en toda tu vida.
Dejaron de atosigarle, algo que Peter achacó a su voz imponente, pero lejos de la realidad, porque el motivo era que alguien con algún tipo de poder ritual o político acababa de irrumpir en escena.
De un salto se levantó de la cama y se lavó los ojos para despejarse. Olía a sal, pero no podía perder el tiempo en un baño ahora mismo, primero tenía que ver cómo había resultado su encuentro con la tormenta y si el “Dama del Alba” seguía con ellos. Pasó al camarote del Señor Darin y se sentó junto al viejo.
-Te mediste el lomo ¿eh? Sí que lo hiciste, si
-Y que lo digas, contra todo el maderamen, pero no te preocupes, estoy bien.
-¿Quién te dijo que estoy preocupada?
El viejo negó sonriendo y le alborotó un poco el flequillo antes de estirarse con algo de dolor.-¿Y el otro barco?
-No lo sé. Ahora iba a ver si lo tenemos cerca, si sigue de una pieza o si contamos con dos menos y un barco en el fondo del mar.
-Eso está bien, pues venga, ve a lo que tienes que hacer y deja a este viejo que descanse.
-Sí , pero no tardes en descansar, te quiero conmigo.
En la cubierta, Jack estaba mirando a estribor, donde se encontraba el “Dama del Alba” sin desperfectos aparentes. Katy hizo un gesto con la cabeza para saludar y se agarró a una cuerda para comenzar “el abordaje” y comprobar el estado de Peter y Gunnar.
-Bien, ve tu primero, si…
John se tapó la boca para apagar una risita ante el comentario desvaído de Jack. –Tiene prisa.
Jack le miró con esa cara que suele decir ¿Si, no me digas, y tu no tenías nada que hacer?. Siguió a Katy que ya estaba hablando con sus dos compañeros.
-Hombre, gracias por preguntar por mí.
-¿Por usted, Señor Nolan? Ni lo sueñe. Prefiero preocuparme por el barco. Por cierto su indumentaria parece que ha bajado de nivel ¿no?.
Iba a decir algo, pero Jack se aproximó y le miró el costado
-No es nada, solo quería ver si unas manos finas me querían curar.
-JA,JA,JA.-dijo Katy apoyando su argumento con aspavientos de las manos. Después se alejó para inspeccionar.
-¡Ya lo he mirado yo!
-¡¡¡Qué alivio…!!!
-Mujeres… ¿y tú? te tapas el brazo.
-Si bueno, me he llevado un buen golpe, no creo que esté roto pero desde luego me acordaré de quien inventó el timón un buen tiempo. ¿Hay algo que reparar?
-Nada que Gunnar y yo no podamos hacer. ¿El Lost está bien?
-Sí, no te preocupes, pero hemos perdido algunos toneles con agua, así que habrá que ver dónde la encontramos. El Dama, no estaba aprovisionado, no tenía previsto partir desde luego. El viejo Darin es el que se llevó un buen costalazo, pero se recuperará.
-¿Y ella?
-¿Ella? Esa mujer es el mismo demonio, ¿qué le iba a pasar?
Ambos rieron junto a Gunnar que llegaba enrollando una cuerda que habría servido para amarrar algo durante la tormenta. Mientras lo hacían Katy les llamó desde babor.
-¿Se ha roto algo que no tenga remedio?
-¿Desde cuándo está esa isla ahí? No aparecía en el mapa. ¿Has mirado los instrumentos Jack, nos habremos salido de ruta?.
-No lo sé, no me ha dado tiempo de tanto. Quería comprobar primero que estos estaban bien.
-Pues no recuerdo esa isla de ningún viaje ni de ningún mapa.-Acto seguido volvió al Lost Soul donde guardaba todas las cartas de navegación que había ido adquiriendo a lo largo de los años y como herencia de su padre. Pero allí no aparecía nada. Los instrumentos, no parecían estar mal, pero tampoco daban una medición que concordara con lo que veían. Y era raro que todos midieran lo mismo, tantos no se estropean a la vez. Tampoco el Señor Darin sabía nada, ni nadie de la tripulación le sonaba una isla ni por allí, ni en ninguna otra parte con ese aspecto. Así que, reunidos Jack, Gunnar, Peter y Katy, en el castillo de popa del “Lost Soul” acordaron dejar a John en el barco al cargo de la tripulación y bajar ellos hasta tierra para echar un vistazo y coger agua si hubiera algún arroyo por allí. Gunnar y Katy esperaron a que Jack y Peter amarraran la barca.
-¿Estará habitada?, no tiene pinta.
-Yo creo que si.-Katy se acercó a los primeros árboles y quitó algo de vegetación de una piedra que tenía formas talladas.
-Creo que deberíamos buscar el agua y salir pitando de aquí, Jack.- Gunnar ya se estaba echando mano al pistolón que tenía en el fajín. Peter y Katy no perdieron tiempo en hacer lo mismo.
-Sí, entremos sin perdernos de vista unos de otros, cuanto antes veamos si hay agua mejor. Si es así, vendremos mejor preparados y la cogeremos. Si no hay seguimos rumbo y listo.
La selva en la que se convirtió la isla en poco más de 10 pasos, era algo digno de admirar con una vegetación hermosa, tupida, llena de plantas extrañas que mostraban flores más llamativas aun, si no fuera porque estaban prestando más atención a ver a alguien o escuchar algo que les alertara de algún peligro. Constantemente miraban unos a otros, esperando encontrar al compañero siempre que miraban. Jack delante, luego Gunnar, luego Katy y cerrando Peter. Olía tan extrañamente que era imposible no pensar en ello durante algunos segundos y volver de nuevo a la vigilancia intensiva y necesaria en un lugar tan desconcertante.
-¿Has oído eso?-Jack levantaba la mano despacio y le preguntaba a Gunnar que asentía sin que Jack pudiera verlo. Aunque a decir verdad no hacía falta, en ese momento, pasó un animal pequeño a toda velocidad, algo parecido a un jabalí salvaje o algo parecido. Jack le apuntó en el preciso instante que pasaba, pero no disparó. Se limitó a resoplar por el susto que les había dado, cuando Katy gritó a su espalda.
-¿Señor Nolan? ¿Peter? Jack, Peter, estaba aquí mismo.
-Katy, espera.
Pero Katy ya comenzaba a desandar pasos, buscando algo en la vegetación que indicara que habría pasado por allí. Huellas, alguna rama tronchada.-¡¡Por aquí!!
-¡¡JACK!!-se escuchó algo alejada la voz de Peter.
-¡¡¡ES ÉL, SUENA POR ALLÍ, VAMOS!!!
Katy atravesaba la maleza, usando el sable que le había regalado Jack para abrirse paso. Jack y Gunnar la seguían pero no le daban alcance. Las plantas les frenaban más que a ella y aunque no la perdían de vista, temían que en algún momento, la vegetación no les dejara ver su silueta avanzando sin descanso en pos de Peter, al que ya no se le oía. Finalmente llegaron a un claro y después un barranco.
-Hemos perdido el rastro, JACK, ¿ves algo? ¿Dónde está?, ¡JACK encuentra el rastro, encuéntralo!.
-Tranquilízate, lo encontraremos, pero tranquilízate, así no conseguiremos nada.
-Ah sido un segundo que he mirado al bicho ese que se ha cruzado, un segundo y cuando he mirado atrás para decirle algo, ya no estaba.
-Lo encontraremos. Peter sabe cuidarse, se mantendrá con vida hasta que lo encontremos, no te preocupes, no tardaremos en tenerlo aquí de vuelta.
-Es un bocazas, seguro que lo matan.
Mientras, en dirección contraria a donde los tres tripulantes del “Lost Soul” y el “Dama del Alba” corrían, Peter era arrastrado literalmente tras haber sido amordazado y atado en apenas unos segundos. ¿Quiénes eran esa gente? No había visto una precisión igual. Apenas le había dado tiempo de pedir ayuda, y esperaba que pudieran seguir su voz, aunque si habían hecho aquello en apenas unos segundos, también habrían preparado un rastro falso. Y así había sido. Media hora después, llegaban a alguna parte. Y eso pensó Peter porque también le había vendado los ojos, así que cuando se los destaparon, tras acomodar la vista al sol, pudo ver que se encontraba en una especie de fortaleza de piedra que escondía algo así como una comunidad altamente cualificada por lo que veía en cuanto a construcción. Los que le habían secuestrado se pusieron delante de él, estaban vestidos con apenas lienzos que les taparan las vergüenzas y poco más, eso sí, llevaban unas máscaras que a todas luces pretendían hacerles parecer monstruos. Algo que habría funcionado con otras tribus, no con alguien como Peter que ya tenía millas a la espalda. Le comenzaron a atosigar con frases que no entendía ni de lejos y que se preguntaba cómo eran capaces de pronunciar, porque había más ruidos que palabras en sí. Al mismo tiempo, alguno le pinchaba con una lanza.
-Eh, eh, cuidado, esto lo compré en pleno Paris, algo que no verás tú en toda tu vida.
Dejaron de atosigarle, algo que Peter achacó a su voz imponente, pero lejos de la realidad, porque el motivo era que alguien con algún tipo de poder ritual o político acababa de irrumpir en escena.
Re: El viejo muelle
El líder de aquellos salvajes se acerco lentamente a Peter. Sus siervos se apartaban a su paso y se ponían de rodillas. Llevaba un cinturón de plumas grandes, de muchos colores y de diferentes aves. Sus brazos grandes y poderosos estaban cubiertos por tatuajes de seres horribles. Su torso, tostado por el sol mostraba una gran cicatriz, posiblemente de alguna disputa con algún hombre, ya que un animal no haría una herida semejante. No llevaba mascara, pero su rostro no era por ello mas agradable que el de sus siervos. Varios aros colgaban de sus labios y nariz y también llevaba parte del rostro cubierto por más tatuajes. En su mano izquierda llevaba un gran bastón decorado con pinturas y varias plumas colgando. Se colocó a escaso dos metros de Peter y le empezó a hablar en aquel dialecto tan extraño. Peter no entendía nada y con su picara sonrisa dibujada en el rostro le respondió:
- Querido marques, no entiendo nada de lo que me dices, así que veo complicado poder solucionar tus dudas.
El hombre no entendió lo que Peter le había dicho y tras guardar unos segundos silencio aproximó su bastón al cuerpo de Peter le golpeo suavemente en las costillas. Al estar amarrado de pies y manos no podía hacer nada, pero no le gustaba que lo utilizaran de juguete y se quejo:
- ¿Sabes lo que podías hacer con tu palito?.- Gruño con sarcasmo.
El hombre volvió a golpear con mas fuerza el cuerpo desprotegido de Peter y comenzó a reír:
- ¡Maldita cucaracha! Suelta mis manos y veremos quien es el que ríe mas.
La mirada desafiante de Peter no gustó a su enemigo. No entendía lo que le estaba diciendo, pero si podía comprender lo que significaba la mirada de Peter. Esta vez golpeo con todas sus fuerzas el rostro de su victima y lanzó un aullido histriónico que erizó la piel de Peter. Su labio se había partido y sangraba. Lentamente levantó su cabeza y tras mirar a su agresor le escupió su sangre a la cara:
- No querías sangre, ¡pues ahí la tienes cobarde!.
El jefe de sus captores dio un nuevo grito mientras levantaba la mano y empezó a hablar a sus hombres mientras gesticulaba como un loco. La muchedumbre empezó a gritar y a saltar formando una ensordecedora coreografía. Nada bueno podía significar aquello. Mientras sus captores empezaban a danzar y a gritar Peter los observaba desafiante y por su cabeza solo pasaban los recuerdos de los últimos momentos en compañía de Katy, Jack y Gunnar. Desde que habían puesto los ojos en la isla sabía que nada bueno encontrarían allí, pero cuando iban caminando por la selva había cambiado de parecer, delante de él iba Katy y el contoneo de su cuerpo y de sus posaderas era lo último que pudo ver antes de que lo hicieran preso. Al recordar aquello su picara sonrisa volvió a surgir y dijo en voz baja:
- No fue un mal motivo por el cual despistarme.
Lejos de allí, perdidos en la selva y con un acantilado a sus pies, Jack, Katy y Gunnar no sabían que hacer. Las olas golpeaban con fuerza las paredes de aquel acantilado y el sonido que producía solo era roto por las voces de Katy:
- ¡Vamos Jack! ¿Qué podemos hacer? ¡tenemos que encontrarlo!.
Jack observaba desde donde estaba la selva que tenía ante él y la costa. Desde donde estaban no se veían los barcos en la costa, así que quedaba descartado avisar a John y el Sr.Darin. Tenían que solucionar el problema ellos solos:
- Gunnar, ayúdame a subir a ese árbol, ¡vamos!.
- ¡No es el mejor momento para hacer el mono Jack!.- Le respondió Katy mientras daba vueltas a su alrededor y sacaba el libro que siempre miraba y solo entendía ella.
Jack no le respondió, ni tan siquiera había escuchado las palabras de Katy. Gunnar cruzo los dedos de sus manos y ofreció sus manos para que se apoyara Jack en ellas y lo catapultara a la rama mas baja. No fue difícil para Jack colgarse de la rama y con un buen movimiento se subió a ella. Luego comenzó a trepar de rama en rama hasta desaparecer a la vista de Katy y de Gunnar:
- ¡Maldito seas Jack!,- gruño Katy- nunca debí haberte conocido.
- Vamos Katy, tranquilízate,- le pidió Gunnar- si Jack ha subido al árbol será por algún motivo.
- ¡Déjame Gunnar, dejame!.
Katy apartó la mano del gigantón y empezó a pasar hojas en su extraño libro.
Jack casi había llegado a las ramas mas altas del árbol y fue entonces cuando sacó su catalejo y empezó a otear por la selva buscando algo que le pudiera ayudar. Al norte de la isla había un gran volcán, pero era lo único discordante con el mar verde que cubría la isla. Solo se podía ver una maraña de árboles y nada que señalara el lugar donde habían llevado a su compañero. Se disponía a bajar cuando algo llamó su atención. A unos dos kilómetros al sur empezaba a crecer un hilo de humo. Alguien había encendido una hoguera. ¿Sería allí donde tenían a su amigo?. Rápidamente guardo su catalejo y bajo por las ramas, cuando vio a sus dos compañeros dio un salto hasta ellos:
- Tengo una pista, seguidme.
Sin perder el menor segundo de tiempo Jack empezó a correr por entre la maraña verde que le separaba de su objetivo. Katy y Gunnar ni chiscaron y lo siguieron apresuradamente.
En el centro de la fortaleza habían encendido un gran fuego, varios hombres lanzaban mas y mas troncos, hojas de palmera y diferentes pedazos de madera que habían arrancado de la selva. Las llamas subían hacia el cielo dibujando diabólicas formas cada vez mas grandes. Un grupo de mujeres se habían colocado en un circulo y sentadas parecían dispuestas a realizar algún ritual. Dos jóvenes habían llevado una cabra minutos antes hasta donde él estaba y la habían amarrado en el mismo tronco que a Peter. ¿Qué era lo que pretendían?.
La carrera por la selva era cada vez mas rápida. Jack había encontrado un sendero y por lo que parecía, aquello había sido usado recientemente por hombres. Ahora no les molestaban las ramas ni tenían que pararse a cortar las hojas que les cortaban el paso. Katy sujetaba con fuerza la empuñadura de su espada mientras clavaba sus ojos en la espalda de Jack.
Gunnar resoplaba y paso varias veces la manga de su camisa por la frente sudorosa mientras perseguía a sus compañeros. Si le pasase algo a Peter no se lo perdonaría a nadie, empezando por el mismo, y al que se le ocurriese lastimar a su camarada lo cortaría en pedazos lentamente. Mientras iba pensando en eso no se percató que tanto Katy como Jack se habían detenido y a poco mas se choca con ellos:
- ¿Qué sucede? ¿Por qué nos paramos?.- Preguntó Gunnar.
- Hemos llegado.- Respondió Jack señalando un muro de piedra que les cortaba el paso.
Ante ellos había una fortaleza. Los tres observaban el extraño lugar sorprendidos de encontrarse algo así en una selva. No se veían guardias por ningún lado, aunque la entrada estaba cerrada. Jack busco a su alrededor y fue entonces cuando vio a unos metros una rama gruesa caída:
- Con esa rama tal vez podamos subir a lo alto de esa muralla.
Gunnar la levantó por la parte mas pesada mientras sus dos compañeros le ayudaban. Lentamente se aproximaron al muro y la apoyaron sin hacer ruido. Jack fue el primero en intentar subir, pero Katy le sujetó por el hombro y le dijo:
- Yo peso menos, si subes tu y se rompe no habremos logrado nada.
Jack asintió con la cabeza y dejo que la joven empezase a subir, pero le dijo:
- Ve con cuidado, no te lastimes.
- Deja de preocuparte por mi, ahora el que esta en peligro es Peter.- Gruño mientras empezaba a subir.
Los dos hombres observaban desde abajo y esperaban su turno impacientes. Por un momento le pareció a Katy que las fuerzas le fallarían, pero con un último esfuerzo llego a la parte superior de la fortaleza. Saco su espada y busco algún centinela. No había nadie, pero dentro se escuchaba un gran alboroto. A su lado había una cuerda y tras amarrarla bien, se la lanzó a sus compañeros. La cuerda sería mas segura que la rama. Mientras Jack y Gunnar alcanzaban el alto de la fortaleza, Katy no les espero y empezó a avanzar por el pasillo que tenía a sus pies buscando alguna pista de Peter. Desde donde estaba podía ver las callejuelas de aquél lugar y las formas extrañas de aquellas viviendas. Al torcer una esquina vio la gran hoguera. Ante ella estaba un hombre corpulento con un gran bastón gritando algo que no podía entender. Jack puso la mano en el hombro de Katy para avisarla que habían llegado y los tres se escondieron allí mismo.
La escena era increíble. Un gran número de hombres y mujeres semidesnudos gritaban y danzaban alrededor de las llamas. Era una danza tribal que jamás ninguno de ellos había visto. Fue entonces cuando Gunnar dijo en voz baja:
- ¡Allí está Peter! ¡está amarrado en aquél tronco!.- Dijo señalando a la izquierda.
Sus dos compañeros siguieron con la vista la dirección donde señalaba la mano de Gunnar y fue entonces cuando lo vieron. Llevaba el torso al descubierto, le habían arrancado parte de su camisola y se veía que lo habían golpeado repetidas veces, pero pese a todo Peter estaba erguido y con la mirada desafiante que lo caracterizaba tanto. Un joven guerrero se aproximó a él con un gran machete en la mano:
- ¡Lo va a matar!.- Dijo alarmada Katy poniéndose de pie y sacando su espada.
- Espera, no va a por Peter.- Dijo Jack.
En efecto, el guerrero cortó la cuerda de la cabra que estaba junto a Peter y la llevo hasta el hombre con el gran bastón que esperaba junto al fuego. Una vez que la cabra estaba junto al extraño hombre, otro guerrero se aproximo a ellos. Los dos guerreros inmovilizaron al asustado animal y esperaron. Fue un segundo lo que tardó en clavar un gran puñal en el costado del animal. La cabra lanzó un terrible grito y un gran charco de sangre se formó bajo ella en segundos. El asesino sacó el machete con fuerza, metió la mano en el orificio y con un fuerte tirón la saco del interior del animal. Katy apartó la vista durante unos segundos, la escena no era agradable, en sus manos llevaba el corazón aun caliente del pobre animal.
Los dos guerreros se pusieron en pie mientras levantaban a la cabra y sin que esta hubiera aun dejado de convulsionarse la lanzaron al fuego. El resto de los asistentes empezaron a gritar de jubilo mientras levantaban al cielo sus lanzas. Aquello era una locura.
De nuevo el hombre del bastón dio un grito que hizo callar al resto y con su mano ensangrentada señalo a Peter. Los dos guerreros que le habían ayudado se pusieron en pie y comenzaron a andar hacia él. ¿Sería este el final de Peter?.
- Querido marques, no entiendo nada de lo que me dices, así que veo complicado poder solucionar tus dudas.
El hombre no entendió lo que Peter le había dicho y tras guardar unos segundos silencio aproximó su bastón al cuerpo de Peter le golpeo suavemente en las costillas. Al estar amarrado de pies y manos no podía hacer nada, pero no le gustaba que lo utilizaran de juguete y se quejo:
- ¿Sabes lo que podías hacer con tu palito?.- Gruño con sarcasmo.
El hombre volvió a golpear con mas fuerza el cuerpo desprotegido de Peter y comenzó a reír:
- ¡Maldita cucaracha! Suelta mis manos y veremos quien es el que ríe mas.
La mirada desafiante de Peter no gustó a su enemigo. No entendía lo que le estaba diciendo, pero si podía comprender lo que significaba la mirada de Peter. Esta vez golpeo con todas sus fuerzas el rostro de su victima y lanzó un aullido histriónico que erizó la piel de Peter. Su labio se había partido y sangraba. Lentamente levantó su cabeza y tras mirar a su agresor le escupió su sangre a la cara:
- No querías sangre, ¡pues ahí la tienes cobarde!.
El jefe de sus captores dio un nuevo grito mientras levantaba la mano y empezó a hablar a sus hombres mientras gesticulaba como un loco. La muchedumbre empezó a gritar y a saltar formando una ensordecedora coreografía. Nada bueno podía significar aquello. Mientras sus captores empezaban a danzar y a gritar Peter los observaba desafiante y por su cabeza solo pasaban los recuerdos de los últimos momentos en compañía de Katy, Jack y Gunnar. Desde que habían puesto los ojos en la isla sabía que nada bueno encontrarían allí, pero cuando iban caminando por la selva había cambiado de parecer, delante de él iba Katy y el contoneo de su cuerpo y de sus posaderas era lo último que pudo ver antes de que lo hicieran preso. Al recordar aquello su picara sonrisa volvió a surgir y dijo en voz baja:
- No fue un mal motivo por el cual despistarme.
Lejos de allí, perdidos en la selva y con un acantilado a sus pies, Jack, Katy y Gunnar no sabían que hacer. Las olas golpeaban con fuerza las paredes de aquel acantilado y el sonido que producía solo era roto por las voces de Katy:
- ¡Vamos Jack! ¿Qué podemos hacer? ¡tenemos que encontrarlo!.
Jack observaba desde donde estaba la selva que tenía ante él y la costa. Desde donde estaban no se veían los barcos en la costa, así que quedaba descartado avisar a John y el Sr.Darin. Tenían que solucionar el problema ellos solos:
- Gunnar, ayúdame a subir a ese árbol, ¡vamos!.
- ¡No es el mejor momento para hacer el mono Jack!.- Le respondió Katy mientras daba vueltas a su alrededor y sacaba el libro que siempre miraba y solo entendía ella.
Jack no le respondió, ni tan siquiera había escuchado las palabras de Katy. Gunnar cruzo los dedos de sus manos y ofreció sus manos para que se apoyara Jack en ellas y lo catapultara a la rama mas baja. No fue difícil para Jack colgarse de la rama y con un buen movimiento se subió a ella. Luego comenzó a trepar de rama en rama hasta desaparecer a la vista de Katy y de Gunnar:
- ¡Maldito seas Jack!,- gruño Katy- nunca debí haberte conocido.
- Vamos Katy, tranquilízate,- le pidió Gunnar- si Jack ha subido al árbol será por algún motivo.
- ¡Déjame Gunnar, dejame!.
Katy apartó la mano del gigantón y empezó a pasar hojas en su extraño libro.
Jack casi había llegado a las ramas mas altas del árbol y fue entonces cuando sacó su catalejo y empezó a otear por la selva buscando algo que le pudiera ayudar. Al norte de la isla había un gran volcán, pero era lo único discordante con el mar verde que cubría la isla. Solo se podía ver una maraña de árboles y nada que señalara el lugar donde habían llevado a su compañero. Se disponía a bajar cuando algo llamó su atención. A unos dos kilómetros al sur empezaba a crecer un hilo de humo. Alguien había encendido una hoguera. ¿Sería allí donde tenían a su amigo?. Rápidamente guardo su catalejo y bajo por las ramas, cuando vio a sus dos compañeros dio un salto hasta ellos:
- Tengo una pista, seguidme.
Sin perder el menor segundo de tiempo Jack empezó a correr por entre la maraña verde que le separaba de su objetivo. Katy y Gunnar ni chiscaron y lo siguieron apresuradamente.
En el centro de la fortaleza habían encendido un gran fuego, varios hombres lanzaban mas y mas troncos, hojas de palmera y diferentes pedazos de madera que habían arrancado de la selva. Las llamas subían hacia el cielo dibujando diabólicas formas cada vez mas grandes. Un grupo de mujeres se habían colocado en un circulo y sentadas parecían dispuestas a realizar algún ritual. Dos jóvenes habían llevado una cabra minutos antes hasta donde él estaba y la habían amarrado en el mismo tronco que a Peter. ¿Qué era lo que pretendían?.
La carrera por la selva era cada vez mas rápida. Jack había encontrado un sendero y por lo que parecía, aquello había sido usado recientemente por hombres. Ahora no les molestaban las ramas ni tenían que pararse a cortar las hojas que les cortaban el paso. Katy sujetaba con fuerza la empuñadura de su espada mientras clavaba sus ojos en la espalda de Jack.
Gunnar resoplaba y paso varias veces la manga de su camisa por la frente sudorosa mientras perseguía a sus compañeros. Si le pasase algo a Peter no se lo perdonaría a nadie, empezando por el mismo, y al que se le ocurriese lastimar a su camarada lo cortaría en pedazos lentamente. Mientras iba pensando en eso no se percató que tanto Katy como Jack se habían detenido y a poco mas se choca con ellos:
- ¿Qué sucede? ¿Por qué nos paramos?.- Preguntó Gunnar.
- Hemos llegado.- Respondió Jack señalando un muro de piedra que les cortaba el paso.
Ante ellos había una fortaleza. Los tres observaban el extraño lugar sorprendidos de encontrarse algo así en una selva. No se veían guardias por ningún lado, aunque la entrada estaba cerrada. Jack busco a su alrededor y fue entonces cuando vio a unos metros una rama gruesa caída:
- Con esa rama tal vez podamos subir a lo alto de esa muralla.
Gunnar la levantó por la parte mas pesada mientras sus dos compañeros le ayudaban. Lentamente se aproximaron al muro y la apoyaron sin hacer ruido. Jack fue el primero en intentar subir, pero Katy le sujetó por el hombro y le dijo:
- Yo peso menos, si subes tu y se rompe no habremos logrado nada.
Jack asintió con la cabeza y dejo que la joven empezase a subir, pero le dijo:
- Ve con cuidado, no te lastimes.
- Deja de preocuparte por mi, ahora el que esta en peligro es Peter.- Gruño mientras empezaba a subir.
Los dos hombres observaban desde abajo y esperaban su turno impacientes. Por un momento le pareció a Katy que las fuerzas le fallarían, pero con un último esfuerzo llego a la parte superior de la fortaleza. Saco su espada y busco algún centinela. No había nadie, pero dentro se escuchaba un gran alboroto. A su lado había una cuerda y tras amarrarla bien, se la lanzó a sus compañeros. La cuerda sería mas segura que la rama. Mientras Jack y Gunnar alcanzaban el alto de la fortaleza, Katy no les espero y empezó a avanzar por el pasillo que tenía a sus pies buscando alguna pista de Peter. Desde donde estaba podía ver las callejuelas de aquél lugar y las formas extrañas de aquellas viviendas. Al torcer una esquina vio la gran hoguera. Ante ella estaba un hombre corpulento con un gran bastón gritando algo que no podía entender. Jack puso la mano en el hombro de Katy para avisarla que habían llegado y los tres se escondieron allí mismo.
La escena era increíble. Un gran número de hombres y mujeres semidesnudos gritaban y danzaban alrededor de las llamas. Era una danza tribal que jamás ninguno de ellos había visto. Fue entonces cuando Gunnar dijo en voz baja:
- ¡Allí está Peter! ¡está amarrado en aquél tronco!.- Dijo señalando a la izquierda.
Sus dos compañeros siguieron con la vista la dirección donde señalaba la mano de Gunnar y fue entonces cuando lo vieron. Llevaba el torso al descubierto, le habían arrancado parte de su camisola y se veía que lo habían golpeado repetidas veces, pero pese a todo Peter estaba erguido y con la mirada desafiante que lo caracterizaba tanto. Un joven guerrero se aproximó a él con un gran machete en la mano:
- ¡Lo va a matar!.- Dijo alarmada Katy poniéndose de pie y sacando su espada.
- Espera, no va a por Peter.- Dijo Jack.
En efecto, el guerrero cortó la cuerda de la cabra que estaba junto a Peter y la llevo hasta el hombre con el gran bastón que esperaba junto al fuego. Una vez que la cabra estaba junto al extraño hombre, otro guerrero se aproximo a ellos. Los dos guerreros inmovilizaron al asustado animal y esperaron. Fue un segundo lo que tardó en clavar un gran puñal en el costado del animal. La cabra lanzó un terrible grito y un gran charco de sangre se formó bajo ella en segundos. El asesino sacó el machete con fuerza, metió la mano en el orificio y con un fuerte tirón la saco del interior del animal. Katy apartó la vista durante unos segundos, la escena no era agradable, en sus manos llevaba el corazón aun caliente del pobre animal.
Los dos guerreros se pusieron en pie mientras levantaban a la cabra y sin que esta hubiera aun dejado de convulsionarse la lanzaron al fuego. El resto de los asistentes empezaron a gritar de jubilo mientras levantaban al cielo sus lanzas. Aquello era una locura.
De nuevo el hombre del bastón dio un grito que hizo callar al resto y con su mano ensangrentada señalo a Peter. Los dos guerreros que le habían ayudado se pusieron en pie y comenzaron a andar hacia él. ¿Sería este el final de Peter?.
El_Mercenario- Caballero
- Cantidad de envíos : 56
Fecha de inscripción : 30/07/2010
Página 2 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.